Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

29 de noviembre de 2010

Bolívar en diez mandamientos (II)

4º Mandamiento

“...El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”:

Muchos creen ver en este pensamiento de Bolívar una posición utilitarista, en la que lo que priva es el resultado sin importar la vía, y por lo tanto una aceptación de las dictaduras, si eficientes, cuando es sabido que el costo en derechos y en atraso, sin mencionar al elevado costo de la recuperación del humanismo, que produce esta infame forma de gobierno hoy sometida al escarnio mundial, no compensa jamás los pírricos resultados económicos que preconizan sus reaccionarios seguidores.

Lo que Bolívar quiso decir en Angostura con “sistema de gobierno” fue precisamente “gobierno sistémico”, es decir, gobierno dependiente de un conjunto de normas que garanticen su eficiencia social, política y económica, para que tuviera como resultado las premisas mencionadas. Y el único sistema político capaz de producir la organización necesaria referida por Bolívar, es la democracia.

Lo que sucede es que la democracia se ha definido tradicional y simplistamente, por una premisa de Montesquieu, y sin mayor revisión ni adecuación posterior a las dinámicas políticas actuales, como “gobierno del pueblo”, con lo que sirve como fachada para cualquier andamiaje tiránico sustentado en la seducción y el soborno a una muchedumbre desclasada sin conciencia de nación, de libertad ni de progreso a la que se le ofrece la “igualdad” como señuelo.

La definición académica no se aleja mucho de esta primera referencia y sostiene que la democracia es un “régimen político en el cual la soberanía pertenece al conjunto de los ciudadanos sin distinción, es decir, al pueblo”, y la divide en representativa – que es la única posible - autoritaria - para incluir los regimenes despóticos que guardan las apariencias - y social - la que es llamada también “popular”, adjetivación que pretende conceder estatus democrático a dictaduras infames como la de los hermanos Castro en Cuba, porque realizan elecciones - a las que se suma ahora otra adjetivación divisoria imposible, la “participativa” – en la que el tirano de turno “participa” al pueblo sus decisiones de obligatorio cumplimiento.

La frase “régimen político” con la que se inicia esta última definición refiere a “conjunto de reglas o normas” es decir “sistema”. Y desde este punto sugiero una definición acorde con nuestras realidades y esperanzas, y sustentada en el enunciado de Bolívar: Democracia es el sistema político cuyos atributos son el Estado de Derecho, la celebración de elecciones libres, periódicas y justas, un régimen plural de partidos políticos, el respeto a los derechos humanos y a las libertades civiles, especialmente la libertad de expresión, y cuyos gobiernos están sujetos a las normas constitucionales establecidas por la ciudadanía en el libre ejercicio de su soberanía, regido por los principios capitales de la división de poderes, la alternabilidad y el equilibrio de las autoridades y consagrado a producir la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política.

Esta definición elimina adjetivaciones a la democracia – democracia y punto - y le impide a las tiranías que violan estos preceptos, cobijarse bajo su férula, sobre todo bajo la denominada “democracia autoritaria”, en la que supuestamente “el pueblo” delega; para siempre, en un solo hombre providencial todos los poderes y asume la servidumbre por la subsistencia de manera supuestamente voluntaria, pero, por si acaso, apuntada por los fusiles de “su ejército”, concepto que alcanza también a la llamada “democracia popular”, denominación que encubre el estatismo criminal del comunismo que confunde adrede “espacio público” con espacio del gobierno para liquidar las libertades y derechos ciudadanos, considerando que su perverso sistema es el único posible y por lo tanto toda disidencia o protesta debe ser reprimida con violencia extrema porque conspira contra los sagrados postulados del Estado – erigido en religión - corporificado en el líder supremo, tenedor de todas las acciones y valores.

5º Mandamiento

“Los hombres de luces y honrados son los que debieran fijar la opinión pública”: Este pensamiento lo plasma Bolívar en su correspondencia al general Francisco Carabaño, el 8 de octubre de 1828. En ella le expresa: “Los hombres de luces y honrados son los que debieran fijar la opinión pública. El talento sin probidad es un azote. Los intrigantes corrompen los pueblos, desprestigiando la autoridad. Ellos buscan la anarquía, la confusión, el caos, y se gozan en hacer perder a los pueblos la inocencia de sus costumbres honestas y pacificas”.

