Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

26 de noviembre de 2011

¿LEY DE PRECIOS QUÉ…?


Que el Estado tiene el deber de regular el mercado para impedir el abuso de los fuertes contra los débiles es una responsabilidad que nadie niega, sin embargo los excesos del Estado centralista y planificador de la economía, en esa labor regularizadora, suelen generar efectos contrarios como corrupción, mercado negro, escasez y su perverso efecto que afecta solamente a los más pobres: La inflación, que en Venezuela bate records mundiales.


El alerta de un director del Banco Central no debe ser tomado a la ligera por el gobierno, pues, a pesar de su filiación chavista, la lucidez lo obligó a declarar que esta “es una Ley que hay que evaluar muy bien, hay que aplicarla muy bien, porque si no se hace de esa manera puede convertirse en un búmeran”, es decir que existe preocupación en el propio entorno gubernamental por la sanción de una ley de características ideológicas – “una norma “vital” hacia el proyecto socialista” - que en lugar de favorecer a los más pobres, como pretende justificar el discurso político del régimen, puede derivar en un mamotreto arbitrario que lesiones, precisamente, los intereses salariales de ese sector de la población, ya de hecho deprimido por la ausencia de políticas públicas coherentes, que logren abatir la inflación que devora el salario.


Y es que la obsesión por controlar, centralizar y planificar todo según su convicción totalitaria, lleva a los comunistas a cometer dislates risibles pero trágicos, que derivan irremediablemente en su fracaso histórico, hacia donde dirige Chávez sus naves por el odio que destila por la empresa privada y su capacidad productiva – aliada formidable del éxito de Lula da Silva en Brasil y de todos los países citados por Chávez en su declaración de guerra contra la producción nacional de bienes y servicios - exponenciada por el estrepitoso fracaso de sus intentos de emularla, a la cual no le basta con asfixiar con el control de cambio y su mercado paralelo forzado ni con la aplicación de impuestos que ya alcanzan el 50% de los ingresos empresariales, ni con las multas y cierres – doble y triple pena con el escarnio público – sino que ahora, manipulando el sentimiento popular por la dificultad para encontrar productos de primera necesidad en los anaqueles de los mercados y el alza de precios derivados de la asfixia gubernamental por el exceso de controles y cargas impositivas, le atribuye la culpa – definiéndola como “especuladora” - de las consecuencias naturales de su mala praxis económica, sancionando una ley que impone precios mediante la discrecionalidad de una Superintendencia ad hoc, que no revela los mecanismos metodológicos que aplicará para configurar el precio final de un producto, sino que este será fijado a ojo de buen cubero, con el garrote en la otra mano - artículo 24: La Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana, serán órganos auxiliares del Sistema Nacional Integrado de Costos y Precios.


Quiebra y cierre, o viceversa, con desempleo es lo que se avizora en el horizonte empresarial criollo, para alegría del capitalismo transnacional, que se frota las manos a la espera de la inmensa masa de divisas que le llegará por obra y gracia de la estupidez comunista, que no escarmienta en cabeza ajena, por lo que será escarmiento para cabeza ajena a partir del próximo – cada día más próximo para su desesperación – 7 de octubre de 2012.


Así lo creo yo


La experiencia obtenida a través de doce años de abundante legislación inoperante - sobre todo por la comprobada ineficacia del funcionariado chavista de todo orden y pelambre que a su conjuro oxida todo lo que cae en sus manos o lo transmuta en ¿cuánto ha pa´eso? - nos permite aseverar que esta ley es inaplicable y no pasará la prueba del tiempo, ya que no existe capacidad técnica ni metodológica para emprender esta gigantesca operación de detección de datos de millones de productos, análisis de las estructuras de costos de producción con su ingrediente de porcentaje de importación, o de capital en divisas, además de la revisión de inventarios y nuevas facturaciones y comparación de precios con los estándares internacionales, por lo tanto esta es otra de las danzas del vientre de Hugo Chávez para encantar las masas y conseguir sus voticos para su ansiada reelección – la palabra de la Parca vaya adelante - endilgándole de paso su ineficiencia generadora de inflación a un supuesto “poder monopólico o monopsónico” cartelizado, acaparador y especulador, que debe ser bien “monopsónico” para permanecer durante doce años en las sombras especulando como le ha dado la gana produciendo casi 800% de inflación, mientras Chávez se miraba el ombligo, hasta que… ¡eureka!... la campaña electoral lo tumbó del caballo en el camino hacia Cuba y zass… se la comió... Para 2012 no habrá inflación… Sí, oh.


