Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

19 de diciembre de 2009

¡Reflexiva Navidad y próspero Año Nuevo!

La costumbre gentil invita a emitir un mensaje genérico, acrítico, deseando a todos ¡Feliz Navidad! Es solo un buen deseo, lo sabemos, pero la realidad nos remite a la necesidad de reflexionar sobre ello. ¿Qué es para usted Navidad? ¿Es alegría espiritual, elevación de la generosidad exacerbada por la llegada al mundo del Hijo de Dios, y en su hogar, no digo casa porque no siempre ese vocablo significa hogar, se le rinde como homenaje, en austero ritual, la paz y la armonía y la unión familiar, y para sus hijos no significa necesariamente consumismo? ¿O es motivo de fiesta, derroche, parranda, alegría etílica, consumo dispendioso, vanidad y fatuidad?
Prefiero desearles a todos ¡Reflexiva Navidad! Hay que ver el luto que imprime la desarticulada alegría del espíritu festivo cuando la irresponsabilidad hace presa de sí. Las páginas de sucesos nos alarman con la cantidad de personas que incineran sus vidas en estúpidos siniestros de tránsito en la época navideña, que el deseo de desviar la culpa llama “accidentes”. Por ello es prudente reflexionar sobre la verdadera definición de la Navidad , y en nuestra alegría o recogimiento espiritual recordar a los excluidos a quienes no es posible ese deseo de ¡Feliz Navidad!

La Navidad de los excluidos

No es posible olvidar este día a los millones de niños huérfanos de oportunidades condenados a ser carne de prostíbulo y de cárcel por la injusticia del azar concurrente que los depositó en la pobreza, que, de definir una forma modesta de vivir, pasó a ser la traducción de miseria en estas latitudes tercer mundistas signadas por la ignorancia, la superstición, el fanatismo y el miedo. Son niños para quienes el Niño Jesús es un asunto de ricos y famosos, y la Navidad una noche más de calle, hambre, desnudez y violencia, pero con gaitas y parrandas, luces intermitentes y fuegos artificiales. Como los malos versos de la vida consciente: Contentos amanecieron/ todos los niños del basurero/ anoche fue Noche Buena y nació el Mesías/ y hoy los camiones de la basura/ traerán suculentos manjares al vertedero.
Los niños indígenas, estarán de nuevo la mañana del 25 en los semáforos lamentando su mendicidad que la Navidad haya despoblado las avenidas. No hay magia navideña en los barrios miserables de la gran ciudad. Quizás exista algo de caridad, de filantropía navideña que dibuje algunas escasas sonrisas en algunos pocos niños. Caridad siempre bienvenida y agradecida pero insuficiente. Siempre insuficiente. Y no hablo de solidaridad porque la solidaridad es entre iguales y no es posible dar lo que no se tiene.
Por ello esta Navidad eleva una plegaria de corazón, que es el único lenguaje que entiende Dios, el del corazón, que se conjugue en un multitudinario salmo de piedad, pidiendo que cese la injusticia con estos niños responsabilidad del Estado pero también de la sociedad. Recuerde que esos niños sin horizonte formarán la sociedad adulta de sus hijos, así que por simple sentido común, si en verdad ama a sus hijos, forme entre los que, sacudiéndose la indiferencia, aportan para aliviar el sufrimiento de la niñez abandonada y excluida. Para mí los niños deben ser responsabilidad planetaria, se debe internacionalizar el problema de los niños excluidos - declararlos Patrimonio de la Humanidad - porque si son los niños el futuro del mundo y los abandonamos ¿qué futuro tendremos?

La Navidad de los niños maltratados

Pensemos también en los niños maltratados que son un alarido de Dios en la conciencia. Y si eres un padre, en genérico, maltratador, reflexiona hasta las lágrimas, convéncete de que le estás destruyendo la infancia a tu hijo y que no tienes la menor idea de cómo será su vida cuando adulto. A lo mejor esa será la única etapa de felicidad que conocerá y se la estás amargando a patadas. Y lo más triste del niño maltratado es que si no lo formamos a tiempo, explicándole que el maltrato que sufren no es un acto de amor sino de inmadurez, ignorancia y crueldad, se convertirá a su vez en un padre maltratador. Pero también en un adulto que maltratará a la sociedad porque solo respetará lo que le infunde temor.
Será un depredador de los más débiles y un cobarde frente al poder. Y si eres un padre responsable, que usa el amor como firme herramienta de formación, y que tampoco los echas a perder, educándolos y corrigiéndolos, con amor, piensa que quizás a esa misma hora en la que la algarabía de tus hijos invade tu casa, un niño gime bajo los maltratos de un déspota insensible.
Ruega por ellos. Pídele a este hijo de Dios hecho hombre, para vivir la experiencia de los mortales que ilumine la mente de los maltratadores y los arrodille ante el perdón y que aprendan a sentir piedad que es la esencia y definición del ser humano. El sueño es que el maltrato infantil sea materia de lesa humanidad, porque el maltrato infantil está destruyendo la sociedad. Por favor, no maltraten a sus hijos, Dios, como lo conciban, se los agradecerá.