Según Kant, “opinión”, que deriva del latín “opinio” que significa creencia, conjetura, “es el hecho de tener algo por verdadero con la conciencia de una insuficiencia subjetiva tanto como objetiva del juicio que así lo expresa”. Es decir, que la opinión es la creencia o toma de posición por la que el sujeto pasa de la simple impresión a la afirmación decidida pero no sometida a examen crítico.

Por las características populares de la democracia en cuanto a la cuestión electoral, los demagogos han llevado al paroxismo la importancia de la “opinión pública”, al grado de considerarse el pensamiento social dominante para todas las decisiones en materia políticas, económicas, sociales, morales y hasta filosóficas, obviando el carácter emocional de la opinión pública, que suele estar influenciada por el medio ambiente, el entorno social, cultural y familiar, el carisma, el afecto, entre muchas influencias externas, como las modernas campañas mediáticas.

Cuando Bolívar expresa que deben ser los hombres de luces los que debieran fijar la opinión pública, se está refiriendo al pensamiento, a que la opinión de los ciudadanos debe ser el producto de un ejercicio intelectual y no de la emoción contaminante. Es necesario que la “opinión pública” se nutra del pensamiento de los “hombres de luces” porque ellos, según la definición de Kant, forman los conceptos a través del juicio, es decir, del acto del pensamiento por el cual tomamos conciencia de la relación entre las cosas o las ideas y afirmamos la verdad de dicha relación.

Y el segundo requisito que exige Bolívar para un formador de opinión pública, es la honradez. ¡Cuántos “líderes” políticos son simples enunciadores de valores! Usted los oye afirmar que la familia es la “célula fundamental de la sociedad”, cuando, en su vida privada, se caracterizan por el desprecio a la familia. Tienen decenas de hijos adosados al destino de la manera más irresponsable, en múltiples uniones infelices. “La verdad es la ausencia de contradicciones”, y un líder debe ser paradigmático para que su ejemplo sirva de contraste a lo pervertido de la sociedad.

Un líder que lo sea porque “se parece al pueblo”, cuando la realidad de ese pueblo es su desequilibrio ético, es una contradicción que revierte al “líder” en jefe de pandillas. Hay que recordar que cuando el pueblo trasciende éticamente, no necesita líderes. Y menos héroes. La voz honrado, en boca de Bolívar, es decir, de un hombre del siglo XIX, significa para nosotros “integridad”, que traduce a su vez recto, probo, intachable. Y así debe ser el político, una persona de elevados valores, honrado por definición, no porque no haya tenido oportunidad de robar, sin tacha pública ni privada.

Conozco muchos hombres así, pero se niegan a participar en la política precisamente por lo escatológico de su ejercicio actual. Venezuela ofrece hoy una insuperable oportunidad para los jóvenes talentos con inclinación social, para realizar una depuración del ejercicio de la política para llevarla a su exacta dimensión como ciencia del gobierno o teoría del Estado, que los impulse a conquistar el poder para el auténtico beneficio colectivo y no clientelar. Serán estos hombres y mujeres, provistos de conciencia inteligente, ética a prueba de tentaciones y compromiso decantado con la venezolanidad, los que guiarán la opinión pública de la Venezuela del mañana.

Hoy en día la juventud venezolana tiene el privilegio de poder generar una opción política que rompa con un pasado denigrante y con un presente oprobioso, cuyo eslabón es la corrupción, dando paso a la decencia y a la civilidad como doctrina para rescatar la política como herramienta de transformación social. No se trata de revolucionar sino de evolucionar a través de la justicia, el conocimiento y la generosidad. Continuará.
Rafael Marrón González
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21 de noviembre de 2010

Bolívar en diez mandamientos (I)

Fue el poeta civil Andrés Eloy Blanco quien resaltó la cualidad oceánica de Bolívar, pues ha servido su palabra – citada fuera de contexto - hasta para justificar la más vil de las canalladas contra la libertad, que fue su auténtica pasión. Sin embargo, escrutando su epistolario y sus discursos podemos extraer diez postulados, diez mandamientos, en los cuales se define la arteria de su pensamiento universal y el pivote de su estructura filosófica:

1er Mandamiento

“Moral y luces son nuestras primeras necesidades”: Bolívar aseguraba que el primer deber del gobierno era educar al pueblo para fortalecerlo y enrumbarlo hacia el progreso y en Angostura lo declara: ¨... La educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una república; moral y luces son nuestras primeras necesidades¨.

