Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

25 de marzo de 2012

VENEZUELA INDIGNADA Y CARCOMIDA



El horrendo asesinato de la joven de 19 años Karen Berendique, hija del cónsul de Chile en Maracaibo, pero por las circunstancias hija de todos los venezolanos decentes que estamos cansados de denunciar la violencia genética del chavismo en todas sus instancias, porque de la violencia viene bajo la directriz de esa monstruosidad circense que todavía roe las bases de la democracia americana, que exhibe, como macabro trofeo de su medio siglo de inutilidad, el descarnado costillar de la que fuera una de las naciones más prósperas del continente, devela la realidad de un gobierno que, como el cáncer, carcome las estructuras de la patria.


Y en el colmo del cinismo más grotesco, mientras esta familia sufre el dolor de la irreparable pérdida, el presidente en campaña, indolente y sobrado, con total desprecio por el sufrimiento de la ciudadanía, anuncia que nos vas a dar “una paliza memorable” el 7 de Octubre, cuando la “paliza memorable” lleva trece años dándola su gobierno inútil al pueblo venezolano.


Un gobierno que es un cáncer que ha hecho metástasis en todo el cuerpo institucional de la república, sin excepción: Esos policías “gatillo alegre” que asesinaron tan vilmente a esa joven promesa – no es posible que un ciudadano no pueda diferenciar una alcabala policial de una de malandros - no son más que tumores cancerosos producidos por un discurso y una actitud violenta e irresponsable propia de un desestabilizado adolescente resentido y no de un jefe de Estado.


Allí tenemos, como emblema de la revolución, las bandas armadas del 23 de Enero que en su nombre siembran el terror, protagonizando balaceras en plena vía, segando vidas, quemando carros de humildes ciudadanos y decretando estado de sitio, una vergüenza que, en un gobierno digno, ya hubiera generado los correctivos adecuados para someterlas al imperio de la ley, pero el presidente de la nación sostiene que son un apoyo indispensable para el éxito del proceso… ¿de destrucción nacional?, con lo que cohonesta las acciones delictivas de estos grupos paramilitares ilegales, que, no dudo, tengan en mente asesinar al candidato presidencial opositor, tal como lo revelara el Chávez “yonofui” en una de sus proyecciones.


Eso es un tumor canceroso. Como es un tumor el desastre de PDVSA – endeudada – hasta le debe al Fonden 185 millones de dólares - destruida su capacidad productiva, con sus mejores pozos devastados, comprando gasolina al imperio – 71.000 B/D - para cumplir con sus compromisos porque sus refinerías no sirven, una ruina de lo que antes fuera - caracterizada ahora por los derrames petroleros contaminantes – el del río Guarapiche es uno entre muchos - y los siniestros producidos por la ineficiencia más ramplona, que no tienen parangón en ninguna otra empresa de su tipo en el mundo: Un cáncer carcomió sus estructuras profesionales y la inmoralidad campea con la desinhibida sinvergüenzura de querida del jefe a la que basta gritar que es “roja, rojita” para que todos sus desmanes sean obviados.


Estos son solo ejemplos puntuales de la hórrida metástasis que sufre Venezuela, basta visitar sus principales capitales para evidenciar este aserto: Caracas da asco, nuestra otrora hermosa capital es una ciudad que hiede a muerte, a miedo, a basura, a mendicidad, a excremento – porque es de lo más revolucionario y popular defecar a cielo abierto en pleno centro: “¡Qué vergüenza de capital, qué vergüenza! La inmundicia de sus calles jamás la verá usted en Santiago de Chile, Lima o Ciudad de Panamá, llena de aceras rotas, mendigos tirados en ellas, o niños haciendo malabares en los semáforos”.


Caracas sufre de un cáncer producido por la toxicidad de un gobierno deletéreo:Deteriorada, sometida por el hampa – que es quien manda en este país - y convertida en un gigantesco estacionamiento a toda hora. Sin alumbrado público, cubierta de basura – las laderas de La Mariposa son un estercolero - llena de huecos, contaminada”. Pero así esta Venezuela entera: Un solo alarido de abandono, desidia y corrupción.

