Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

10 de diciembre de 2013

SIN EDUCACIÓN NO HAY REPÚBLICA



La voz “República” define políticamente a todo Estado que no sea monárquico, y su diferencia básica la constituye la decisión civil de asumir el sistema basado en el DERECHO CIUDADANO para elegir la autoridad representativa de la nación, en contraposición al DERECHO DIVINO que identifica la monarquía. 

Es importante destacar, después de su definición, que para desarrollar una república, es decir, el paso inmediato posterior al de asumir una nación la potestad del derecho ciudadano frente al derecho divino, es imperativo que el Estado decrete y asuma la educación, en todos sus niveles, como un derecho gratuito y obligatorio.

Porque la educación permite a cualquier ciudadano “hijo de vecino” la igualdad de oportunidades para acceder al ejercicio legal de la autoridad, frente a la herencia o al poder económico. Esto es fundamental entenderlo, porque la educación gratuita y obligatoria, incluido su nivel universitario, es la única posibilidad que tiene la República de generar movilidad social, económica y política para su sustento.

Sin educación gratuita y obligatoria, financiada por el Estado, se reduce la posibilidad del ejercicio de la autoridad por el pueblo, con lo que la igualdad desaparece y se crean clases dominantes basadas en premisas ajenas a la concepción republicana. 
Así que su gratuidad es un fin supremo para la existencia de la República. En Venezuela fue el 27 de junio de 1870 cuando, bajo el gobierno de Guzmán Blanco, se promulgó la Ley que establecía este derecho fundamental para la nación erigida en republicana el 5 de julio de 1811.

Este decreto, quizás la obra máxima de Guzmán Blanco, que fue dictado apenas dos meses después de llegar al poder, antecedió a su equivalente francés por más de 10 años, pues la educación primaria en Francia se hizo gratuita en 1881, y obligatoria y laica en 1882, durante la III República. 

República y democracia son sinónimos

La democracia tiene poco de consolidada en la mayoría de los países del mundo, y en América Latina es todavía primitiva, por ello, aún en los políticos más cultos, se ha confundido democracia con “gobierno en democracia”, y la ineptitud, corrupción, barraganía, autocracia o ineficacia de éstos, ha contaminado el concepto de democracia creando en el pueblo afectado un rechazo hacia lo que en realidad significa su única posibilidad de acceder al progreso por el desarrollo integral del individuo, ya que toda forma de desarrollo gregario o colectivista o comunista ha fracasado estrepitosamente en el planeta, y con la mayor miseria a pesar del inmenso costo en tiempo vital y vidas humanas despilfarradas.

Lo que sucede es que la democracia se ha definido tradicional y simplistamente, por una premisa de Montesquieu, y sin mayor revisión ni adecuación posterior a las dinámicas políticas actuales, como “gobierno del pueblo”, con lo que sirve como fachada para cualquier andamiaje tiránico sustentado por una muchedumbre seducida por la promesa de dormir comida.

La definición académica no se aleja mucho de esta primera referencia y sostiene que la democracia es un “régimen político en el cual la soberanía pertenece al conjunto de los ciudadanos sin distinción, es decir, al pueblo”, y la divide en representativa, autoritaria y social, a las que se suma ahora en Venezuela, otra adjetivación divisoria impráctica, la “participativa”.

La frase “régimen político” con la que se inicia esta última definición refiere a “conjunto de reglas o normas” es decir “sistema”. Y desde este punto adelanto una definición acorde con nuestras realidades y esperanzas, y sustentada en el enunciado de Bolívar, y coincidente en fondo y forma con la Carta Democrática suscrita de manera unánime por todos los miembros de la OEA:

“Democracia es el sistema político, cuyos gobiernos están sujetos a las normas constitucionales establecidas por la ciudadanía en el libre ejercicio de su soberanía, que profesa y garantiza el respeto a los derechos fundamentales y naturales de la persona humana y en particular a la libertad política, civil y personal, mediante la separación autonómica de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, y consagrado a producir la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política”.
Prefiero el término “ciudadanía” en lugar de pueblo, porque un país está integrado por ciudadanos, es decir, sujetos de deberes y derechos. La representatividad en este caso no define una forma de democracia sino que es la manera con la que la ciudadanía adquiere carácter protagónico y participa en la vigilancia y supervisión de los actos del gobernante elegido y de su equipo de gobierno.

