Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

4 de mayo de 2014

¡HOMBRE NUEVO… AL SAQUEO!



Se incendian las humildes estructuras de la Gran Feria del Hogar, de Alta Vista, en Puerto Ordaz, los propietarios, padres y madres de familia que devengaban su sustento de esta práctica comercial, ven como no solo el fuego consume su mercadería, sino que decenas de degenerados del “pueblo”, que hacían cola en un Bicentenario cercano, corrieron a robarse lo que pudo haberse salvado del incendio.

La cultura de la miseria ha calado hasta los huesos la arquitectura moral de ese componente de la nación venezolana, que ha traducido “pueblo” como sinónimo de impune y, por lo tanto, con pleno derecho de goce y disfrute de lo ajeno, cuando le dé la gana. En la realidad, es la cariada definición de gente sin escrúpulos. Saqueadores e invasores.

Lo mismo le roban la carga a  una gandola accidentada en la carretera que despojan de sus pertenencias al cadáver de un infortunado que sufre un siniestro vial. Lejos ha dejado el castrismo que nos ocupa, aquella imagen del pueblo venezolano trabajador, solidario y compasivo de otras edades. “Pueblo” pasó  a ser de repente el remoquete populista que justifica la falta de integridad, cuya expresión más acabada es el “vivo”, un miserable aprovechador, abusador y desleal, que viola la confianza, denigra la amistad y lucra con el delito. Bajo la premisa “todos “semos” iguales”, solo respeta lo que teme.

La demagogia le ha construido un nicho de impunidad. Y preocupa, seriamente, que ese componente deshumanizado, para felicidad extrema de la irresponsabilidad gobernante, defina “revolución” como pérdida de la conciencia cívica, de la moral pública, con la ruptura del pacto social tácito como gravísima consecuencia: si no tiene empleo se mete a atracador, pues le da lo mismo planchar un huevo que freír una corbata. Es, nada menos, que ¡el hombre nuevo! Todo un parto de la montaña. La viveza es su más preciada virtud. Todo lo que esté al alcance de su mano “se lo encontró”, y por lo tanto es suyo. Y este ladrón, que se cree con derecho a lucrarse con el mal ajeno, ha silenciado su conciencia con los argumentos de la miseria, que le confirió el difunto: “si tienes hambre puedes robar”. Vaya pa´la auyama.

Ese “pueblo” tradujo, entonces, que su pobreza lo sitúa por encima de la ley, por lo tanto nada más normal que el saqueo sea su divisa.  Y lo más agudo de esta crisis moral, es que no se puede decir nada sobre el asunto, pues se estaría “hablando mal del pueblo”, como si se estuviera hablando mal de Dios.

Cuando quien está hablando mal del pueblo, con sus acciones delictivas, es precisamente el pueblo que ha permitido que en su seno haya germinado esa degeneración. Todo esto empezó con el refrán estúpido “voz del pueblo voz de Dios”, como si Dios fuera tan desacertado, del que se aferró Rafael Caldera cuando perdió unas elecciones y salió con la bolsería aquella de que “el pueblo nunca se equivoca”. Claro que se equivoca y mucho, pues carece de elementos críticos básicos para acertar en sus decisiones, que, por lo consiguiente, son meramente emocionales. Irracionales. Impulsivas.

Por eso no creo…

Por lo anterior no creo en la “sabiduría popular” - pues, sabiduría es “conducta prudente en la vida o en los negocios. Conocimiento profundo en ciencias, letras o artes” - como tampoco admito eso que mientan “cultura popular” - la cultura es una sola - ni mucho menos puedo aceptar “los poderes creadores del pueblo” que el poeta Aquiles Nazoa declara en su célebre “Credo”.

Si el pueblo, entendido como la parte común y humilde de la población, tuviera sabiduría y poderes creadores y fuera capaz de generar cultura, no respondiera al chasquido infame de los demagogos, ni se resignara a diluirse en esa miseria en que vive esperanzado en la exógena piedad, precisamente porque la marginalidad es producto de la ausencia de esos elementos que solamente la escuela formal puede aportar,  El pueblo se balancea en la temeridad popular, en la malicia popular, en la astucia popular, rasgos que sirven para sobrevivir precariamente, bordeando el delito, pero no para acceder al progreso, para lo cual necesita el desarrollo de sus potencialidades individuales y ponerlas al servicio de la sociedad. Porque el progreso es colectivo pero deriva de las especificidades del individuo.     