La Navidad de los desempleados

El trabajo es la esencia de la dignidad del hombre y de la mujer. Dios no creó el trabajo como castigo, como tal dejó la incertidumbre. La estructura trabajo, estudio, responsabilidad es el medio expedito para el progreso humano. Pero el trabajo está concatenado al proceso productivo y si éste se interrumpe, el trabajo, escasea.
El desempleo destruye el núcleo familiar. Lo corrompe. Parejas que se casan plenas de amor y sueños deben separarse porque el desempleo les impide estar juntos. Y un desempleado que ve alejarse la esperanza con los días que se tornan años, es un vacío en la nada, una nube de cenizas en los ojos, una huella que nunca será. Y llegan las navidades y ese padre desempleado se sume en la tristeza. Son navidades amargas, porque la tradición impuso rituales sociales ya ineludibles, y se sufre cuando no se tiene acceso a ellos por razones económicas. Hay que reflexionar también en esta Navidad sobre esta lamentable situación que nos afecta como sociedad. Solo podré desearles a todos ¡Feliz Navidad! cuando, como dijera “El loco de la colina”, pregunte por el desempleo y me respondan “¿qué es desempleo?”.

La Navidad de los demócratas

La lucha corajuda por la democracia y por la libertad no debe cesar por la frustración o el miedo. El espíritu democrático debe fortalecerse para continuar en esa lucha frente a los designios totalitarios de un individuo todopoderoso, que se niega a reconocer la existencia de una sociedad mayoritariamente democrática que quiere vivir en paz, en un estado de derechos donde se respeten las libertades públicas, la propiedad privada, la libre empresa y los derechos humanos.
Todos los venezolanos que deseamos una Venezuela libre para nuestros hijos elevemos un pensamiento para los presos por razones de conciencia que pasarán esta Navidad en la cárcel. ¡Reflexiva Navidad! para todos los hombres y mujeres de principios democráticos, recordándoles que la lucha continúa, que quien no espera vencer ya está vencido, y que solo la libertad y la democracia puede llevarnos a una auténtica ¡Feliz Navidad!

Y próspero año nuevo

Que todos los esfuerzos del trabajo, del estudio y de la responsabilidad tengan la bendición de la plena realización personal para el mejoramiento del beneficio colectivo. Que el 2010 sea el año de las nuevas definiciones basadas en el crecimiento de la conciencia inteligente, para poder expresar desde el compromiso individual, nuestra voluntad de participar en el progreso por desarrollo que redundará en el equilibrio indispensable para lograr la Venezuela que deseamos.
Que en el 2010 se imponga la sensatez necesaria para entender, que así como existen en Venezuela sectores subdesarrollados penetrados por la ignorancia, el miedo, el fanatismo y la superstición, que hay que atender con urgencia, también tiene su espacio un importante sector desarrollado en los distintos campos del quehacer social, que trabaja y produce, y que es imperativo respetar, apoyar y fortalecer por su carácter paradigmático, como evidencia de lo posible, y por su decidida importancia como base de sustentación para el proceso ascensional de la nación venezolana, porque definitivamente la patria es la gente y a mejor gente mejor patria.
Leer más »

15 de diciembre de 2009

¿QUIÉN ERA CARLOS MARX?

Me tocó vivir mi adolescencia de humilde muchacho pueblerino adocenado, en plena efervescencia chefidelista. Teniendo once años, estudiante de primer año de bachillerato, recogía en una lata un bolívar para la Sierra Maestra. Fue la época del martirio de Lumumba. “Lumumba tu muerte será vengada”, escribíamos con trozos de carbón en las paredes. Nunca supe quién se quedó con los bolívares que recogí horadando calles de aquella Barcelona deshilachada por la pobreza, en la que un bolívar significaba la diferencia para no acostarse sin comer.

A los doce años la fantasía crea héroes y villanos sin mayor sentido crítico. A los 14 años pertenecía a una célula rural del “glorioso” Partido Comunista conducido por Jesús Farias, que “daba la vida por la Unión Soviética”, no por Venezuela. En “Los bosques de Viena”, nostálgico nombre para una taguara cañera de palma y bahareque, nos reuníamos un grupo de adolescentes a escuchar las prédicas justicialistas de los “buenos revolucionarios” que nos llenaban el alma de envidia barata y nos castraban la fe en nosotros mismos.

