Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

28 de febrero de 2012

MISIÓN LÁSTIMA

El propio Chávez se encargó de ratificar la información sobre su salud dada por el periodista Nelson Bocaranda, dejando en el más evidente ridículo a los exaltados desinformadores del chavismo aguas abajo, que ahora entiende que para un gobierno autoritario como el de Chávez, la verdad debe mantenerse lo más alejada de los seguidores encandilados por la parafernalia heroica y la fanfarria triunfalista del vencedor de la muerte, pero la verdad es terca y tuvo que admitir por el canal de todos los venezolanos - que sean chavistas se entiende - que debe someterse – de lunes a martes - a una nueva operación para extirparle otro tumor maligno – “lesión” la llama en el léxico de Fernanda Carpio - reproducido en el mismo lugar del otro, lo que indica que la quimioterapia no funcionó.


Y aunque para mucha gente – dada la falta de transparencia del régimen y la manipulación de la verdad - esta nueva reclusión en un hospital cubano no es más que la continuación de la novela que le subió el reiting en el pasado reciente, la realidad es que la enfermedad de Chávez es cierta como tan cierta la gravedad para su vida y para el destino del país, pues lo ha incapacitado, desde hace mucho tiempo, para gobernar, ya solamente se dedica a apariciones televisadas conectado a una serie de aditamentos de supervivencia para aparentar salud, y si en este país funcionara a cabalidad el Estado de derecho ya el TSJ hubiera cumplido con el artículo 233 de la Constitución y ordenado su evaluación física y mental – el verbo virulento de los últimos días, pleno de insultos, descalificaciones amenazas de guerra y de alzamientos militares contra la voluntad popular, es signo de desequilibrio - para proceder a declarar la falta absoluta del Presidente, pues la enfermedad que sufre es necesariamente incapacitante y por lo tanto su separación de la primera magistratura materia de seguridad de Estado, pero como no funciona y hasta el CNE es capaz de decretar una postergación de las elecciones hasta que su candidato se revitalice, es imperativo que el pueblo chavista asuma que por razones humanitarias el ciudadano Chávez no puede asumir el compromiso de una campaña electoral, pues es pública y notoria la ausencia de una acción de gobierno por razones de salud:


El total deterioro de la infraestructura del país, de la moral pública – la corrupción pasó hace años al estado de saqueo vulgar y desvergonzado – de la seguridad ciudadana y de los servicios públicos más elementales, con el consiguiente estado de quiebra de todas las empresas del Estado, que los venezolanos de conciencia inteligente estamos presenciando y denunciando, es la consecuencia de la falta absoluta de una dirección en el gobierno, es decir el presidente se ha constituido en una triste figura decorativa que no se entera de la situación anormal de la nación, sencillamente porque no está en condiciones de enterarse.


Misión Lástima al ataque


Así que la verdadera Misión Lástima, que ha pretendido invocar Chávez para aumentar su alicaída popularidad por el desgaste de su discurso, la desastrosa evidencia de una gestión de gobierno que no hay por donde entrarle sin encontrar fracaso, ruina, dolo, fealdad, sed, oscuridad y miedo, debe traducirse en una masiva petición, encabezada por la familia presidencial, si es que lo ama, de su separación oficial del cargo, encargando al vicepresidente de culminar el período constitucional y el retiro de su candidatura presidencial, cuya exigencia física puede matarlo, para que este ser humano común y corriente, aquejado de tan grave enfermedad, que mata decenas de venezolanos al año, pueda dedicarse a tiempo completo a la recuperación de su salud, tal como lo hace el ex presidente Lula da Silva, aquejado de un cáncer de garganta que, de no atender las recomendaciones médicas, puede dejarlo mudo.


Solo el reposo absoluto puede salvarlo


Los intereses creados alrededor de la popularidad carismática de Chávez, que conspiran para enriquecerse, medrar o recibir privilegios inmerecidos, con el solo aporte de un ¡uh, ah, Chávez no se va! lo han hecho creer que es un superhombre con matrícula de eternidad concedida por los espíritus de la sabana o por los babalaos cubanos, que tiene el inmenso compromiso de no morir ni sufrir enfermedad alguna que evidencie su frágil estructura, su arquetipo fugaz, su evanescencia.Y esa paranoia, insisto, le puede costar la vida a corto plazo.


