Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

27 de junio de 2020

Bolívar periodista





Bolívar periodista

Después de los sucesos del 19 de abril de 1810, Simón Bolívar viaja en misión diplomática a Londres donde publica una curiosa carta  en el Morning Chronicle del 5 de septiembre, en la cual el futuro Libertador se hace pasar "por un español de Cádiz dirigiéndose a un amigo suyo en Londres", en ella fija posición con respecto al bloqueo que ordenó la Regencia española, el 1 de agosto de 1810, declarando rebeldes a sus vasallos y bloqueada comercialmente la provincia de Venezuela, y entre otras disquisiciones expresa: “...La regencia supone que los caraqueños se han declarado independientes de la Madre Patria. Esta es una calumnia que solo sirve para exponer la falsedad de aquellos de quien procede. Es notorio a todo el resto del mundo que la provincia de Venezuela se ha declarado independiente, no de la Madre Patria, no del soberano, sino de la Regencia cuya legalidad se discute aun en España...”.  Esa fue su primera relación con el periodismo. De regreso, en la corbeta Saphiro se trae una imprenta, que es utilizada para publicar  el órgano de difusión de la Sociedad Patriótica, el periódico "El Patriota de Venezuela". Desde ese momento la relación de Bolívar con el periodismo es estrecha y se intensifica con los años. Es histórico que devoraba con fruición todo periódico que caía en sus manos y prácticamente los diseccionaba. El capitán de fragata Alfonso Moyer, comisionado secreto de Luis XVIII, en un amplio informe sobre Bolívar que envía a su monarca, escribe: “... Es un hombre que sigue con gran cuidado los sucesos de Europa por medio de la prensa europea. El 9 de diciembre tenía en Lima los periódicos de Londres hasta el 24 de agosto...”.      

Bolívar columnista
De sus artículos periodísticos que se conservan cabe destacar los publicados en la “Gazeta de Caracas” el Lunes 7 de Febrero y el Jueves 9 de Junio de 1814 referentes a la política de Inglaterra y a sus “Reflexiones sobre el estado actual de la Europa con relación a la América”; así como el referente a la instrucción pública que publica a finales de 1825 en el diario El Peruano fundado por él, el 25 de Octubre de 1825, que todavía existe como órgano oficialista, y cuyo primer director fue Tomás de Heres, a quien le notifica desde el Alto Perú: “No mando los papeles públicos impresos, porque desde aquí pensamos hacer la guerra con ellos”, evidencia de la  conciencia de Bolívar sobre la importancia del periodismo como elemento difusor de las ideas, como lo usa durante su estadía en Jamaica en el año 1815 donde publicó varios artículos en “The Royal Gazette” y “The Jamaica Courant”. Muy poco se habla de esta pasión sustantiva de Bolívar, nublada por el esplendor de su formidable gloria de Libertador,  fundador de naciones y líder universal por la idea y convocatoria para la creación de la primera Comunidad de Naciones del orbe lo que lo inscribe como uno de los fundadores del mundo moderno como quedó establecido en Ginebra en 1918. Pero esta pasión también la ejerció con prolijidad, a tal grado, que de no haber tenido que ocuparse de libertar cinco naciones del yugo imperial español, no existe duda alguna de que hubiera sido uno de los más brillantes periodistas de América. Sus críticos coinciden en afirmar que el estilo literario usado en sus cartas demuestra el dominio de la prosa que caracteriza a todo buen periodista, porque sabida es la estrecha relación entre estos dos géneros de la expresión humana, la literatura y el periodismo. Inclusive el mordaz Salvador de Madariaga afirma que “si el estilo es el hombre, en Bolívar había una riqueza humana maravillosa. Basta que se deje ir para que lo que escriba sea maravilla. (...) Sus cartas son siempre de una espontaneidad genial. (...) Pensaba con agudeza y escribía con decisiva y feliz espontaneidad. (...) Era hombre de inteligencia aguda y de estilo conciso e incisivo”. Y esa es precisamente la definición estilística que lo acerca al campo del periodismo, el ser conciso e incisivo.       
 