De allí la enorme importancia de la autonomía, frente al Poder Ejecutivo, de esta representación que descansa, en el caso venezolano, en la Asamblea Nacional, núcleo del Poder Legislativo. Esta definición elimina adjetivaciones a la democracia, quedando éstas como formas operativas de practicarla. Es democracia, y punto.

Estado de derecho, pilar fundamental de las libertades públicas

El Estado de Derecho, que deroga el Derecho Divino y se sustenta en la Ley, ante cuyo imperio todos somos iguales, es el garante de las libertades civiles, con énfasis en la libertad de expresión, y el camino corto hacia el respeto al derecho ajeno, mientras se forma en la escuela, que es el camino largo, el ciudadano, antes descrito, por introyección de valores.

El simple cumplimiento y aplicación de las leyes generarían la más soberbia de las revoluciones que la humanidad haya conocido. Porque las leyes, en su inexorabilidad, son el sustituto social a la barbarie del hombre contra el hombre, y marcan la relación hombre-sociedad con dos definiciones: ética, que es la responsabilidad y compromiso del sujeto con la sociedad; y justicia, que define la responsabilidad o compromiso de la sociedad con el individuo, lo que vendría a ser la “venganza” de la sociedad, a través de la ley y sus instituciones, contra el sujeto transgresor de sus normas de convivencia.

En teoría, claro. Los motorizados del chavismo y la aplicación de sanciones extrajudiciales en el campo de la economía, confirman la duda cartesiana sobre la disposición democrática de este gobierno con dieciséis años de desaciertos democráticos y desviaciones republicanas en el cuello.

Rafael Marrón González



Leer más »

¿ESTADO DE DERECHO O DERECHO DE ESTADO?



No sé si el partido gobernante está enterado que el artículo 2 de la Constitución Nacional, que es “la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico” de la nación, establece irrevocablemente que “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia…”, y que esa definición no es socialista, sino la más reciente evolución del Estado liberal moderno de derecho, llevado a la práctica por los partidos socialdemócratas, que es un concepto más amplio que el Estado de Bienestar al integrar en su seno, además de lo  económico y social de aquel, aspectos políticos, ideológicos, y jurídicos contemplados ya en la denostada Constitución venezolana de 1961. La más adelantada de todos los tiempos.

Lo traigo a colación por el alerta de un inteligente columnista nacional que arguye que en Cuba también existe un Estado de Derecho utilizado para reprimir legalmente la disidencia y perpetuar a un par de decrépitos tiranos en el poder.

Lamento disentir, pero cuando hablamos de Estado de Derecho, nos referimos al marco jurídico normativo para proteger el ejercicio de  la democracia y de la libertad del abuso y la transgresión del individuo y del propio Estado. Lo que existe en Cuba, y en los países totalitarios, es un Derecho de Estado que pivota en leyes ilegítimas, según el ordenamiento jurídico moderno, la supresión de libertades y derechos.
Para ejemplarizar, mientras los sátrapas que en el mundo han sido, han manifestado: “El Estado soy yo” – como aquel “el pueblo soy yo”, pronunciado por el fallecido – para graficar que tenían el “derecho” a redactar la ley, aplicarla e interpretarla, y cuando se equivocaban era ley que se considerara que la ley había sido modificada, en nuestro ordenamiento jurídico el Estado está dividido en instituciones subordinadas a poderes autónomos subordinados a su vez a la soberanía popular consagrada en la Constitución de la República.

Esto indica que por definición, el Estado de Derecho excluye la imposición unilateral de la voluntad de unos sobre otros, y la aplicación leyes que no han sido sancionadas. Es decir, que todos reconozcan que los derechos son individuales  y, de parte de quienes están al turno de gobierno, que las leyes no tienen efecto ni a priori ni retroactivo. Sólo el Estado de Derecho permite el despliegue en libertad de las potencialidades y talentos de cada individuo, y de la sociedad en su conjunto, respetando siempre el derecho ajeno.

El Derecho surge de la libertad

La arqueología ha demostrado que la humanidad desciende de una mona única llamada Lucy. Ella fue la mona que se paró en dos patas. Y al hacerlo tuvo que encontrar utilidad para sus extremidades superiores, y así esa libertad le desarrolló el cerebro. Y no al contrario, como se suponía, que fue el cerebro el que nos hizo bípedos.
Así también es fundamental que el pueblo, como nación sujeta de deberes y derechos, conozca a cabalidad que es la libertad la que ha generado los derechos. Así como son los delitos y los abusos, del individuo y del Estado, los que generan constituciones, leyes y  normas.