Por ello, y presiento que a estas alturas del juego ya Chávez está convencido de lo inexorable de su tragedia, si en verdad existe ese pueblo que dice amarlo hasta el sacrificio, la Misión Lástima debe proceder del corazón de sus propias filas, incluyendo a su mentor Fidel Castro, y decretar el reposo absoluto que le prolongará la vida, a menos que, como ya es historia, sea amado por el poder y su munificencia irresponsable y su destino mortal a nadie importe. Amanecerá y veremos.


Rafael Marrón González

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20 de febrero de 2012

LE METIMOS UN SUSTO AL MIEDO

Y hubo primarías. Chávez sostenía, con la seguridad que da la costumbre de ser obedecido sin chistar, que no las habría. Pero las hubo y la godarria chavista quedó balbuceante, declarando sandeces – “la oposición marcó más votos de los que eran” – ¿cómo sabrá este que la Guaira es lejos? – exponiendo su pequeñez moral, confundida por la avalancha de participación que sumó tres millones y pico de votos, sin contar el millón que se quedó sin votar por vencimiento del plazo - ¿oligarcas, burgueses, pitiyanquis, imperialistas? – en la cual mucho funcionario votó a pesar de las histéricas amenazas de la nomenklatura y hubo votos en los barrios para jugar parejo, y de nada valieron motos y pistolas de los vándalos contratistas del amedrentamiento, ni las cámaras fotográficas de la Guardia Nacional: Al miedo le metimos un susto.

Porque poco a poco la ciudadanía ha comprendido que quien resigne sus derechos por miedo, pierde sus derechos y se queda con el miedo. Y fue de tal magnitud el susto que el TSJ, atendiendo más rápido que el rayo de Sinaloa el reclamo de un farsante, que identificó, para el operativo político, como candidato de la MUD, cuando no lo era, intentó inútilmente prohibir que la Mesa de la Unidad cumpliera con su promesa de destruir los cuadernos de votación para evitar otra infamia fascista como la lista Tascón – en verdad “Lista Chávez” - que tanto sufrimiento causó al pueblo democrático venezolano, exponiendo al mundo la verdad de este régimen sectario.

De ese tamaño fue el susto que le metimos en el cuerpo ante la presencia en la palestra política de un líder presidencial que lo ha dejado en shock, pues lleva varias cadenas dedicadas a exaltar por contraste la personalidad de Capriles, que definitivamente lo tiene loco al grado de parecer su jefe de campaña - “…te vas a conseguir conmigo, todo los días de este mundo majunche, no me vas a poder evitar (…) tienes rabo de cochino, oreja de cochino, roncas como un cochino, eres cochino majunche…” - descalificación que afecta a los nueve o diez millones de venezolanos que lo aventaremos del poder de una sola votada.

Y, además, líderes regionales y municipales consustanciados con los problemas del diario acontecer del ciudadano para los cuales el fariseísmo chavista fue incompetente, cuando no indiferente y todos elegidos por el pueblo en comicios libres, sin coacción ni soborno.
Frente a ese soberbio ejercicio democrático el mundo libre contempla la autoproclamación del caudillo eterno por la gracia de los esteroides, cuyo dedo designa sin apelación a quienes “echará” – cuje - a los líderes electos por el pueblo. La inminente pérdida del poder, que lo dejará más solo que la una, porque corrupto no carga bojote, incluyendo a los lambucios internacionales que veremos haciendo antesala con el enchufe en ristre para conectarse a la toma del nuevo gobierno - cual el Fidel de CAP en Hugo – lo mantiene en carne viva presa de terribles pesadillas.

El discurso del desespero

Luego de blandir aquello de “la revolución no puede perderse” – que no sabemos qué significa – y sufrir el peor domingo de su vida – recibiendo las imágenes aéreas de las inmensas colas en todo el territorio nacional – vía La Habana a recibir terapia anímica, hizo escala en Ciudad Bolívar a celebrar los 193 años del Discurso de Angostura - precisamente el escenario en el cual Bolívar, iluminado por la visión del 2012, abdicara todos sus poderes y expresara:

"… la continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos…” – y en la pompa heroica del ramplón militarismo oficiante, sin reparar en la degradación que infligía a la fecha patria, se despepitó en una retahíla de insultos – “la burguesía ya tiene su candidato, no solo la burguesía, los golpistas de abril, el tirano Carmona, los yanquis, Acción Democrática y Copei, porque el candidato burgués es eso y mucho más: Es el candidato de la antipatria, del capitalismo” - cual querrequerre reventará si ocho meses en ese tono - que desmintieron la recién estrenada auto definición “yo soy un estadista” (alguien por allí comentó: “pues, lo disimula muy bien”) – convirtiendo la magna fecha en el inicio formal de su ya añosa y abusiva campaña electoral por la reelección indefinida sin percibir, ni por asomo todavía – así de despistada está su psiquis - que el pueblo venezolano le puso fecha de vencimiento: 7 de octubre de 2012.

