Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

27 de marzo de 2010

¿El Mandela venezolano?

Los hombres de poder desprecian su necesidad de asesores corajudos que les digan la verdad y les impidan cometer actos reñidos con la prudencia que debe caracterizar las ejecutorias de un Jefe de Estado. Lamentablemente los hombres de poder son el reflejo de las íntimas perversiones de los pueblos, entre ellas la ignorancia. Hitler, por ejemplo, no fue más que el intérprete de la locura colectiva que afectó al pueblo alemán en aquella hora menguada para su grandeza. Hora en que solamente los aristócratas salvaron su honor para la historia. Hitler no tenía asesores sino incondicionales no deliberantes. Y el crimen campeó. Es la verdadera soledad del poder. Y es que hasta los jefes mafiosos tienen a su alrededor asesores que les señalan las inconveniencias de realizar acciones que pudieran comprometer su fachada ante la sociedad.

El general Páez, precisamente por esa carencia de hombres probos a su alrededor, cometió un crimen execrable para su historia de fundador de la República y héroe de la Independencia americana, al ordenar el fusilamiento de dos prisioneros políticos, los generales federalistas Herrera y Paredes, en venganza por la salvajada cometida por las tropas federales en la batalla de Chupulúm, cerca de Petare. Y ese crimen se llevó a cabo sin que nadie opusiera la más leve resistencia. Todos fueron excesivamente diligentes para cumplir aquella orden atroz. Cualquier dilación u oposición razonada le hubiera evitado al Héroe de las Queseras del Medio y Carabobo ese oprobio sobre su brillante hoja de servicio. Level de Goda sentencia que ese acto fue una señal de la decrepitud de Páez.

Así la historia registra los desmanes de todos los hombres de poder que en el mundo han sido, atribuyendo un porcentaje de la culpa a los oportunistas y validos que los rodean y estimulan sus desvaríos, en lugar de cumplir su deber moral de mantenerlos en el cauce de la responsabilidad cívica y los dejan despeñarse al desastre ético y moral. Y es que del hombre de poder dimana un aura poderosa de autoridad incontrovertible, que instiga la servidumbre voluntaria capaz de llevar a cabo las órdenes más sórdidas o aplaudir los dislates más ridículos.

Pero esa carencia también ha afectado a no pocos hombres de Estado: Como Carlos Andrés y Lusinchi, a quienes los áulicos aplaudían el envilecimiento del solio presidencial, al elevar a sus amantes a posiciones de control que enlodaron la historia de estos líderes forjados al calor de la lucha contra la feroz dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez. Los adulantes cavaron el sepulcro de su historia, destruyendo con ellos la democracia liberal que comenzaba a surgir. Por ello, lo que presenciamos en la actualidad en Venezuela con el caso de Chávez, que es una entidad totalitaria, es la absoluta falta de sindéresis asociada a una corte perruna de hombres inservibles, cuya sumisión asquea, y a un anillo de extranjeros, supuestos asesores, sin comprensión de la venezolanidad, indiferente a la suerte moral del protector económico del régimen cubano.

Por lo tanto comete disparate tras disparate, que lo convierten en flanco de ataques que han minado a tal grado su prestigio, que ya la burla a sus expensas es el común en los escenarios internacionales, que también han comenzado a cuestionar seriamente su talante democrático y a tomar en serio su presunta peligrosidad para la estabilidad de la región. Cuando tomó la decisión de ordenar la prisión de Oswaldo Álvarez Paz – un líder de la social democracia mundial, excandidato presidencial y figura relevante de la política nacional – no tuvo a su lado alguna voz que le impidiera cometer tal sandez.

El “Mandela venezolano”

En una oportunidad vaticiné en este diario la inminente prisión de Manuel Rosales y me preguntaba si sería “el Mandela venezolano” o se pondría los patines para huir como Chávez esperaba. Huyó – y nadie puede juzgar esa acción, pues la cárcel, en regímenes como éste, es “el sepulcro de los vivos”, como bien lo suscribiera Dostoievski. Sin embargo, el doctor Oswaldo Álvarez Paz enfrentó con entereza el calvario judicial incoado en su contra por un solitario Chávez desquiciado por la ira, que suele ser muy mala consejera. Y así, con ese acto irracional, Chávez acaba de crear un rival de mayor estatura continental que la suya, con suficientes méritos, convicción democrática y redaños para propinarle una derrota contundente, al que faltaba la victimización para empinarse como mártir de la resistencia.

Álvarez Paz, al cruzar el umbral de su prisión, flanqueado por gendarmes ostensiblemente respetuosos, ha dado el primer paso hacia su conversión en el “Mandela venezolano”, cuyo destino será conducir la República, a partir del 2012, hacia una época de paz, progreso y concordia. Los jóvenes que hacen vida pública en las redes sociales se han erigido en difusores de su imagen. Todos los avatares de Noticiero Digital amanecieron sustituidos por una fotografía de Álvarez Paz, por ejemplo.

¿Qué fue lo que dijo que tanta ira causó?

Uno de esos personajes inservibles que pululan a las sombras del poder, para congraciarse y conseguir alguna canonjía, manifestó que Álvarez Paz sería juzgado por “traición a la patria”, y me pregunto si este adulante está enterado de la existencia del artículo 464 del Código Orgánico de Justicia Militar, que define las acciones que configuran traición a la patria, como someter a la república a actos de ruptura de relaciones diplomáticas.

Oswaldo Álvarez Paz ha sido imputado – sin derecho a ser juzgado en libertad, lo que sí se aplica a cuanto delincuente atrapa la policía – por los graves delitos de conspiración, instigación pública a delinquir y difusión de información falsa. Los “jueces del horror” siempre encontraban formas jurídicas para cubrir las injusticias, abusos y excesos del poder.