No fue que un tipo con poder se levantó inspirado una mañana y se dijo, por ejemplo: -¿Y qué tal si esta gente vota? No. Fue la voluntad de millones de hombres y mujeres, que forzando la barrera de su libertad generaron ese derecho. Así como los derechos laborales surgieron del ejercicio de la libertad para declararse en huelga y hasta para morir por sus ideales de millones de obreros en el mundo.  

Por eso me irrita cuando unos ignorantes entregan sus derechos a cambio de una promesa o por el babieco encantamiento de un desaprensivo. Y cuando un baboso politiquero incondicional propone la igualdad por encima de la libertad, cuando la primera es consecuencia de la segunda.    

Las debilidades del Estado de Derecho

En los países totalitarios, como Cuba o Norcorea o Zimbabwue, el derecho protege y garantiza a los incondicionales comunistas, mientras que  proscribe y encarcela y fusila a los disidentes – la ley es inexorable para los enemigos. Porque así es el Derecho de Estado: Omnímodo y absoluto.

En cambio aquí, en la Venezuela democrática – no en la actual, por supuesto - o en cualquier Estado de Derecho, un comunista,  sabiendo nosotros que de obtener el poder destruiría nuestra libertad obligando y prohibiendo, goza de los mismos privilegios y libertades que nosotros.

Tiene garantizada su libertad de expresión para difundir sus esquizofrénicos postulados liberticidas. Y a nadie se le ocurriría fusilarlo, deportarlo o encarcelarlo. Esa es una debilidad de nuestro Estado de Derecho – por eso sus enemigos, antiguos encapuchados y terroristas urbanos están enchufados en el poder - pero es la diferencia fundamental con el Derecho de Estado.

Las armas del Derecho de Estado

Julio César solía decir que sus legiones conferían legalidad a sus leyes. Así definía para la posteridad lo que hoy conceptúo como Derecho de Estado. En cambio las armas del Estado de Derecho son las leyes y su acatamiento define su legitimidad.

Hoy en Venezuela está vigente el Derecho de Estado – los últimos acontecimientos que lanzan a la cadena comercializadora del país al ludibrio público – luego de la sistemática destrucción del aparato productivo -  obviando el debido proceso, lo confirman -   pues, la omnipotencia del Poder Ejecutivo, controlado por superministros militaristas,  pivotada en el “dejar hacer” del TSJ y la obsecuencia canalla del Poder Legislativo, que en acto “autosuicida” delega sus funciones vía habilitante, a quien por ley debe controlar, anuncia el retorno inminente de aquella atrocidad incivil de Curruco, el policía de mi pueblo en el gobierno de “mi general Marcos Pérez Jiménez”/ presidente constitucional/ elegido por el pueblo/ para gloria nacional”: - ¡Cédula en la boca y culo contra la paré, suidadano! 

Rafael Marrón González


Leer más »

… ¡PERO TENEMOS PATRIA!



Escucho, obligado por las circunstancias del momento, una trivial conversación entre un pequeño grupo de sujetos mal informados – para no llamarlos de plano ignorantes, es decir, “que no tiene noticia de algo”  - catequizados por la “idología” que conforma todo el basamento político del llamado chavismo, y me entristece la oceánica estupidez que supuestamente debo perdonar por tratarse de gente del pueblo, que, sin embargo, fue a la escuela, como cualquier otro ciudadano, que, atrevidamente, los lleva a concluir, con pensamiento prestado, que “ahora sí tenemos patria”.

Esa imbecilidad ha permeado desde las altas esferas del poder con el afán de convencer de que a falta de una gestión pública honesta y eficiente, lo más importante que ha hecho esta revolución en los interminables años que lleva en el gobierno, dilapidando una colosal fortuna en dólares, es que “nos dio patria”. Hideputa habemus Sancho.

Por ello es necesario informarles a los copetudos del elevado condumio de la godarria en el poder, cuya maldad supera cualquier estándar conocido, que patria teníamos y tenemos a pesar de su insolente proyecto destructivo de los recursos morales y físicos de la nación.       