La libertad en las bayonetas pero también en la imprenta
Cuando fracasa la Expedición de Los Cayos de San Luis, en 1816,  los españoles incautaron a los insurgentes una pequeña imprenta de campaña, y la Gazeta de Caracas, de nuevo en poder realista, se burla de este hecho diciendo que “los aventureros no tenían ni una playa donde desembarcar, pero venían provistos de una máquina para imprimir y de tipos de imprenta”. Una vez en posesión del territorio de Guayana, lo primero que hizo Bolívar, fue ordenar a José Miguel Istúriz, el 1º de septiembre de 1817,  la adquisición de una imprenta en Trinidad para imprimir en Angostura un periódico que conformara la voz de la patria en armas y enfrentara la desinformación realista de la Gazeta de Caracas. La imprenta se negoció por 2.200 pesos, pero como solo contaban para la operación con 1.525 pesos, se entregaron 25 mulas guayanesas para completar el precio. Y el sábado 27 de Junio de 1818, bajo la dirección de Francisco Antonio Zea,  circulo el primer número del Correo del Orinoco, cuyo editorial informaba: “Somos libres, escribimos en un país libre, y no nos proponemos engañar al público. El Correo del Orinoco culminó sus operaciones el 23 de Marzo de 1822, después de 128 números ordinarios y cinco extraordinarios, al trasladarse la sede del Gobierno de la Gran Colombia a Cúcuta. Presumo que cualquier periódico de hoy se sentiría orgulloso de haber sido el autor de la noticia del triunfo de los patriotas en Boyacá, o la ocupación de Caracas por el general Bermúdez, o el triunfo de los patriotas en la inmortal gesta del campo de Carabobo, o la entrada apoteósica de Bolívar a Caracas, después de triunfar en Carabobo, como las reseñó en su oportunidad el Correo del Orinoco.

El seudónimo de Bolívar
Bolívar fue redactor del Correo del Orinoco y  bajo el seudónimo J. Trimiño publicó una amplia respuesta cargada de humor irónico a José Domigo Díaz, realista redactor de la Gazeta de Caracas, en la edición Nº 20 de fecha 27 de febrero de 1819: “... No escriba V. más caballero Díaz. Ya que no sabe escribir podría V. guardar silencio que es lo que V. haría admirablemente, quando ignora quanto se requiere saber para ser buen escritor. ¿Sabe V. pensar? No. ¿Sabe V. lo que es verdad? No. ¿Sabe V. decirla? No. ¿Pues que sabe V?  Mentir, adular, al que teme, calumniar, al que aborrece, siempre contradecirse y fastidiar a todo el mundo. (...)  ¿Ya es V. liberal o todavía servil? ¡Pero no¡ V. no es nada ni será nunca más que nada”. El Correo del Orinoco tiene para nuestra historia la importancia capital de haber sido el vocero de la República desde 1818 hasta el 23 de Marzo de 1822, ya florecida la libertad en el suelo de la patria. El Correo del Orinoco, además, sirvió para dar a conocer en otros países sur o centroamericanos, Antillas, Estados Unidos o Europa los ideales, propósitos y proyectos de los dirigentes revolucionarios independentistas.  El impresor contratado por Bolívar para editar el "Correo del Orinoco", fue Andrés Roderick, también editor de "El Correo Nacional", perió­dico publicado en Maracaibo desde el 14 de mayo de 1821 hasta el 10 de noviembre del mismo año. Roderick Murió en Bogotá en 1864.