La gran obra: El parasitismo social


Pero donde ha sido más destructivo este cáncer mortífero, es en el concepto del trabajo como valor ascensional del hombre: Miríada de zánganos pululan en la inmensa charca de la flojera, sustentando con los sofismas del gobierno que más pobres ha cosechado en toda la historia patria, el tráfico de votos.


Trabajar – porque trabajo hay, lo que no hay es empleo, porque Chávez destruyó sus fuentes – parece ser un insulto para quien considera un derecho vivir sin hacerlo en un país convertido en el paraíso de los parásitos sociales, que ahora sufraga el embarazo precoz, la prostitución y la vagancia, esta última portando fichas de las empresas del Estado, generando en ellas la parálisis productiva, por efecto dominó, por la que han fracasado todos las propuestas socialistas que en el mundo han sido y son todavía a pesar de las pruebas en contra, lo que nos indica lo infinito de la estupidez humana.


Un cáncer de dimensiones catastróficas que amenaza con disolver la república y convertirla en un protectorado de los únicos esclavistas que quedan en el planeta: Los chinos, pero eso poco importa a la masa estúpida que sigue gozosa, a paso danzante, al delirante flautista que la lleva al abismo.


En conclusión


La muerte de la joven Karen a manos de policías animalizados – más de cien tiros dispararon contra la camioneta con placas consulares - ha estremecido la sensibilidad nacional, adormecida ya por la costumbre – “la inseguridad está matando a los venezolanos y no veo que se haga nada que valga la pena, es muy lamentable porque Venezuela no se merece esto” - y la responsabilidad absoluta del ciudadano presidente es incuestionable. Lo que nos alienta es la certeza de que este cáncer sí es curable con los votos terapéuticos del 7 de Octubre.


Rafael Marrón González

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SALTO ANGEL

Otra historia sobre el descubridor del Salto Ángel “Ernesto Sánchez La Cruz”

En múltiples ocasiones he pedido a toda autoridad con incidencia en la materia, que se reconozca oficialmente el descubrimiento del llamada Salto Ángel a su verdadero descubridor, el teniente de la marina de guerra Ernesto Sánchez La Cruz, que en 1910 fue el primer explorador que vio el prodigio y lo incluyó en un croquis de la región, así lo atestiguó en 1955 el conde Antonio Cattaneo Quirín, que se desempeñó como Inspector General de las Fronteras Orientales y Meridionales del Estado Bolívar con la Guayana Inglesa y Brasil, cargo que ocupa de 1914 a 1921, llevando a cabo una revisión completa de la línea fronteriza, desalojando colonias extranjeras ilegales instaladas en la Gran Sabana, y participando, posteriormente, con Lucas Fernández-Peña en la fundación de Santa Elena de Uairén, en 1927, y quien afirmó haber visto el mapa de Sánchez La Cruz en la Casa Blohm de Ciudad Bolívar.

Pero el estadounidense Jimmy Ángel tuvo acceso a los noticieros internacionales y su protagonismo prevaleció. Reclamo que una placa con el nombre de Ernesto Sánchez La Cruz se coloque en la cima del Auyan-tepui como muestra de reconocimiento al auténtico descubridor del Salto más alto del mundo.

¿Cómo llegó al Salto?

Según el autor Pedro Paredes, a Sánchez La Cruz se le había encomendado la tarea de determinar los límites del área de Canaima. Recorriendo la zona, Sánchez La Cruz se separa luego de la expedición, con el objeto de buscar diamantes, por lo que logra establecer contacto con los pobladores aborígenes de la etnia Pemón, quienes le alertan de la existencia en la zona de una enorme caída de agua.

Estos indígenas llevan a Sánchez La Cruz hasta el sitio en el que estaba ubicado el salto al que llamaban "Kerepakupai Meru" que en su lengua significa "salto del lugar más profundo". Al regresar dicha expedición a Ciudad Bolívar, Ernesto Sánchez La Cruz hizo entrega de estos importantes registros y de un croquis a un ciudadano de origen alemán, de apellido Kuhn, dueño de la casa Blohm, quien a su vez procedió a guardarlo en una caja fuerte de su propiedad.

Sánchez La Cruz, apenas divulgó su descubrimiento a muy pocas amistades y comunicadores sociales de Ciudad Bolívar, y jamás se preocupó por dar a conocer este histórico hallazgo, hasta que, mucho tiempo después, el señor Cattaneo Quintín, en el año de 1955, le solicitó información acerca de esta zona explorada al alemán Kuhn, el cual le proporcionó el croquis elaborado por Sánchez La Cruz.