En conclusion

No hay manera de evitar que el pueblo saque “sus propias conclusiones”: A Capriles lo eligió democráticamente el voto popular, y a Chávez la luna llena. Y punto. Y, además, el adversario ya no es esa figura desdibujada que llamaban “la oposición”, sino un político joven, de exitosa carrera como funcionario, con amplio reconocimiento en los distintos sectores de la sociedad, que le derrotó su mejor hombre arrebatándole su más importante gobernación, con un organizado y disciplinado equipo de campaña, dirigido por auténticos líderes surgidos de la lucha social, conocido en los más recónditos espacios del país, firme en el propósito, compartido por millones de ciudadanos, de restituir la justicia, la paz social por la reconciliación nacional y el orden republicano, en el camino cierto del progreso colectivo por el desarrollo de los individuos por la educación formal y de calidad, ante quien, por cruel contraste, aparece como un avejentado y enfermo espécimen del pasado, con un discurso manido y fastidioso, que la cegante realidad se ha encargado de desnudar en su cruda miseria. ¡Sale pa´llá!

Rafael Marrón González
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12 de febrero de 2012

“LA FANB ES CHAVISTA”… ¿Y LA FAN?


Dígame usted si a Rómulo Betancourt se le hubiera ocurrido – un supuesto negado - el dislate de asegurar “las FAN son adecas”. Es un simple ejercicio para establecer la diferencia entre un estadista y un hombre de poder: Para aquel, la Fuerza Armada – depositaria de las armas – es decir de la violencia – de la República, es institucional y apolítica; para este, es un grupo de militantes armados – "participan 12.400 compatriotas revolucionarios, socialistas, antiimperialistas y chavistas y están armados con material de guerra de alta tecnología” (obviando los 1.500 desadaptados en motos), especuló Alcalá Cordones en el desfile del 4F - que garantiza su permanencia en el poder por filiación partidista, aunque es mucho más grave, pues esto rebaja la entidad institucional militar a “montonera” decimonónica, cuando no había república ni Estado formal y el caudillo cargaba su capotera, sus mujeres y su ejército, que le servía de peonada en sus haciendas.

Ante esta provocadora posición – “duélale a quien le duela” – el universo democrático de América se pregunta bajo qué precepto jurídico el presidente de Venezuela desconoce el artículo 328 que – y sé que es llover sobre mojado – establece el principio de apoliticidad de la Fuerza Armada Nacional que se constituye como “una institución esencialmente profesional”, y el alto mando viola el 330 que, expresamente, les prohíbe a los militares activos “optar a cargo de elección popular (como es el caso de Mata Figueroa, un oficial en funciones lanzado como candidato a la gobernación de Margarita) y participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político”, como vergonzosamente se escenificó en el desfile de celebración de un golpe de Estado – que, seguro estoy, ninguno de sus invitados reivindica en su fuero interno, pues idénticas razones a las invocadas hay para alzarse contra ellos - salvo que estemos frente a una división fundamentada en la arbitrariedad, pues la Constitución – que es la Ley suprema de la República – establece la existencia de una “Fuerza Armada Nacional” y para modificar o reformar este mandato supremo es necesario cumplir los requisitos en ella estipulados, por lo que inferimos que esa Fuerza Armada adjetivada Bolivariana es un apéndice político sin raigambre institucional, cuya existencia está supeditada a la supervivencia del caudillo, por lo que consideramos que nuestra Fuerza Armada Nacional, consustanciadas con los ideales democráticos de justicia y libertad, no comparten este dislate humillante que debe soportar estoicamente, y contribuirá decididamente al reconocimiento del cambio democrático que, por voluntad popular, asoma sus potencialidades este año 2012, poniendo fin a trece años de perversión pre política, sustentada en el dinero petrolero - usado para seducir al pueblo y atraer mendigos internacionales - y en el miedo a las bandas paramilitares al servicio del régimen.