Patria por vez primera

Para ellos un poco de historia: La irritante codicia de la Compañía Guipuzcoana – cual chavismo de hoy con la escasez -  generó una colectiva repulsa que fue el elemento aglutinante de las dispersas provincias venezolanas, y que unió a los venezolanos en un sentimiento común de patria, palabra que se estrena como factor de identidad en una revuelta, contra la Compañía, en el Tocuyo, en el año 1744, y cuyo documento de exigencias al Gobernador expresaba que marchaban “en defensa de nuestra religión católica, el servicio de nuestro rey y señor natural y defensa de nuestra propia patria”.

Doscientos cuarenta y cinco años habían transcurrido desde aquel soleado 24 de Agosto de 1499 cuando surgió el nombre de Venezuela como identidad territorial en el Golfo de Venezuela, hasta este día de 1744 en el que por vez primera se asocia, a conciencia plena, a la dimensión de Patria.

Y en 1749, Juan Francisco de León esgrime de nuevo la palabra “Patria” que por segunda vez esplende como icono revolucionario, y el 19 de Abril, preludio del de 1810, desde Panaquire llega a Caracas al frente de una multitud y pide la disolución de los poderosa Compañía Guipuzcoana. Fracasa en esta primera tentativa, pero se subleva otra vez en 1751, y esta vez, en represalia, su hacienda fue arrasada y junto con su hijo Nicolás fue enviado a España prisionero.

Nicolás de León, de regreso a Venezuela vuelve a agitar la idea de patria, ya más configurada en sus ideales, y claramente expresa: “...Nos toca la obligación de defender nuestra Patria porque si no la defendemos seremos esclavos de todos ellos”.

Y prende la patria en el alma

Al vigorizarse la conciencia de patria, Venezuela, hasta entonces sumisa colonia monárquica, decidió constituirse en República el 5 de Julio de 1811, y a las tres de la tarde de ese día, después de que Miranda cerrara las intervenciones con estas palabras: “O la vida para siempre o el sacrificio de todos por la felicidad de la Patria”, fue anunciado al pueblo por el Presidente del Congreso, Juan Antonio Rodríguez Domínguez, y aunque no se llamó oficialmente República de Venezuela sino Confederación de Venezuela del Continente Meridional, era jurídicamente una nación independiente organizada como República Federal.

El Acta de la Independencia, fe de Vida de la nación venezolana, y primera de Hispanoamérica, normalmente no se clasificaría como una Constitución, pero lo es, porque es la que nos constituye en nación independiente, y expresa nuestra voluntad civil y decisión política original como pueblo, manifestada aún antes de que la Independencia fuera realidad y como tal decisión es el fundamento de todas las otras Constituciones, que la presuponen como su normativa.

Es decir que no puede existir más congreso Constituyente original que el Congreso de 1811 y por lo tanto son derivadas todas las 26 constituciones que ha tenido la República, incluyendo la vigente.

Y para honrar esa voluntad expresada por líderes civiles, libró una guerra comandada por civiles asimilados a la estructura militar, contra el imperio ultramarino dominante, que duró diez años y costó 300.000 vidas.

Así que la República de Venezuela, como ente político soberano es una e indivisible hasta nuestros días, a pesar de su transitoria y obligada incorporación militar a la federación de repúblicas que constituyó la Gran Colombia.

En conclusión

A esta cáfila de borlados ignorantes que detentan el poder por la más extravagante equivocación popular, hay que salirles al paso en su pretensión de reescribir la historia para insertar en las mentes ingenuas la idea de “forjadores de patria” asociada al proceso de destrucción nacional que llaman “revolución”, pues la voz “patria” es inmanente a la gesta de nuestra independencia, la más sangrienta y cruel de todas las de la América Hispana.

La bellaquería de adjudicarle a la democracia un supuesto entreguismo a los gringos, por venderles petróleo, lo mismo que hacen ellos ladrando, para justificar el “tenemos patria” que se les atraganta entre millonarios robos al erario, inflación escalofriante, desabastecimiento y delincuencia organizada y moño suelto, cuando son ellos los más conspicuos traidores que ha tenido la república, pues, además, la patria es la gente, merece una contundente respuesta nacional.

Y ya basta de consideraciones con la ignorancia supina que nutre las filas de cuanto loco atrabiliario se le ocurra asaltar el poder en esta larga desolación política que nos agobia, pues en desquiciada asociación con inservibles con aspiraciones burguesas y delincuentes, constituyen la ruina de la patria que tanto alegan defender. Sale pa´llá.           