Es la antigua fábula del lobo y el cordero, mediante la cual Esopo sentenciaba que de nada valen los argumentos del débil cuando el poder decide actuar en su contra. Oswaldo Álvarez Paz no dijo nada que la prensa mundial no haya estado reseñando desde hace mucho tiempo, lo que ha sido exacerbado por la declaración de un juez de la Audiencia Nacional española con relación a la organización terrorista ETA – declarada objetivo militar por el gobierno francés - que supuestamente mantiene como refugiados unos cuarenta miembros en Venezuela, comprobándose que al menos dos de ellos ocupan cargos de alguna significación en el gobierno. Y Chávez sabe – y por eso su iracundia contra Álvarez Paz - la delicada situación a la que lo han llevado sus temerarias declaraciones de reconocimiento a las FARC como grupo beligerante, una organización vinculada al secuestro y tráfico de estupefacientes, declarada terrorista por 32 Estados, entre ellos los integrantes de la Unión europea, los Estados Unidos y Canadá.

Está consciente, también, de su precaria situación jurídica ante la Corte Penal Internacional por casos relacionados con la violación de los Derechos Humanos y no puede negar su preocupación por la calificación que está recibiendo Venezuela como importante “autopista para el tráfico de drogas”, no sólo por los Estados Unidos, como falsamente arguyen, sino por España, Inglaterra, Francia, Portugal y países africanos. Así que lo que dijo Álvarez Paz por Globovisión golpetea de día y de noche la psiquis de Chávez - ¡terrorismo, narcotráfico, derechos humanos! - porque son hechos que ya el mundo considera harto evidentes y que pueden, en cualquier momento, desembocar en acciones jurídicas por plena prueba. Y si en verdad quiere encontrar un culpable, éste no está en Álvarez Paz sino en su entono de incondicionales, incluyendo a algunos presidentes latinoamericanos, como Lula, que lo ha usado para erigirse por contraste en la exorbitancia de “estadista mundial” y lo llama en privado, con desprecio, “el loco Chávez” - que le apoyan y aplauden cualquier estupidez, hasta auto inculpadora, con tal de mantener los privilegios que el ejercicio de un poder incontrolado les prodiga.

Pero también debe revisar su ego desmesurado, que ha contribuido a desarrollar el cáncer que destruye sus defensas: Se cuenta, por ejemplo, que la salida de José Vicente Rangel de su cogollo, fue por atreverse a recomendarle que tuviera cuidado con la forma con la que dispone del tesoro público, pues le podría acarrear sanciones judiciales en el futuro. Dicen que el que va a caer no ve el hoyo, pero hay algunos que caen porque simplemente subestiman la peligrosidad del hoyo.

En conclusión

Siempre me pregunté cuando Chávez iba a pisar el peine y a enviar a la cárcel a alguien de suficientes quilates como para surgir como el líder que aglutinaría la oposición a su régimen, para elevarse como el próximo Presidente democrático de la República de Venezuela. Lo acaba de hacer.
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20 de marzo de 2010

O corren o se encaraman

Por temor a herir susceptibilidades solapadas en las palabras “pueblo”, “solidaridad”, “humanismo”, “pobreza”, y por una especie de sonrojo por producir dinero y bienestar personal, el discurso liberal no ha enfrentado con contundencia el mito “socialista” – en realidad “masalista” – produce masa, no sociedad – que tanto sufrimiento ha ocasionado a la humanidad, diluido en el argumento falaz del “amor a la pobreza”, en realidad su sustento político, pues, como he escrito en otras oportunidades, se apropió de valores sustantivos del ser humano, en su definición intrínseca sintetizada en la generosidad – cuyo máxima expresión es la piedad – para elaborar todo su andamiaje discursivo mendaz y perverso, que la historia reciente ha develado, por lo que es necesario difundir con efectividad – no en foros para iniciados - que “socialismo” es un sustantivo feliz que define la esclavitud política por el atractivo de lo social.
Es un espejismo – lo probó la URSS y lo demuestra Cuba - que ha permitido que importantes sectores de la humanidad caigan en la trampa del estatismo exacerbado, que define la realidad política del llamado impropiamente “social-ismo” que, repito, en la práctica no tiene nada que ver con lo social sino con el dominio centralizado de la vida política nacional por parte del asfixiante aparato estatal que, eliminando lo “privado” y su exponente, la individualidad, convierte lo “publico” en lo “gubernamental”, derivando al ciudadano en súbdito masificado, necesariamente obediente y no deliberante, permutándole la libertad por la subsistencia basal.
Es decir, que tal como bautizar una niña como “Hermosa”, por lo que siempre lo será de forma ideal, el sustantivo “socialismo” posee la virtud artificial intrínseca de referirse a lo social por encima de lo político, que el común introyecta como “preocupación por el sufrimiento del pueblo”, con el sentido de solidaridad, por encima del individuo entendido como egoísmo, cuando en la realidad es todo lo contrario: es un sistema que privilegia lo político por encima de lo económico, con el desastroso resultado para lo social.
Es una de esas voces de fácil compra pero que esconde una perversa realidad antinatural – su símil en la naturaleza es la letal medusa “avispa marina” - que suprime la individualidad, centraliza la actividad pública y estatiza la vida de la nación eliminando el “interés propio” que es el combustible que mueve la economía. Y esta es una fórmula inequívoca para fracasar, por lo que este sistema de gobierno sobrevive entre sus escombros gracias a la represión de un militarismo corrupto que se encarga de oprimir la disidencia y por la idiotez acrítica de la filantropía liberal.

Cuba es el ejemplo más cercano de la aplicación de la fórmula socialista en un país que, aunque bajo una dictadura militar indeseable, era para 1958, uno de los más prósperos de América Latina que se ha convertido en un lastimoso espectáculo de desolada miseria bajo 51 años de opresión colectivista, erigida en el burdel del planeta.