Rafael Marrón González
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20 de noviembre de 2011

LA CORNUCOPIA ELECTORAL

Si no fuera por la dramática credulidad hipnótica de un pueblo seducido por la promesa de una parcela en el cielo, sería para estallar en carcajadas continentales la actitud demagógica del Chávez campañero que supera con creces aquel viejo chiste del político que prometía un puente y cuando un aldeano le informó que en ese pueblo no había río, sin inmutarse ofreció construirles uno bien ancho y bien hondo.

Desde el fondo inagotable de aquel saco de los cuentos de las Mil y una noches, Chávez va sacando promesas imposibles y sobornos miserables que les aguan la boca a sus encandilados seguidores de la pobreza profesional, cuyos votos son su única pertenencia real y los cambiarán sin pensarlo mucho por ese cuento de hadas tan bonito… si fuera posible:

Y en ese empeño Chávez – presionado por el secuestro de Ciudad Guayana durante más de 30 horas, en acto impune, violatorio de la Constitución y las leyes, que lesionó los derechos de miles de ciudadanos, bajo la consigna clientelar más infame - no vacila en ordenar la inclusión de un millar y pico de tercerizados a la ya desbordada nómina de Sidor, empresa colapsada financieramente producto de la irresponsable munificencia de su propietario que ordena, en su delirio dispendioso, vender la cabilla con precios subsidiados, subsidio que debe asumir la empresa, que por ello no puede cubrir los costos de producción de ese rubro. Desproporción laboral que también ha puesto en práctica en las empresas del aluminio y en Ferrominera y Edelca, con las consecuencias previsibles para tan irresponsable populismo que ha devastado los beneficios contractuales de los auténticos trabajadores productivos de esas empresas, básicas en otros tiempos.

Después de doce años ejerciendo el poder de forma omnímoda, sin perro que le ladre, con el gigantesco presupuesto de la nación bajo el colchón, para pasto de ratones y cucarachas, promete como si estuviera saliendo de Yare que ahora sí va a hacer lo que no hizo, porque este es un nuevo Chávez que ha surgido de lo profundo de la quimio cubana, pidiendo perdón por sus errores y, como el emperador de Japón después de la derrota atómica, reconociendo que “no es más que un ser humano”, aunque amenace con quedarse en el poder hasta el 2041 – claro, si la atenta doña Parca no decide otra cosa – y escondiendo la guadaña liberticida detrás de la espalda:

Y de su inmensa boca, cual sombrero de copa rota, caen sobre la resequedad social, trémula de protestas por las promesas incumplidas, al ademán prestidigitado, como fino chubasco llanero – borrando todo vestigio de memoria histórica - viviendas por millones – “nunca se habían hecho tantas viviendas, trescientas mil en un año”, pero nadie las ha visto ni oído, como aquellos ganaderos embusteros que cuentan sus reses por dientes, Chávez cuenta las casas por ladrillos, ¿por qué, si eso es cierto, siguen en sus madrigueras insalubres los refugiados? Enseres domésticos chinos, desechables, por supuesto; carros iraníes de tecnología periclitada, teléfonos vergatarios que y que dejan al BB en el aparato, plantas eléctricas a chorro, autopistas y carreteras sin un hueco ni para remedio – ejemplo, ¿la carretera de los llanos? - escuelas de a montón y hospitales dotados con médicos tapa amarilla madurados con carburo; reducciones mágicas de la pobreza – proeza del lápiz del INE que ha sido “invisibilizada” por la oposición, ¿no será por la realidad? - bonos de trescientos mil bolívares para todo menor de quince años en precariedad, que son legión después de prometer cambiarse el nombre si “en dos años se encuentra uno solo en esas condiciones”, lo que crea otra instancia para la corrupción y el parasitismo social.