Politizados son los ejércitos que sustentan tiranías

Esa declaración es propia de todos los totalitarismos de izquierda o de derecha, que son militaristas, pues sin ejército no hay comunismo ni castrismo ni pinochetismo y mucho menos chavismo: Eso de que “los tanques rusos garantizan la continuidad de la revolución bolivariana” – algún ingenuo pensó en su momento que era el pueblo – es una clásica confesión del subconsciente alterado por la pesadilla recurrente del pueblo obligándolo a voto limpio a entregar la banda presidencial a un o a una oponente que borrará de un plumazo la fulana revolución “pacífica pero armada”.

Una enloquecedora amenaza para un hombre que considera que su poder personal es la única alternativa para 30 millones de ciudadanos in saecula saeculorum - “sin mí la peste negra” - sin su magnificencia la noche eterna, y el terror a perder ese poder omnímodo es lo que lo ha llevado al paroxismo de pretender transfigurar un cargo de elección popular en una mesiánica misión militar, olvidando que el artículo 139 establece que “el ejercicio del Poder Público acarrea responsabilidad individual por abuso o desviación de poder o por violación de esta Constitución o de la ley”.

En conclusión

La exorbitante gestualidad militar y militarista que hemos observado en los últimos días, incluyendo “la reincorporación a la carrera militar en la Fuerza Armada Nacional a todos los oficiales, suboficiales y soldados involucrados en las rebeliones “Cívico” – Militares del 04 de febrero y 27 de noviembre, de 1992” - lo que coloca la presidencia de la República y de la Asamblea Nacional en manos de militares en ejercicio - aunado a la conversión de la comandancia suprema de la Fuerza Armada en un grado militar activo - nos demuestra que, definitivamente y burla burlando, Chávez ha colocado el poder civil – que es el único poder porque no existe tal “poder” militar - bajo el control de las armas – solo falta colocar un militar en la vicepresidencia, lo que seguramente hará - con todas las implicaciones que esta discrecionalidad lleve consigo.

Basta recordar las palabras del actual ministro de la defensa – y jefe del Plan República del 7 de octubre - que le valieron su ascenso a general en jefe por patear aquello de “estar al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”: “La Fuerza Armada – Bolivariana, se entiende - tiene lealtad completa hacia un comandante en jefe. Nos casamos con este proyecto de país”. Más claro ni el gallo de Felizola.

Rafael Marrón González
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5 de febrero de 2012

LA ESTUPIDEZ VA DE FRENTE Y DA LA CARA


La estupidez se caracteriza por creer en asuntos tan peregrinos como que el pasado puede modificarse o que la historia la escriben los vencedores o que con aguacates salen batidos de fresa. Y partiendo de esa “fe de carboneros”, Chávez insiste en pretender obtener eficiencia con adulantes, modificar el pasado y reescribir la historia para que se adapte a sus delirios, para convencer a las masas seducidas por la lluvia de limosnas indignantes, que antes de su egregia presencia política “todo era nada en la gran noche de los tiempos”.

Y en ese fangal estrafalario declara que el frustrado golpe de estado del 4 de febrero, no fue tal sino “una quijotada, un acto de amor” – obviando que pretendía apresar a dirigentes políticos, religiosos y sociales y encerrarlos en el estadio universitario y fusilarlos, para emular al asesino Guevara, como declara un participante que exige anonimato: “Mi tarea, al momento de ejecutarse el golpe, era la eliminación física, el exterminio de toda la clase política” – y Carlos Andrés Pérez se salvó de ser asesinado por este “acto de amor” porque se engatilló el capitán Joaquín Suárez Montes, quien dijo haberlo tenido a tiro, a escasos dos metros.

El primer ataque de esta “acción romántica” fue contra la residencia presidencial en la cual se encontraba doña Blanca con una hermana anciana, una hija y dos nietos infantes: El “valiente oficial” que comandó el cobarde ataque – como si se encontrara ante los muros de Jericó - no cesaba de intimar por el altavoz la rendición de doña Blanca, que nunca se rindió y soportó la andanada de metralla de esta burda cobardía, hasta que los suyos la rescataron.