En lo que creo…

Creo en la capacidad de respuesta del pueblo de pobreza en tránsito, estimulada por el pensamiento y la acción metodológica. Creo en la Escuela para la formación de un  pueblo capaz de comprender y ejercer la libertad, que sabe lo que quiere y lo encuentra,  no lo busca en el círculo vicioso de la dependencia; enterado de sus derechos para su defensa y de sus deberes para su crecimiento,  solidario y responsable con las consecuencias de sus actos, convocado para la transformación social para convertir lo que tiene en lo que quiere.

Creo en la convocatoria de los mejores para estimular  acciones  que ordenen lo que del pueblo nos llega confundido, para devolverlo en organizadas propuestas de cambio actitudinal. Creo en el trabajo como formidable herramienta de desarrollo humano para construir futuro, y deploro que la Iglesia lo haya estigmatizado como anatema de Dios, cuando lo que en realidad debe ser considerado como tal, es la incertidumbre. Y creo en la responsabilidad, consigo, con los suyos,  con la sociedad, que pone al servicio del progreso todos los esfuerzos del individuo.   

En conclusión

La crueldad de las acciones punibles cometidas contra humildes trabajadores autogestionarios en ese incendio de Alta Vista, quienes en lugar de solidaridad inteligente de sus paisanos para ayudarlos a apagar las llamas, sufrieron la agresión de aquella horda salvaje de ladrones enfurecidos, que como hienas hambrientas se disputaban los despojos, nos revela la imagen auténtica del producto social del miserable socialismo siglo XXI. Sale pa´llá.     

Rafael Marrón González


Leer más »

19 de Abril 1810 – 19 de Abril 2014



En muchos venezolanos subsiste la confusión generada  por la doble fecha con la que se celebra la Independencia de Venezuela, el 19 de Abril y el 5 de Julio, confusión agravada por la leyenda del Escudo nacional impresa en la cinta inferior izquierda que asume que el 19 de Abril es la fecha de la Independencia, contraviniendo la fecha oficial que es el 5 de Julio de 1811.

Una de las dos fechas está demás, aunque abogamos por el 5 de Julio, de mayor coherencia con las acciones ulteriores, porque el 19 de Abril se asumió el gobierno de la Capitanía general, mediante un golpe de estado, liderado por civiles venezolanos y españoles y apoyado por militares españoles bajo la premisa de la defensa de los derechos de Fernando VII, y estimulados por la sospecha del afrancesamiento de Emparan, y aunque en muchos líderes de la revuelta maduraba la idea de separarse de España, no fue la idea central del levantamiento, fue tras largas discusiones que se logró el consenso necesario para declarar la Independencia catorce meses después, y en solo una parte de Venezuela, porque Maracaibo, Guayana y Coro continuaron fieles a la Regencia.

Y se llegó al caso extremo que don José de las Llamozas, primer presidente de la Junta de Caracas emanada del 19 de Abril, se alzó, en Julio de 1812, con los negros de los valles de Barlovento, que aunque durante generaciones habían sido esclavos de los españoles, marchan gritando vivas al rey hacia Caracas, quemando haciendas, violando y asesinando, haciendo caso omiso al decreto de libertad de los esclavos promulgado por Miranda para atraerlos a la causa republicana. 

No debemos olvidar que las primeras acciones bélicas de la Independencia constituyeron una sangrienta guerra civil, porque España no envío tropas a Venezuela hasta 1815 y quienes destruyeron las aspiraciones independentistas de aquella primera hora, fueron venezolanos al mando del capitán Domingo de Monteverde. Y tras el furor del primer demagogo de la nación, José Tomás Boves, seguían miles de venezolanos que derrotaron a Bolívar luego de su Campaña admirable, y es falso que estos, al morir el sanguinario asturiano, siguieran a Páez, pues mientras Boves llegó a concentrar hasta 12.000 lanceros en su ejército, Páez solo pudo llevar 1.500 a Carabobo.

Y Boves fue “el taita”, el padre, y Páez “el tío”. Padre es más que tío.  Por ello Bolívar en el Manifiesto de Carúpano, el 7 de septiembre de 1814, expresa: “… parece que el cielo para nuestra humillación y nuestra gloria ha permitido que nuestros vencedores sean nuestros hermanos y que nuestros hermanos únicamente triunfen de nosotros.