Luego de Sánchez La Cruz estuvieron otras expediciones

En 1927, los españoles Félix Cardona Puig y Joan Mundó Freixas organizaron una expedición en busca de oro y de las cabeceras del Caroní. Por referencia de los indígenas de la región, los aventureros se desviaron en la desembocadura del río Carrao, a través del cual llegaron al río Churún para finalmente alcanzar la base del Auyantepuy y divisar el gran salto de agua que más tarde se conocería como Salto Angel.

En el diario "El Universal", Mundó Freixas publica en 1928 una serie de reportajes en los cuales narra cómo avanzaron hacia el salto en cuya base acamparon algún tiempo debido a la falta de abastecimientos. En 1965, Félix Cardona Puig, en una carta dirigida a Guillermo Jose Schael, columnista en ese entonces de "El Universal" afirmó que "en 1927, Juan Mundó, su hijo y yo, exploramos las cuestas del Auyantepui durante más de tres meses, e intentamos subirlo sin éxito..." Como mencionamos más arriba, en 1937 Cardona Puig había sobrevolado el salto junto a Jimmy y se lo había mostrado ya que lo conocía.

Jimmy le propuso a Puig aterrizar en la cima del Auyantepuy pero a Puig no le agradó la idea. Meses más tarde Jimmy aterrizaría en esa cima. Existe evidencia de que en los tiempos de la explotación del "balatá" o caucho en la zona, algunos expedicionarios venezolanos estuvieron en el lugar aunque estos hechos no se encuentran del todo documentados. Entre estos venezolanos se mencionan a José Berti, a Simón Moreno, a un general de apellido Salas, a Cayetano García y otros.

Un hijo de Ernesto Sánchez La Cruz nos cuenta la historia

"Siendo el único hijo varón que aún vive, de Ernesto Sánchez La Cruz con la Sra. Laura B. de Sánchez, aseguro que Ernesto Sánchez La Cruz fue el primer hombre blanco que caminando inmerso en la selva venezolana, descubrió el Churun-Merú. Ernesto Sánchez La Cruz nació en Jajó, estado Trujillo, en el año de 1883, hijo de Fernanda La Cruz González y el Capitán de Navío Pedro José Sánchez Wilson.

Gracias a los manuscritos que me dejo mi padre, poseo una amplia y concreta referencia de su descubrimiento, a demás de un legado hermoso de toda su vida familiar, discidencias políticas, su vida en la Armada y prisión militar, exploraciones y aventuras en la selva de Guayana Estado Bolívar, su libertad condicional y regreso a la selva, su enfermedad y recuperación en los llanos venezolanos y sus vivencias en la capital hasta su muerte.

Por circunstancias políticas y motivos de salud, debido a la caída del Gobierno de Juan Vicente Gómez, regresa a Caracas con mi madre y su familia para instalarse en casa de su hermana y su tía, con quienes se desarrolló nuestra niñez y adolescencia. Debido a la fatalidad, falta de recursos y el temor por la situación política que se vivía en aquellos tiempos, los conocedores de su verdad no pudieron ayudarle a dilucidar la controversia generada por su descubrimiento.

En las décadas subsiguientes, nuevos acontecimientos políticos han ensombrecido a quienes han tratado de resurgir esta verdad inobjetable. La historia a través de textos, revistas, diarios y artículos se ha encargado de mostrar al mundo la interesante verdad sobre el descubridor del hoy llamado Salto Ángel, en honor a James Crawford Angel "Jimmy Angel", su redescubridor. Paradójicamente, publicaciones hechas en el exterior, reconocen al ex marino venezolano como el primer hombre blanco en quien recayó el honor de ese magno descubrimiento.

Ernesto Sánchez La Cruz, no sólo descubrió la catarata más alta del mundo, sino que hizo otros descubrimientos. Se internó en la selva para explotar caucho (balatá), sarrapia y oro, a demás de servir como guía explorador a diferentes expediciones. Para el momento en que divisa la "Pluma de agua que caía desde el cielo, la cual sobrecogía el alma" (como él la definió en sus relatos), realizo un croquis detallado del Salto, haciendo entrega de éste y notificando el hallazgo, al Gerente de la Casa Blohm de Ciudad Bolívar para finales del año 1910.