La culpa de nuestra pobreza la tenía el rico, el estado, el gobierno, Dios. Aunque en mi caso particular solo sirvió para hacerme un adicto de los libros. Carlos Marx era el dios tutelar de nuestras ansias de justicia. Algunos, los más fanatizados, se lanzaron por el barranco de las guerrillas, unos, como Luis Hernández, desaparecieron en manos de la Digepol, o del ejército, sin dejar rastro. Otros salieron de la prisión para hacerse digepoles. Los líderes que nos comunistaban llegaron a ser diputados y candidatos presidenciales, eficientes jerarcas de la policía política, y millonarios como José Vicente Rangel. Pero en mi caso mi conocimiento del comunismo era directamente proporcional a su rechazo, más por intuición que por sabiduría.

No puede ser bueno nada que niegue el individuo, y lo primero que me encendió la luz roja fue la frase, acriticamente repetida hasta hoy: “No importa el individuo sino la masa”, llevada al paroxismo de la ignorancia al traducirse como “con hambre y sin empleo con Chávez me resteo”. El suicidio de Maiakoski en Moscú, en 1930, era la evidencia que no vimos. Era poeta, es decir, individuo. Pero fui comunista desde los once años hasta los veinte. Quien no ha sido comunista a esa edad, no tiene corazón. Quien lo sigue siendo después de esa edad, no tiene cerebro.

¿Quién era Carlos Marx?

Nació Carlos Marx en Trier, Alemania, el 5 de Mayo de 1818, en una familia de rabinos a lo largo de varias generaciones. Su padre, abogado, fue notario y logró alcanzar cierta holgura económica. Carlos estudió en el gimnasio jesuita de Traer, luego entre 1835 y 1841, estudió derecho, filosofía e historia en Bonn y Berlín. Su padre estaba preocupado porque dedicaba su tiempo al ocio y a escribir ensayos poéticos de dudoso gusto.

En 1836 se comprometió con Jenny von Westphalen, hija de un consejero de estado, y cuatro años mayor que él. En 1841 se doctoró en Filosofía en la Universidad de Jena y se dedicó a dirigir el periódico “Rehinche Zeitung”. Al recibir fuertes críticas y censuras se retiró del periódico y comenzó a transitar las ideas comunistas que, según su opinión, debían resultar del desarrollo consecuente de la filosofía. En 1843 contrajo matrimonio con Jenny y se trasladó a París como colaborador de los “Anales Franco-Alemanes”.

Su obra más significativa de aquella época fueron “Los manuscritos económicos filosóficos”. Allí conoció al escritor y poeta alemán Heinrich Heine, y a su amigo y protector económico, para toda su vida, con los reales del padre, el político y teórico alemán Friedrich Engels. En 1845 se le expulsó de París y se mudó a Bruselas, capital de Bélgica, donde permaneció hasta 1848, cuando fue hecho prisionero y expulsado del país. En ese año revolucionario el nuevo gobierno francés lo invitó a regresar a París, pero Marx ya se había trasladado a Colonia con Engels, donde fundó el periódico “El Nuevo Rin”, pero en Mayo de 1849 se le expulsó del país y regresó a Paris, pero allí las cosas habían cambiado y tampoco era bienvenido.

Londres fue su hogar cómodo, apacible y mantenido

Se trasladó entonces a Londres, donde, alejado de la vida pública, trabajó para varios periódicos pero principalmente en textos sobre economía como El Capital, obra en la que trabajaría por veinte años. La situación económica de Marx en esta época era insostenible, vivía en Dean Street en una casa con dos habitaciones para seis personas. Sus cartas pidiéndole dinero a Engels estaban llenas de amargura.

Fue en el año 1869 cuando Engels pudo asignarle una generosa pensión anual que permitió a la familia Marx contar con suficiente abastecimiento para vivir como cualquier familia burguesa, célula fundamental del capitalismo. El dinero provenía del padre de Engels que era propietario de una próspera textilera en Manchester. ¡Qué anatema! ¡Marx comía de un capitalista! Para 1850 ya Marx había comenzado a sufrir del hígado y de la vesícula, dolencias que no se le curaron nunca. A esto se le unieron trastornos nerviosos graves, acompañados de dolores de cabeza, insomnio y reumatismo, lo que lo envejeció prematuramente. Los últimos años de su vida los pasó perturbado por agudos ataques de tipo nervioso.