Este pensamiento que tiene tremenda vigencia en nuestro tiempo – sobre todo por estar lo suficientemente comprobado que la educación es primordial en el combate a la pobreza - debe actualizarse para ser comprendido a cabalidad por nuestra juventud. Su nuevo planteamiento debe ser “Ética y conocimiento son nuestras primeras necesidades”.

Ética, porque significa y traduce el compromiso del sujeto con la sociedad, la confesión pública de su vocación ciudadana y solidaria. Escucho multitud de voces exigiendo justicia, que es el compromiso de la sociedad con el individuo, pero nadie pide ética, es decir, a nadie parece importarle su contribución particular a la decencia social. Si cada uno de nosotros piensa que su particular actuación ética no es necesaria porque nadie notará su falta, el resultado seguirá siendo el que tenemos: La pérdida de la moral pública. El ascenso de los pillos. Sinvergüenzas de etiqueta representando a la nación.

El segundo componente de esta exigencia vital, es la responsabilidad de acceder al progreso por el desarrollo del individuo, sin intervención de Dios, del Estado o de la suerte. Es decir que en la medida en que cada individuo como integrante solidario de un colectivo, posea los conocimientos necesarios para ejecutar a plenitud determinado trabajo productivo que lo catapulte hacia el progreso – que no necesariamente a la riqueza sino a una mejor calidad de vida - la sociedad, integrada de esta manera por hombres y mujeres con especificidades productivas, progresará en pleno. Porque el progreso sino es colectivo – cada cual con su manera de tener algo - es injusto.

Ya Bolívar lo recalcaba cuando expresara: “Cuán superior es la suma de las luces a la suma de las riquezas”. Por eso al observar la inquietud por alfabetizar, me pregunto si no sería mejor preocuparse por “oficionar”. Por dotar a cada individuo, hombre o mujer, desde la niñez, de un oficio que le permita vivir de un trabajo decente si debe por presiones exógenas abandonar la escuela. Da tristeza mirar a jóvenes bachilleres que luego de once años de estudio carecen del mínimo conocimiento laboral sustentable.

Los emigrantes italianos de la post guerra llegaron a América provistos de un oficio, eran barberos, carpinteros, albañiles, fundidores, mecánicos, panaderos, entre una gama extensa de posibilidades para ganarse la vida honestamente. Y, gracias a esa previsión política, fue menos duro el desarraigo y triunfaron económica y socialmente. Por el trabajo y la responsabilidad y luego sus descendientes incorporaron el estudio a esa dupla ganadora. Basta comparar, sin estereotipos ni antiguallas ideológicas, la actitud activa de los pueblos que han logrado el progreso económico con la resignada espera de los pueblos latinoamericanos para comprender la verdad.


2º Mandamiento

“Mi opinión es, legisladores, que el principio fundamental de nuestro sistema, depende inmediata y exclusivamente de la igualdad establecida y practicada en Venezuela”: Bolívar preconizaba la igualdad como la ley de las leyes, pero haciendo énfasis en la nivelación política constitucional, por la ley, y la superación por el estudio y el trabajo, jamás defendió Bolívar la demagógica presunción de la igualdad por debajo, el igualitarismo, que tanto daño ha hecho a nuestras repúblicas, y que constituye el banal discurso de los populistas: “La verdadera igualdad no existe sino en la formación y delante de la ley que liga y comprende a todos indistintamente; premia y recompensa al virtuoso, al justo, al sabio, al valiente, al honrado, al prudente, al industrioso, al activo y al benéfico; y castiga y reprime al vicioso, al injusto, al inmoral, al cobarde, al temerario, al holgazán y al perezoso”.

