Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

25 de junio de 2011

LA CULPA ES DE LA ESTACA….

La idiotez corrupta jura y perjura que las cosas suceden porque salen en la prensa, es la clásica moral modular que penaliza el ser descubierto y no la ilegalidad. La primera víctima de los gobiernos corrompidos por la codicia es la verdad, y como la verdad suele estar en las páginas y micrófonos independientes, entonces el enemigo a destruir es la libertad de expresión.

Hoy en Guayana se ha desatado un escándalo porque el gobierno autista de Chávez descubrió – luego de años de denuncias – que había un gigantesco guiso con la cabilla, cuya cocina estaba ubicada en la cínica gerencia de comercialización de Sidor. La cabeza visible de este robo multimillonario a los bolsillos de los venezolanos, es una ficha con cara de bolsa que parece estar más impactado por haber sido descubierto - ¿y la promesa de impunidad qué? - que por ser culpable de algo más que cumplir órdenes superiores, dada su condición de sumiso voluntario a la autoridad sin principios.

Hasta aquí la cosa está más o menos clara: Un poderoso colocó una marioneta en puesto clave con instrucciones precisas de desviar la producción de cabillas de Sidor, del mercado interno regulado, hacia una organización criminal - con suficiente dinero para pagar de contado el costo de las siete mil toneladas de producción diaria – que las colocaba en el mercado con sobreprecio del 100 al 400%, mediante una vasta red de cómplices – nacionales e internacionales – con la colaboración de ladrones metidos a empresarios.

Los sidoristas denunciantes del delito, integrantes del Frente Revolucionario de Trabajadores Siderúrgicos – que han recibido amenazas por denunciar estas irregularidades - y del sindicato Sutiss, fueron quienes aseguraron que el gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel Gómez, está vinculado con Luís Velásquez Rosas, como se llama el pagapeo preso en la DIM – “este ciudadano (Luis Velásquez) es muy afecto al gobernador y para nadie es un secreto que en todos los medios de comunicación y en todos los eventos anda de la mano del gobernador. (…) Más allá de los lazos de amistad, sabemos que hay lazos más arriba”. Y es este mismo Frente el que declara que “se presume que el yerno del Gobernador del Estado Bolívar, Rangel Gómez, y miembro de la mafia de la cabilla, Carlos Rodríguez González, dueño de la empresa Mexicana Traders Quimera Metals, era quien realizaba las actividades económicas ilegales con el gerente de Sidor, Luis Velásquez”, y, como lo reseña El Universal: “Francisco Rangel Escobar, hijo del Gobernador de Bolívar, también ha sido señalado por integrantes del Frente Revolucionario de Trabajadores Siderúrgicos por participar y lucrarse del negocio de las cabillas”.

Así que, por ningún lado encuentro la fulana “campaña” contra el gobernador del estado Bolívar y su familia que, según los oficialistas, han desatado los medios independientes, los cuales se han limitado a publicar las informaciones que se han suscitado sobre este sonado caso de corrupción que dejó pálido a Pudreval, mientras otros obvian su responsabilidad de informar al pueblo. Sin embargo, me atrevo a afirmar que esta defensa a ultranza – y sus amenazas de demandas - ha hecho más daño a la reputación del funcionario, que las denuncias públicas del Frente – contra el cual no se atreven, aunque es el ente – con Sutiss - que por la calle del medio ha vinculado al gobernador con la mafia de las empresas básicas, tal como en otra oportunidad lo denunciara el sindicato de Alucasa - también se le ha señalado como instigador de la violencia sindical.

Si el gobernador - y su familia: hijo, yernos y primo o hermano – está libre de culpa, así lo determinarán las averiguaciones de rigor y lo que ha hecho – a mí entender – esa estridente reacción, es levantar una nube de sospecha más espesa y de mayor cobertura mediática.

“No me defienda compadre”

Y es que es de sabios dejar las cosas al tiempo – que es un océano en el cual solo flota la verdad – porque lo contrario enrarece el ambiente y conspira contra la persona en entredicho. El gobernador debe, de manera pública, colaborar ampliamente con esta investigación y explicar con humildad – sin esos rezagos autoritarios cuartelarios – por ejemplo, por qué en un galpón de la empresa Maploca se encontraban depositadas 400 toneladas de cabillas supuestamente facturadas a la gobernación del estado Bolívar, que presuntamente pagaba a la empresa cuestionada 23,50 Bsf por unidad, cuando pudo comprárselas a Sidor por 12,00.

Lo prudente es investigar si se trata de la deshonestidad de algún funcionario o de un error administrativo, que en todo caso causó un importante daño patrimonial a la nación al pagar un sobreprecio del cien por ciento sobre un producto que produce y expende el mismo Estado y en el perímetro del estado. Y, como primera autoridad civil del estado Bolívar, debe informar cómo es posible que no haya percibido anormalidad alguna en el jolibudense tren de vida de su íntimo joven amigo, incompatible con sus modestos ingresos como empleado y directivo de empresas del Estado.