En 1872, Marx, que no había cumplido cincuenta y cinco años, parecía un anciano de 80 años. En 1881 murió Jenny y al año siguiente emprendió sus últimos viajes a Argelia, Suiza y Francia. Kart Marx murió el 14 de Marzo de 1883, antes de cumplir los 65 años. Su tumba se encuentra en Londres donde vivió permanentemente por más de treinta años. Sus trabajos teóricos llegaron a ser bastante conocidos pero nunca fueron muy populares mientras vivió, una de las causas fue su racismo impenitente, demostrado hasta la saciedad en su “biografía” de Bolívar.

¿Cuál es la idea central del pensamiento económico de Marx?

El determinismo económico. Su historia de la filosofía afirma que las ideas no determinan la existencia social, sino que las condiciones económicas son las que configuran la estructura mental del hombre y de la sociedad. Según él, la forma de vida del hombre determina su forma de pensar. Sin embargo también, además del económico, existe otro condicionante del comportamiento del hombre en la sociedad, que es la codicia (el egoísmo, el hedonismo, el deseo de poder por el poder, el excesivo afán de lucro), y ésta pertenece a la naturaleza de la mayoría de los hombres, lo que explica el enorme fracaso en la aplicación de las ideas de Marx a la realidad.

Capitalismo vs proletariado

La teoría económica marxista parte de la antítesis capitalismo – proletariado. El capitalismo posee los medios de producción mientras que el proletariado solo posee su fuerza de trabajo, allí se origina la explotación, porque el capitalista paga al proletariado solo una parte de su salario, el cual es el valor del producto fabricado por el trabajador, la otra parte, que él llama “plusvalía” se la guarda el capitalista como ganancia.

En la sociedad sin clases, la dirección conjunta de las fábricas y de los recursos de riqueza, elimina esta situación, presumo que con todo y fábricas como sucedió en la URSS y en Alemania oriental. Marx sostenía que la concentración del capital en pocas manos y los bajos salarios que disminuyen el consumo, significarían el final del capitalismo, sin embargo, a pesar de todas las guerras y crisis sufridas por el capitalismo en los países industrializados o desarrollados, este colapso no ha tenido lugar, al contrario se ha expandido, y los únicos países que derivan justicia social hacia los trabajadores son precisamente los capitalistas; en cambio los países que han enrumbado sus sociedades por la tesis marxista han sucumbido en la miseria o han cambiado drásticamente de rumbo hacia el capitalismo, como es el caso actual de China que de comunista solo le queda su aparato represivo.

Son dos las causas de esta debacle del comunsimo ( o del socialismo), una la inflexibilidad económica del Estado, y la segunda, la intolerancia con la disidencia. Están conmigo, incondicionalmente, o se mueren. La tesis de Marx acerca del Estado como instrumento de opresión de la clase dominante también se ha visto disminuida con los años porque los modernos Estados democráticos se han convertido en garantes institucionales de los derechos de todos los ciudadanos, mientras que en los países marxistas el Estado sí es opresor directo de los trabajadores, como es el caso de Cuba. Modernas leyes del trabajo y contratos colectivos cada día más justos y exigentes, dejaron la teoría de Marx en eso, en teoría.

La lucha de clases

Para Marx toda la historia de la humanidad ha sido la historia de la lucha de clases. A una clase que domina otra le está siempre subordinada. Marx vio la sociedad burguesa caracterizada por la contradicción entre burguesía y proletariado industrial. Los poderosos están en posesión de los medios de producción y explotan a los desposeídos y controlan la sociedad.

El comunismo conduce a la sociedad sin clases, en la cual no existen diferencias sociales. Hoy en día la lucha no es de clases, sino de los que se quedaron contra los que subieron desde un mismo medio y con los mismos recursos. Cada quien según sus capacidades. Y el comunismo no ha pasado de feroces dictaduras genocidas que le han costado millones de vidas a la humanidad, y la única visión que hemos recibido de su sociedad sin clases es la de una manada de borregos aterrorizados haciendo una cola infinita frente a una estantería vacía, con una libreta de racionamiento en la mano, esperando le den la gracia del aire para respirar. Como en Cuba.

