Bolívar periodista
Después de los sucesos del 19 de abril de 1810, Simón Bolívar viaja en
misión diplomática a Londres donde publica una curiosa carta en el
Morning Chronicle del 5 de septiembre, en la cual el futuro Libertador se hace
pasar "por un español de Cádiz dirigiéndose a un amigo suyo en
Londres", en ella fija posición con respecto al bloqueo que ordenó la Regencia española, el 1
de agosto de 1810, declarando rebeldes a sus vasallos y bloqueada
comercialmente la provincia de Venezuela, y entre otras disquisiciones expresa:
“...La regencia supone que los caraqueños se han declarado independientes de la Madre Patria. Esta
es una calumnia que solo sirve para exponer la falsedad de aquellos de quien
procede. Es notorio a todo el resto del mundo que la provincia de Venezuela se
ha declarado independiente, no de la Madre Patria , no del soberano, sino de la Regencia cuya legalidad
se discute aun en España...”. Esa fue su primera relación con el
periodismo. De regreso, en la corbeta Saphiro se trae una imprenta, que es
utilizada para publicar el órgano de difusión de la Sociedad Patriótica ,
el periódico "El Patriota de Venezuela". Desde ese momento la
relación de Bolívar con el periodismo es estrecha y se intensifica con los
años. Es histórico que devoraba con fruición todo periódico que caía en sus
manos y prácticamente los diseccionaba. El capitán de fragata Alfonso Moyer,
comisionado secreto de Luis XVIII, en un amplio informe sobre Bolívar que envía
a su monarca, escribe: “... Es un hombre que sigue con gran cuidado los sucesos
de Europa por medio de la prensa europea. El 9 de diciembre tenía en Lima los
periódicos de Londres hasta el 24 de
agosto...”.
Bolívar columnista
De sus artículos periodísticos que se conservan cabe destacar los
publicados en la “Gazeta de Caracas” el Lunes 7 de Febrero y el Jueves 9 de
Junio de 1814 referentes a la política de Inglaterra y a sus “Reflexiones sobre
el estado actual de la Europa
con relación a la América ”;
así como el referente a la instrucción pública que publica a finales de 1825 en
el diario El Peruano fundado por él, el 25 de Octubre de 1825, que todavía
existe como órgano oficialista, y cuyo primer director fue Tomás de Heres, a
quien le notifica desde el Alto Perú: “No mando los papeles públicos impresos,
porque desde aquí pensamos hacer la guerra con ellos”, evidencia de la
conciencia de Bolívar sobre la importancia del periodismo como elemento difusor
de las ideas, como lo usa durante su estadía en Jamaica en el año 1815 donde
publicó varios artículos en “The Royal Gazette” y “The Jamaica Courant”. Muy
poco se habla de esta pasión sustantiva de Bolívar, nublada por el esplendor de
su formidable gloria de Libertador, fundador de naciones y líder
universal por la idea y convocatoria para la creación de la primera Comunidad
de Naciones del orbe lo que lo inscribe como uno de los fundadores del mundo
moderno como quedó establecido en Ginebra en 1918. Pero esta pasión también la
ejerció con prolijidad, a tal grado, que de no haber tenido que ocuparse de
libertar cinco naciones del yugo imperial español, no existe duda alguna de que
hubiera sido uno de los más brillantes periodistas de América. Sus críticos
coinciden en afirmar que el estilo literario usado en sus cartas demuestra el
dominio de la prosa que caracteriza a todo buen periodista, porque sabida es la
estrecha relación entre estos dos géneros de la expresión humana, la literatura
y el periodismo. Inclusive el mordaz Salvador de Madariaga afirma que “si el
estilo es el hombre, en Bolívar había una riqueza humana maravillosa. Basta que
se deje ir para que lo que escriba sea maravilla. (...) Sus cartas son siempre
de una espontaneidad genial. (...) Pensaba con agudeza y escribía con decisiva
y feliz espontaneidad. (...) Era hombre de inteligencia aguda y de estilo
conciso e incisivo”. Y esa es precisamente la definición estilística que lo
acerca al campo del periodismo, el ser conciso e incisivo.