El Ejército Libertador exterminó las bandas enemigas, pero no ha podido exterminar unos pueblos por cuya dicha ha lidiado en centenares de combates. No es justo destruir los hombres que no quieren ser libres, ni es libertad la que se goza bajo el imperio de las armas contra la opinión de seres fanáticos cuya depravación de espíritu les hace amar las cadenas como los vínculos sociales. No os lamentéis, pues, sino de vuestros compatriotas que instigados por los furores de la discordia os han sumergido en ese piélago de calamidades, cuyo aspecto solo hace estremecer a la naturaleza, y que sería tan horroroso como imposible pintaros. Vuestros hermanos y no los españoles han desgarrado vuestro seno, derramando vuestra sangre, incendiando vuestros hogares, y os han condenado a la expatriación. Vuestros clamores deben dirigirse contra esos ciegos esclavos que pretended ligaros a las cadenas que ellos mismos arrastran (…) No, no son los hombres vulgares los que pueden calcular el eminente valor del reino de la libertad…”.

204 años después…

Han transcurrido 204 años de aquel “19 de Abril tan glorioso/ en la historia de la humanidad” – los himnos que nutren el nacionalismo de los niños han contribuido a edificar la hipérbole histórica que esconde la realidad – y seguimos los venezolanos intentando que esos “ciegos esclavos” a los que se refería Bolívar, entiendan el eminente valor de la Constitución,  de los valores democráticos de la civilidad y de la libertad – ante la cual sienten vértigo, desasosiego y miedo -  ingenuamente entregados actualmente a un flautista de verbo conjugado en resentimiento que les prometió “justicia”, traducida en empobrecer a quienes se hayan superado, para ampliar y diversificar el estrato social de la pobreza, que en su triste ignorancia obvia que sin pobres no hay socialismo.

Monárquicos (militaristas) y republicanos

En aquella época la nación se dividía entre monárquicos y republicanos, integrando el pueblo, con la concepción actual de la palabra, la base que consolidaba el poder de la monarquía teológica. Es por ello que las imágenes de la Virgen María, en todas sus advocaciones, llevan corona, para confundir su imagen con la de la reina, y el rey era elegido por Dios, por lo que rebelarse contra el rey era hacerlo, nada menos, que contra el mismísimo Ser Supremo, y se aceptaba el destino concedido en el nacimiento como una decisión irreversible a la que había que resignarse, “porque Dios así lo quiso”.

Los republicanos, por su parte, una vez lograda la independencia en una cruenta guerra que costó 320 mil vidas, sustituyeron al monarca de origen divino en la mente del pueblo por el militarismo, lo que ha sido más difícil de sacar que a Felipe II.

Han sido 36 gobiernos militares, de las 63 presidencias, incluyendo la presente, los que ha tenido la república desde 1830 hasta esta mañana, y en los últimos 114 años de los siglos XX y XXI, 70 años ha mandado el militarismo, que es distinto a gobernar, se manda con un “mandador” o látigo, se gobierna con una constitución.

La verdad es que es vergonzoso que el resultado de una guerra por la libertad haya generado un pueblo militarista al que nada importan ideales civilistas. Y tal como aquella guerra civil derivada del 19 de Abril de 1810,  hoy la nación está amenazada por ese tipo de fratricidio por la devoción religiosa – el extinto, llamado “el eterno”, como a Dios, tiene altar y catedral - que se niega a admitir la ruina nacional producida por su fanatismo militarista. O monárquico.  Nada nuevo bajo el sol.

Rafael Marrón González


Leer más »

UN GOBIERNO INVIABLE



El socialismo es una estupidez inviable, inhumana, degradante de la condición humana y antinatural, cuyo nombre verdadero es masalismo, pues toda su arquitectura ideológica – ideología es esquizofrenia - se concentra en la creación del hombre masa de conciencia colectiva y responsabilidad delegada en el estado, despojado de su individualidad, obediente y no deliberante, sometido al control del estado por la subsistencia, y condenado indefinidamente a la pobreza que es el sustrato que cimenta el discurso socialista. Y tienen el sarcasmo de llamar a este guiñapo sin alma, “hombre nuevo”.