(...) “Los ciudadanos de Venezuela gozan todos por la Constitución, intérprete de la naturaleza, de una perfecta igualdad política. Cuando esta igualdad no hubiese sido un dogma en Atenas, en Francia y en América, deberíamos nosotros consagrarlo para corregir la diferencia que aparentemente existe. (…) Que los hombres nacen todos con derechos iguales a los bienes de la sociedad, está sancionado por la pluralidad de los sabios; como también lo está que no todos los hombres nacen igualmente aptos a la obtención de todos los rangos; pues todos deben practicar la virtud y no todos la practican; todos deben ser valerosos, y todos no lo son; todos deben poseer talentos, y todos no lo poseen. De aquí viene la distinción efectiva que se observa entre los individuos de la sociedad más liberalmente establecida.

Si el principio de la igualdad política es generalmente reconocido, no lo es menos el de la desigualdad física y moral. La naturaleza hace a los hombres desiguales, en genio, temperamento, fuerzas y caracteres. Las leyes corrigen esta diferencia porque colocan al individuo en la sociedad para que la educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes, le den una igualdad ficticia, propiamente llamada política y social. Es una inspiración eminentemente benéfica, la reunión de todas las clases en un estado, en que la diversidad se multiplicaba en razón de la propagación de la especie. Por este solo paso se ha arrancado de raíz la cruel discordia. ¡Cuántos celos, rivalidades y odios se han evitado!¨.


Bolívar, como nosotros hoy, estaba convencido de que el bienestar de las naciones no era un asunto de leyes, constituciones o programas sociales, sino de la voluntad general de los ciudadanos, y acotaba: ¨Al proponeros la división de los ciudadanos en activos y pasivos, he pretendido excitar la prosperidad nacional por las dos más grandes palancas de la industria, el trabajo y el saber. Estimulando estos dos poderosos resortes de la sociedad, se alcanza lo más difícil entre los hombres, hacerlos honrados y felices¨. Ser igualitarista es ser anti bolivariano.


3er Mandamiento

“La soberanía del pueblo no es ilimitada, porque la justicia es su base y la utilidad perfecta le pone término”: Este precepto de Bolívar manifestado a Santander el 31 de diciembre de 1822, pertenece en realidad al filósofo francés Henry Benjamín Constant, que estableció los límites de la soberanía popular por la justicia y el bien común, la soberanía del pueblo no puede estar por encima de los derechos fundamentales del ciudadano. Así diga lo contrario el 100% del pueblo, el derecho a la vida es inviolable, los derechos humanos son inalienables, la autonomía de los poderes constituyen la base de la democracia.

Caro están pagando, aunque siempre será barato el precio, los confundidos criminales de pasadas dictaduras sus delitos contra la humanidad. Rousseau proponía que toda la sociedad se rigiera por leyes inexorables que expresaran la voluntad popular, para que no fuera el rey la sola persona que tuviera ese privilegio y poder, por lo tanto debían ser redactadas por el pueblo.

Propugnaba Rousseau un sistema de gobierno en el que la ley estuviera por encima del hombre, un orden jurídico por el que estuvieran sometidos por igual gobernados y gobernantes. Eso es lo que llamamos democracia. Sin embargo, tenía Rousseau una gran preocupación, dada su honestidad intelectual: “¿Cómo una multitud ciega, que a menudo no sabe lo que quiere, porque rara vez sabe lo que es bueno para ella, ejecutaría por sí misma una empresa tan grande, tan difícil como un sistema de legislación?”. Como certificación a esa inquietud vemos como la masa aplaude acciones gubernamentales violatorias de los principios constitucionales, justificados por la repartición proporcional de la riqueza – favorecer al pueblo - sin colegir el efecto descendente de esas medidas sometidas a las leyes precisamente para proteger a los más débiles de la poderosa fuerza del Estado.

Mañana, cuando le toque, esa misma masa seducida por el delito estatal, llorará la pérdida de sus derechos. Es la inexorable condena del estúpido: Con lo que daña para satisfacer sus instintos primitivos, será dañado. Continuará.

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13 de noviembre de 2010

¿Golpe en ciernes?

La historia es harto conocida: Chávez salió el cuatro de febrero de 1992 a dar un golpe de Estado – sin ningún apoyo popular - y fue derrotado, preso y sepultado por la institucionalidad. Luís Miquilena, observando la candidez de la clase media venezolana – que saltó de la frivolidad “noche tan linda como ésta” de Irene Sáenz a un vulgar golpista feroz, sin pestañar - la codicia de la plutocracia, que creyó que podía controlar esa fuerza desatada de la naturaleza y los medios de comunicación que destrozaron a los partidos políticos – la partidocracia - lo convenció en la cárcel de someterse a las normas democráticas para lograr el poder y desarrollar su proyecto, que deshonestamente dice no saber que era comunista. Y resucitó inmaculado a los dos años, vía insensato perdón presidencial. Inaugurando la era de la impunidad.