Las obras de Marx

Entre las obras de Marx, dos de ellas son de un significado especial: “El Manifiesto Comunista”, escrito al alimón con Federico Engels, en 1841; y “El Capital”, su obra “científica”, del que deriva una contradicción fenomenal llamada “comunismo científico”. Reconozco que Marx realizó un estudio fundamental sobre la alienación de las masas, que hoy continúan en su aduldolescencia milenaria, reproduciéndose irresponsablemente, bordeando la delincuencia por los vicios, absortas en modas y miriñaques, consumiendo sus exiguas ganancias en vanidosas intrascendencias exógenas, estupidizándose entre las telenovelas, los centros comerciales y las licorerías, apiñándose para aupar al producto de la promoción publicitaria, permitiendo que los gobernantes los destinen impunemente a carne de cañón y sufrimiento, y declarando a la prensa que la política no es lo suyo sino todo lo contrario, mientras se enamoran a morir del populista que les ofrezca el paraíso donde se puede vivir sin trabajar.

Lo mismo aquí que en la desaparecida Unión Soviética, donde al eliminarse la brutal presión policial sobre la sociedad, saltó por los aires una viscosa depravación multitudinaria como para encabezar un nuevo manifiesto comunista: Un fantasma recorre Europa… el de las mafias soviéticas. Viva Marx… en el olvido para siempre.
Rafael Marrón González
Leer más »

13 de diciembre de 2009

La pútrida charca de la reinvolución

Ser honesto no significa solamente no incurrir en actos de corrupción, sino que teniendo las posibilidades de hacerlo con impunidad, no se caiga en ellos. Hay gente que pasa por íntegra cuando en realidad nadie la ha invitado a robar ni jamás ha tenido la oportunidad de ocupar cargos relevantes con manejo financiero tentador. Son honrados como la concha de aguacate flota.

Por eso hay que desconfiar de los manifiestos de honestidad de mucho caimán en boca de caño. La honestidad debe ser una materia educativa que le permita al ciudadano introyectar la integridad como valor ascensional y suscite el desprecio por todo lo mal habido y a sus portadores.

Quitarle la relevancia social al dinero obtenido sin el esfuerzo y la persistencia sería el primer paso para combatir la corrupción que parece que es genética en estos tierreros latinoamericanos, precisamente por la falencia cultural, pues en su estado natural el hombre carece de sentido de propiedad, toma aquello que necesita para saciar su apetito sin considerar si tiene dueño o causa daños.

Por eso, como la honestidad es un acto cultural, el espesor de la coraza ética y moral deber tener tales bases principistas que resista el impacto de cualquier calibre disparado por los intereses que siempre han girado en torno a los dineros públicos – “ese no aguanta un cañonazo de un millón por el pecho”, solían decir los corruptores de la democracia para referirse a la debilidad de algún burócrata por los reales fáciles - y ese espesor lo imprime el respeto propio, más allá de consideraciones de otra índole, porque es la autoestima, la conciencia histórica, el respeto por la herencia que dejamos a nuestros hijos - que también forma parte del interés propio – lo que provee de espesor antitanque a esa coraza y solamente con personas de esas característica es posible construir una sociedad de sólidas bases éticas, cuyos individuos profesionalmente formados, además, serán capaces de instaurar gobiernos respetuosos, eficientes y pulcros. Pero en Venezuela la ostentación del dinero deslumbra a una sociedad ignorante - sin cultura ni ley - y por ello hacerse de dinero es la principal preocupación del individuo.

Quien no logre obtenerlo en cantidades ostensibles no pasará de pendigenuo, lo que traduce sujeto de irrespeto por la arrogancia que se humilla en paralelo ante lo que teme. Y, por supuesto, el dinero infunde un mensaje claro de lo que es capaz de comprar: Desde un juez hasta un sicario, porque en ese mundo infame - como expresa Verdades amargas – “todo tiene su precio estipulado”. Como me gustaría poder negar esas aciaga verdad que define esencialmente a nuestra corrompida sociedad, que, sin presentir la causa, se queja de las perversiones de los chávez, que por su misma necedad, han sido y serán.

Chávez, el factor corruptor

La nación entera ha sido testigo impotente de la inmensa corrupción y del enriquecimiento súbito de “patas´en el suelo” de pobreza histórica - muchos de los cuales se “metieron” a la escuela militar porque había comida y ropa gratuita - con la más absoluta impunidad a pesar de los rumores y denuncias, que eran atribuidas “a campañas mediáticas de los “pitiyanquis” por el responsable de ordenar las investigaciones derivadas de la notitia criminis, que jura ahora no conocer ni de vista ni de trato al capo Fernández Barrueco, luego de haber sido la mugre de sus desviaciones.