Ordena importar millones de dólares en comida cara para venderla barata en Mercal, inunda con su verbo entusiasmado los mercados y tarantines callejeros de perniles de cochino evanescentes y promete, jurando por esta, que las hayacas saldrán en cinco bolívares (no definió si de los viejos o de los “fuertes”). Ofrece incorporar a todos los tercera edad al régimen de pensiones – así nunca hayan cotizado – cargando esa cuenta también a una PDVSA que ya no puede con su alma y que ha tenido que abandonar sus inversiones en nuevas exploraciones al destinar ingentes recursos a satisfacer la insaciable chulería de la asociación de lambucios buscando alguito (ALBA), el reparto de dádivas y mantenimiento de misiones absurdas y a la usura brutal del préstamo chino, que más parece un paquete chileno.

Y la última, reconoce – fin de mundo – que “la inseguridad es uno de los más graves problemas que aqueja a Venezuela” – ¿cómo les quedaría el ojo a los adulantes de la tesis de la “sensación”? – y crea la Guardia del pueblo en vino tinto enfundada pero armada - ¿justificación para legitimar el control social cubano en nuestra sociedad? Sin embargo, no promete frenar la inflación que saquea el salario del trabajador – que según su inversión de valores, es producida por la especulación, no entiende que es al revés; ni reactivar el aparato productivo, ni incentivar con reglas claras la inversión privada – únicas maneras de crear empleos dignos y suficientes.

No, toda esa oferta engañosa y con daño oculto pavimentará la vía, que no láctea porque leche no hay, hacia el socialismo, definido como un estado de éxtasis perpetuo, en el cual el pueblo, castrados sus derechos civiles, flotará en los efluvios del Guaire, alimentándose del mismo maná con el sabor de la imaginación que Moisés daba a los israelitas hasta que estos, hasta la coronilla de sus embustes, un bíblico 7 de octubre, le aplicaron un fulminante ¡sale pa´llá!

Rafael Marrón González
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15 de noviembre de 2011

EN GUERRA AVISADA…

En una intervención telefónica en el canal 8, Chávez amenazó que de ganar la oposición tendríamos guerra, enfatizando lo expresado, en ese mismo sentido, en el año 2009: "Si a Hugo Chávez le toca entregar el gobierno en 2013, no lo hará a un contrarrevolucionario, porque si no vendría la guerra”.

Es decir, que la idea de la guerra civil ha sido una constante en Chávez, salió a matar venezolano en 1992, fue derrotado, encarcelado y liberado sin juicio por una debilidad de la democracia, y al verse libre se fue a Colombia a participar en el movimiento subversivo de aquel país, como se lo informara el presidente Pastrana a Rafael Caldera - ¿dónde estaría Chávez cuando la masacre de Cararabo? - su participación en el sistema electoral democrático no es suficiente mérito para obviar su condición natural, pues probado está que ha usado los privilegios democráticos para desactivar la democracia, por ello considero de suma gravedad esa amenaza pública de guerra a muerte del hombre más poderoso del país, que en su megalomanía se asume la encarnación del pueblo y de la patria, que tiene en sus manos los instrumentos y equipos y radicales resentidos armados, llenos del odio necesario, apoyados por cien mil milicianos cubanos, para provocar una guerra civil de devastadoras consecuencias.

Y es preocupante porque se trata de un individuo con antecedentes violentos, cuya aparición en el escenario político nacional fue mediante un levantamiento militar que ocasionó decenas de muertos y a quien no le tembló el pulso para invocar el “Plan Ávila” el 11A, conociendo los alcances de una orden semejante que, de haberse cumplido, hubiera ocasionado miles de muertos civiles e inocentes, aunque nadie duda de la verdad de quienes ocasionaron las muertes en aquella jornada pacífica a la que la cobardía tiñó de sangre y luto desde las azoteas de los edificio aledaños a Miraflores: ¡Bájame otro racimo de topochos!, se cuenta era la orden a los francotiradores para asesinar inocentes.