Esta infame forma de dominar pueblos ha fracasado históricamente donde ha sido, incluyendo Cuba, que es hoy el emblema más certero de la realidad de este sistema de destrucción masiva, que un grupo de resentidos inservibles, cohesionados por la codicia, ha intentado durante quince años imponer a Venezuela, con la sorpresa para los verdaderos conductores detrás de la maqueta nacional, de que ya más de la mitad de la nación, que, además se quedó dentro de las fronteras patrias a enfrentar estas pretensiones liberticidas, ahora se rebela.

Y lo que está sucediendo hoy, con manifestaciones turbulentas y agresivas, entre multitudinarias de carácter pacífico,  atribuidas erróneamente solo a los estudiantes y a la clase media, es apenas la punta del gigantesco estallido social que se está incubando en la insatisfacción e incertidumbre que han generado 15 años de mentiras, ineficiencias y latrocinios. La patria, como escudo de los errores del régimen absolutista, ya no es suficiente para ocultar la desastrosa realidad que sufre la nación en su conjunto, a pesar de las largas colas de infelices sin memoria histórica, en pos de unos kilos de productos subsidiados de la cesta básica, que lo que revelan es la inmensa crisis de abastecimiento producido por el empeño de dominación social que caracteriza este tipo de regímenes criminales, ladrones y pervertidores de menores e ignorantes. Es por eso que este gobierno empecinado en destruir al empresariado privado, generador de estabilidad laboral y movilidad social, es inviable.

Venezuela en este momento es ingobernable para el parasitismo enquistado en el poder que indujo la quiebra del aparato productivo nacional, y cuyos inmensos dislates en materia económica redujeron el PIB de manera alarmante, errores desde la óptica liberal, pues para los socialistas ese es el camino de la redención a través de la miseria general, porque no existe el criterio de economía en el socialismo, pues la economía es capitalista y sus leyes, como el libre mercado y la libre concurrencia, son inexorables, y para ello debe existir la libertad y el individuo, ambas potencias consideradas insurgentes para el castrismo que infecta la república, otra entidad imposible para este disparate, puesto que las voces república y democracia se conjugan para la definición política, y en socialismo no puede existir democracia, porque esta integra hombres libres que solo resignan sus derechos por la fuerza, y, como estamos presenciando en este momento, el gobierno, por llamar así esa entelequia que se reconoce en la represión, carece de la fuerza necesaria para dominar la reciedumbre de la protesta de un país que exige un radical cambio de rumbo.


Lula da Silva, el socialista más hipócrita del orbe, porque ni de vaina impuso las ruinosas necedades socialistas en Brasil, pero que es un observador lúcido, ya lo demostró con el caso del cáncer del difunto, advirtió a Maduro que buscara una salida de consenso a través de una coalición que enrumbara al país hacia una solución pacífica, pues lo que se vislumbra es muy doloroso para la América entera.

La soberbia de los inservibles en función de poder ha llevado a las guerras intestinas más feroces. La guerra civil de España costó un millón de muertos, y lo grave fue que todo quien sentía ganas de matar, en cualquier punto geográfico del orbe, se iba para España a participar en la matazón. Los comunistas se dieron banquete saciando sus atávicos instintos homicidas. Hasta un primo de García Lorca aprovechó para cobrar un viejo agravio familiar asesinando al poeta. Cuarenta años de  férrea dictadura militar – eso sí, por la gracia de Dios – sumió como consecuencia a España en el dolor. Hasta que a Franco le dio por morir.   

Venezuela en el piso

No hay ni un solo resquicio de la geografía nacional que no sea un chiquero. Todo es ruina y charco maloliente. Demostración de que la igualdad socialista cristaliza en la inmundicia. “No hay” y “esto sí está caro” son las frases a las que se ha reducido el léxico cotidiano de 30 millones de venezolanos.

En los inicios de este disparate, al que adversé desde el mismo 4F, el extinto, que en patética idiotez llaman “eterno”, en uso de su carisma estigmático, invitaba al hambre y a la desnudez como sacrificios necesarios para el triunfo… del hambre y la desnudez. Pues lo logró en apenas 15 años con el hándicap de los elevados precios petroleros.