Bolívar Jefe de Redacción
Pablo Morillo fundó en Bogotá “La Gazeta de Santafe de Bogotá” que Bolívar asumió luego del triunfo de Bogotá y convirtió en “La Gazeta de Colombia” en cuya diagramación se inmiscuía, y así le escribía a Santander: “Dígale usted al redactor que anuncie al público que no dará más cabida a los artículos remitidos en forma de cartas, sino que los encabezará con un título de su contenido. A todas las cosas se les debe dar la forma que corresponden a su propia estructura, y estas formas deben ser las más agradables para que capten la admiración y encanto. Mucho importa que ese diario, que tiene tan buenos redactores, trate las materias de un modo regular y periodístico”, y aquí Bolívar demuestra su avanzada visión al relacionar en aquella época el término “periodístico”, no con lo relativo al periódico y los periodistas como era usual, sino  con lo referente a la noticia y su relevancia. E insiste sobre el tema desde el Rosario  de Cúcuta, el 26 de Junio de 1820: “...La Gazeta es muy chiquita; no contiene nada; sobran materiales y sobra buena imprenta. Hágale usted quitar el jeroglífico; póngale Usted por título Gazeta de Bogotá y que se llenen las columnas con los caracteres más pequeños que haya; pues si es preciso que se compre la imprenta o se emplee la de Lora por contrato. Este es un lujo de los gobiernos y es una indecencia lo contrario. Nuestra Gazeta no se puede presentar en ninguna parte por su tipografía. Mando a usted la proclama de Morillo para que se ponga en la Gazeta, con las notas entre paréntesis y en letras bastardillas. Estas notas pueden mejorarse con más sal y con algunos cauterios; usted haga de ella lo que guste suprimiéndolas y aumentándolas; pero que siempre vayan intercaladas en el texto, porque así hacen mejor efecto y no con llamadas...”. Y en otra correspondencia, del 14 de Agosto de 1825, esta vez dirigida nuevamente a Tomás de Heres y refiriéndose a El Observador, le comenta: “...El Observador en un pequeño cuaderno no está bien, mejor aparecería en un pliego entero. El Nº 2 no tiene variedad ni noticias, que son las que interesan. Los negocios legislativos deben ser comunicados, y las columnas deben ir divididas en este orden: Noticias extranjeras, Noticias del país, Asuntos políticos o legislativos, Variedades, etc., y lo que sea literario o negocio de algún interés mayor que no pertenezcan a dichos artículos, destacarlos aparte. Después se pueden poner estos otros artículos: Curioso, Estupendo, Notable, Gracioso, Escandaloso, y otros títulos como estos que llamen la atención del público y correspondan estos títulos. Yo quiero que se proteja un periódico, pero no aparezca usted como principal, más bien que sea el gobierno o Larrea, o un amigo; pero que se organice con elegancia, gusto y propiedad”.  Posteriormente a partir del 10 de abril de 1821, aparecen sucesivamente bajo la égida de Bolívar, en Huaura, Barranca y Lima: “El Pacificador del Perú”, “La Gazeta del Gobierno de Lima Independiente” y la “Gazeta del Gobierno”, instrumentos oficiales de las nacientes repúblicas de Perú y Colombia.

Riega de periódicos la América insumisa
Durante la campaña militar que culminaría en Ayacucho en 1824, se hace acompañar de una imprenta para imprimir “El Centinela en Campaña”, donde difunde  las diferentes situaciones de la guerra, pero descontento con la forma de este periódico le escribe a su secretario José Gabriel Pérez, desde Huamachuco, el 6 de mayo de 1824: “Remito a usted el Centinela, que está indignamente redactado, para que usted mismo lo corrija, y lo mande de nuevo a reimprimir, a fin de que corra de un modo decente y correcto. Despedace usted esta infame gazeta para que quede mejor. La divisa está indignamente colocada. La contestación, etc., en letras mayúsculas. La puntuación corregida, las impropiedades destruidas, todo rehecho”. En Arequipa anima la fundación de “La Estrella de Ayacucho”, y en Lima funda “El Observador”, para responder los ataques que a su persona y a la campaña libertadora realizaban periódicos de Buenos Aires y Chile; este periódico fue eliminado por Tomás de Heres, acogiéndose a las críticas de Bolívar que lo consideraba indigesto y sin método, y sustituido por “El Peruano”.

Bolívar fue siempre respetuoso de la libertad de expresión, aún cuando recibió duros e inmerecidos ataques políticos, sobre todo en sus últimos años; y así lo demuestra en carta enviada desde Chuquisaca al general Santander: “...Hemos quitado la mordaza de la boca para que nos digan injurias, y se está realizando la fábula de la serpiente con el hombre, que al primer calor que sienten, emplean su saña contra sus benefactores”. Y a José Félix Blanco le acota: “A mi me fuera muy fácil escribir otras tantas gazetas en mi elogio, y en desprecio de otros; pero esta no es mi ocupación”.
  
Tomando en cuenta que el periodismo, como lo conocemos hoy, es una de las mayores realizaciones del siglo XX, y basados en los hechos históricos mencionados, podemos afirmar que El Libertador fue un adelantado del periodismo moderno que hasta un código de ética periodística enunció, cuando expresara que “Para la sátira más cruel se necesita nobleza y propiedad, como para el elogio más sublime”. Por ello pedimos al Colegio Nacional de Periodistas solicite el título de periodista para el ciudadano Simón Bolívar.