Pero el golpista siguió allí. Latente. Dando zarpazos de vez en cuando. Socavado las bases constitucionales. Pero es a partir de su derrota en la pretendida reforma constitucional cuando se reencontró consigo: Con los nudillos destrozados contra las paredes asumió que la vía segura para eternizarse en el poder seguía siendo la del golpe de Estado – “disfruten su victoria de mierda” - convencimiento que se exponencia a partir de la derrota sufrida el 26S, cuando hasta los barrios vecinos de Miraflores votaron en su contra.

Son demasiadas ya las declaraciones que amenazan con esa realidad. Sobre todo luego de analizar el parte político diario que le suministran desde Cuba, basado en la información del ejército cubano de ocupación, que llega primero a La Habana y por las últimas declaraciones de su otrora asesor, Heinz Dieterich, quien coincide con los amos cubanos en que para el 2012 “el Presidente solo tendrá seguridad de ganar, si hace un cambio radical y pronto en su modelo de gobierno”. Y Chávez no tiene ninguna disposición ni posibilidad de realizar ningún cambio en su rumbo de destrucción masiva de nuestro sistema de vida, aunque cada día tiene frente a sí nuevas protestas, sobre todo laborales, que se están conformando como la auténtica barricada a sus aspiraciones totalitarias.

Así que Chávez está hoy en día de pie frente a su destino manifiesto, porque inexorablemente será derrotado en las urnas electorales y carece de condiciones y voluntad para revertir la inmensa ola de indignación nacional que ha generado su pésimo gobierno - su pueblo sigue siendo rojo rojito, pero ahora de la ira. Y su salida del poder significa un boleto hacia los tribunales nacionales e internacionales, recordemos que para la televisión cubana señaló que USA pretende usar el caso Makled – que convirtió a un anhelante Chávez en el “nuevo mejor amigo” de Santos - para llevarlo a la corte penal internacional, sobre lo cual declara Robert Noriega: “Fiscales de los Estados Unidos tienen a la red criminal de Venezuela en sus manos - 10.000 toneladas de cocaína transitaron por Venezuela vía Estados Unidos y Europa, sostiene la Fiscalía gringa - y Makled-García está listo para implicar a altos militares y ministros. Algunos piensan que la conspiración no va más allá del círculo íntimo de Chávez. Pero Chávez parece saber algo más”.

Por eso el jefe del Comando Estratégico Operacional, Henry Rangel Silva, afirmó – con ese estilo peculiar que obvia la sintaxis – en el diario Últimas Noticias, que “la Fuerza Armada Nacional no tienen (sic) lealtades “a medias” sino completas con un (…) “comandante en Jefe” y la “hipótesis” de un Gobierno de oposición, que podría emanar de las urnas en 2012, “es difícil, sería vender al país, eso no lo va a aceptar la gente, la FAN no, y el pueblo menos”, lo que le mereció las felicitaciones de Chávez que lo premió ascendiéndolo a General en Jefe, ascenso que debe preocuparlo.

Esas palabras son el corolario de lo expresado por Chávez a finales de octubre, en lo que parece una preparación del terreno: “Pobre de ellos (la oposición). No tendrían como contener una revolución violenta (¿golpe de Estado?) liderada por los militares y por el pueblo". No sé si esta es la opinión de la Fuerza Armada en conjunto - ¿subordinación de la FANB a Chávez, como asegura Darío Vivas? - o es la simple altanería de un oficial – seriamente cuestionado - en desacato flagrante al artículo 328 de la Constitución – “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política… bla, bla, bla” - gloriosa impunidad - pero lo que sí inferimos muchos es que este oficial está anunciando una rebelión, si Chávez pierde las elecciones.