Pero, además logró, y nadie puede mezquinarle ese tremendo éxito, que en acciones de sus aliados del hampa perdieran la vida cerca de 155 mil  venezolanos – según la ONU somos el 2º país de América en homicidios - y que la inseguridad jurídica sentara sus flácidas posaderas sobre el estado social de derecho y de justicia que garantiza doña Constitución, que ya no usa ropa interior para que no se la rompan en las masivas violaciones. 

En conclusión

No escaparía a la percepción de un estadista la realidad que estrangula al país en todos los órdenes, y la razón privaría en su espíritu, evitando con su renuncia la devastación de su patria. Pero ese no es el caso venezolano: para desgracia el poder está en manos de una engorilada oligarquía sin escrúpulos, que prefiere llevar al país a una guerra civil a reconocer la inviabilidad de su proyecto. Amanecerá y veremos. Por lo pronto llevamos ya los primeros 39… 40…41… muertos...

Rafael Marrón González


Leer más »

CONSTITUCIÓN VS TANQUETAS


El pasado martes 1º de abril, el doctor Luís Antonio Anaya disertaba sobre los derechos constitucionales y la fuerza orgánica de la Constitución, ante un grupo de estudiantes de la escuela de derecho de la UCAB, en la plaza Monumental de Puerto Ordaz, y, como rictus de sarcasmo, detrás del anfiteatro desde donde el profesor hablaba de democracia y libertad, varias tanquetas, con su correspondiente dotación de soldados represivos, formaban una burlona escenografía que diluía en una obscena señal con el dedo medio, el romántico alcance constitucional de la clase universitaria extra muros.

Con esas tanquetas, que rompían el asoleado bucolismo de ese apacible lugar, Maduro les recordaba a los presentes y transeúnte que “la revolución es pacífica pero está armada” como solía indicarnos el ahora difunto. Pues, así como Julio César decía que “las legiones legitiman mis leyes”, Maduro traduce “las tanquetas legitiman las mías”, porque ante una tanqueta y un soldado armado de responsabilidad delegada, que espera un ascenso acorde con su voluntad represiva, palabras como “derecho”, “justicia”, “libertad” son apenas sonrojos púberes sin significado practico.

Porque hay que ver la fragilidad del texto constitucional frente a un fusil ruso de largo alcance, sobre todo si lo porta un energúmeno como aquel que gritara al aterrorizado estudiante adolescente, que le recitó su derecho a la protesta: - “a mí me sabe a mierda tu constitución”, y siguió pateándolo con toda la extensión de su materna brutalidad. Porque, hay que estar claros en esto, la constitución es un pacto de caballeros, para los salvajes nada significa, es como la Biblia para los indígenas post colombinos, que al decirles los frailes que era la palabra de Dios, se la pegaban al oído y como no escuchaban nada, la tiraban al monte.

¿Qué puede significar la constitución para hombres de la edad media como el extinto o Maduro o Diosdado, para no mencionar al cagalitroso de Fidel o al mariposón de Raúl. Y aunque sigo pensando – no creyendo – que esta constitución es un bodrio presidencialista que devuelve el fuero a los militares, abolido por Páez en 1830, es el conjunto de leyes fundamentales que definen el régimen político de esta nación y de sus instituciones, es decir es el contrato político que norma la relación del estado con los ciudadanos, cuyo artículo 7 la consolida como “la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico” de la república, y está en plena vigencia, aunque por decisión de un pequeño sector de venezolanos que la votaron sin tener la menor idea de lo que hacían, pero en ella se fundamenta el estado de derecho y de justicia que rige las acciones del gobierno, que, según el artículo 6 “es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables”.

En ninguna parte dice “fascista – socialista, comunista, que es la misma ideología criminal - sectario, golpista, centralista, unívoco y para siempre jamás”. Por lo tanto, cuando el presidente define su gobierno como “revolución” y confiere al estado preeminencia “socialista”, está violando la Constitución, es decir, la está derogando por medios distintos al previsto en ella,  y para monstruosidades inconstitucionales como estas, la propia constitución en su artículo 333 exige a “todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad, el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia”.