La expresión “La imprenta es la artillería del pensamiento” no pertenece a Bolívar, su autor es el poeta francés, del siglo XVIII, Antoine Rivarol. Algunos historiadores y la tradición han colocado este pensamiento como expresado por Bolívar citando como fuente la carta que, con fecha 1º de Septiembre de 1817, le envía desde Angostura a Fernando Peñalver, Intendente General de ejército Libertador, que se encontraba en Trinidad negociando insumos para la guerra, en la que en realidad le dice: “Sobre todo mándeme usted de un modo u otro la imprenta que es tan útil como los pertrechos”.

 Dedico este texto al periodismo comprometido, que permanece al lado de la sociedad, de la libertad y de la verdad, sufriendo las consecuencias de asumir la dignidad de constituirse en contrapoder, lo que debe ser todo  periodista consustanciado con su esencialidad profesional y todo medio de comunicación que tenga como Norte la perfección del sistema de libertades que propugnamos bajo la égida de Democracia y punto.

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10 de junio de 2020

Bolívar y la Negritud




Intensamente Bolívar


Bolívar y la negritud

 

LOS NEGROS DURANTE LA COLONIA:

A semejanza de lo que ocurría en otras colonias, en las españolas carecía el negro del ejercicio de sus derechos políticos, se encontraba en el extremo de la escala social y completamente ajeno a al lucha de las ideas. Pero, a diferencia de lo que ocurría en otras posesiones europeas, la condición del esclavo era con los españoles en Venezuela bastante buena. Las leyes suavizaron cuanto era posible la desgracia que pesaba sobre los esclavos, los protegían contra la brutalidad de los amos, favorecían su manumisión, promovían su defensa y reglamentaban su trabajo, así como el trato que debían recibir. El amo venezolano fue de continuo protector de sus esclavos, con lo cual se ganó, a la vez que la gratitud, su adhesión para sus futuras empresas. Notable ejemplo de esto nos lo suministra el conde de Tovar, iniciativa seguida por otros venezolanos, al dividir y repartir entre sus esclavos parte de sus tierras de Cura donde inmediatamente se levantaron plantíos y aldeas. Los esclavos se mostraron, como los indios, ajenos a cualquier cambio de régimen, a toda aspiración política o social. Sencillamente siguieron las órdenes de sus amos o inconscientemente ejecutaron planes cuyos móviles no les sería dable comprender. Una ordenanza de 1602 había prohibido conferirles cualquier empleo público, aun cuando fuese el de notario. Por dos reales Cédulas, de 1643 y de 1654, se les excluía del servicio militar en las tropas permanentes, fuera de que en los cuerpos de milicianos les estaba negado todo grado superior al de capitán.

BOLÍVAR NACIÓ Y CRECIÓ DENTRO DE ESE CONTEXTO SOCIAL:
Una pragmática de 1776 impedía el matrimonio de negros y blancos, medida que se reitera en 1785. Simón Bolívar creció dentro del contexto social que determinaba la igualdad a la relación entre blancos económica y socialmente nivelados, en el que ni remotamente  se pensaba en otra concepción que no fuera la del exclusivo ámbito de la propiedad. Los esclavos eran considerados “res” o “cosa”, no personas sujetas de derechos, aun cuando en la América española la esclavitud no tuvo la connotación que en la anglosajona. Por ello, y a pesar de las evidencias de la buena relación de Bolívar con sus negros (como él los llamaba) como es el caso de un poder otorgado a su hermano Juan Vicente Bolívar el 14 de octubre de 1803 donde le pide que conceda “carta de libertad y ahorría, en forma, a los esclavos que se la pidieren”, Bolívar, como todos sus iguales, en esta época de sus primeros años no consideraba a los negros, ni a los indios ni a los pardos, sus iguales.

EN 1808 HABLA DE “MI ESCLAVITUD” LO QUE INFIERE QUE CUANDO EL JURAMENTO EN ROMA LOS ESCLAVOS NO ESTABAN EN SU MENTE:

En otra carta fechada el 14 de Marzo de 1808 a raíz del pleito entablado contra Nicolás Briceño, a través de Vicente Tejera, una vez mas se refiere a sus negros como esclavitud: “Hallándome con mi esclavitud rasando parte de mis tierras altas que cubren el frente de mi hacienda, se apareció Briceño armado de pistolas y daga, trayendo en su compañía toda su esclavitud con machetes, puñales, garrotes, etc.”. 