Rafael Marrón González


Leer más »

PAÍS A LA BARBACOA



Como comentario sobre los últimos aportes del gobierno del elegido - por razones que las malas lenguas atribuyen a cosas propias del escándalo - al anecdotario de lo estrafalario, nos encontramos con dos perlas imperecederas: La creación de un organismo censor, bajo jefatura militar, que, como sabemos, es el imperio del poder absoluto con responsabilidad delegada - ¿me lo echo, jefe? – para articular la unidad de opinión nacional en torno a las bondades excelsas de la nunca lo suficientemente bien ponderada presidencia de Maduro, cuyas siglas borrascosas “Cesppa” se estamparán en las intimidaciones, eso sí, democráticas, que eliminarán, a motu proprio – autocensura la mientan - para relevar de responsabilidad al gobierno, páginas, artículos, columnas y titulares que reflejen la realidad real, considerada golpista, provocadora, desestabilizadora y revoltosa, para imponer la iridiscente verdad oficial, dictada desde Palacio por borladas meretrices de cerebro “emprestado”, cuyo despliegue en las ediciones del Gramma ha hecho tan feliz al pueblo cubano, pues lo que no “sale” en la prensa no existe y ojos que no ven corazón que no siente. Y con ignorancia y nepe ni moscas entran. Sí señor. Umjú, anjá, sacalapatalajá.
Y la segunda de estas maravillosas concepciones del realismo mágico revolucionario es la creación del vice ministerio de la “Suprema Felicidad Social”. ¡Vaya pa´la auyama! Ni a Cervantes se le ocurrió tal ditirambo para la ínsula de Barataria. Y al conocer la noticia, recordé una anécdota del pueblo español bajo la férrea voluntad omnímoda del caudillo de España, nada menos – modesto el muchacho - que por la “Gracia de Dios”. Resulta que una tarde y no de toros, Franco le notificaba al pueblo, congregado bajo su balcón, las bondades de su gobierno, y declaró, con su voz de falsete, que en España no se acostaba ningún español sin comer. Y uno del grupo gritó: - Yo no he comido. Y el gran circuncidador de la dignidad española contestó: - Pues, no se acueste. Y todos felices de miedo redondo. Y olé. La propia nana de las cebollas.
Noticiarios en positivo y felicidad por decreto. Qué más puede querer un cristiano. Salvo pastillas para no soñar, de las de Sabinas. ¡Es que hay ca´uno! Pero peor es un pueblo que se traga esa piedra de amolar y sigue aplaudiendo como mono en jaula, por un titiaro. Uno de estos días visitaba un depósito de estantes vacíos, de los que antiguamente llamábamos “supermercados”, y me disponía a disputarle a un chino unas manzanas con las cuales había llenado hasta el tope un carrito de los grandes, sin dejar ni una para más nadie, cuando escuché a un sujeto con pinta de pegafiches, exclamar “los adecos no volverán”. No aguanté la tentación - soy liberal, por lo tanto ni socialesto ni socialaquello y cuando me hablan de “pobres” saltan a mi mente los educadores.
Solo creo en el trabajo, el estudio y la responsabilidad, y sostengo como Perón que “hay solo una clase de hombres: Los que trabajan”  - y alcé la voz: - ¡Mira, machete, en este país en barbacoa los únicos chavistas que quedan son los enchufados de la godarria que saltaron desde la pata de un tambor en los barrios aledaños de Turmero o de El Furrial o del Clavo – para no mencionar, por estética, a Sabaneta -  a baños con pocetas de mármol de Carrara en residencias lujuriosas en zonas de exclusiva membresía sangre azul.
Los otros treinta millones que le sobran a este régimen colgante, somos una caterva de güevones, y te incluyo, zanqueando leche pa´los carajitos y pidiéndole al vecino, que tampoco tiene, unas dos “vuelticas” de papel tualé – los peruanos se burlaron de nosotros lanzando rimeros de rollos de papel higiénico frente a nuestra embajada en Lima – para no enumerar la larga lista “no hay” que nos amarga la existencia y mantiene al pueblo en colas interminables, a ver qué producto consigue para revenderlo y meterse un billete oligarca – el colmo de la imbecilidad la ostenta el burócrata que prohibió a los buhoneros el expendio de productos regulados, “a partir de cuando se les acabe la existencia” - con unos salarios miserables que se devora la inflación más alta del planeta – los mesoneros de Santo Domingo no les aceptan, por lástima, propinas a los venezolanos - que compite con los niveles cloacales de la corrupción – Maduro les enseña los dientes a los grandes cacaos del ladronismo nacional, que se ríen de su investidura, persiguiendo pendejos como Mustafá, que ha sustituido al “chinito de Recadi” como símbolo anticorrupción - hospitales y escuelas que dan grima, con más delincuentes que chiripas y toda la infraestructura nacional en los puros huesos.
Y para colmo hasta el casabe, los huevos chimbos y los bollos con chicharrón serán importados. Y todavía tienen ustedes las bolas de hablar de soberanía y de que tenemos patria. Patria tienen los pueblos productivos. No los parásitos.
Así que sale pa´llá, que por tanta gente estúpida, que a falta de criterio busca padres eternos – comandantes supremos – y otras dependederas,  tenemos a Venezuela en la parrilla.
Y si ser entreguista – a China, a una piltrafa como la dictadura cubana o a Rusia o a Guyana nuestro territorio – es  ser patriota algo está oliendo a podrido en este tierrero. Esta situación la definió Bolívar, el histórico, con crudeza de escalpelo: “Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”.
Rafael Marrón González