La constitución violable

Se cuenta por allí que Fidel envió al difunto una larga misiva con instrucciones para la dominación social, que incluía el desabastecimiento y el apoyo del hampa, y en ella le explicaba como a través de la violación sistemática de la constitución la convertiría en un mamotreto risible sin ningún apoyo popular. Y el consejo fue seguido al pie de la letra, lo que le sirvió para abolir la descentralización, minimizar los alcances internacionales en materia de derechos humanos – aunque es un elemento muy sensible en el mundo de hoy - militarizar la presidencia y la administración pública, anular los efectos de la elección popular de alcaldes y gobernadores, convertir las FANB en apéndices armados del partido de gobierno, imponer el poder popular que le endosa al presidente la soberanía idem; y cuando perdió el referendo para crear el estado comunista cubano, aunque por escaso margen, tal la ignorancia de este pueblo, tomó el camino verde de la legislación arbitraria para imponer sus desvaríos castristas, como las comunas como unidad primaria de la división política del territorio, en sustitución de los municipios.

Pero, además, desmontó el concepto de separación de los poderes públicos, para lo cual contó con la opinión de una eficaz camarada, en funciones de magistrada, que aseguró que  “la división de poderes debilita al estado”, gravedad que, salvo algunas voces sin coloratura, pasó casi desapercibida, a pesar de anunciar vientos de dictadura, pues esta nueva doctrina derrumba uno de los más firmes pilares que sustentan la democracia, así como se pateó el concepto de la alternabilidad para conceder eternidad, por la gracia del CNE, al único, insustituible y sin ombligo, comandante de todas las galaxias descubiertas y por descubrir, sujeto que al morir, como cualquier hijo de la india Petra que se someta a la seudociencia cubana, dejó de todo menos grandeza.  

En conclusión

Así que, aunque este deforme gobierno lo ignore, por desprecio constitucional, las protestas que se están desarrollando, literalmente, en todo el territorio nacional, tienen sustento en la Carta Magna, sobre todo en lo referente a la seguridad alimentaria, la institucionalidad de las fuerzas armadas, la soberanía nacional vilmente vulnerada, la seguridad personal, la propiedad privada, y, en fin, por el cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en la Constitución, que es la  artillada quema tanquetas de la razón democrática. Aunque usted no lo crea.   

Rafael Marrón González


Leer más »

LOS TRIUNVIROS DE LA LÁSTIMA


Un antiguo oyente de mi programa radial, me llama para recordar cuántas veces alerté a los obnubilados por el carisma estigmático del difunto sobre su inmensa equivocación, y que serían sus hijos quienes morirían en los campos de batalla para recuperar la libertad tan estúpidamente entregada.

Un pueblo entero cegado por el destello vacuo del discurso violento, con la pobreza atávica como excusa, de otro ilusionista de la necedad. Y hoy este amigo me señala lo asertivo de aquella premonición, pues son los hijos de aquella ceguera política los que hoy mueren, son heridos a mansalva y sufren prisiones y torturas en las calles de Venezuela luchando como tigres por su futuro conculcado por la imbecilidad criminal del castro comunismo de unos infames traidores a la patria, porque la patria es la gente.

Dramática situación que ha conmovido al mundo por la brutal respuesta represiva de un régimen liberticida con 15 años de desaciertos económicos a cuestas, capaz de cualquier infamia con tal de preservar el poder en su estúpido empeño de repetir en Venezuela la mil veces fracasada fórmula comunista, a través del desabastecimiento y la inseguridad como medios de control social, que llevó a Cuba a  la más espantosa miseria.

La situación económica configura una violación del artículo 320 de su propia Constitución, que establece: “El Estado debe promover y defender la estabilidad económica, evitar la vulnerabilidad de la economía y velar por la estabilidad monetaria y de precios, para asegurar el bienestar social”.

Pero, además, para empeorar la crisis económica producto de la irresponsabilidad en el manejo de los recursos públicos, como la regaladera del dinero de los venezolanos a las aldeas y chulos latinoamericanos con voto en la OEA,  practicando el más espantoso saqueo del que se tenga noticia en este hemisferio de hombres proclives a ser convocados por quien sea capaz de tirar la parada de macho cuatriboleado, como Fidel, Tirofijo o el extinto.

Un subcontinente en el cual “las bolas” tiene más peso específico que la inteligencia, es tierra fértil para cualquier saltimbaqui deshonesto e inescrupuloso que prometa bienestar instantáneo y muerte a la oligarquía, que por cierto en Venezuela murió en los campos de batalla luchando por la independencia.