No tiene este oficial ninguna evidencia que corrobore su suposición de una traición a la patria – “vender al país” – entre los planes de la oposición venezolana, cuyos dirigentes representan la voluntad del 57% del electorado según mediciones cubanas. Lo que sí está planteado es llevar ante los tribunales competentes a los corruptos, que han ocasionado un tremendo daño patrimonial a la republica, a los aliados del narcotráfico y del terrorismo que han cometido – esos sí - traición a la patria y a quienes violan la Constitución, cualesquiera sean su filiación institucional y su jerarquía, si los hubiere. Las palabras del general traducen un salto a la yugular jurídica del país – del potrero de Chávez no sale un becerro sin herrar.

Una revolución armada

Adverso a Chávez, desde el mismo 4F – no tengo ombligo chavista - , porque detesto el gorilismo, pero debo admitir que jamás ha mentido sobre sus intenciones – tanto él como sus anillos actúan bajo la norma pandillera, amenazan y cumplen - son los ingenuos y esperanzados quienes han obstaculizado la verdad creando la confusión que ha trabajado a favor del régimen.

La burla a la voluntad popular cometida el 26 de septiembre - con la venia de la oposición oficial - y convertida en chiste por la frivolidad, es una pequeña muestra de la absoluta discrecionalidad electoral del gobierno apoyado irrestrictamente por un sector de la Fuerza Armada ¬– deseo creer que existe el sector institucional - con la prescindencia consciente de su responsabilidad constitucional.

Participo en las elecciones porque es moralmente correcto si se es demócrata participar, reditúa reconocimiento internacional, sirve para movilizar masas, para afinar un discurso que estructure en el pueblo sólidos argumentos anticomunistas y antimilitaristas – ambos rechazados con desprecio por la mayoría – y, además, para medirnos, a pesar de las trampas y del grosero abuso de poder, porque el pueblo, allá abajo, no necesita CNE para saber si Chávez ganó o perdió. Por eso el silencio del 26S – mismo silencio del referendo revocatorio - a pesar de las fanfarrias de los corruptos y alabarderos, porque el asunto no es de cargos sino con quién está la mayoría real.

Es lúcido que de nuestra parte la lucha sea política, pacífica y electoral, sin obviar, por supuesto, el carácter fascista de este gobierno: Cuando Chávez asevera que “esta revolución es pacífica pero está armada” (…) “derrotar a Chávez es como tragarse un crisol de aluminio o una barra candente de acero” (…) “ni muerto me sacan de Miraflores" (…) "Chávez no se va, Chávez se queda… hasta el 2019, hasta el 2021, hasta el 2030” , nos está enseñando los dientes, pues eso traduce “te la calas por las buenas o por las malas, pues a mí lo que diga el pueblo me importa muy poco porque para eso tengo las armas”.

Así que hay que tomar sus palabras en serio. Muy en serio. Más aún cuando promete asistencia por cien años a Cuba. Mil años duraría el tercer Reich. A los doce era polvo. Pero a costa de 50 millones de muertos.

Quien tenga ojos que vea

La respuesta a esta amenaza debe ser el fortalecimiento monolítico de la unidad democrática, arreciando las acciones políticas de calle y denunciando por todos los medios posibles la corrupción y la ineficiencia de este gobierno crapuloso. El grave caso Mackled ha dejado a cielo abierto la purulencia chavista. Y allí hay que hincar el diente, pues hemos llegado a tal nivel de inmoralidad que nuestra vida republicana parece depender de a quien Colombia entrega a Mackled, pues se siente en el aire que si lo envía a USA, el pánico podría impulsar a los poderosos imputables a derogar la institucionalidad, en nombre de los sagrados intereses del pueblo y de la soberanía, claro.

¿Qué mejor escondite que el poder? Las revoluciones – todas - arrastran un fardo delictivo que la victoria desvanece. Los triunfadores dejan de ser atracadores de blindados para convertirse en diputados. Sin embargo, perro que come manteca mete la lengua en tapara. Y hay demasiados lamedores de manteca en este régimen como para no preocuparnos. Las palabras del general pueden estar marcando el rumbo final de la revolución. Al sentirse acorralado el instinto animal cava o trepa. Y nadie es lo que no ha sido. Chávez – aunque se vista de seda y el oportunismo y hedonismo internacional le otorguen patente civilizada - lo único que ha sido, en lo más profundo de su ser, es un golpista.
Rafael Marrón González
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6 de noviembre de 2010

Pequeño burgués… pero estoy ahorrando

“Pequeño burgués…” es una frase hecha que los socialistas usan como el no va más de los insultos descalificadores – el pequeño burgués imita culturalmente a la alta burguesía bañándose a diario y viviendo decentemente - ante cuya amenaza debemos abjurar de nuestra lucidez y arrojarnos de chupulúm en la miasma colectivista, que refleja la inmensa ignorancia que acogota a cierto sector operario que ha encontrado en el discurso comunista justificación para cubrir las consecuencias de sus falencias personales, entre ellas la flojera y la sinvergüenzura.