Este gerente a su vez, notificó a la autoridad respectiva (director de Fronteras de la época), quien se trasladó un año después a la Casa Blohm a ver el croquis y conocer el Salto. Por publicaciones escritas en diferentes medios, así como referencias de mis hermanos y algunos de sus nietos de Maracay, incluyendo episodios que nos narró y describió mi padre, él logró llegar al pie del salto por tierra, luego de una larga travesía con los indígenas del lugar. Parte de esta historia, se encuentra en manuscritos, de los cuales extraje los aspectos más interesantes de sus exploraciones y descubrimientos".

La historia de Jimmy Angel

Se inicia cuando un filibustero de apellido Mc Graken le ofreció 5.000 dólares a Jimmy para que lo llevara en su avioneta a cierta meseta en la Gran Sabana venezolana, indicada en un misterioso mapa, que pudo ser el desaparecido de Sánchez La Cruz, donde cerca de un río recogió un tesoro de 35 kilos de oro. El propio Ángel asegura que años después se encontró con Mc Graken que le preguntó si se había hecho rico con la información que él le había suministrado, avivando la codicia del despistado aviador que entre 1930 y 1935 realizó 3 ó 4 expediciones aéreas buscando el lugar donde había aterrizado años atrás y en el último de esto vuelos divisó el salto que estimó entonces en unos 500 metros, pero absorto en la búsqueda de su "río de oro", no le concedió mayor importancia, pero se lo refirió a su amigo el ingeniero venezolano Gustavo Heni quien le aupó a darlo a conocer en su país, y por lo tanto en el mundo, bautizándolo con su apellido.

El 9 de octubre de 1937, Gustavo Heni, Gustavo Delgado, Marie Ángel, y Jimmy deciden visitar el Auyan-tepui pero la avioneta modelo Flamingo, bautizada "Río Caroní", y con las siglas "NC-9487", quedó atrapada en el lodo de la meseta, y los integrantes de la expedición tuvieron que regresar a pie, pero portando las fotografías documentales que probaban la existencia del prodigio de la naturaleza que fue confirmado como el más alto del mundo en el mes de mayo del año 1949 por la National Geographic Society. El avión fue rescatado en febrero de 1970, por las Fuerzas Aéreas Venezolanas, y una vez restaurado y construida una réplica para el Museo Nacional de la Aviación, fue instalado, en 1974, en un parque en el Aeropuerto de Ciudad Bolívar.

Es Kerepacu-pai Meru...

Esta magnífica caída libre de agua de 979 metros de altura (aunque, el médico Wilmer Pérez y el físico Luis Aulestrá, que establecieron un récord mundial al subir y bajar a rappel el Salto, insisten en que tiene 1.003 metros de altura) que del Auyantepui se desprende para colocarse como el primer salto del mundo, situado entre los 63º 26´49" de longitud Greenwich y los 5º 40´53" de latitud norte, lleva como verdadero nombre indígena Kerepaku-pai Meru, según lo aseguran autoridades científicas como Félix Cardona Puig, Gustavo Maggi Calcaño, Antonio Luis Cárdenas y el sabio Alfredo Jahn, además de Roberto A. Marrero y Aldemaro Romero Díaz, quienes, luego de minuciosos análisis geográficos han comprobado que el río Churún forma una cascada menor "a unos 9 ó 10 kilómetros al suroeste del Salto Ángel", y que el río que forma el Salto es el Kerepacúpai, y por lo tanto el salto debe llamarse Kerepacú-pai Merú. Realmente el Churun Merú existe pero es un salto que está ubicado al final del "Cañón del Diablo" y es uno de los 20 saltos más altos del mundo con unos 400 mts.