Leer más »

LA LUCHA ES POLÍTICA NO GOLPISTA



La desesperación suele conducir a no pocas equivocaciones y muchas veces incentiva disparates de elevado costo. En estos días la república se estremece con el desmesurado aumento de los precios de los insumos básicos para el desenvolvimiento regular de la sociedad, por culpa de la torpeza comunista de Nicolás Maduro, para quien la economía es un asunto de capitalistas y no de esforzados paladines de la justicia social como él, y por ello culpa de la inflación y de la escasez  a una supuesta “guerra económica”, librada desde los cuatro puntos cardinales del imperio, contra su extraordinario gobiernillo de pancadas de ahogado, para no reconocer ante el pueblo el fracaso estrepitoso de la estúpida revolución pivotada sobre los altos precios del petróleo.

Y para combatir la deflación que se traga la economía del país, no encontró otra vía que arremeter contra los medios de comunicación creando el Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria, ¿o del gobierno? – “patria” es el apelativo del último refugio de los canallas – cuyas siglas borrascosas, “Cesppa”, pasarán a la historia como tantos otros organismos totalitarios creados para cercenar la libertad de expresión, cuyo libre ejercicio es la pesadilla de los tiranos en su afán de dar de baja la verdad. Y espantada la camarilla “manos en la masa” por el avance indetenible del descontento popular y el crecimiento vertiginoso del liderazgo opositor,  denuncia con desmesura un fulano golpe de Estado que se estaría fraguando desde los supuestos cuarteles de la oposición, denuncia que cuenta con el respaldo de la impecable seriedad bótox de José Vicente Rangel, el de los aviones de guerra estacionados en Colombia, de los que no ha hablado más, por cierto. Sin embargo en este país lo únicos golpistas cargan su certificado en el bolsillo y están en el gobierno desde 1999. La oposición está integrada por políticos que hacen política, y enfrentan los torpes ditirambos insultantes de Maduro y sus huestes con acciones políticas. Como he sostenido desde que comenzó este proceso de destrucción del sistema de libertades en Venezuela, de la mano de la barbarie militarista, de la ignorancia esperanzada y del estúpido oportunismo ahistórico, es un proceso pre político, oclocrático, que hay que enfrentar con un enjundioso ejercicio político. Porque toda revolución es pre política. Y a confesión de parte relevo de pruebas. Al definirse “revolucionarios”, significa que no son políticos, que no respetan la ley y que vulnerarán cualquier derecho ciudadano que obstaculice sus propósitos de enriquecerse y de mantenerse en el poder indefinidamente. Como consecuencia de esto, Venezuela no tiene gobierno, tiene una revolución más interesada en la exportación de su quincalla seudoideológica que en la solución de los problemas del pueblo. Repito, ¡no son políticos! Me irritan los supuestos analistas que le encontraban al fallecido, un tipo de las cavernas con una ametralladora en una mano y un saco de dólares en la otra, para el miedo y el soborno, virtudes políticas. La política no es vencer, sino el arte de convencer.  La palabra “estrategia” en el mundo civil es método, y se remite a formas civilizadas para convencer; en el militar significa engaño, mentira para vencer al “enemigo”, porque el “pensamiento” militarista no admite “adversarios”, tiene enemigos y su misión es destruirlos. 