Fue la dupla Marx-Engels – mantenida toda su vida por el papá capitalista de Engels, es decir por un alto burgués, que tuvo que calarse a ese par de calamares ociosos en la nómina de su textilera – la que calificó como “burguesía” a los propietarios de los medios de producción para diferenciarlos tanto de la oligarquía que ejercía el poder político como del proletariado que era asalariado de aquellos, sin aclarar debidamente que la burguesía fue una expresión revolucionaria frente al absolutismo y al régimen feudal, cuya máxima expresión histórica es la Revolución Francesa.

Chávez – que es un oligarca contumaz, además de un difusor de ignorancias - llama “burguesitos” a los estudiantes que lo retan, con la intención de descalificarlos como hedonistas o indiferentes, obvia que ese cognomento sí aplica a sus hijos, hijas, sobrinos y similares que ostentan opípara vida de ociosos vástagos de sultanes en “las uropas” sin pelar concierto de las luminarias del imperio, cuyos groseros lujos estrafalarios y vulgares fiestas principescas, aderezadas con su ordinariez de origen, retan burlonamente la triste realidad económica que sufre el pueblo venezolano, es decir el proletariado, chavista y no chavista que es confundido intencionalmente con el lumpen, que existe y en demasía para la sanidad democrática de la nación.

Y en su afán de imponer el término, escoge a María Corina Machado como su contendor para el 2012 – quiero medirme con esa “buguesita” - como un reto al alto empresariado que paga con Sidetur, Venprecar y Orinoco Iron, filiales de Sivensa, la empresa familiar de los Machado Zuluaga, el precio de que uno de los suyos se atreva a penetrar territorio chavista con tanta aceptación popular, como también lo hacen el eficaz Enrique Capriles Radonski, nieto judío del poderoso hombre de medios Miguel Ángel Capriles, miembro a regañadientes de la rancia aristocracia capitalista caraqueña, y Leopoldo López, de la familia empresarial Mendoza Goiticoa, descendiente del aristócrata Simón Bolívar por la línea de Juana Bolívar y Palacios Blanco.

Pura alta burguesía metida en los barrios que Chávez considera de su propiedad. Toda una alegoría. ¿Cómo pasó en revolución étnica como la ha planteado Chávez? ¿Faltaron los fusilamientos que esperaba realizar el 4F? ¿O tendremos ante nosotros una contundente muestra del determinismo genético? Porque, de que Chávez es majunche en todo lo que hace, es una verdad absoluta. Su elección ha sido la más costosa equivocación popular de la historia de la humanidad.


De productivo viene burgués


Definidas las cosas, es necesario recordar una vez más cuál es el origen de la palabra “burgués”, sobre todo para la claridad de muchos compatriotas ingenuos y desinformados, proclives a ser seducidos por la latonería verbal de los comunistas que les muestran como disfrute injusto lo que es producto de una vida de esfuerzos sostenidos.

Es conocido, pero no por eso inútil repetirlo, que “Burgo” se denominaba en la Edad Media a las fortalezas construidas por los nobles feudales para vigilar los territorios de su jurisdicción, alrededor de las cuales se asentaban personas no sometidas a la autoridad señorial y artesanos y comerciantes a pequeña escala, los buhoneros de entonces, que con el tiempo constituyeron pequeñas aldeas y luego se instalaron en las ciudades y llegaron a tener tal poder económico que prestaban dinero a los reyes que les permitieron entonces acceder a la administración del Estado, constituyendo una clase social entre la plebe y la nobleza con la cual llegaron a mezclarse por la ruina de muchos nobles cuyas tierras, propiedades y apellidos blasonados pasaron manos de los burgueses más acomodados generando la alta burguesía francesa.