Develar la verdad socialista
Pocos de los aduldolecentes socialistas, seguidores incondicionales de una ilusión conjugada en un idílico futuro eterno, conocen en realidad las características opresivas de este tipo de regimenes que sólo pueden sostenerse por la fuerza colosal de las armas, pues ningún hombre de verdad está dispuesto a rescindir su derecho a la libertad sino es por la aplicación de una fuerza superior que domine su naturaleza, y ésta es el terror psicológico como consecuencia de la aplicación sistemática de técnicas de control de la población cuya subsistencia deriva de la sumisión, aunque vemos con asombro como en la Alemania actual un elevado porcentaje de individuos deploran la caída del Muro de Berlín y añoran al Estado propietario de sus vidas que les proveía la subsistencia en un mundo gris de alcohólicos cabizbajos, irreconocibles como sujetos de derechos. La aduldolescencia también campea por la ex culta Europa.
Utopía de la inmovilidad deseada
El socialismo, como discurso de una utopía irrealizada, enamora a jóvenes románticos - y ancianos espinilludos - llenos de aspiraciones justicieras insufladas por el manual de Robin Hood – “quien roba a Pedro para darle a Juan, tiene el amor de Juan” - cuando en la realidad es un sistema empobrecedor, indefectiblemente vinculado a gobiernos dictatoriales, definidos como “democracias populares” por la prensa de izquierda - en una absurda contradicción – que imponen a sangre y fuego el personalismo, el estatismo, el partido único, el sindicato único (en realidad un comisariado del partido), el líder único e infalible, el igualitarismo (igualdad porque sí) y el colectivismo, lo que los lleva irremediablemente al fracaso, sencillamente porque todo eso es antinatural.
Y ese es uno de los problemas que confrontamos los liberales: Que el discurso romántico y pobrecitista del socialismo flota incontaminado por encima de los cien millones de muertos – en Rusia, China, Camboya, Corea del Norte, Cuba - y de las atrocidades que los socialistas en busca de su utopía comunista han cometido antes de fracasar estrepitosamente y convertirse en obesos capitalistas salvajes. Y es que ese discurso atrapa especialmente a la juventud que no ha incursionado críticamente en la historia. Por eso es tan importante llevar a nuestros estudiantes la verdad resultante de comparar el discurso romántico contra la injusticia y la realidad de un siglo de crueldades de este perverso sistema ideológico enemigo de la libertad, del individuo, de la propiedad privada y de la democracia.

La base del discurso socialista
El basamento de la engañifa socialista (cuyo lema es ¡ojalá que llueva café!, como Chávez añora que llueva electricidad), que insisto es una ideología en la que los medios de producción son, en teoría, propiedad colectiva, pero en la práctica se concentran en la nomenclatura oficial erigida en signataria del Poder Popular y por lo tanto todo pasa a ser para disfrute de los burócratas, son:
Justicia social, que en verdad es filantropía oficial que deriva en parasitismo social por la castración de la responsabilidad;
Repartición proporcional de la riqueza, un mito muy productivo entre la ingenuidad popular, por el atractivo de la palabra “riqueza”: Pablo de Tarso hizo doctrina que para poder repartir primero hay que producir, y no hay nada que odie más un socialista que la palabra “producción”;
Igualdad por encima de la libertad, sólo posible por la fuerza;
Solidaridad, pero mecánica, algo así como una banda de mochos rascándose entre sí;
Plusvalía del trabajo, que le hace la boca agua a los ingenuos, pues predica que la mano de obra tiene un valor superior en la relaciones de producción y es la que fija el precio del producto, lo que no solo es falso, sino que es embuste, pues es la utilidad la que fija el valor, reflexione y lo descubrirá;

Todo eso derivado de la Economía de Estado, Estado propietario del aparato productivo, comercial y financiero y, por lo tanto, todos los ciudadanos comen si el Estado quiere, lo que el Estado desee a través del paternalismo oficial – estupidez ésta que arruinó la democracia venezolana, incapaz de generar un proyecto económico de nación adulta por el perverso clientelismo político, ejercida por un poderoso gobierno central (controlador, confiscador, interventor y – por supuesto, ni lo mencionan - represivo)
Conclusión
Aunque las últimas encuestas revelan que sólo el 21% de los venezolanos sigue seducido por la oferta de vivir sin trabajar, aquí todo el mundo tiene que definirse:
Si es socialista, asuma su barranco y demuestre que vive como tal enemigo de la propiedad y de la empresa privada, pues lo suyo es propiedad colectiva, control social, pensamiento único y capitalismo de Estado – todo socialismo lo es, aunque no todo capitalismo de Estado es socialista (caso países árabes) - porque jamás la legión de burócratas - ineptos genéticos, psicópatas y oportunistas desclasados - que el socialismo acopia para subsistir, va a rescindir sus privilegios para drenarlos al pueblo.

Pero si su amor a la pobreza no llega al grado de quererla para siempre y defiende la propiedad privada y la libre empresa, pero no quiere que le digan ¡liberal!, le queda la social democracia: Teodoro Petkoff, antiguo comunista de fusil al hombro – que acaba de llamar filho de puta a Lula - confesó en una entrevista en España que era social demócrata. Y William Lara, el inepto gobernador de Guárico, sentencia: “A Falcón se le acabó la gasolina revolucionaria, es un auténtico socialdemócrata”. Aunque también puede ser demócrata social, para que no lo confundan con los adecos. O “socialista liberal”, que queda bien fino.
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13 de marzo de 2010

Bloqueo a Cuba: Leyenda urbana

Cuando el presidente de la Ford Motors visitó a Fidel en La Habana, le ofreció reemplazar gratuitamente el parque automotor de su marca, de los años ´50 y ´60, que todavía circulan en la isla gracias al ingenio de los “mecaniqueros”, con el fin de exhibirlos en los Estados Unidos, pero Fidel se negó rotundamente.

Eso hubiera develado el sainete político que logró edificar con la estupidez del bloqueo norteamericano, iniciado el 7 de febrero de 1962, que prohíbe las relaciones económicas, financieras y comerciales - excepto de alimentos y medicinas - con normas extraterritoriales que sancionan a terceros países o sus empresas, esto último puramente enunciativo, pues Europa – que consume el 60% de la producción de habanos cubanos - Canadá y América Latina han mantenido relaciones con Cuba sin consecuencias, como fue el caso de Carlos Andrés Pérez, el creador de la triangulación comercial que perjudicaba a los venezolanos para ayudar a los cubanos, como hace ahora Chávez.