Porque dada su condición de funcionario de alto nivel su deber es luchar contra la corrupción, cuyo enriquecimiento, como la tos, es imposible ocultar. Dime con quien andas – o a quien defiendes – y te diré quién eres. Por eso insisto en afirmar que ese desmelenamiento defensivo – ¡meto un ojo en acero hirviente por la prístina honestidad del gobernador y de toda su parentela! - lo que ha ocasionado es que el pueblo se pregunte porqué si esa gente es inocente, tiene la piel tan sensible: Existe un antiguo refrán llanero que recoge esta realidad: “Cerradura que castañetea, es porque jierro le falta”. No por mucho alborotar se amanece más honesto.

La “familia” como parabán

Usar el honor de la “familia” como excusa para descalificar una denuncia es una vieja treta de las mafias sicilianas: “Se están metiendo con la familia”. “La familia es sagrada”. Porque el concepto integral de ella como “célula fundamental de la sociedad” le imprime un valor superlativo tan amplio que bajo su férula se ampara cualquier estropicio individual. La “familia” también la usa de perchero el hampón, del cual cuelga sus riquezas para ostentarlas, con el beneplácito de “la familia”, que se implica en el delito cuando disfruta ostensiblemente el producto del crimen, en lugar de acudir a la policía a denunciar al malandro, porque según una ley no escrita “quien le pega a “su familia” se arruina”. Eso debió decretarlo un corrupto.

En este caso, pareciera que señalar las posibles pústulas de miembros de la “casa real” – conocidos por la comunidad con el remoquete de “cebollines” – “no se puede hablar en su presencia de ningún negocio porque te lo tumban” - colectiviza como agresión a la “familia”, es decir a ese concepto etéreo de dignidad superior.

Por eso aclaro que no he leído en ninguno de los medios independientes – físicos o virtuales – ni he escuchado a los integrantes de Sutiss ni del Frente, denigrar de la familia del gobernador: Han mencionado por su nombre a dos de sus miembros y al propio gobernador y la prensa regional y nacional lo ha publicado, como es su deber: Y si el gobernador se siente agredido lo correcto es acudir a los tribunales en demanda de justicia contra sus acusadores, no contra los medios que recogen la acusación, que debe ser investigada micrométricamente por la DIM para, en el mejor de los casos, salvaguardar la reputación de los señalados.

El gobernador del estado Bolívar ha sido toda su vida un empleado público - aunque es ingeniero en sistemas, nunca ha ejercido su profesión fuera del ámbito del ejército, específicamente en Fuerte Tiuna - y sus ingresos, aunque acordes con sus cargos, han sido los de un asalariado: Jamás ha sido empresario ni comerciante ni cantante de rock ni minero ni ganadero ni rico de cuna. Al contrario es un ejemplo de superación personal, gracias a la Academia Militar, pues proviene de una familia humilde. Si acaso posee alguna riqueza y esta no concuerda con la suma histórica de sus ingresos – previa deducción de su manutención - su deber patriótico y revolucionario y nacionalista y chavista, es explicarla. Lo demás es salticos de grillos.

Matar al mensajero

Se ha convertido en un instinto de supervivencia política matar a la paloma mensajera. Los medios independientes y los periodistas y gráficos que recogen la noticia inculpadora, la evidencia del delito o la denuncia del pueblo y de los trabajadores son satanizados ante la opinión pública para destruir su credibilidad: La culpa es de la estaca si el ladrón salta y se ensarta. Este inmundo caso de la venta de cabillas con sobreprecio es una lesión al bolsillo del pueblo que debe ser castigada con todo el peso de la ley. Caiga quien caiga. Y ese “quien caiga” no se llama precisamente Luís Velásquez. Y el deseo nacional es que se devele el nombre de los delincuentes, porque ya de “chinitos de Recadi” estamos hasta la coronilla.

Rafael Marrón González
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19 de junio de 2011

EL GUISO DE LA CABILLA Y LA BODA DEL SIGLO

¡Tremendo descubrimiento de las agencias de seguridad del gobierno!: ¡¡Robo al pueblo con la cabilla de Sidor!! ¡No puede ser! ¿Cómo es posible? ¿Quién lo iba a creer? He sostenido que si Chávez no sabe, pues no sirve. Y punto. Porque no es posible admitir que el gobierno sea el único que desconocía el guiso de la cabilla en Guayana. Todo el mundo en esta ciudad sabía el robo descarado que se estaba cometiendo con la cabilla de Sidor. Menos las autoridades ¿competenes?

Hace más de dos años denuncié - con nombre y apellido – por mi programa radial, las actuaciones delictivas del Luís Velásquez Rosas, sobrino del exgobernador de Anzoátegui, Aléxis Rosas – mecenas de Rodolfo Sánz - , y, según sostenía, ahijado del exvicepresidente Ramón Carrizales y vecino de Francisco Rangel Gómez en los penjaus del Loffling – “soy amigo de Luís Velásquez y lo sigo siendo” - y curruña del hijo, que, según se rumorea, está hasta los tequeteques en el merequetén.