La libertad en las bayonetas pero también en la imprenta
Cuando fracasa la
Expedición de Los Cayos de San Luis, en 1816, los
españoles incautaron a los insurgentes una pequeña imprenta de campaña, y la Gazeta de Caracas, de nuevo
en poder realista, se burla de este hecho diciendo que “los aventureros no
tenían ni una playa donde desembarcar, pero venían provistos de una máquina
para imprimir y de tipos de imprenta”. Una vez en posesión del territorio de
Guayana, lo primero que hizo Bolívar, fue ordenar a José Miguel Istúriz, el 1º
de septiembre de 1817, la adquisición de una imprenta en Trinidad para
imprimir en Angostura un periódico que conformara la voz de la patria en armas
y enfrentara la desinformación realista de la Gazeta de Caracas. La imprenta se negoció por
2.200 pesos, pero como solo contaban para la operación con 1.525 pesos, se
entregaron 25 mulas guayanesas para completar el precio. Y el sábado 27 de
Junio de 1818, bajo la dirección de Francisco Antonio Zea, circulo el
primer número del Correo del Orinoco, cuyo editorial informaba: “Somos libres,
escribimos en un país libre, y no nos proponemos engañar al público. El Correo
del Orinoco culminó sus operaciones el 23 de Marzo de 1822, después de 128
números ordinarios y cinco extraordinarios, al trasladarse la sede del Gobierno
de la Gran Colombia
a Cúcuta. Presumo que cualquier periódico de hoy se sentiría orgulloso de haber
sido el autor de la noticia del triunfo de los patriotas en Boyacá, o la
ocupación de Caracas por el general Bermúdez, o el triunfo de los patriotas en
la inmortal gesta del campo de Carabobo, o la entrada apoteósica de Bolívar a
Caracas, después de triunfar en Carabobo, como las reseñó en su oportunidad el
Correo del Orinoco.
El seudónimo de Bolívar
Bolívar fue redactor del Correo del Orinoco y bajo el seudónimo
J. Trimiño publicó una amplia respuesta cargada de humor irónico a José Domigo
Díaz, realista redactor de la
Gazeta de Caracas, en la edición Nº 20 de fecha 27 de febrero
de 1819: “... No escriba V. más caballero Díaz. Ya que no sabe escribir podría
V. guardar silencio que es lo que V. haría admirablemente, quando ignora quanto
se requiere saber para ser buen escritor. ¿Sabe V. pensar? No. ¿Sabe V. lo que
es verdad? No. ¿Sabe V. decirla? No. ¿Pues que sabe V? Mentir, adular, al
que teme, calumniar, al que aborrece, siempre contradecirse y fastidiar a todo
el mundo. (...) ¿Ya es V. liberal o todavía servil? ¡Pero no¡ V. no es
nada ni será nunca más que nada”. El Correo del Orinoco tiene para nuestra
historia la importancia capital de haber sido el vocero de la República desde 1818
hasta el 23 de Marzo de 1822, ya florecida la libertad en el suelo de la
patria. El Correo del Orinoco, además, sirvió para dar a conocer en otros
países sur o centroamericanos, Antillas, Estados Unidos o Europa los ideales,
propósitos y proyectos de los dirigentes revolucionarios
independentistas. El impresor contratado por Bolívar para editar el
"Correo del Orinoco", fue Andrés Roderick, también editor de "El
Correo Nacional", periódico publicado en Maracaibo desde el 14 de mayo de
1821 hasta el 10 de noviembre del mismo año. Roderick Murió en Bogotá en 1864.
Bolívar Jefe de Redacción
Pablo Morillo fundó en Bogotá “La Gazeta de Santafe de Bogotá” que Bolívar asumió
luego del triunfo de Bogotá y convirtió en “La Gazeta de Colombia” en cuya
diagramación se inmiscuía, y así le escribía a Santander: “Dígale usted al redactor
que anuncie al público que no dará más cabida a los artículos remitidos en
forma de cartas, sino que los encabezará con un título de su contenido. A todas
las cosas se les debe dar la forma que corresponden a su propia estructura, y
estas formas deben ser las más agradables para que capten la admiración y
encanto. Mucho importa que ese diario, que tiene tan buenos redactores, trate
las materias de un modo regular y periodístico”, y aquí Bolívar demuestra su
avanzada visión al relacionar en aquella época el término “periodístico”, no
con lo relativo al periódico y los periodistas como era usual, sino con
lo referente a la noticia y su relevancia. E insiste sobre el tema desde el
Rosario de Cúcuta, el 26 de Junio de 1820: “...La Gazeta es muy chiquita; no
contiene nada; sobran materiales y sobra buena imprenta. Hágale usted quitar el
jeroglífico; póngale Usted por título Gazeta de Bogotá y que se llenen las
columnas con los caracteres más pequeños que haya; pues si es preciso que se
compre la imprenta o se emplee la de Lora por contrato. Este es un lujo de los
gobiernos y es una indecencia lo contrario. Nuestra Gazeta no se puede
presentar en ninguna parte por su tipografía. Mando a usted la proclama de
Morillo para que se ponga en la
Gazeta , con las notas entre paréntesis y en letras