"Y allá sobre aquel fondo de cirros, se afirmaba la capital de las formas: una increíble catedral gótica, de una milla de alto, con sus dos torres, su nave su ábside y sus arbotantes, montada sobre un peñón cónico hecho de una materia extraña, con sombrías irisaciones de hulla. Los campanarios eran barridos por nieblas espesas que se atorbellinaban al ser rotas por los filos del granito. En las proporciones de esas formas rematadas por vertiginosas terrazas, flanqueadas con tuberías de órgano, había algo tan fuera de lo real -morada de dioses, tronos y graderíos destinados a la celebración de algún Juicio Final- que el ánimo, pasmado, no buscaba la menor interpretación de aquella desconcertante arquitectura telúrica, aceptando sin razonar su belleza vertical e inexorable. El sol, ahora, ponía reflejos de mercurio sobre el imposible templo más colgado del cielo que encajado en la tierra". Así describió la magnifica forma del Salto más salto del mundo, el escritor cubano, de origen francés, Alejo Carpentier, en su obra Los Pasos Perdidos.

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GUAYANA TAMBIÉN SUFRE


No suelo escribir sobre los ingentes problemas socioeconómicos y laborales y de urbanismo y de servicios públicos y de inseguridad que sufre Guayana, porque tienen la misma causa que los que agobian toda Venezuela: Hugo Chávez y su proceso fidelista de destrucción del orden republicano para imponer, por la fuerza de las armas, del soborno y de la coacción, el socialismo real que arruinó China y la hizo saltar la talanquera como a Vietnam, disolvió la supuestamente poderosa Unión Soviética, mantiene en el oscurantismo medieval a Corea del Norte, cloaquizó Cuba y convierte en ruina todo lo que toca en Venezuela vía ineficiencia – con aguacates no salen batidos de fresa - corrupción – desde siempre el revolucionario se roba el peculio del vencido - y expropiaciones forzosas, que sin el debido proceso constitucional son un robo, como se lo dijera frente a frente María Corina Machado – como también lo es no pagar a los proveedores los compromisos adquiridos por el gobierno, que en el caso de las empresas básicas de Guayana han sido convertidas en maulas, no honran los términos contractuales estipulados en sus órdenes de compra, por lo cual muchos proveedores se han visto precisados a tirar a pérdida las deudas impagas por este bochorno inmoral y dejarles de ofertar sus productos o servicios, con lo que sus ventas disminuyen – recordemos que Guayana es un satélite de estas empresas - y por lo tanto también su capacidad empleadora, por ello el desempleo en Guayana es superior a la media nacional, que ya es bastante alta, a pesar de los numeritos caramelizados del INE - así como sufre la inflación más elevada y altos índices de pobreza – “59,9 % de la población de Ciudad Guayana sufre de pobreza general y el 17,8% de las familias de Puerto Ordaz percibe ingresos insuficientes para cubrir el costo de la canasta alimentaria”.


Parece que ser mala paga – robarse los recursos ajenos – es uno de los pilares de la ética inversa del socialismo. Y el propio Chávez blasona de ello cuando amenaza con obviar el pago oportuno constitucional – que significa pronto, sin demoras y en dinero, no en bonos del Estado - si a los sentenciados a sus expropiaciones autoritarias, se les ocurre protestar por sus derechos, que se les vulneran a su vez a los trabajadores de las empresas de Chávez en Guayana, a quienes se coacciona con la amenaza de declararlos contrarrevolucionarios – como si ser revolucionario fuera una vaina machete y no la actitud delictiva que es en estos tiempos – si protestan por sus reivindicaciones - y por los beneficios cuyo costo les es descontado de la nómina pero no se cancela a los prestadores del servicio correspondiente, así como no se deposita en los bancos lo concerniente a la caja de ahorro, por lo que nunca hay dinero para préstamos - pero los afectados por el saqueo a estas empresas que han puesto en peligro su estabilidad laboral por convertirlas en extensiones del partido de gobierno y en recipiendarias del clientelismo laboral más obsceno – Chávez ofrece menos horas laborables mientras los suizos rechazaron la propuesta de los izquierdistas de aumentar las vacaciones de 4 a 6 semanas - en el colmo de la ingenuidad que trasciende la comprensible actitud del pueblo esperanzado, insisten en aseverar que “Chávez no sabe” – cometen la infantilidad de enviarle patéticas cartas plañideras - a pesar de haberlo visto sobrevolando una de sus protestas en un helicóptero, y continúan eligiendo como jefes sindicales a sumisos comisarios del régimen, que obedecen perrunamente las directrices del patrono, y luego se asombran cuando estos los tildan de desestabilizadores por exigir el cumplimiento de sus reclamos.