Quiere hacer ignorar que fue el factor Chávez lo que colocó a humildes hijos de la necesidad, criados en barrios y pueblos deshilachados, en posiciones ni siquiera soñadas en sus mejores sueños, para las cuales no estaban preparados profesionalmente y allí están los resultados desastrosos de sus administraciones, desde PDVSA hasta Sidor y las empresas del aluminio, pasando por bancos, instituciones y alcaldías y gobernaciones, en las cuales ignorantes en grado descendente lo han destruido todo, lo que es también un acto de corrupción. Pero tampoco estaban formados éticamente – ninguno, ni civiles ni militares – por lo que, deslumbrados por los privilegios, sucumbieron a la oportunidad, que supuestamente la pintan calva, de enriquecerse groseramente a través de comisiones, contrataciones fraudulentas, auto préstamos bancarios para comprar más bancos, hatos, empresas de seguros, flotas de barcos y gandolas, en una intrincada red de negociados fraudulentos o simplemente mediante el expedito recurso de meterse en el bolsillo unas barras de oro o unos cuantos barriles de petróleo o unos pollos de Mercal o los dólares de un anticipo de una contratista minera, sin sufrir la menor molestia, ni de la conciencia ni del mimético contralor, que, por cierto, debería renunciar ante su comprobada idiotez o connivencia con el crimen oficialista.

Un caso – entre muchos - que evidencia la incidencia del factor Chávez en la prostitución de estos sujetos proclives al delito, lo tenemos con el caso del ex teniente de fragata Arné Estevenson Chácón Escamillo, hijo de un taxista copeyano de Catia. Este personaje de las páginas de sucesos, que hace diez años no tenía para comer y terminó montado en un relámpago que lo catapultó hasta tener como “joby” un haras de 67 caballos de carrera en un exclusivo hipódromo en Miami, le declaró a la Razón en noviembre de 2005: “Es perfectamente normal que si mi persona es afín al gobierno, pues éste coloque más fondos en mi banco”. ¿Cuál hubiera sido su destino si en su camino no se atraviesa el factor Chávez? Bolsa no sube palo si alcahueta no hay.

No hay crisis financiera sino ladrones banqueros

Lo primero que hay que aclarar es que no es cierto que estos corruptos lanzados por Chávez al ludibrio público, sean o hayan sido banqueros, por eso no hay en esta crisis bancaria banqueros ladrones sino ladrones metidos a banqueros y, por lo tanto, el problema no es financiero sino de honestidad chavista – que sería – según la evidencia - algo así como mamonero cargando ocumo.

La reacción de Chávez se ajusta al libreto que le escribió Fidel, por eso su salto tratando de caer parado en algún lado seco de la charca pútrida que creó con el nombre de socialismo siglo XXI, tripulado por un voluntariado desquiciado por la posibilidad de robar y no por convicciones ideológicas. Así que su arremetida contra los siete bancuchos de una de las bandas puesta al descubierto por la presión del informe del fiscal Robert Morgenthau – confirmado por el G2 - que señalaba a estos y otros bancos de la chaviburguesía – es un insulto a Bolívar continuar llamando a estos ladrones “boliburgueses” – de estar incursos en legitimación de capitales provenientes de la droga y de la corrupción, es sencillamente su forma de alimentar la idiotez popular “Chávez no sabe” – si no sabe un hombre de esa poderosa dimensión, es un redomado idiota - y aprovechar el chance para proyectarse electoralmente como adalid de la anti corrupción que ha propiciado con su absoluta falta de escrúpulos políticos.

Así que – repito - aquí no hay crisis financiera sino de honestidad, y los caídos en desgracia – no por corruptos sino por haberse dejado descubrir, según la moral modular de Chávez – son apenas una cabeza de alfiler del inmenso fraude que se sigue cometiendo contra la nación y en el que están implicados familiares de Chávez y muchos de sus más relumbrones colaboradores, algunos de los cuales por aquí fumean con el sol a medio cielo.

Ojo opositores

Esa tronco e´viga en el ojo de Chávez no se quedará sin venganza. Ya a Ramón Martínez lo andan buscando y a Salas Feo lo inhabilitarán, como imputarán a Capriles Radonski y a Pablo Pérez y a Pérez Vivas. La causa será lo de menos, pues Chávez, desorbitado por la culpa que como hiedra le trepa por los carcañales del ego magullado, desencajado por el fracaso estrepitoso de su gestión “sadim” – nacional e internacionalmente - que todo lo vejó, malogró, corrompió, frustró, vulneró, sobajó, oxidó, enmontó, ahuecó, ensució, ranchificó, depauperizó, oscureció, secó, hamponizó, lumpenizó, encareció y escaseó, mandará a escarbar en el más remoto pasado de la línea de flotación de la oposición para saciar su desquite.