Esa resolución fue precedida por la declaración pública de Fidel en 1961, - luego del torpe fracaso de Bahía de Cochinos- asumiendo la construcción del primer Estado marxista de América, en plena Guerra Fría y a 90 millas de las costas de Estados Unidos, país que no podía aceptar con indiferencia la existencia de un peligroso enclave soviético frente a sus limites marítimos – el intento de colocar misiles nucleares en manos de este radical descontrolado les dio la razón.


La soberbia de Castro al asumirse marxista derivó de un generoso crédito de cien millones de dólares – no de rublos – además de firmar tratados para la compra – a precio superior al mercado, para Rusia y los países satélites de la URSS, - del 80% del azúcar que producía la isla y la venta de aluminio, cemento, papel y petróleo - que Fidel revendía como hace hoy con el venezolano - que el gobierno de Khrushchev le concedió a finales de 1960, luego de que Fidel tratara inútilmente de que Eisenhower lo recibiera.

Con ese aporte inicial comenzó la extravagancia soviética de mantener una colonia esclava en el continente americano, para alardear frente a Occidente de su infiltración ideológica, cuyo costo durante 30 años superó con creces los bienes de capital de toda la época republicana de 1902 a 1959, sin incluir el inmenso gasto militar que permitió a Fidel organizar el ejército más poderoso de América Latina para usarlo como fuerza mercenaria en África y para sofocar la libertad en la isla y ahora para liquidar la democracia en Venezuela.

“Solamente entre 1981-1990 el valor de los bienes de capital recibidos – entre 120 y 150 mil millones de dólares - fue dos veces mayor que todas las inversiones norteamericanas existentes en la Isla hasta 1959”, suficientes para que una república, estancada en once millones de habitantes, se empinara hacia el progreso sin mayores contratiempos. Pero Fidel, acostumbrado al dinero fácil y ensimismado en su megalomanía comediante, destruyó el aparato agro-alimentario, sometiendo a la población cubana a una dependencia indigna, y arruinó el comercio, la industria, la infraestructura, la producción azucarera – orgullo de la cubanidad: Primer exportador de azúcar del mundo desde 1818 - y los sistemas de salud y educación de la nación, estos últimos bandera propagandística del régimen. Por eso sus aullidos por el asunto del bloqueo se han intensificado desde que se le acabó la papaya rusa, aunque ahora está chupando sangre viva a la pobreza venezolana, que analistas calculan en siete mil millones de dólares anuales.

El bloqueo es una leyenda urbana

En anterior artículo escribí, que el bloqueo a Cuba sigue vigente en los Estados Unidos – a pesar de las voces disidentes en el senado y en el gobierno que lo consideran un fracaso - por el temor de los demócratas y republicanos a perder el voto de los cubanos en Miami que se oponen a la normalización del intercambio comercial, que, paradójicamente también perjudica al comercio estadounidenses.

Y ha sido un fracaso porque, contradictoriamente, fortaleció a Fidel Castro al nuclear al pueblo cubano en torno a su liderazgo por la especulación de una amenaza – supuestamente inminente – de una intervención militar del imperio, lo que fue capitalizado por el comunismo internacional que resumió el embargo como una forma de guerra económica con la intención de devolver a los monopolios norteamericanos la riqueza de la isla, además de proveer a los hermanos Castro de una justificación ante la miseria general que han causado sus políticas y prácticas comunistas y gangsteriles.

Y, por supuesto, ha cubierto a Fidel del manto de víctima heroica de un poderoso imperio – la fábula de David contra Goliat – cuya “inmensa dignidad es una estrella solitaria en la pléyade de rastreras naciones pitiyanquis que se postran ante el poderoso coloso del Norte”.

Discurso que conmueve profundamente el alma ingenua de los adolescentes tardíos del socialismo, que no se atreven a investigar la realidad de esta leyenda urbana que nutre el discurso de la idiotez congénita, por temor a descubrir que la alimentación del pueblo cubano depende en un 40% de los odiados Estados Unidos. Y ha servido también este bloqueo para neutralizar los argumentos de los liberales frente al ejemplo de desarrollo de naciones que han elegido el camino de la libertad económica y de respeto al individuo. Porque, “si no fuera por el bloqueo, Cuba sería…” supuestamente, una vaina grandísima.

La idiotez del comunismo espanta

Los fidelorrágicos se niegan a admitir la contradicción de su discurso antiimperialista con la exigencia de que los gringos mantengan a Cuba como cuando Batista, porque supuestamente es la falta de dólares yanquis – los del enemigo - lo que ocasiona el estruendoso fracaso del comunismo en Cuba, aunque entren profusamente a su gobierno dólares rusos, europeos, africanos, chinos, japoneses, latinoamericanos en los bolsillos de empresarios de toda índole – hasta del narcotráfico – y de tres millones anuales de turistas – la miseria estructural y la prostitución juvenil son atractivos turísticos (“con dólares aquí todo se puede, yo vendo todo, hasta la dignidad por unos dólares”, confiesa una estudiante de Historia, que se prostituye a los turistas).

Según informaciones ofrecidas por el gobierno de Cuba, en su página de Internet: “Al cierre del 2002, 53 hoteles y 18.390 habitaciones operaban bajo contrato de administración extranjera, con 16 cadenas de reconocido prestigio internacional, como Sol Meliá, Accor, Barceló, IberoStar, LTI, Red Deer, Sandals y Superclub.

Al cierre de 1998 existían 220 operadores de zona franca procedentes de 26 países, entre los que se encuentran España, Italia, Canadá, Panamá y México.

A fines del año 2000 había 392 asociaciones económicas con capital extranjero, ubicadas en su mayor parte en minería, exploración petrolera, turismo, desarrollo hotelero, pesca de arrastre (camaroneras), azúcar, industria (ligera, alimentaria siderúrgica, metalmecánica, pinturas y químicos), industria energética, gas, sector financiero, exportación de habanos, construcción, cemento, aviación civil. Los capitales provienen de más de 60 países entre los que resaltan España, Canadá, Italia, Inglaterra y Francia".