Los hombres libres que enfrentaron durante diez años la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, lo hicieron con la política como arma. Porque sabían que las aventuras militaristas terminaban en golpes de estado militaristas. Ya lo habían sufrido en carne propia en 1948 luego de propiciar el golpe contra Medina, un presidente constitucional.

Los enemigos del régimen lo enfrentaban formándole sindicatos en sus barbas, con homilías eclesiásticas, infiltrando sus medios de comunicación, creando células de difusión del pensamiento democrático, formando al pueblo para que pudiera comprender el valor de la libertad. Aquellos políticos estaban conscientes del poder del dictador y apelaron a minar sus estructuras.

Pero por encima de todo introyectando en el pueblo un discurso común basado en la libertad y la democracia, diametralmente opuesto al del tarugo asesino y su satrapía corrupta. Y así el pueblo y los jóvenes oficiales de las fuerzas armadas tomaron conciencia de esa realidad. Y al final, aunque no fue el pueblo el que derrocó a Pérez Jiménez sino que el alto mando militar le puso una serie de condiciones que propiciaron la huída del tirano criminal, pero ese pueblo en la calle debidamente formado para la libertad, y estimulado por la idea de democracia, reconoció a sus líderes naturales e impidió que militares ambiciosos se erigieran en herederos del miserable déspota.


La democracia le debe mucho a un hombre de aquella hora, el Vicealmirante Wolfgang Larrazábal Ugueto, el militar de más alto rango del momento que en ejercicio de la presidencia, y con todo el apoyo militar, y el favor popular, optó por convocar a elecciones inmediatamente, con lo que se inició la movilidad social más espectacular que ha tenido la América Hispana en su historia.

Período interrumpido por la gavilla golpista que la plutocracia financió, la lenidad de Caldera, que traicionó la constitución, la satanización de los partidos políticos y la plasticidad de la clase media, llevó al poder en elecciones legítimas para desgracia de todos ellos y de todos nosotros, incluyendo al hambreado, abandonado, desempleado y engañado y cada vez más escuálido pueblo chavista.

En conclusión

Al contrario de lo que practicaron los que hoy están enchufados en el poder, que apelaron sin rubor al golpe de Estado, que hasta la atroz dictadura cubana rechazó, nosotros, los demócratas que somos la inmensa mayoría de este país, tenemos como única arma la política, porque estamos convencidos, tal como lo expresara Capriles, que un golpe de Estado es lo peor que le puede, le pudo o le podrá pasar a Venezuela. Sale pa´llá.         

Rafael Marrón González


Leer más »

¿QUÉ PASA CON EL ESEQUIBO?




Con total impunidad y desparpajo el gobierno guyanés, ante el ominoso silencio del venezolano – que en derecho internacional equivale a aquiescencia - anuncia el inicio de perforaciones petroleras en la fachada Atlántica venezolana por parte de compañías transnacionales – una de sus naves de exploración fue interceptada en aguas territoriales - “violación inadmisible de nuestra soberanía e integridad territorial” – oración que por insustituible asumo - pero que fue devuelta graciosamente y hasta con disculpas, al parecer.

Recuerdo que en los primeros años del gobierno del extinto se generó una expectativa con el asunto de la reclamación del territorio Esequibo, y aquí en Guayana unos exaltados grafitaban las paredes con convocatorias a la toma armada de ese territorio venezolano en poder extranjero. Luego la euforia nacionalista se evaporó en los éteres de la corrupción y la godarria roja rojita, al grado de correrse el rumor sobre una supuesta negociación de nuestra cancillería con la de Guyana a cambio del voto para el Consejo de Seguridad de la ONU, y el embajador de esa nación usurpadora de nuestro territorio cometió el desmán de exigir al finado en nombre de la solidaridad comunista que diera por cancelada la Reclamación y otorgara pleno derecho a los guyaneses sobre el territorio venezolano, lo que sería de grave incidencia sobre la posesión y soberanía de los mayores yacimientos gasíferos venezolanos, ubicados precisamente en la zona del Delta.  