BOLÍVAR INTERCEDE EN EL RECLAMO DE UNA HERENCIA PARA “SUS NEGROS”:
En otra carta fechada el 15 de Marzo de 1809 Bolívar actúa como intermediario, en la disputa de una herencia, ya que los negros herederos no podía reclamar bienes ante la Audiencia,  estos le exigen interceda por “María Magdalena Ponte y  sus hijos Félix Antonio y María Bonifacia (libres), y por los esclavos Juliana, Juana y María Ignacia, de don Juan Aristiguieta, para obtener una hacienda de cacao que habían heredado de don Nicolás de Ponte”. Bolívar aceptó la representación  porque, como lo dice textualmente: “...en ciertas circunstancias quiero tomar la voz de los mencionados mis esclavos, para promover el inventario y avalúo y petición de estos bienes y que se les adjudique la parte que les corresponda”. En tal situación se puede observar en Bolívar ese sentido de justicia propia de un amo que defiende los bienes de sus esclavos, pero esto no indica sentimientos igualitarios.

TODAVÍA EN 1812 LA ESCLAVITUD NO ERA PARA BOLÍVAR UNA CARGA DE CONCIENCIA:
Otro caso similar ratifica la mentalidad del Bolívar pre revolucionario, que repetimos, es la mentalidad de su época,  se encuentra en un poder otorgado a don Domingo Ascanio el 30 de Junio de 1812 antes de su exilio a Curazao y Cartagena donde realiza una distribución de la renta de sus bienes. En este documento Bolívar una vez mas deja claramente definida su posición con respecto a sus esclavos: “José Cayetano Bolívar debe quedar libre por los buenos servicios que me ha hecho. (...) Los esclavos que no pertenecen al vinculo de San Mateo, deberán ir a servir en las haciendas de Yare y por ahora marcharan todos allá. (...) Que los criados libres de la hacienda de San Mateo, la mitad sean para mi hermana doña Juana y la otra para los hijos de Josefa María de Tinoco, debiéndose entender, que esto será después de mi fallecimiento o en caso de que no halla medios para suministrar las pensiones que arriba he señalado; pues mientras que reciban éstas, no deberán salir dichos esclavos de mis haciendas”. De lo anterior se desprende que la única relación que para ese momento Bolívar establece con sus esclavos es la de amo- siervos, en ningún momento se refiere a ellos como sujetos de independencia, justicia o redención. Sin embargo, a pesar de que Bolívar fue un hombre de su época,  precisamente su grandeza estriba en su capacidad de integrarse al pensamiento liberal avanzado que estaba germinado en Europa al cual accede gracias a sus viajes, contactos personales y lecturas. Existe este Bolívar y otro totalmente diferente después de Haití y su relación con Petión. Aun cuando todavía en esa época, para 1815, utiliza el sentido de propiedad al referirse a su sirviente negro, en su relato sobre el homicidio de Amestoy: “...Efectivamente salí con mi negro Andrés con el objeto de buscar otra casa...”.