La fiera herida es capaz de todo para demostrarle al pueblo que por aquí también hay podrido como por allá abunda. Por eso siempre he recomendado a quien me quiera escuchar, que jamás haga nada que lo obligue a renunciar a su futuro para escapar de su pasado. Esta batalla contra la ferocidad de un Chávez decrépito y enloquecido por la nauseabundez de su charca pútrida la ganarán los probos, así que recomiendo encarecidamente a los rabo´epaja alejarse del candelero y darle paso a la vanguardia que ni la debe ni la teme. De ella será la Venezuela digna tan pronto como Chávez termine de disolverse en lodo.
Rafael Marrón González
Leer más »

5 de diciembre de 2009

“Es que estamos en transición…”

Habitante de ese universo paralelo que es la pasión por la lectura, no llevó cuenta de la cantidad de sandeces firmadas por reputaciones consagradas por la idiotez, que me ha tocado digerir, sin embargo nada hay comparado con la profusa emisión de efluvios mentales de la estitiquez chavista.

La última pertenece a ese extraño personajillo de la picaresca oficialista, inserto en la familia Escarrá, que hasta una magistratura en el Tribunal Supremo ocupó sonrojando la impudicia. No teniendo nada que decir ante la escandalosa corrupción a cielo abierto, destapada por la presión obscena de la codicia exacerbada por la disminución de lo saqueable – no por que Chávez haya sufrido una súbita crisis anticorrupción - en lugar de guardar silencio como recomienda la prudencia, le espeta a la prensa nacional: “Mucha gente se ha enriquecido porque estamos en transición”. Se queda uno sin aliento ante tanta falta de vergüenza.

La etapa de transición entre la nada y ninguna parte que mientan “proceso” se caracteriza entonces, según esta descarnada expresión de complicidad por omisión, por la falta absoluta de pulcritud administrativa, al grado de que es lícito – según la legislación chavista – enriquecerse con el dinero del pueblo – con la res pública, con la cosa de todos, con el erario – sin otro riesgo que el derivado de competir con ladrones de mayor jerarquía.

Esta confesión de parte que hace irrelevantes las pruebas, es todo un manifiesto de deshonestidad – y de sandez, por supuesto – de parte de un individuo investido por el pueblo con la dignidad de representante de sus intereses superiores, y la usa para cohonestar las acciones delictivas que desvían los recursos necesarios para emprender obras sociales, hacia las cuentas particulares de los miembros de la más descomunal banda de delincuentes que haya saqueado el tesoro de una nación de la que tenga memoria la historia de la humanidad, desde Adán (el de Eva, no el de Chávez) para acá. Y eso significa, damas y caballeros – chavistas y no chavistas del pueblo esperanzado – que el drama que enfrenta la República es la absoluta falta de escrúpulos del lumpen gobernante – sub producto de la simbiosis de piratas somalíes con asaltantes de carretera.

Por eso no hay dinero para los aguinaldos de los trabajadores de Guayana – que no son utilidades Chávez, son aguinaldos que forman parte del paquete salarial anual de los trabajadores - ni para edificar los 3 millones de viviendas que necesita a nación, Ni para invertir en el sistema eléctrico nacional ni en el servicio de agua potable. Y mucho menos para atender la seguridad de la ciudadanía ni sus necesidades educativas y hospitalarias.

Cuando bolsillo suena monedas trae


Sé que a veces – sólo a veces – hay quien echa piedras al río para que suene, sin embargo el más elemental sentido de la integridad obliga a un Jefe de Estado a ordenar las investigaciones pertinentes cuando el sonido del río indique que arrastra piedras.