En este momento el gobierno nacional es una entelequia desordenada que patalea desesperadamente ante la imposibilidad cierta de no poder controlar la situación a menos que, como aquel 11 de Abril, lance el ejército a la calle a masacrar a miles de jóvenes estudiantes, y a la población que los secunda, corriendo el riesgo de no ser obedecido como le ocurrió al “eterno”. Solo los estúpidos tropiezan dos veces con la misma piedra. Ya se ven las consecuencias diplomáticas de las torpezas de Maduro en materia de derechos humanos, que, como todo comunista, cree que son accesorios prescindibles ente un supuesto fin superior imaginario, obviando su universalidad y obligatorio cumplimiento.
Es que la sumisión al régimen cubano le impide admitir con gallardía que estos 15 años de gobierno insensato han creado la situación de deterioro que sufre la población venezolana en su conjunto – el peregrinaje en busca de medicinas es apenas un botón, el pueblo se indigna  en cada “no hay” – y aumenta el tono beligerante del dictador, aceptando como borrego la culpa ajena,  en lugar de haber aprovechado aquel 12F para deslastrase de esa infame herencia y  abrirse a gobernar para los venezolanos, dando amplias  muestras de apertura democrática con la liberación de los presos y exiliados políticos,  amparándose en el artículo 3 de la  Constitución que establece que “el Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución…”.

Pero - mucho camisón pà´Petra -  por su falta de la grandeza histórica de un verdadero estadista – cómo se agigantan De Klerk, Gorvachov, Mandela - actúa contra la dirección del viento, haciéndose el loco con las mega marchas pacíficas que sacuden al país y lo seguirán sacudiendo hasta que el fulano plan de la patria sea cenizas; creando, con la punta de fusiles y malandros “colectivos”, una ingobernabilidad insuperable, salvo con una junta de gobierno democrática; apresando jóvenes disidentes que enfrentan con coraje su violencia y realizando allanamientos, atentando contra periodistas y encarcelando alcaldes y líderes como Leopoldo López cuyo sacrificio tuvo la inspiración ingenua del diálogo posible, y destituyendo diputados al margen del estado de derechos y llevando a la GNB al plano más deletéreo de su historia.

Y lo más grave, ciego a la realidad que le presenta un país polarizado que hace imposible la imposición de cualquier propuesta política que no sea por la vía del consenso, insiste en aplicar la limitación al consumo, para continuar con la insoportable escasez por razones políticas que le mueve el piso en los barrios, en los cuales se cree poderoso por ignorancia, pues no es el difunto ni se le parece. Dicen que el diablo confunde a quien quiere perder. 

En conclusión

Como escribí en anterior artículo, la fulana “revolución”, que en alarde pedante asociaron con “la patria” - se acabó, solo queda un aparatoso triunvirato, remedo de gobierno, obedeciendo instrucciones extranjeras (des) integrado por un chofer de autobús – “Bolívar quedó huérfano de esposa” -  un capitancito buche y pluma – más odio transmite Aristóbulo - y un dibujante técnico malamañoso. Y frente a esa lástima, la arrechera de un país burlado que dijo basta. Con razón María Corina se les subió a las barbas. Sale pa´llá.    

Rafael Marrón Gonzalez


Leer más »

MIEDO Y HAMBRE…Y SILENCIO



En el texto del pasado sábado aseguro que el desabastecimiento que sufre el país no es por causas económicas sino políticas, pues el socialismo para poder estatizar la vida de los ciudadanos, debe convertirlos en masa amorfa sin conciencia de clase, a través de un férreo control social, que solo es posible manteniendo al hombre pendiente de sobrevivir y para ello el hambre es una poderosa herramienta.

Y el desabastecimiento y la limitación del consumo generan angustia en el individuo por el hambre que anuncian y, por ella, se somete voluntariamente a los dictados del régimen en materia alimentaria, coadyuvando con su sumisión por la subsistencia la imposición de la tradicional cédula de racionamiento de los regímenes comunistas, que lo hará esclavo de su vergüenza.

Hampa sí mi comandante

Y así como el hambre, el miedo es el otro aliado sustantivo del comunismo – el socialismo es un eufemismo – y para producirlo masivamente el “proceso” castro – chavista ha contado con la cooperación entusiasta del hampa, que ha ensayado en Venezuela formas inéditas de amedrentamiento, como perseguir en motos a las mujeres de los barrios para atracarlas, arrastrándolas por el pavimento, con los que las damas presas del terror deciden no salir de sus casas. El premio que el gobierno otorga a los delincuentes por su colaboración, es la impunidad. Así, dejémonos de pendejadas y reconozcamos la eficiencia de este gobierno de 15 años, en el logro de sus objetivos.