Por eso estamos como estamos: Sencillamente porque un elevado porcentaje de guayaneses – y venezolanos en general, por supuesto - sufre los efectos de un encantamiento maligno que impide comparar conscientemente la realidad con el discurso oficial para determinar la verdad. Idiotez lo llaman en el campo de la racionalidad.


La inseguridad


Guayana tiene la desgracia de haberse infligido el desatino de elegir por dos períodos consecutivos como gobernador a un general de división por decisión política - nada menos que el grado de Páez en Carabobo – cuya trayectoria militar fue siempre administrativa y debió ser jubilado con el grado de coronel, que es la sopita de los malandros – cual Chávez de Valentín Santana - que someten al terror a la sociedad entera, salvo al gobernador, porque ni su entorno se ha salvado de un atraco, llevando a Ciudad Guayana -con escaso millón de habitantes - al deshonor de ser considerada entre las veinte ciudades más peligrosas del mundo. Y la respuesta del gobernador es la pachanga electorera y competir con el alcalde de Caroní duplicando las fiestas de carnaval y en un sospechoso derroche de asfaltado, que realizan en horas pico, pa´que los vean, y que ha batido record universal.


Pero de atacar el hampa, que ceba su sevicia en los barrios más humildes, aunque su devastadora siega a todos afecta, ni se habla. Pero a pesar de su pública y notoria ineficiencia, este señor es candidato oficial de Chávez – militarismo puro – para una tercera elección, que no dudo pueda ganar, bajo el mismo baremo del autismo mencionado.


En conclusión


Guayana también sufre las consecuencias de trece años del pernicioso influjo de un gobernante delirante que importa la miseria cubana como acto cultural para imponerla como modelo revolucionario a asumir por todos los pueblos de América: El socialismo siglo XXI, que, en sus síntesis estructural, traduce igualdad en la miseria para todos... menos para el circulito de complicidad extrema. ¿Uh, ah?


Rafael Marrón González

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11 de marzo de 2012

DEL SICARIATO MORAL Y SUS DERIVACIONES


Cada día salta a la palestra pública algún nuevo vocero recién bañado de luz democrática – regularmente derribado del caballo por la súbita comprensión de la verdad - a exigir reconciliación y concordia porque la nación anhela vivir en paz - ¿en la paz de los sepulcros? - sin embargo aquellos que hemos luchado a brazo partido contra este proceso oprobioso y liberticida, desde el propio 4 de Febrero de 1992, cuando con un alzamiento militar su líder trató de apoderarse del poder - el cual obtuvo posteriormente por equivocación popular - pedimos justicia para tanta irresponsabilidad ruinosa, restitución del orden republicano vulnerado e imperio del poder civil constitucional y luego que se reconcilie quien quiera cordializar con sus victimarios.

El perdón es asunto de Dios, que es el único ser que puede leer en el corazón del hombre y saber si su renuncia a la maldad es sincera, por eso el individuo como ser social creó los tribunales, para evitar el ojo por ojo pero también, para cerciorarse de que el culpable de violar las normas y leyes de la sociedad pague su culpa. Y es que, además de la deuda por el desastre, en el nombre de Chávez y con su anuencia – el programa La Hojilla es un hecho que lo implica – se ha producido en este país una inédita forma de linchamiento político, sin poner en riesgo el físico: El sicariato moral.

Un nuevo sistema de escapar por la tangente, usado por el funcionariado delictivo, cuya forma de vida está reñida con su tradición salarial, por lo que es objeto de denuncias de enriquecimiento ilícito – comprobable, si funcionara el concepto de “contraloría”, con una simple investigación de ingresos y egresos – que consiste en contratar los servicios de algún desechable con parte de los atributos de un locutor, para que, mediante la difamación sistemática, asesine la reputación del acusador - el sicariato moral debe tener la misma pena que el físico, pues es el homicidio de la reputación - para diluir la denuncia en el chisme del cretinismo.

Con ello busca, además de la banalización de la acusación por la descalificación del acusador, que este proceda por la vía de la violencia, con lo cual se ahorraría el pago a la lacra moral inservible y sacaría de circulación a quien se atrevió a retar su poder, despreciando su capacidad de compra. Claro que este presupuesto no cuenta con la imperturbabilidad que caracteriza el ser ético.