Así que tomo muy en serio esta amenaza de Chávez, es una declaración peligrosa, antidemocrática y criminal, porque los débiles mentales que conforman sus brigadas de reacción inmediata comandada por Freddy Bernal, solamente entienden de la jerarquía de una orden y la cumplirán a rajatabla.

Como ocurre con ese lema patria socialista o muerte – que la cercanía de la muerte se encargó de disolver – pero que en boca de un soldadito analfabeta, reclutado en los montes de Barinas, es una declaración de guerra a muerte y no una inofensiva consigna política como los ingenuotes de algún sector opositor se imaginan.

Preocupa a los venezolanos de la oposición voluntaria, entre los que me cuento, que esta amenaza incivil de propiciar una guerra si pierde las elecciones, no haya tenido la menor repercusión en el liderazgo opositor oficial, lo que presumo obedece a una estrategia electoral diseñada para captar el voto del chavista frustrado, sin percibir que, en primer lugar, chavista vota por Chávez y no hay posibilidad alguna de revertir ese voto fanatizado, y en segundo lugar, y en paralelo, los que fueron chavistas y que comprendieron a tiempo que Chávez los llevaba al desastre económico y moral, quieren, precisamente que el liderazgo opositor les suministre las evidencias, les señale claramente las pústulas pútridas, para sentir que su apreciación fue correcta, y sienten que no están representados por este liderazgo, que ha tomado el incierto camino de ofrecer mejorado lo mismo que Chávez ha impuesto en su campaña funesta de ranchificación nacional, que está mutando a los venezolanos en parásitos sociales y ladrones de espacios y edificaciones privadas.

En verdad preocupa, que las ofensas y amenazas brutales de Chávez – enfermo del alma, de la psiqus y del cuerpo – no tengan una respuesta contundente a escala nacional e internacional, que ponga en su justo lugar a este delirante enemigo de la libertad, de la vida y de la propiedad, que son las columnas del desarrollo individual que hace posible el progreso colectivo.

Yo le creo a Chávez

He sido un adversario de Chávez y de lo que representa su liderazgo negativo desde el mismo 4F y no he errado en mis apreciaciones porque le creo sus amenazas. Chávez miente solamente en aquellos casos en los cuales necesita engañar al pueblo humilde que lo idolatra, pero en sus acciones autocráticas, jamás ha mentido. Siempre ha cumplido sus amenazas y no veo razón para que no cumpla con esta.

Los seres humanos nos acostumbramos a ver lo que deseamos y no nos gusta la verdad, porque es fea, y nos entusiasma el engaño - que es una mentira que quiere ser creída - por ello todavía, a pesar de la evidencia en contra, encontramos personas de excelsa ingenuidad, que sostienen que Chávez “no es así”, aunque el propio Chávez les demuestre con hechos lo contrario, pero ellos se niegan a aceptar la realidad, la que yo vi claramente aquel lejano 4F de tan luctuosa significación para Venezuela:

Chávez es un hombre de poder sin el menor escrúpulo para eternizarse en su ejercicio y si para ello debe propiciar una guerra fratricida, créanme que no vacilará en generarla. Sería muy saludable para la república y su orden democrático que nuestro liderazgo opositor ignorara por un momento las estrategias electorales – no estamos en un escenario democrático convencional -y plantara cara a esta alarmante advertencia de Chávez: O yo o la guerra a muerte.

Rafael Marrón González
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14 de noviembre de 2011

“NO SOMOS SUIZOS…”