A PARTIR DE 1816 COMIENZA A PERFILARSE EN SU PENSAMIENTO LA IGUALDAD:
Aunque Bolívar tenía clara la necesidad de liberar a los esclavos como recurso político para impedir la guerra civil cuyo ejemplo devastador tenía fresca en la memoria por los acontecimientos de 1813 y 1814, su sensibilidad social se agudiza a partir de 1816 cuando,  influenciado por Alejandro Petión, que le muestra por primera vez el rostro formidable de la igualdad, defiende de una manera apasionada la abolición de la esclavitud, lanzando proclamas en Margarita, Ocumare y Carúpano. En el Cuartel General de Ocumare, el 6 de julio de 1816, proclama: “SIMÓN BOLÍVAR, Jefe Supremo de la República y Capitán General de los Ejércitos de Venezuela y de Nueva Granada, etc. A los habitantes de la provincia de Caracas. Un ejército provisto de artillería y cantidad suficiente de fusiles y municiones está hoy a mi disposición para libertaros. Vuestros tiranos serán destruidos, o expelidos del país, y vosotros restituidos a vuestros derechos, a vuestra patria y a la paz. La guerra a muerte que nos han hecho nuestros enemigos cesará por nuestra parte: perdonaremos a los que se rindan, aunque sean españoles. Los que sirvan la causa de Venezuela serán considerados como amigos, y empleados según su mérito y capacidad. Las tropas pertenecientes al enemigo que se pasen a nosotros, gozarán de todos los beneficios que la patria concede a sus bienhechores. Ningún español sufrirá la muerte fuera del campo de batalla. Ningún americano sufrirá el menor perjuicio por haber seguido el partido del rey, o cometido actos de hostilidad contra sus conciudadanos. Esa porción desgraciada de nuestros hermanos que ha gemido bajo las miserias de la esclavitud ya es libre. La naturaleza, la justicia y la política piden la emancipación de los esclavos; de aquí en adelante sólo habrá en Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos. Luego que tomemos la capital convocaremos el Congreso General de los representantes del pueblo, y restableceremos el gobierno de la República. Mientras nosotros marchamos hacia Caracas, el general Mariño a la cabeza de un cuerpo numeroso de tropas, debe a Cumaná. El general Piar sostenido por los generales Rojas y Monagas ocupará los Llanos, y avanzará sobre Barcelona, mientras el general Arismendi con su ejército victorioso ocupará la Margarita".

El 27 de Junio de 1816, desde Carúpano, Bolívar escribe al general Marion, gobernador del departamento de Los Cayos: "... He proclamado la libertad absoluta de los esclavos. ¡La tiranía de los españoles les ha puesto en tal estado de estupidez e imprimido en sus almas tan grandes sentimientos de terror, que han perdido hasta el deseo de ser libres!! Muchos de ellos han seguido a los españoles o se han embarcado a bordo de los buques ingleses, que los han vendido en las colonias vecinas. Se ha presentado apenas un centenar de ellos, cuando el número de hombres libres que voluntariamente tomaron las armas es considerable".        

El 15 de febrero de 1819, en su discurso al Congreso de Angostura, Bolívar enfatiza:
"La atroz e impía esclavitud cubría con su negro manto la tierra de Venezuela, y nuestro cielo se hallaba recargado de tempestuosas nubes, que amenazaban un diluvio de fuego. Yo imploré la protección del Dios de la humanidad, y luego la redención disipó las tempestades. La esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de libertad. Sí, los que antes eran esclavos, ya son libres; los que antes eran enemigos de una madrastra, ya son defensores de una patria. Encareceros la justicia, la necesidad y la beneficencia de esta medida, es superfluo cuando vosotros sabéis la historia de los ilotas, de Espartaco y de Haití; cuando vosotros sabéis que no se puede ser libre y esclavo a la vez, sino violando a la vez las leyes naturales, las leyes políticas y las leyes civiles. Yo abandono a vuestra soberana decisión la reforma o la revocación de todos mis estatutos y decretos; pero yo imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos, como imploraría mi vida y la vida de la República.

 Y el 11 de enero de 1820, el Congreso de Angostura, “...tomando en consideración las dos proclamas en que el general Bolívar, entonces Jefe Supremo de la República  de Venezuela, decretó la libertad de los esclavos, primera con algunas modificaciones, y luego entera y absoluta. (...) Y en otras consideraciones decreta la abolición de la esclavitud en todo el territorio...”. Añade el Decreto que “...Los que fueron llamados a las armas por el Presidente de la República, o hicieron algún servicio distinguido, entrarán desde luego, en posesión de su libertad...”.