Un acto “de amor” que dejó como estela, según cifras oficiales, 14 muertos y 53 heridos - versiones extraoficiales daban un estimado de 50 muertos y más de 100 heridos - 1.089 militares detenidos y cuantiosas pérdidas materiales. “Una quijotada” que obligó al gobierno a enfrentar y derrotar la insurrección con “unidades de policía, del batallón de infantería Simón Bolívar, de la 31 Brigada de Infantería, algunas unidades blindadas del batallón Ayala, del destacamento 51 de la Guardia Nacional, y de aviones Bronco, Tucán y F16”, lo que indica el vasto operativo de la insurrección contra el orden republicano.

Nómina incompleta del “acto de amor” de Chávez

Tenía 9 añitos Noelia Lorenzo Parada cuando recibió una bala de FAL en la cabeza disparada por los “amorosos” insurgentes en la toma de Miraflores. Y en el asalto a la Carlota recibieron amor que mata Echarta Gaiska, 20 años, estudiante de Ingeniería y Migdalia Antonia Delgado de Marquina, 30 años, dirigente estudiantil, el hijo de esta última, de 3 años, recibió una herida rasante en la cabeza disparada por un amoroso insurgente. Hugo Orlando Villarte Mejías, 40 años, muerto a balazos por románticos francotiradores en el “23 de Enero”. José Enrique Ordaz, 44 años, escenógrafo de Arte TV, recibió un balazo en la espalda cuando quijotescos felones dispararon repetidas veces contra quien fuera, desde el Museo Histórico Militar.

Defendiendo la Casona - habitada por la primera dama - rindieron sus vidas los agentes de la Disip: Gerson Gregorio Castañeda, Edicto Rafael Cermeño Joves y Jesús Rafael Oramas. Jesús Aponte Reina, 21 años, agente de la Policía del Municipio Sucre, falleció al recibir un impacto neto de Mortero cuando los traidores a la democracia disparaban amor a discreción contra las residencias aledañas a la Casona pata intimar la rendición de doña Blanca. José Aldana, cabo II de la Policía Metropolitana, muerto a balazos por los Tupamaros en La Cañada.

También murieron en este piadoso acto de amor de Chávez: Franklin Alexis Vega y Wilmer Díaz, agentes de la Policía de Valencia. Deivis Peña Juárez, cabo segundo de la Guardia Nacional. El cabo segundo Elio José Gamboa y los soldados Miguel Escalona Arriechi, Jesús Alberto González y Julio Peña Labrador, de la Guardia de Honor. Jesús Santiago, capitán (Ej), Fernando Cabrera, subteniente (Ej), el sargento técnico Pablo Linares y el AT Celso González, de la Aviación. Los distinguidos del ejército José Salas Ramírez, Jesús G. Rodríguez y Luis García. Los soldados del ejército: Guerras Montes de Oca, José Ramón Noguera, José Nieves, César Castillo, Wilmer Molina, y dos soldados desconocidos y el soldado de la aviación Hernández Herrera.

Esta lista, fue realizada por un funcionario de la DISIP que prefiere reservar su nombre, y la revela en honor de los caídos en defensa de la democracia atacada por el “acto de amor” a plomo limpio del cinismo de Chávez.

Lo cierto es…

Chávez fue un contumaz conspirador – reclutado por el comunismo - contra el orden republicano, y su insurgencia el 4 de febrero – Carlos Andrés Pérez, estúpidamente, ignoró las advertencias de su organismo de Inteligencia - fue un golpe de Estado – no un intento ni un acto de rebeldía - que fue neutralizado por los esforzados paladines de la democracia, que lo derrotaron, apresaron y sepultaron en Yare, de donde resucitó por obra y gracia de un sobreseimiento presidencial – no un indulto – que vejó la memoria de las víctimas y humilló el esfuerzo de los defensores de la República, desmoralizando las fuerzas democráticas, porque el gobierno de Rafael Caldera “necesitaba popularidad” o porque el golpe había sido contra los adecos, signatarios del odio perenne del anciano oportunista, beneficiario directo de aquella bellaquería contra la constitución y las leyes.

Y ahora, como supuestamente la historia la escriben los vencedores, el 4F es declarado “Día de la Dignidad” – hasta el 7 de Octubre - lo que manifiesta que creen tener el poder de cambiar el significado de las palabras para ajustarlas a su precariedad moral. Si el 4F tiene alguna relevancia es la de la ignominia. Sale pa´llá.

Rafael Marrón González
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