Caso similar a los judíos de la diáspora que crearon una clase económica poderosa que incitó el odio de los naturales de los países que los acogieron, llegando a expulsarlos como hicieron en España o a asesinarlos en masa como en Alemania o a entregarlos a sus enemigos como en Francia, con el único propósito de quedarse con sus propiedades como está haciendo Chávez a través de las expropiaciones con los “burgueses venezolanos”, con la perversión adicional de destruir el sistema productivo nacional para privilegiar a la alta burguesía yanqui, española, portuguesa, brasileña, argentina o colombiana, ésta última fortalecida con la alianza íntima de Chávez con Santos.

Así, a partir del siglo XIX, con la revolución industrial, los burgueses – originados por el tesonero trabajo independiente – fueron marcados como enemigos de los trabajadores por los revolucionarios marxistas y anarquistas y por lo tanto había que destruirlos, pues explotaban a los trabajadores - hasta hacía nada esclavos de los señores feudales - y se apoderaban del valor del producto cuyo precio lo establecía – según la idiotez marxista – el trabajo y no la necesidad que de él tenga la sociedad, pero ¿cómo le quitamos el discursito que reditúa tanto agradecimiento focal? Lo que la historia nos revela es todo lo contrario, al destruir sus bases productivas – para ser empresario se nace como para ser músico – el andamiaje económico del comunismo se derrumba. Allí está Fidel haciendo burgueses por intermedio de Raúl,

Hoy burgueses somos todos

Para la sociología moderna son burgueses todos aquellos cuya profesión no es principalmente manual – ni obreros del campo ni de la ciudad - como funcionarios públicos - Chávez y sus ministros, gobernadores y alcaldes y diputados y directivos y gerentes de las empresas públicas - miembros de las profesiones liberales, educadores, empresarios en general, ganaderos, industriales del campo, banqueros, escritores, intelectuales, etc.

Y según el nivel económico - debería ser cultural y profesional - la burguesía se estratifica en pequeña – sufre las mismas penurias que el proletariado - mediana – clase media, recipiendaria del odio de Chávez y del chavismo - y alta burguesía, ésta última asaltada por la godarria chavista que se desvive por ser vecino de la aristocracia plebeya – porque la de origen noble – sangre azul – pereció en los campos de batalla luchando por la independencia –– por lo cual, a estos arribistas enriquecidos con dólares imperiales, la expresión popular llama “boliburgueses” aunque en realidad pertenecen a una nueva clase surgida del atraco al erario, la “cleptocracia” que en su afanosa codicia pone a robar a toda la familia.


Cuando veas a tu vecino arder, métete a la regadera


En Venezuela, con la maniática constante revolucionaria que impide consolidar una estructura institucional de Estado, desde los albores de la República las revoluciones “quítate tú pa´poneme yo” – salvo algunos interregnos – se han sucedido a ritmo vertiginoso sin que absolutamente nada haya cambiado en lo sustantivo, salvo la sustitución de una élite dominante, derivada de una revolución, corrompida por las melaza del poder omnímodo, por otra que se corrompe cada vez en menos tiempo.

A la Revolución de octubre le costó 25 años prostituirse, la chavista a los seis meses era una cloaca putrefacta, pero con sus andrajos morales empeñados en desmantelar el Estado burgués liberal para sustituirlo por el Estado comunista aburguesado como lo evidencia la extrema obesidad gourmet de su líder, cuyo presupuesto presidencial para 2011 es el doble de lo asignado a la construcción de viviendas para el pueblo.

En conclusión

El lenguaje usado por Chávez - y repetido aborregadamente por sus loros enrojados - es de un atraso espectacular en su definición, quiere expresar cosas con palabras cuyo sentido se perdió en la vorágine de la historia de los últimos veinte años. Y, además, escupe para arriba, pues la clase económica que sustituye a la expropiada o arruinada por sus políticas comunistas inviables, proviene de sus filas y sería interesante escuchar los argumentos que invertirán la carga semántica de empresario burgués a empresario socialista – una contradicción de términos - con las mismas características capitalistas, idénticas consecuencias crematísticas y la misma explotación de los pendejos.

El poder bien vale una manipulación verbal para estafar incautos, ignorantes y románticos aduldolescentes. Yo – como dice un amigo – seré pequeño burgués… pero estoy reuniendo.
Rafael Marrón González
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