EN BOLIVIA ECLOSIONA SU PASIÓN CONTRA LA ESCLAVITUD:
Después de Carabobo, cuando pide al Congreso la libertad de los esclavos como premio a su hazaña (que el Congreso le niega), y libera de esclavitud a los negros de sus haciendas,  es ya el Bolívar convencido de la igualdad como supremo bien de la humanidad, lo que eclosiona en su discurso al congreso de Bolivia: “...He conservado intacta la ley de las leyes: la igualdad: sin ella perecen todas las garantías, todos los derechos. A ella debemos hacer los sacrificios. A sus pies he puesto, cubierta de humillación, a la infame esclavitud. Legisladores, la infracción de todas la leyes es la esclavitud. La ley que la conservara, sería la más sacrílega. ¿Qué derecho se alegaría para su conservación? Mírese este delito por todos los aspectos, y no me persuado que haya uno solo Boliviano tan depravado, que pretenda legitimar la más insigne violación de la dignidad humana. ¡Un hombre poseído por otro! ¡Un hombre propiedad! ¡Una imagen de Dios puesta al yugo como el bruto! Dígasenos ¿dónde están los títulos de los usurpadores del hombre? La Guinea no las ha mandado, pues el África devastada por el fratricidio, no ofrece más que crímenes. Trasplantadas aquí estas reliquias de aquellas tribus africanas, ¿qué ley o potestad será capaz de sancionar el dominio sobre estas víctimas? Trasmitir, prorrogar, eternizar este crimen mezclado de suplicios, es le ultraje más chocante. Fundar un principio de posesión sobre la más feroz delincuencia no podría concebirse sin el trastorno del deber. Nadie puede romper el santo dogma de la igualdad. Y ¿habrá esclavitud donde reina la igualdad? Tales contradicciones formarían más bien el vituperio de nuestra razón que el de nuestra justicia: seríamos reputados por más dementes que usurpadores. Si no hubiera un Dios Protector de la inocencia y de la libertad, prefiriera la suerte de un león generoso, dominando en los desiertos y en los bosques, a la de un cautivo al servicio de un infame tirano que, cómplice de sus crímenes, provocara la cólera del Cielo. Pero no: Dios ha destinado el hombre a la libertad: él lo protege para que ejerza la celeste función del albedrío”. 

Valencia, 14 de julio de 1821

A S. E. el señor Presidente del Soberano Congreso de Colombia.
La sabiduría del congreso general de Colombia está perfectamente de acuerdo con las leyes existentes en favor de la manumisión de los esclavos; pero ella pudo haber extendido el imperio de su beneficencia sobre los futuros colombianos que, recibidos en una cuna cruel y salvaje, llegan a la vida para someter su cerviz al yugo. Los hijos de los esclavos que en adelante hayan de nacer en Colombia deben ser libres, porque estos seres no pertenecen más que a Dios y a sus padres, y ni Dios ni sus padres los quieren infelices. El Congreso general, autorizado por sus propias leyes, y aun más, por la naturaleza, puede decretar la libertad absoluta de todos los colombianos al acto de nacer en el territorio de la República. De este modo se concilian los derechos posesivos, los derechos políticos y los derechos naturales.
Sírvase V. E. elevar esta solicitud de mi parte al Congreso general de Colombia para que se digne concedérmela en recompensa  de la batalla de Carabobo, ganada por el ejército libertador, cuya sangre ha corrido sólo por la libertad.
Dios, etc.

El 29 de Mayo de 1823, desde Guayaquil escribe a su sobrino Anacleto Clemente que desde el 5 de Julio de 1821 representa sus intereses económicos en Venezuela: "... Todos los esclavos que no eran del vínculo, que tú posees ahora, los he dado por libres porque eran míos y he podido darles la libertad , así ninguno quedará esclavo por ninguna causa ni motivo".       

"Conste que a María Jacinta Bolívar, esclava de mi propiedad en la hacienda de San Mateo, le concedí la libertad, de que ahora goza, en el año de mil ochocientos veintiuno, después de la batalla de Carabobo. Libertad que ratifico por la presente carta dada en Caracas a 26 de abril de 1827. Bolívar


Los enemigos de Bolívar, en aquellos tiempos racistas en los que “tener de negro” era un baldón, aprovecharon la misteriosa ascendencia de su bisabuela paterna  para escribir artículos sobre la supuesta negritud de Bolívar, que “agravaba” el color atezado de su piel por la profunda quemadura solar producida por los años expuesto a la inclemencia solar en este trópico inhumano. Así que los bogotanos le dijeran “longaniza” y el cognomento  “negruemierda” circulaba en voz baja, en los corrillos conspirativos, en los días de la dictadura.   En realidad la situación ha sido suficientemente aclarada en la historia que registra documentalmente toda la genealogía de Bolívar, tanto paterna como materna. Hoy en día la sangre negra de Bolívar, de haber sido cierta la especie, simbolizaría la potencialidad de este mestizaje fraguado en la inédita experiencia de un pueblo original que surgió de las entrañas de sus propias circunstancias, eclosionando en el siglo XVI en el homo venezuelanensis que ha eclosionado en la pluralidad del venezolano de hoy.

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