Hasta el famoso ron “Havana Club” pertenece, desde 1993, a la empresa francesa Pernod Ricard. Y la familia Castro, en sociedad con transnacionales, es propietaria del Palacio de Convenciones, del conglomerado de tiendas al por menor CIMEX y Medicuba, que exporta vacunas y otras patentes farmacéuticas producidas en Cuba. Y para que el pueblo reciba los beneficios de esta bonanza, la Ley de Inversión Extranjera, estipula que la mano de obra de estas inversoras solo puede ser contratada a través de una agencia del Estado, que cobra salarios integrales, en dólares, pero paga salario social, en pesos cubanos, previa deducción de la contribución “voluntaria” del trabajador para el “disfrute” de los inexistentes “servicios públicos”.

En conclusión

Así que, si Cuba puede asociarse con cualquier transnacional, comprar lo que necesite o vender sus exportaciones a cualquier país del mundo, entre ellos aliados firmes de los Estados Unidos como Inglaterra y Colombia ¿cuál es el bloqueo – si no es mental – al que se refieren los comunistas como culpable de la miseria que Fidel le ha propinado a Cuba? Y, además, lo mínimo que se le pide a esta gente es coherencia: Si su comunismo es tan machete, ¿por qué se desgañitan pidiéndoles piedad a los yanquis a quienes odian y juran exterminar? Sale pa´llá.

Nuestra solidaridad con el periodista cubano Guillermo Fariñas, en huelga de hambre y sed, por la libertad, desde el 24 de febrero.
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11 de marzo de 2010

Desmitificar el lenguaje

La misión del lenguaje es comunicar ideas, necesidades y sentimientos, por lo tanto debe ser un reflejo fiel de la realidad. Usar un lenguaje lleno de sofismas que no son capaces de transmitir la contundencia de la realidad es una conspiración contra la verdad que afecta la moral y la ética de la sociedad.

Hacerse cómplice de las perversiones que afectan al cuerpo social por complacer las pretensiones elitescas de la hipocresía es una cobardía que potencia la quiebra de la moral pública.

Nuestra república está repleta de ladrones del erario, de ayer y de hoy, a quienes llamamos “corruptos”, una idiotez que carece de la fuerza justiciera de la palabra ladrón. Los delincuentes ahora son “malandros”, voz que se usa, en un proceso de banalización de su significado, hasta para descalificar a los muchachos de mala conducta. Y los delincuentes se ufanan de ser “malandros” – soy malandro y qué - porque en la semiótica popular la palabra tiene connotaciones heroicas, machistas, de tipo con arrestos.

No es posible que se despoje a la palabra de su carga semántica que aplica una sanción social y pretender que la inmoralidad no se propague. Así como la palabra crea – “primero fue el verbo” – también seduce, transforma y manipula. La palabra “puta” conlleva una lesión moral, a tal grado que las que practican este oficio para vivir, lo consideran el peor de los insultos, que califica, no sólo a la que practica el sexo por la paga, sino también a toda mujer promiscua o sexualmente desenfadada.

El significado de esta palabra – que el DRAE describe, además, como “denigratoria” - mantenía a las putas en guetos controlados por las autoridades. La sociedad, para paliar el gravamen, la sustituye por “prostituta” – DRAE: “persona que ejerce el sexo por dinero” - que significa exactamente lo mismo y tiene el aditivo oculto, pero suena mejor a los oídos gourmet de la hipocresía y más adelante las llamó “mujeres de la vida alegre”, “trabajadoras sexuales” y luego “damas que practican el amor libre” con la consecuencia de habernos llenado de putas por ociosidad o por la impunidad, sobretodo en el segmento de las “niñas bien” que practican el sexo al aire libre con sus amantes de ocasión, mientras un tercero filma la escena para colgarla en Internet o jóvenes trabajadoras que se prostituyen los fines de semana como intercambio para pagar la noche de fiesta, a este comercio sexual lo llaman los sofistas ”relación con amigos con derechos”. Vaya al carajo.

Y así ocurre con la legión de muchachos que se meten a maricos por la aceptación, de un supuesto tercer sexo, que la conspiración social llama “gay”. Y los padres, en lugar de alarmarse ante la evidencia amanerada y acudir a los especialistas médicos del ramo para analizar la actitud y carencias hormonales del adolescente, aúpan orgullosos el desarrollo de la conducta imitativa, porque supuestamente es un atributo de la inteligencia, hasta que el joven se prostituye y la ociosidad los pervierte por el orgasmo múltiple que les procura el sexo antinatural.

Gente indigna de toda laya, maltratadores de niños y mujeres, infidentes, traidores, calumniadores, embusteros, abusadores, deshonestos tienen un calificativo popular específico que los retrata y los estigmatiza: “Hijo de puta”, frase que el Diccionario de la Real Academia registra como “mala persona”. Y pregunto: ¿confrontar a un sujeto indigno de fiar con un “mala persona” tiene igual consecuencia que decirle por todo el cañón, “usted es un hijo de puta”?, que define también a liderazgos políticos pivotados en la descalificación y el insulto del adversario.

Lo cierto es, señores, que la realidad nos presenta un cuadro que no está siendo registrado por el lenguaje: Niñas preñadas a los ocho años, drogadictas embarazadas que paren niños de 600 gramos de peso; adolescentes – casi niñas – con el uniforme del colegio, que se prostituyen para comprar teléfonos celulares, menores de edad usados como asesinos a sueldo – que ahora llamamos “sicarios”, jerarquizando estúpidamente este flagelo criminal, pues la voz “sicario” traduce “profesional del crimen que alquila sus servicios “honestamente”, es puntual y cumplidor”. En Colombia este sustantivo es equivalente a “suicida”, porque el sicario sabe que una vez cumplida la misión será asesinado, pero asume el compromiso de matar y morir para “dejarle una casa a su mamá”, pero en Venezuela están amparados por la impunidad que les ofrece la ineficiencia del gobierno y el pobrecitismo de la sociedad alcahueta y cómplice.