Tenemos desabastecimiento, con su aliada la inflación, y miedo parejo y una oligarquía enquistada en la cúpula del poder que produce leyes para legitimar sus depredaciones libertarias. Qué más puede pedir un gobierno comunista.

Una vez impuestos en la psiquis del  pueblo los artilugios de dominación – domesticación por salivación - tarjeta de racionamiento y toque de queda, el hampa desaparecerá devorada por un mar de fuego de fusiles, y entrarán en acción plena las bandas armadas de vigilancia que han sido formadas en paralelo y cuya eficacia apenas hemos observado en los eventos de protesta.

Solo falta someter a la díscola clase media, políticamente sociedad civil o “la derecha” como la define la imbecilidad en el ejercicio abusivo del poder, que, después de haber votado masivamente por el zafio golpista del 4F, infectada por el virus de la antipolítica inoculado por los medios de comunicación que lanzaron una campaña anti partidos, con alguna que otra razón, y que demostró su capacidad de expresión el 2002, y que ha vuelto a evidenciar su disposición a recuperar la democracia liberal que permitió su surgimiento, con masivas protestas pacíficas, pero armadas de coraje y voluntad de cambio, que ahora atraen la curiosidad del pueblo, tal como a la que impidieron con francotiradores llegar a Miraflores aquel 11A que pone la carne de culecas a los engreídos castristas de la godarria.

Como símbolo de aquella gesta el “proceso”, purulento ya, estos cobardes mantienen en prisión a Simonovis, para demostrar que el extinto era más cruel que la monstruosidad de Fidel.

La claridad necesaria

Esta inédita estructura de poder rebasa la comprensión de muchos políticos jóvenes o formados en democracia, que intentan enfrentarlo con formas tradicionales de oposición. Cuando hay que continuar, pero con mayor contundencia, con la lucha política, ajustando el discurso a la realidad de este proceso liberticida, para derrotarlo en el epicentro de su poder orgánico: las grandes mayorías.

Pues, por ejemplo, de nada sirve que la oposición partidista se desgañite señalando los índices de inseguridad, que es la primera preocupación en la clase media, pero es la segunda o tercera en los barrios, a pesar de ser los más afectados por sus ataques irracionales, si no tiene la claridad conceptual necesaria para acusar con propiedad al gobierno de estar pivotando su consolidación en el miedo paralizante producido por el hampa, que elige al azar, sin consideración alguna por la filiación política de las víctimas.

¿Cuántos trabajadores seguidores del castrismo han sido víctimas del hampa? Y eso no le importa al procónsul cubano ni le importó al difunto. Son daños colaterales meramente estadísticos. Lo importante es que el miedo paralice a todo el cuerpo social. ¿Sino como le imponen por la fuerza a un pueblo que tiene que meterse para adentro a las seis de la tarde, sin pagar el inmenso costo político implícito? Quitándole la calle y dándosela al miedo.

Lo que ocurre es que no conocemos a plenitud la capacidad de la maldad hasta que nos alcanza. Los gobiernos comunistas, y los comunistas por supuesto, son de naturaleza homicida, porque es tan anormal e inhumana su propuesta que solo a través del terror pueden imponerla y han sido aparatos militares los encargados de esta tarea, pero en Venezuela, por sus especiales características geopolíticas, fue necesario preservar el barniz democrático, y esa tarea se le encomendó al hampa, incluyendo las peligrosas bandas de operación política,  que con ciento cincuenta mil víctimas mortales en 15 años se ha ganado su lugar privilegiado en la historia del crimen al lado de Fidel.

Lo que ocurre es que  “socialismo” es un sustantivo tan atrayente que convoca no pocas solidaridades, y como se continúa con la estupidez que confiere la culpa de su fracaso a quienes practican la fórmula y no a la fórmula, estamos plagados de socialistas bien intencionados que cubren con su manto de buena fe la perversión deletérea de su realidad, creando la atmósfera de confusión que lentamente nos conduce al silencio.

Rafael Marrón Gonzalez


Leer más »