Y nos parece que esta pretensión ha sido respondida afirmativamente, de manera tácita, porque – violando el artículo 13 de la Constitución - se le ha permitido al Gobierno guyanés la explotación de las riquezas del suelo y subsuelo que se encuentran en la zona en reclamación, lo que equivale a entregarlo a través del silencio.

Evidencia es que, en los últimos años, está apareciendo el mapa de Venezuela, oficial, mutilado, sin su Zona de Reclamación, lo que debe ser combatido porque esa debilidad de identificación con nuestras realidades geográficas permitió que perdiéramos la Guajira. Venezuela ha sido, de todo el Continente americano, el país que en su historia  ha sufrido la mayor agresión geopolítica, a pesar de que en la delimitación de sus fronteras ha esgrimido a su favor documentos como las Cédulas Reales que acreditan sus derechos históricos desde tiempos coloniales. Demarcado su territorio con la creación de la Capitanía General de Venezuela el 8 de septiembre de 1777, quedó fijado en una extensión de 2.100.026 Km2. Y perdimos Trinidad en 1797 por la invasión armada de Inglaterra. Y cuando se concreta la separación de Colombia en 1831, nuestro territorio quedó reducido a 1.552.741 Km2 de los cuales solamente podemos contabilizar hoy, y gracias a un trabajo de triangulación hecho en el Sur por Cartografía Nacional que nos permitió crecer algunos metros, 916.445 Km2. Hemos cedido en laudos y concesiones 1.183.581 Km2.

Y todavía Colombia, no conforme con el usufructo de  una cuantiosa porción territorial  desde la Guajira hasta los límites con el Estado Bolívar, que por arte de magia hizo binacional  al Orinoco, también quiere la mitad de nuestro Golfo de Venezuela; y Brasil, inconforme con haberse apoderado en 1965 del Pico La Neblina, de 3.014 metros de altura y 2,2 millones de hectáreas, que conforman hoy el mayor conjunto ecológico del mundo, pretende continuar su expansión con su política de fronteras móviles, es decir creando pueblos fronterizos que se encargan por dinámica natural de invadir espacios ajenos.

Genera profunda arrechera visitar Santa Elena de Uairén y sufrir la prepotencia de los brasileros usufructuarios de inconcebibles privilegios otorgados por la debilidad nacionalista de los llamados a defender la integridad de la patria en esa frontera.    

La importancia del Esequibo

En la Zona en Reclamación se focaliza el interés mundial por su capacidad geopolítica y geoestratégica  representada por minas de bauxita y manganeso, 25.000 toneladas de oro en reservas probadas,  diamantes, caolín, arenas, arcilla, sílice, mica, cromo, cobre, uranio, hierro, hematita, cinita entre otros minerales metálicos, no metálicos y radiactivos (uranio), granito de diversos colores, petróleo y gas natural, y un potencial hidroeléctrico de unos 3.500 megavatios.

En la región de tierras altas los bosques forestales ocupan más de ocho millones de hectáreas que contienen más de 1.000 especies diferentes, una fauna diversa y  un porcentaje significativo de tierras agrícolas. Todo en manos de la segunda nación más pobre de América Latina después de Haití, y que, salvo por la geografía,  no tiene la menor afinidad histórica o cultural con Venezuela, que tiene penetrada una quinta columna de sesenta mil nacionales en San Félix, estado Bolívar.

En conclusión

Dada la sospechosa inactividad, y hasta complicidad por afinidad ideológica cubana del régimen comunista que se apoderó de la República  con las abusadoras autoridades guyanesas – el extinto aseguraba, para justificar su connivencia con este despojo, que la reclamación venezolana era un ardid de los Estados Unidos para enfrentar a los pueblos “hermanos”, hideputa habemus, Sancho - es imprescindible la toma de conciencia del pueblo venezolano sobre esta sostenida agresión geopolítica que pretende usupar un derecho titular inobjetable a esta porción de territorio patrio - no olvidemos que la isla de Aves está en riesgo y que los terroristas colombianos aspiran formar una nueva nación con territorio colombo - venezolano.

Por lo tanto corresponde a las altas jerarquías militares, académicas, sociales y políticas de la República, ya que el “bravo pueblo” está en una cola de Mercal, tomar las acciones pertinentes para impedir esta traición a la patria en progreso por intereses políticos. El Esequibo, incluyendo el río, es venezolano y punto.     

Rafael Marrón González


Leer más »