Familias enteras – abuelos, padres, hijos – dedicados a la venta al por menor de drogas, que han constituido una nueva clase social, la Clase F; atracadores y secuestradores adolescentes llenos de odio, que usan la delincuencia para ejercer su crueldad, demostración del crecimiento desbocado del lumpen social – descendiente del hombre de neandertal - que amenaza la existencia de la sociedad. Pero, sin el menor sentido común, usamos – o estamos obligados a usar por normas imbéciles - un lenguaje de penjaus para describir una realidad ranchificada, deshilachada, pervertida.

Si algo me enorgullece es haber escapado a esta infame práctica decadente, pues en los veinte ininterrumpidos años que produje y conduje mi programa de radio Venezolanidad, siempre reté al poder – al de ayer y al de hoy - y llamé las cosas por su nombre, claro y raspao.

Mandé al carajo a todo quien se lo mereció, sin importar su jerarquía transitoria, llamé cobardes y ladrones a los líderes políticos del pasado que le entregaron el poder a Chávez y ahora quieren volver, porque es inmoral que vuelvan. A los empresarios explotadores y comerciantes especuladores, sindicalistas patronalistas, periodistas gobierneros, médicos mercantilistas, curas pederastas, llamé despreciables. A la puta llamé puta, al ladrón, ladrón, al marico, marico y al hijo de puta, con toda la fuerza de mi voz, ¡Hijo de puta! Sale pa´llá.
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10 de marzo de 2010

Quiero ser comunista… como Sean Penn

“Sean Penn es conocido en Estados Unidos por su activismo de extrema izquierda. Visita con regularidad a Chávez en Venezuela y es uno de los más conspicuos defensores de la tiranía de los hermanos Castro”. Recientemente pidió prisión para los periodistas norteamericanos que llamen dictador a Chávez, en la tónica que ha caracterizado su profundo odio por los periodistas. Sean Penn es un consentido de Hollywood – que se asocia con Chávez y Danny Glover – otro comunista envidiable - para acabar con la tiranía de Hollywood - que contribuye con sus excelentes actuaciones a la expansión capitalista y que fue esposo de Madonna – su boda con la estrella del pop se recuerda por haber disparado contra los helicópteros de la prensa que filmaban desde el aire - a quien jamás escatimó puntuales golpizas – se dice que le daba duro y curbero con un bate de béisbol - como tampoco se las ha negado a los reporteros gráficos que osan inmortalizar sus célebres peas y que pasó 32 días en chirona por patear a un humilde extra de una de sus exitosas películas, en símil con la también defensora de Chávez, la comunista Naomi Campbell, famosa por las profusas patadas igualitaristas que aplica a su servidumbre, taxistas, mesoneros y aeromozas.

Me imagino la pena de este humilde proletario por la pérdida en un incendio colectivo, de su humilde rancho valorado en tres millones de euros, es que Dios no tiene compasión con los comunistas como Sean Penn, el adolescente que demostró su rebeldía persiguiendo olas en las playas de Malibú, hijo de madre actriz y padre director, ambos de TV, que se crió en las penurias de la mansión familiar en North Hollywood, y reside en San Francisco, en una mansión valorada en $15 millones, apertrechada con todo lo que usted se imagina que pueda caber en quince millones de dólares de pulido espacio techado, que habita desde que otro incendio acabó con su casa en Los Ángeles - que manía del fuego, perseguir sus propiedades, ¿será por el seguro? Sean Penn, el moderno rebelde – al estilo James Dean – que viajó a Bagdad en diciembre de 2002, cuando aún gobernaba Saddam Hussein, y encontró todo tan maravillosamente democrático – ni se percató de los crímenes contra los kurdos - que, a su regreso, se opuso a la invasión a Irak pero que no dice ni pío contra Obama que descalcifica a Afganistán. – y al que robaron un precioso Buick de 1987 con todo original y dos pistolas, una Glock 9mm y una Smith & Wesson .38, en la guantera.

Sean Penn, que despreció el Oscar hasta que se lo concedieron como “mejor actor”, que al retirar su estatuilla, dijo: "Si hay algo que los actores saben tan bien como que no hay armas de destrucción masiva, es que no hay una mejor actuación". Nadie lo entendió, pero su reputación de rebelde – esa que lo impele a defender a tipos como Chávez y Fidel - quedó intacta. Me gustaría ser comunista como Sean Penn... sin la catajarria de contradicciones.
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6 de marzo de 2010

¿Pinochet o Fidel, that is the question?

He sostenido, sostengo y sostendré que tanto Pinohet como Fidel Castro son despreciables deformidades, éticas y morales, para el degredo de la historia, junto a Stalin y Lenin, Mussolini y Hitler y Juan Vicente Gómez, Juan Domingo Perón, Juan Velasco Alvarado, Pérez Jiménez, por no citar a Pol Pot ni a los Kim Il Sung, padre e hijo y los infames dictadores argentinos post - Perón, entre la gama de depredadores de izquierda y de derecha – en realidad eslabonados por el ladronismo congénito y el odio a la humanidad, que el mundo ha debido soportar en nombre de alguna idiotez ideológica que permita la permanencia indefinida en el disfrute del poder de alguna camarilla de mal nacidos con insuficiencia democrática.