La base del sicariato moral es un refrán infame que repite acríticamente la ignorancia: “Cuando el río suena piedras trae”, obviando que hay quien echa piedras al río para que suene. Todo hombre público, de pensamiento crítico, que se enfrente a las depravaciones del poder, se ve sometido a esta práctica infame de la corrupción que pretende descalificar para nivelarse por contraste – “los adecos `también´ robaban”.

El origen de la difamación y la injuria es la convicción de la propia minusvalía intelectual, ética y moral. Ningún hombre probo, digno, apela a la descalificación: Combate en el plano de las ideas, acude a las instancias judiciales, presenta pruebas en contra. Son los degradados quienes difaman e injurian. Son los inmorales quienes descalifican como respuesta. Son los ladrones del erario sorprendidos en flagrancia, que prostituyen hasta a sus hijos y nietos, quienes contratan sicarios morales. Es el terror a tener que presentarse ante la justicia con sus pústulas al descubierto lo que los hace enloquecer y apelar a la infamia.

El año del sicariato

Debemos estar muy claros, además, que la descalificación persigue borrar la cualidad humana del adversario - “gusano, cochino, escuálido” - para que el lumpen fanatizado por el odio pueda asesinarlo sin cargos de conciencia, que de hecho ya la tiene diluida en la masa amorfa, ebria de ignorancia, cuya existencia depende integralmente de la rastrera lealtad que demuestre al poder autocrático.

Por ello debe preocuparnos el sicariato moral, pues este será un año traumático, nos enfrentamos a un hombre desorbitado por la inexorable proximidad de la muerte - y la disolución de su pretendida revolución en la ineptitud, el fracaso y la corrupción más vulgar - cuya irracionalidad verbal puede llevar a sus seguidores, aterrorizados por la pérdida de la impunidad, a estimular hasta el crimen más atroz – “(…) el pueblo revolucionario saldrá a la calle y pondrá rodilla en el suelo, fusil en hombro y bayoneta calada para defender la revolución”, (¿de dónde sacará esos fusiles, o FAN será el sinónimo de pueblo revolucionario?).

Ya recibimos el primer aviso: El ataque a tiros a la marcha de Capriles en Cotiza - ¿lo de Carla Angola sería el segundo? - fue antecedido por una campaña de difamación e injuria – pivotada en la idéntica situación civil de Chávez - por lo tanto es un alerta que debe encender las alarmas: Ejemplos históricos abundan del desborde de las pasiones cuando preservar el poder es asunto de vida o muerte o de disfrute orgiástico del tesoro público. Así que no olvidemos que la difamación precede al crimen. Y que un sicario moral es un sicario. Y punto.

Rafael Marrón González

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NI SE TE OCURRA MORIR…


Indignado por la posibilidad de que eso que llamamos “la vida” te dé la oportunidad de escapar a tu derrota política, te dirijo esta carta, aunque sé te importará muy poco, pues para eso tienes adulantes a montón que te susurran al oído las pleitesías que te han impedido ver la realidad que has construido sobre las ruinas de nuestra hermosa Venezuela, pues en tu inmensa soberbia has ignorado las lecciones de la historia que muestran el fracaso de todas las experiencias socialistas que en el mundo han sido, fracasos que se han justificado con excusas tan pueriles como el bloqueo, el bloqueo, el bloqueo, para obviar lo antinatural e inviable de estos procesos liberticidas y criminales – “fusilamos y seguiremos fusilando” – que atrae incautos aduldolescentes con su promesa de cielo, para el que obligatoriamente, por la fuerza de las arnas, hay que morir políticamente – la sumisión por la supervivencia.

Tuviste la oportunidad pocas veces dada en estos tierreros conceptuales de ser un hombre justo y de progreso – un evolucionario - pero preferiste ser revolucionario, nada menos que en la portentosa época del conocimiento y de las redes sociales – “que son las que escriben la historia” - vienes tú con esa antigualla obsoleta y maloliente que significa miseria para todos.

Pero más allá de esa intención estúpida de convertir a Venezuela en una charca de parásitos sociales – ya tenemos colas de mangazones choludos, pero felices a lo socialista, esperando todo el día una bombona de gas o un litro de aceite, y a miles de parásitos cobrando sin trabajar, como en Cuba – cuando si algo necesita este pueblo es trabajo y voluntad de trabajar, pero tú le has ofrecido flojera y vagancia remunerada.