No puedo entender como Chávez, que es una entidad supranormal que tiene a sus pies asultanados – cual cursi odalisca rendida – todos los poderes del Estado, no haya percibido el pútrido olor a asquerosidad que emana de su círculo íntimo, ni haya podido colegir que detrás de la opulencia de su funcionariado encumbrado pudiera existir el espantoso ladronismo que ahora, con un cinismo propio de quien ha perdido todo vestigio de decencia, trata, a la manera de los gatos, de tapar con insultos a “los ricachones”, como si no supiera que estos ricachones boliburgueses eran unos lambucios hace diez años y su meteórico ascenso económico ha sido a la sombra de su gobierno, en el que pululan situaciones irregulares que van desde el doble precio presentado por Falcón y Cabello para la construcción de una misma carretera en Lara, lo que evidencia la costumbre del sobrecosto en la contratación de infraestructuras, hasta la venta de pasaportes, cédulas de identidad y de pensiones a extranjeros, pasando por el inmenso fraude de la entrega de bolívares al BCV por los ingresos petroleros en dólares, vía reforma legal; el guiso de los fletes de los tanqueros y la extracción ilícita de oro (600 kilos se perdieron recientemente, según Nelson Bocaranda) y diamantes (los diamantes venezolanos son sacados ilegalmente del país a través de un complejo proceso de compraventa y revendidos en mercados internacionales como Nueva York, Hong Kong y Amberes, a través de canales vinculados a elementos criminales, por eso Venezuela se vio obligada a retirarse, en junio de 2008, del organismo de la ONU que certifica la procedencia legal de los diamantes); especulación con las notas estructuradas (Tobías Nobrega, Nelson Merentes, Rafael Isea y Rodrigo Cabezas están supuestamente incursos en la pérdida de $8 mil millones del Fonden); asalto a las reservas del BCV, bonos del Estado, trata de divisas (emblemático el caso del aluminio comprado a crédito en BsF y vendido a dólares del mercado paralelo); sobreprecio en las importaciones de alimentos, medicinas, equipos médicos y comisiones por la compra de aprestos militares, regularmente obsoletos; cooperativas falsas, licitaciones ganadas por empresas de maletín, nóminas paralelas y jubilaciones fantasmas en las empresas del Estado: dinero de impuestos municipales desviado a fondos privados, contrabando de armas (circulan 15 millones no permisadas), tráfico de drogas, extorsión, secuestro – expreso y tradicional - lavado de dinero en empresas y negocios de alta rentabilidad y rotación de capitales como hoteles de lujo (¿por eso la compra de hoteles en Margarita?), restaurantes, discotecas y supermercados, inmobiliarias, agencias de viajes, compañías de importación y exportación, casinos, entre otros, y, por supuesto, las inmensas colocaciones de entes oficiales en bancos quebrados, en unos casos para robarse los intereses (como los depósitos de las nóminas y el monto de los contratos adjudicados) – el gobernador de Vargas tiene el 80% de las finanzas de la gobernación depositadas en el intervenido Banco Canarias - y en otros, usadas discrecionalmente para adquirir empresas, como sospechan que hizo el pendigenuo Fernández Barruecos, cuya cercanía a Chávez le permitió desarrollar un conjunto de acciones especulativas que le redituaron una ganancia vertiginosa de 1.500 millones de dólares en menos de lo que espabila un cura loco.

Parece ficción, pero esta gente ha llegado hasta el asesinato (¿Danilo Anderson y Pierre Fould Gerges?), según denuncia de periodistas de la fuente económica que los relacionan con varios crímenes oscuros de personas vinculadas al mundo financiero (¿Arturo Erlich y Freddy Farfán?) y la voladura de una avioneta en la que pereció un importante empresario del ramo de los seguros (supuesto responsable del fraude conocido en Bolívar como “Pote Ceballos”) que viajaba a Guayana a la toma de posesión de Rodolfo Sanz, además de secuestros de banqueros como García Velutini, entre otros graves delitos de acción pública.

La verdad es que este bandidaje desaforado, que ha causando un daño patrimonial a la nación de proporciones incalculables y que será muy difícil de revertir en los próximos cincuenta años, lo que produce es asco, extensivo a todo quien quiera pasar por decente medrando en la misma charca pútrida en la que se revuelcan como cerdos, próceres, familiares y arrimados.

Ladrón, machete, es ladrón y punto

En el estadio de los antivalores – por la quiebra de la moral pública - la riqueza mal habida es un timbre de orgullo familiar. A los usufructuarios del crimen no interesa el origen del dinero que les satisface sus hambres viejas. Y para remate, estos ladrones vulgares y silvestres, de actitudes soberbias, que restriegan al miserable pueblo su obscena riqueza por la cara, obtienen por mampuesto un reconocimiento social que ya lo quisieran para sí quienes trabajan por el bien común sólo por hacer el bien.

Por eso creo que es hora de llamar a las cosas por su nombre: Ladrón es ladrón, machete, y punto. Y ladrón, aunque robe a ladrón, no tiene, ni en cien años, perdón.

Por eso pienso que es hora de preguntarle seriamente a Francisco Rangel Gómez el destino de los $15 millones que pagó la empresa canadiense Cristallex para asegurar una concesión de explotación de oro en la reserva aurífera de Las Cristinas, por la supuesta colocación de depósitos mil millonarios en el Banco Guayana, entre otras interrogantes – como el caso de los “excedentes de caja” de Terniun no entregados a los accionistas clase B - que comprometen su integridad. ¿O es que en verdad “estar en transición” otorga patente de corso a la godarria involucionaria? Responde Chávez, responde.
Rafael Marrón González

Leer más »