Sin embargo, crímenes aparte, hay una enorme diferencia entre Fidel y Pinochet, mientras el primero, un estatista desaforado, sumió a Cuba en la miseria más hórrida y 51 años después – desplazado por una incontinencia fecal - su sucesor Raúl Castro se ve obligado a reconocer “que Cuba no ha superado aún el "periodo especial" – iniciado en 1959 – con su precariedad salarial y escasa productividad; el segundo fue el dinamo del llamado por Milton Friedman, “Milagro chileno”, que en 17 años, a pesar de enfrentar dos crisis financieras, una de ellas mundial - dotó a su país de un modelo económico de libre mercado y fortalecimiento de la actividad privada que llevó a Chile hasta a competir con sus vinos en el mercado europeo, modelo que fue heredado por sus sucesores socialcristianos y reformistas socialistas en coalición, que, de manera inteligente, continuaron aplicando durante veinte años – de Patricio Alwin a la Bachelet - hasta derivar en el Chile de hoy en día, que, sin estar exento de contradicciones sociales, avanza firmemente hacia el Primer Mundo – pese al devastador terremoto que acaba de sufrir que afecta en un punto su PIB - de la mano de un economista liberal, formado en Harvard y exitoso empresario; de hecho, Chile se convertirá en el primer miembro pleno de la OCDE en Sudamérica y segundo en Latinoamérica, después de México, “debido al reconocimiento en los avances económicos de las últimas décadas, desarrollo social y fuerte reestructuración institucional, que lo ha llevado a ubicarse en la treintena de miembros de esta organización, que agrupa a las principales economías industrializadas del mundo”.

Y esa fue la receta, con ingredientes propios como eliminación: del régimen de cambios diferenciales, de restricciones para las tasas de interés, de subsidios y de controles de precio, así como el incremento de los precios de la gasolina, que la ignorancia manumisa le impidió aplicar a Carlos Andrés Pérez en su segundo gobierno – penetrado ya de la verdad frente al empobrecedor populismo de su primer gobierno - y que la idiotez celebra - y hasta la oposición oficial reivindica - como hito revolucionario y eso que fue tímida su aplicación para evitar el shock que la tremenda fuerza de la dictadura pudo aplicar en Chile – sin estallidos sociales - para bien de esa nación. El remedio maluco suele ser el que sana. Pero los pueblos parasitados prefieren la enfermedad a la cura, por el pobrecitismo que segrega.

Ni Pinochet ni Fidel

Los tipos de “izquierda – buena onda ellos – no tienen escrúpulos en postrarse como vestales rendidas ante los criminales dictadores militaristas de izquierda – “en todos los países se violan los derechos humanos” - pero les da “cosa” los criminales dictadores militaristas de derecha.

Si vamos a condenar los crímenes políticos, seamos, por lo menos, caballeros y reconozcamos que Lenin fue un asesino incomparable. Ni Nerón tuvo tan bajos instintos. Y condenemos a ambos con igual coraje. Ni Pinochet ni Fidel.

Y vamos a poner las cosas en perspectiva histórica: El siglo XX – con aguijón clavado en el XXI - nos dejó la impronta de cien millones de muertos y una larguiancha estela de ruina y miseria en 80 años de gobiernos socialistas - cuyo fracaso pivota en negarse a reconocer que los derechos del hombre – como individuo y como persona - son anteriores al Estado - como para poder tener una visión de conjunto del asunto.

Insistir en solapar la realidad de los logros del capitalismo – sistema socialmente perfectible, por supuesto - en el mundo – incluyendo a China – con el argumento de la explotación y la exclusión es ya obcecación de tarados o hipocresía oportunista.

Y si algo me indigna es precisamente la mentira de aquellos que obvian que Venezuela ha tenido 52 años de gobiernos socialistas - cual más populista – y la pobreza ha crecido en escala directamente proporcional a la fortuna de los burócratas que se benefician con sus familiares y compinches de las prebendas del poder socialista en el cual llevar un Bsf de servicios públicos a los más humildes produce riquezas y privilegios inconcebibles mientras lanzan migajas a la pobreza desde sus carrozas de reinas pepeadas de la “justicia social”, por eso esa bandera no puede ser arriada porque se acabaría la gozadera que su invocación genera.

Y en esos años, gracias a las políticas públicas de los regimenes liberales, la pobreza del mundo ha disminuido: “La pobreza absoluta (no la relativa, siempre somos más pobres que “alguien”) se redujo del 40% al 21% a nivel mundial desde 1981 hasta la fecha.

Es tal vez uno de los fenómenos humanos más importantes de la historia” (Juan Fernando Carpio) – logro opacado por la alharaca de los loros socialistas que fracasan en todo, pero como alborotan y repiten sandeces sobre la solidaridad internacional, enunciado desmontado por la realidad del África negra que evidencia la perversión tras la acrítica filantropía mundial que financia gobernantes asesinos y destruye la productividad: Alguien debe detener esa idiotez si en verdad se quiere ayudar a ese sufrido pueblo, como exige el joven economista keniata, James Shikwati.

Y así, mientras la pobreza se reduce drásticamente – en, por ejemplo, Europa – donde ya no hay emigración - Asia (China, Hong Kong, Macao, Taiwán, Malasia, Tailandia, Filipinas, Corea del Sur, Japón, Rusia), el subcontinente arábigo, Australia… - en nuestra postiza América Latina que, según epitafio del fidelorrágico Gabriel García Márquez, “o será socialista o no será” - lo que desdice su supuesta condición intelectual, pues debió decir “o será productiva o no será”, porque ser mendigo no es un destino – en la cual existen países inviables como Haití, por citar sólo el caso más dramático - que debe ser asociado a alguna nación desarrollada, sino pregúntenle a Puerto Rico - la pobreza es una ecuación perversa de ignorancia con explotación política.

Liberalismo Siglo XXI: La única opción

Libertad económica con racionalidad social es la propuesta para superar la pobreza en tránsito e impedir que la miseria destruya a los pobres fijos por acción incontrovertible de la naturaleza humana.