bastardillas. Estas notas pueden mejorarse con más sal y con algunos cauterios;
usted haga de ella lo que guste suprimiéndolas y aumentándolas; pero que
siempre vayan intercaladas en el texto, porque así hacen mejor efecto y no con
llamadas...”. Y en otra correspondencia, del 14 de Agosto de 1825, esta vez
dirigida nuevamente a Tomás de Heres y refiriéndose a El Observador, le
comenta: “...El Observador en un pequeño cuaderno no está bien, mejor
aparecería en un pliego entero. El Nº 2 no tiene variedad ni noticias, que son
las que interesan. Los negocios legislativos deben ser comunicados, y las
columnas deben ir divididas en este orden: Noticias extranjeras, Noticias del
país, Asuntos políticos o legislativos, Variedades, etc., y lo que sea
literario o negocio de algún interés mayor que no pertenezcan a dichos
artículos, destacarlos aparte. Después se pueden poner estos otros artículos:
Curioso, Estupendo, Notable, Gracioso, Escandaloso, y otros títulos como estos
que llamen la atención del público y correspondan estos títulos. Yo quiero que
se proteja un periódico, pero no aparezca usted como principal, más bien que
sea el gobierno o Larrea, o un amigo; pero que se organice con elegancia, gusto
y propiedad”. Posteriormente a partir del 10 de abril de 1821, aparecen
sucesivamente bajo la égida de Bolívar, en Huaura, Barranca y Lima: “El
Pacificador del Perú”, “La
Gazeta del Gobierno de Lima Independiente” y la “Gazeta del
Gobierno”, instrumentos oficiales de las nacientes repúblicas de Perú y
Colombia.
Riega de periódicos la
América insumisa
Durante la campaña militar que culminaría en Ayacucho en 1824, se hace
acompañar de una imprenta para imprimir “El Centinela en Campaña”, donde
difunde las diferentes situaciones de la guerra, pero descontento con la
forma de este periódico le escribe a su secretario José Gabriel Pérez, desde
Huamachuco, el 6 de mayo de 1824: “Remito a usted el Centinela, que está
indignamente redactado, para que usted mismo lo corrija, y lo mande de nuevo a
reimprimir, a fin de que corra de un modo decente y correcto. Despedace usted
esta infame gazeta para que quede mejor. La divisa está indignamente colocada.
La contestación, etc., en letras mayúsculas. La puntuación corregida, las
impropiedades destruidas, todo rehecho”. En Arequipa anima la fundación de “La Estrella de Ayacucho”, y
en Lima funda “El Observador”, para responder los ataques que a su persona y a
la campaña libertadora realizaban periódicos de Buenos Aires y Chile; este
periódico fue eliminado por Tomás de Heres, acogiéndose a las críticas de
Bolívar que lo consideraba indigesto y sin método, y sustituido por “El
Peruano”.
Bolívar fue siempre respetuoso de la libertad de expresión, aún cuando
recibió duros e inmerecidos ataques políticos, sobre todo en sus últimos años;
y así lo demuestra en carta enviada desde Chuquisaca al general Santander:
“...Hemos quitado la mordaza de la boca para que nos digan injurias, y se está
realizando la fábula de la serpiente con el hombre, que al primer calor que
sienten, emplean su saña contra sus benefactores”. Y a José Félix Blanco le
acota: “A mi me fuera muy fácil escribir otras tantas gazetas en mi elogio, y
en desprecio de otros; pero esta no es mi ocupación”.
Tomando en cuenta que el periodismo, como lo conocemos hoy, es una de
las mayores realizaciones del siglo XX, y basados en los hechos históricos
mencionados, podemos afirmar que El Libertador fue un adelantado del periodismo
moderno que hasta un código de ética periodística enunció, cuando expresara que
“Para la sátira más cruel se necesita nobleza y propiedad, como para el elogio
más sublime”. Por ello pedimos al Colegio Nacional de Periodistas solicite
el título de periodista para el ciudadano Simón Bolívar.
La expresión “La imprenta es la
artillería del pensamiento” no pertenece a Bolívar, su autor es el poeta
francés, del siglo XVIII, Antoine Rivarol. Algunos historiadores y la tradición
han colocado este pensamiento como expresado por Bolívar citando como fuente la
carta que, con fecha 1º de Septiembre de 1817, le envía desde Angostura a
Fernando Peñalver, Intendente General de ejército Libertador, que se encontraba
en Trinidad negociando insumos para la guerra, en la que en realidad le dice: “Sobre todo mándeme usted de un modo u otro la imprenta que es tan útil como los
pertrechos”.
Dedico este texto al periodismo comprometido, que
permanece al lado de la sociedad, de la libertad y de la verdad, sufriendo las
consecuencias de asumir la dignidad de constituirse en contrapoder, lo que debe
ser todo periodista consustanciado con su esencialidad profesional y todo
medio de comunicación que tenga como Norte la perfección del sistema de libertades
que propugnamos bajo la égida de Democracia y punto.