El mérito - el esfuerzo del individuo por su superación a través de trabajo, el estudio y la responsabilidad - ha sido sustituido por la incondicionalidad ascensional, indignidad dispuesta a cualquier canallada para preservar su inmerecido éxito. Has cometido la aberración histórica de decirle al pueblo “empoderado” – ebrio de impunidad - lo que puede hacer, en lugar de lo que debe hacer, con lo que en tu nombre se han cometido todo tipo de excesos, abusos y crímenes, destruyendo peligrosamente, por el irrespeto, el pacto social de la convivencia pacífica.

En tu nombre se calumnia de la manera más vil, se descalifica por cobardía y falta de inteligencia, se injuria procazmente por los medios de comunicación – sicariato moral - siguiendo la vulgaridad de tu discurso pueril pero repleto de insultos que implantó el reino de la barbarie; se amenaza con la violencia más estrafalaria – “los revolucionarios “semos” violentos”, dice una mujeruca mientras le cae a sombrillazos a un cliente de un hipermercado porque se atrevió a insinuar que en Mercal se hace cola - se practica el terrorismo social con el hampa desatada que asesina a mansalva - los pranes derivados líderes de comandos paramilitares – y se convierte al pueblo en ladrón estimulando invasiones:

Revolviste el fondo de la sentina desde donde brotó a chorros la impudicia más deletérea, la codicia más ramplona, la cobardía más infame y los especímenes más rastreros, seres inservibles que han destrozado y quebrado todo lo que tu gobierno ha tocado, porque no es posible lograr eficiencia con fanáticos esquizofrénicos que estimulan la sinvergüenzura – “la culpa es del gobierno anterior… del capitalismo… del imperio” - ni eficacia con trepadores, ávidos de vida muelle, dispuestos a corromperse y a corromper hasta a sus nietos.

Y pretendes morirte en escenario hamletiano, en olor a corte de María Lionza, sin responder por la división del pueblo venezolano ni por la pérdida de la moral pública ni por haberle insuflado la sensación de gobierno a delincuentes comunes que en tu nombre mancillan el honor de la república y del gentilicio al atreverse a amenazar a la nación con “tomar las armas si pierdes las elecciones”, como si tú no fueras producto electoral, pues que sepamos no has ganado el poder por alguna batalla memorable.

Y aunque el odio ha sido el motor de tu bandera, es un odio embutido por tu mentor que es un gangster – el Che era un psicópata – que entró en contradicción con tu confundida esencia cristianoide – se dice que escribiste a Monseñor Moronta - y envenenó tu cuerpo, y ahora sufres las consecuencias irreversibles de haber militado, por resentimiento social – resentimiento es reconocimiento de la minusvalía - o descarnada ignorancia, en esa secta de ritualismo satánico: Todo le sale mal al ingenuo cuando lo recluta el mal.

Tienes cáncer, pero no te atrevas a morir

Lo tuyo es cáncer y del bravo, y aunque has tenido la suerte de disponer del privilegio de un poder omnímodo que pudo poner a tu disposición posibilidades reales de curación, tu paranoia – como calificó Lula tu terquedad – te llevó, irresponsablemente, a poner tu vida en manos de diletantes y aprendices de brujos que, por mala praxis o pragmatismo financiero, te desparramaron el tumor, te deformaron el físico y te alejaron de cualquier posibilidad de recuperación.

De esa magnitud inversa es tu idea de la vida y del futuro del país, al que dejarás, si te atreves a morir, en la miseria, fracturado, endeudado - no hay reservas internacionales suficientes para cubrir el déficit de la productividad nacional destruida por tu errada visión de la economía, que pusiste en manos de un electricista comunista que en su ancianidad balbuceante todavía cree que es negocio producir o comprar caro para vender barato y que la pobreza se supera regalando electrodomésticos chinos - y en la anarquía:

Tu partido político es un saco de alacranes marrulleros disputándose a ponzoña limpia los despojos de tu revolución y es posible que tu sucesor se escoja en un duelo a muerte en Fuerte Tiuna. Así que no se te ocurra morir antes del 7 de Octubre. Después que sea lo que Dios, en su infinita piedad, quiera. Pero la patria, a la que tanto dices amar, estará ya en mejores manos.

Rafael Marrón González

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