Así que, frente a ese imposible socialismo, fracasado a escala histórica, el liberalismo del siglo XXI (cuyo lema popular es “quien trabaja no come paja”) bajo la premisa de gobierno mínimo, economía de libre mercado, sociedad de bienestar – frente al “Estado de Bienestar” - teniendo como centro al individuo ético y productivo (a través del trabajo, del estudio y de la responsabilidad) como célula fundamental de la sociedad, propone el acceso proporcional a la riqueza – quien produce más gana más y quien quiera ser más que otro, pues que haga más – mediante la expansión de la propiedad privada, la meritocracia (o merecimiento) – cada quien según sus conocimientos - la solidaridad orgánica – la que identifica las potencialidades ajenas y ayuda a desarrollarlas – pero dando el pescado a quienes no puedan aprender a pescar, es decir focalizado el asistencialismo oficial exclusivamente en casos específicos – niños en riesgo, madres en precariedad, ancianos, indigentes, es decir pobres fijos – lo que significa que el liberalismo siglo XXI debe cubrir derechos sociales fundamentales como salud y educación para la productividad desde los primeros años, como condición previa para un mejor ejercicio de la libertad, según los postulados de Bobbio, pero hasta que todos los ciudadanos estén incorporados a la sociedad de bienestar que se irá institucionalizando en el proceso.

En conclusión

Venezuela es un país con grandes recursos que han generado miseria estructural, delincuencia y apagones. El sentido común obliga a reflexionar sobre las causas de tal paradoja. O liberalizamos la economía y subordinamos a ella la política o perdemos para siempre - como los países comiquitas del socialismo que muerden la mano que los alimenta - la posibilidad de ser realmente nación libre y soberana por la actitud proclive a la productividad de su gente.
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1 de marzo de 2010

MEMORABLES

2 de Marzo.
Santos: Genaro, Lucio, Bartolomé Gutiérrez, Pablo, Lorgio, Inés de Praga.
Reflexión para hoy: Tolerancia debe traducir respeto por el otro como “no yo” y convicción de justicia.
1498: Vasco da Gama llega a Mozambique.
1743: El pirata Knowles ataca la Guaira con la fuerza más grande que había llegado nunca a Venezuela. Con banderolas, la atalaya de El Zamuro reportó 19 navíos británicos que tras cinco días de intensa defensa se retiraron completamente derrotados a Curazao.
1771: Francisco de Miranda llega a Cádiz en su primer viaje a España.
1811: Se reúne el primer Congreso de Venezuela, con 30 de los 43 diputados electos, representando a las provincias de Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita y Mérida.
1821: Josefa Venancia de la Encarnación Camejo al frente de quince hombres reta a Chepino González, en Baraived (Falcón), y en violento combate logra vencerlo y el jefe realista muere en el combate.
1831: Santander recibe en Génova la noticia de la muerte de Bolívar, y escribe: “¿Con qué al fin murió don Simón? El tiempo nos dirá si su muerte ha sido o no útil a la paz y a la libertad?”.
1836: El estado de Texas se declara independiente de México.
1867: El Congreso de Estados Unidos impone la Ley de Reconstrucción, por la que se concede el voto a los negros libertos y establece en el Sur un régimen militar.
1873: El Congreso elige a Linares Alcántara luego de un pacto de mutuo apoyo con el otro candidato Hermenegildo G. Zavarce, y es juramentado como Presidente Constitucional.
1894: El general Domingo A. Sifontes asume la Comisaría General de El Dorado creada a petición suya para enfrentar la invasión inglesa.
1895: Fallece la pintora impresionista francesa Berthe Morisot (54).
1898: El Mocho Hernández encabeza la Revolución de Queipa contra el gobierno de Ignacio Andrade.
1923: Muere Ruy Barbosa, uno de los fundadores de la República de Brasil y autor de su Constitución.
1930: Muere DH Lawrence, escritor británico.
1931: Nace Tom Wolfe, escritor y periodista norteamericano, padre del llamado Nuevo Periodismo, que nació en los Estados Unidos en los años sesenta bajo la inspiración de la publicación de A sangre fría, de Truman Capote.
1942: Nace Lou Reed (Lewis Allen Reed) en Freeport, Long Island, Nueva York), cantante y escritor de rock, considerado el padre del rock alternativo.1950 : Nace en Caracas, el cantante, pianista , compositor y arreglista Avier Moisés D'aubaterre «Ajoporro». Nace en Caracas el músico Wladimir Lozano.
1952: Comienza el dragado del Canal del Orinoco.
1956: Francia reconoce la independencia de Marruecos.
1958: Sir Vivian Fuch termina su travesía terrestre por la Antártida.1967: Muere José Martínez Ruiz, "Azorín", escritor español.1971: Mujibur Rahman proclama en Dacca a Bangla Desh república independiente de Pakistán.1972: Es lanzado al espacio el Pioner X llevando un mensaje de la humanidad destinado a los hipotéticos seres inteligentes de otros mundos.1974: Rafael Caldera inaugura el Poliedro de Caracas.
1991: Más de dos mil guerrilleros del Ejército Popular de Liberación de Colombia entregan las armas.
1998: Ixora Rojas, del partido Acción Democrática, asume la presidencia de la Cámara de Diputados, y se convierte en la primera mujer en la historia de Venezuela en presidir una Cámara en el Congreso. Zoilamérica Narváez inicia su cruzada legal para exigir justicia contra su padrastro el líder sandinista – dos veces presidente de Nicaragua - Daniel Ortega por violación y abuso sexual desde que tenía 11 años.
2008: Chávez luego de calificar la muerte de Raúl Reyes de “cobarde asesinato”, y de calificar al presidente Uribe de criminal y dirigir una banda de criminales en el Palacio de Nariño, ordena cerrar la Embajada de Venezuela en Bogotá y manda a su ministro de Defensa a enviar 10 batallones y desplegar tanques y aviones en la frontera con Colombia. Y responde a una periodista: “¿Cerrar Globovisión? No, que esa cloaca siga abierta para que todo el mundo la vea”. El gobierno de Ecuador denuncia la violación de su territorio por parte de Colombia y retira su embajador de Bogotá y expulsa al colombiano, y envía sus tropas a la frontera con Colombia en la peor crisis diplomática entre los dos países.
2009: Hugo Chávez: “Si no fuera por estos medios, que están en poder de la oligarquía, que atacan y mienten y manipulan tanto, el apoyo al gobierno, a la revolución, estaría en mucho más del 80%”.
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