Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

10 de mayo de 2016

¿MISERIA PLANIFICADA O CONSECUENCIA?


Insisto en denunciar al socialismo real como un sistema inhumano, completamente estúpido, que obvia la naturaleza humana y desprecia la característica científica de la economía, por lo que está condenado al fracaso, aunque Fidel use las causas de ese fracaso como recetario inapelable para otros degenerados sin gloria que deseen obtener el poder como fin, haciendo creer  que ese fracaso inherente se debe a razones externas, porque sus restricciones consecuenciales son planificadas.

Pero la verdad es que el socialismo real es un disparate  que va a fracasar en el lugar que se intente aplicar, sin jamás concretar la utopía comunista del “a cada cual según sus necesidades”, pues la ruina que producen sus contradicciones con la realidad, es siempre su fin. No importa cuánto dure en el poder, su destino es el fracaso y la miseria de los pueblos que deben oprimir y reprimir brutalmente si quieren mantenerse, por ello su dependencia de un ejército corrupto y criminal, sin el cual no es posible su supervivencia.

El caso venezolano

Fidel Castro sedujo la dúctil mente de Hugo Chávez para implantar su sistema a Venezuela porque necesitaba un país con ese millonario ingreso petrolero para demostrar, ya al final de su  vida y vencido por la realidad, que era posible generar progreso y felicidad general con el comunismo, aunque el ejemplo de la Unión Soviética, con tiempo y recursos suficientes, lo desmintiera. Pero no contó con la maniática estupidez de la ineptitud y corrupción de la membresía revolucionaria venezolana. Y el desastre.

Por eso permitió a Raúl el viraje hacia el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos para tratar de paliar la miseria – “Obama danos jama” - y salvar su socialismo. Así que la ruina general que afecta a Venezuela, donde el desabastecimiento de medicinas y el desmantelamiento del sistema hospitalario, además de la ruina de su infraestructura, solo pueden explicarse como consecuencias de la ineptitud, azas demostrada, de sus dos gobiernos.

Dos sujetos de escasa materia gris que, precisamente, sin planificación alternativa viable, comenzaron a destruir lo existente, a sustituir el mérito con el resentimiento de los ineptos. A administrar con ladrones que se fugaron al mundo capitalista con cientos de miles de millones de dólares. A restringir el suministro de productos de primera necesidad subsidiados sin organizar su distribución equitativa, creando un devastador mercado negro inflacionario, agravado por el ya desabastecimiento genocida, que viene paulatinamente gestándose desde 2006, por la quiebra inducida de la agroindustria – no se pueden fijar precio sin el mercado, los rusos enviaban espías a USA a robarse las revistas de publicidad para tener precios referenciales - y el éxodo de empresas farmacéuticas de capital extranjero, asustadas por el fantasma de la expropiación arbitraria, verdadera “guerra económica” desatada por el estado contra la empresa privada, sin, como he dicho, establecer alternativas que sustituyeran la eficiencia gerencial de aquella.

Y así, entre miles de desaciertos, el corrupto control de cambio, que enriqueció a los compañeritos de partido y familiares, complementado con la modificación de la Ley del Banco Central para que PDVSA se quedara con las divisas, lo que generó el mercado paralelo, el cual contribuyó a disparar el propio gobierno para buscar moneda nacional para sus compromisos electoreros, como las misiones, pero que también coadyuvó a la corrupción que con la ineficiencia es el epicentro de nuestro tsunami económico.  

La crisis eléctrica

Y así llegamos a la madre de todas las crisis, al reparto proporcional del apagón, consecuencia de una explosiva combinación de ignorancia crasa - Motta Domínguez trasvasó agua de una laguna con una motobomba para aumentar el caudal del lago de Guri -  con ineficiencia - ¿qué pasó con las plantas de generación termoeléctrica que suministraban, antes de Chávez,  electricidad a Caracas? -  y corrupción  - en la prensa las denuncias de chavistas súbitamente críticos sobre el robo de más de 30 mil millones de dólares destinados al servicio eléctrico - y despilfarro - ¿de cuánto fue la inversión para restituir el sistema eléctrico de La Habana?, ¿de las 32 plantas termoeléctricas ofrecidas a Nicaragua, cuántas se entregaron?, ¿cuánto se gastó en países del Caribe, Bolivia y República Dominicana en optimizar sus sistemas de electricidad? Abandonaron el rigor del mantenimiento de equipos y líneas de transmisión, ya para el 2006 comenzaron los apagones por fallas puntuales causadas por obsolescencia de transformadores y falta de mantenimiento. 

Permitieron la destrucción de la cuenca del Caroní por la minería ilegal: sobreexplotaron la generación eléctrica de esta represa, agravada con la carga a precio vil de 3.1 gigavatios diarios, en línea directa para Brasil, un país ahora muchas veces más rico que el nuestro y al que no se le interrumpe el servicio como a los venezolanos; incumplieron con el pago de obligaciones para la culminación de otros complejos hidroeléctricas, además de desechar las obras planificadas para el Alto Caroní.