En principio debo aclarar que no estoy en contra de la “reelección” como se estila en países de formación democrática cuyos líderes son estadistas conscientes de la importancia de la alternabilidad, como son, por ejemplo, los casos de Estados Unidos y Francia, cuyos expresidentes se retiran a escribir sus memorias y a fundar bibliotecas y no gravitan sobre la vida política de sus naciones, pueblos que premian conscientemente la labor del gobernante con su reelección, y estos no se atreven a usar los recursos del gobierno para sus campañas electorales, como sin escrúpulos de ninguna naturaleza, hacen los especímenes pre políticos de estas soledades ignaras, en las cuales la política carece de principios filosóficos, y las elecciones son competencias entre promesas imposibles y sobornos miserables – pierde quien diga la verdad - y cuya vida republicana obvia el poder formidable de la institucionalidad y aún se debate en la estúpida búsqueda del caudillo providencial - hombre indispensable e insustituible - salvador de la patria, gendarme necesario, revolucionario mesiánico, adjetivos que tratan de justificar la codicia de los hombres de poder ante la escasa tradición democrática que los endiosa – sobre la democracia siempre pende la espada del totalitarismo - gorila o revolucionario - y donde se asume pueblo la porción esperanzada – que cree que esperanza deriva de “esperar” y no de “buscar” - sobornable, ingenua, menos formada, por sus ingentes necesidades – la lámina de zinc de ayer o la “misión” de hoy, arrasan con la razón de Estado - que, desgraciadamente, conforman un porcentaje mayoritario - por la reproducción irresponsable estimulada desde el Estado clientelar - que inclina la balanza electoral hacia quien satisfaga la “gran barriga”, sustituto perverso de patria, institucionalidad y estado de derecho.


Sigamos el ejemplo que Rómulo dio


Rómulo Betancourt, fundador de un partido político netamente venezolano - como peruano fue el APRA de Haya de la Torre - que la parejería de Carlos Andrés Pérez inscribió en la socialdemocracia, estaba en total desacuerdo con la reelección y dio instrucciones terminantes a su bancada en el Congreso Constituyente para no incluir la reelección, que sin embargo quedó solapada – por aquello del tipo providencial – con la posibilidad de presentar las candidaturas de los expresidentes a los diez años de su mandato, lo que ocasionó que el caudillismo se atrincherara en los partidos, generando pugnas internas devastadoras para su credibilidad y obstaculizando el paso a las nuevas generaciones, responsable directo de esta atrocidad autoritaria que atraviesa Venezuela para su deshonor democrático.

Una constituyente por la vida…

Por ello, y sin ninguna duda, la actualidad política venezolana exige convocar un Congreso Constituyente que redacte una constitución vigorosamente civilista, principista, democrática y republicana - hasta el momento de redactar este texto, solo Diego Arria se ha inclinado hacia esta opción que permite, ante la traumática experiencia vivida, blindar la Constitución contra apetencias caudillistas y mecanismos fraudulentos para modificarla, como ha hecho la Sala Constitucional con el artículo 71, Sala que debe ser eliminada, pues la Constitución en su jerarquía de ley suprema de la república es taxativa y, por lo consiguiente, no necesita intérpretes.


Y ese Congreso Constituyente debe legislar de manera urgente para: Quitar el fuero a los militares - eliminando todo vestigio de militarismo – Chávez convirtió la jerarquía civil sobre la autoridad militar, inherente a la presidencia de la República, en un grado militar activo que es necesario desmontar por el bien del orden republicano.


Volver a la bicameralidad – el Senado debe asumir los ascensos de la oficialidad superior, ahora algunos políticos saben por qué. Eliminar la adjetivación dictatorial al nombre de Venezuela, pues es “bolivariana” en cuanto la doctrina del Bolívar del congreso de Bolivia. Y eliminar la reelección dejando el período en los seis años actuales pero sin posibilidad de reelegirse, copiando, de ser necesario, el Artículo 83 de la Constitución mexicana: “…El ciudadano que haya desempeñado el cargo de presidente de la republica, electo popularmente, o con el carácter de interino, provisional o substituto, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto”.


En conclusión

Sería importante que los precandidatos tuvieran un proyecto de renovación republicana común y se comprometieran – gane quien gane, cualquier es superior a Chávez de aquí a la luna - a dar los pasos necesarios para devolver a los militares a sus cuarteles y reforzar la civilidad con una nueva Constitución que elimine la reelección y asumir un programa mínimo de gobierno que contemple vivienda, empleo, seguridad, reactivación económica y materia petrolera.

Espero que llegará el día en el cual este pueblo tenga la formación necesaria para, primero elegir por programas de gobierno y no por encuestas manipulables y manipuladoras, y, segundo, para premiar a un gobernante dándole nuevamente su confianza para otro período presidencial o castigar a un mal gobierno con el desplante histórico de la pérdida del afecto popular.


Rafael Marrón González
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