Un gobierno medianamente inteligente y algo probo, en estos 17 años hubiera desarrollado el proyecto engavetado en la CVG de canalizar las aguas del río Caura hacia el Caroní, para no depender de las lluvias y poder instalar mini centrales hidroeléctricas en los numerosos saltos de este río. Y hasta estaríamos explotando la riqueza solar del Delta del Orinoco y de Punto Fijo, o las posibilidades únicas de las playas de Araya para instalar granjas eólicas. Sin embargo la solución de la ignorancia es decretar días libres, horarios ruinosos  y apagones arbitrarios sin consideración ninguna por la productividad, propio de ignaros prepotentes apoyados por la bestialidad armada a quien estorba la luz, como al hampa. Así que nada de ruina planificada, esta es consecuencia de la decrepitud mental, innata, del socialismo real.   

La culpa es del petróleo

Todo el manirrotismo irresponsable de Chávez para cultivar parásitos electorales y chulos internacionales, no se debió a ninguna planificación estratégica ni a programa preconcebido, sino al alza súbita de los precios del petróleo, que la ingenuidad de un pueblo ignorante atribuyó a la taumaturgia de Chávez, y cuya baja ahora achaca a Maduro, que acusa a Arabia Saudita y a Estados Unidos de conspirar para esa disminución del precio, con la finalidad de acabar con su egregio gobierno.

Lo cierto es que el precio del petróleo es un juego geopolítico y que fue precisamente la amenaza irracional de Chávez hacia los Estados Unidos, su principal cliente, lo que motivó el ingreso de la producción gringa, que tenía prohibido venderla, al mercado internacional con la consiguiente disminución de su volumen de compras a Venezuela, lo que, con la suspensión de las sanciones a Irán y su producción descontrolada, derivó en la baja del precio del barril, que, por las razones expuestas, afecta más a Venezuela que al resto de los países productores de crudo, pues ellos aprovecharon la bonanza para crear fondos de inversión internacional que los protegiera de la inestabilidad de sus ingresos, pero Chávez la lanzó por la ventana para comprar fanáticos de su figura estelar y para enriquecer a sus incondicionales y familiares en la corrupción más voraz de la historia de la humanidad, mientras perecía el parque industrial del Estado, por carencia de recursos.

Lo comparaban con Rico Mac Pato, pero este personaje es su antítesis, en realidad era un irresponsable estigmático que se creyó su propio mito.

Pero, hay un ingrediente más, la genialidad inversa de Chávez, hipotecó a futuro con China, importante porcentaje de la producción petrolera a un precio irrisorio, lo que denuncia, como alerta, el propio Rafael Ramírez, por no acudir al odiado Fondo Monetario Internacional, cuya mala fama ha sido publicitada por los gobernantes ladrones que se roban los préstamos que luego debe pagar el pueblo con sus sacrificios. China, que practica el más salvaje de los capitalismos, sobre todo con gobiernos débiles mentales, carece de refinerías especializadas para refinar el petróleo venezolano y por lo tanto lo revende con doble ganancia, como lo hace Raúl Castro con el que le sigue regalando Maduro, que ha ocupado las más elevadas posiciones de Estado, simplemente por ser absolutamente obediente y carecer de opinión propia, características personales indispensables para lograr los favores de los hombres de poder, lo que incluye al alto mando militar venezolano.

En conclusión

El pensamiento de izquierda, de todas, porque existen varias, partiendo de la cristiana que cree que es cierto que con algunos pocos peces y panes puede alimentar personas por miles, es machete para hacer marchas y producir arengas emotivas y ofrecer el paraíso, que supuestamente está en llevar a los obreros al poder, estupidez que anuncia su característica miserable, conduce inexorablemente a la ruina y a la miseria, no por planificación expresa, sino por las consecuencias de sus desatinos políticos como destino manifiesto, que luego debe asumir como si en verdad su objetivo era ese, lo que desmiente, por lo menos en el caso venezolano, la cantidad de planes económicos y motores, elaborados por los sesudos expertos en ilusionismo infantil, del régimen para tratar de contrarrestar los efectos de la estupidez.

Lo que estamos viviendo en Venezuela es lo mismo que sufrieron varias generaciones en la URSS y sufre Cuba, las consecuencias de absurdas políticas públicas dirigidas por el cretinismo militante. La izquierda comunista, una vez instalada en el poder se considera la solución final, y su objetivo primordial es conservarlo a toda costa. Y como sus estrategias económicas son erradas, entonces decide que la miseria es el objetivo, es decir en la miseria la igualdad del pueblo.

Los casos del socialismo escandinavo y del comunismo chino son una evidencia, separan la política de la economía – libre mercado, libre concurrencia, dejar hacer, dejar pasar -  y funcionan, en el caso de los europeos sin traumas sociales, el caso de la moderna Suecia es excepcional. Es decir, que el problema de Venezuela es consecuencia de una cadena de errores políticos que destruyeron la economía, y no de la planificación del socialismo real, que en el caso chavista naufraga en un mar de ilegalidades.

Rafael Marrón González


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