Ese sujeto llegó a Sidor en 2002 como “analista junior en el departamento de logística y transporte” y cuando lo botaron en 2004 le dieron 2.093, Bsf de liquidación, y, luego de trastabillar del timbo al tambo, lo encontramos ocupando posiciones de altísimo nivel, clave para el negoción – de ser “un águila para los negocios”, solían catalogarlo los cómplices por omisión - que lo llevó a escenificar la boda más suntuosa del siglo en Guayana – apenas tres años después de haber salido de Sidor con brevísimos dos millones de bolívares viejos en los bolsillos - sarao que concedió estatus de “selectos” a los invitados, que temblaban de emoción por estar presentes en el suntuoso derroche de reales robados.

Un poco de moral no les vendría mal a quienes se autodesignan como alta sociedad - ¿de cómplices?, ¿cuántos participaron en este delito? - en esta ciudad de beneficiarios mendicantes de las empresas básicas. Pero, además, entre otras obscenas disposiciones millonarias, compró un apartamento en Valencia valorado en un millón de bolívares fuertes y un terreno en la urbanización Los Altos de Puerto Ordaz por alrededor de 200 mil dólares. Ni Mandrake el mago. Pero ni al gobierno ni a los directivos de Sidor ni a sus compañeros de partido ni a los exegetas radiales del régimen les pegaba el tufo a goma quemada.

En aquella ocasión llegué a indicar el lugar en El Tigre donde depositaban la cabilla – un terreno – supuestamente - perteneciente a un banco regional, cuyos dueños son originarios del Magreb, para ser comercializada con sobreprecio. Y también denuncié el caso de una gabarra de cabillas con destino a Guyana que fue detenida por la Policía del estado Bolívar, en el preciso momento en el cual entregaban los reales a un alto empleado del departamento de comercialización - ¿o de finanzas? - de Sidor, que logró darse a la fuga, en una sola carrera, perdido todo glamour, pero fue seguido hasta la urbanización Loma Linda de Puerto Ordaz, donde una comisión de corruptos esperaba a los funcionarios para convencerlos de dejar las cosas así, bajándose de la mula – me cuentan, a mí no me consta - con varios – bastantes - millones de Bsf. Y la fiesta continuó.

Nada ocurrió, nadie se dio por enterado, hasta que Chávez, por que no hay cabillas para su plan electoral viviendístico, diera la orden de “descubrir” el patuque, porque si Chávez no declara ladrón al ladrón – o asesino al asesino - este seguirá siendo honrado. Ese es el premio a la incondicionalidad. Sostengo que solamente un ladrón - o un inepto que no esté preparado para el cargo que ocupa - puede ser incondicional. Pero en el chavismo – como lo expresó Aristóbulo Istúriz – la incondicionalidad es un valor ascensional y la impunidad es la recompensa a la indignidad de arrastrarse.

El gobierno no sabía pero tenía un informe

Este sujeto, Luís Velásquez, actuó a sus anchas y sin disimulo durante tanto tiempo que se convirtió en normal la ostentación personal y familiar de su enriquecimiento suntuario, lo que evidencia que tenia un apoyo superior – que debe ser revelado, porque este idiota inescrupuloso no es “cabecilla” de nada y hasta ahora lo que ha caído es puro pendejo - que le garantizaba la impunidad, que es el valor sustantivo que este gobierno concede a sus incondicionales.

Por eso hay colas para inscribirse en el PSUV – partido del que Luís Velásquez era directivo, precisamente en el área de finanzas. Y cómo serán de poderosos estos cabecillas en las sombras que Miguel Álvarez, presidente ejecutivo de Sidor para 2010, no lo pudo tocar, a pesar de tener pruebas de manejos irregulares en planta de pellas y con el desvió de miles de toneladas de cabillas – los ladrones cobraban 40 mil Bsf por cada gandola - y contar con un informe – engavetado, por supuesto - fechado en 2008, el cual refleja la podredumbre que se producía en Sidor.

¿Cuánta plata se robó esta mafia y cuánto daño patrimonial les hizo a los venezolanos con el sobreprecio de la cabilla durante estos tres años transcurridos desde el informe? ¿Saben ustedes cómo recuperaban los ferreteros su inversión en la compra del producto, es decir como jodían al pueblo para no perder sus reales? Sencillamente, por ejemplo, si la cabillas estriadas de 1/2 x 6mts costaba 12,76 se cobraba adicionalmente 19,38 por “carga y manejo” con lo que el producto terminaba costando 32,14. Y ya.

En las narices de este gobierno, cuyas ejecutorias nos siguen revelando, y desde sus inicios, que no sirve. El caso de las cabillas de Sidor y el de pudreval, son apenas detallitos de la astronómica corrupción de este gobierno, cuyo lema es “ahora la melaza está en nuestro potrero y es para nosotros”.

Surgir de la nada

“Surgir de la nada” es una expresión que se refiere al ascenso que produce el trabajo, el estudio y la responsabilidad, no se refiere a un acto de magia, que como sabemos no existe, es un truco para engañar. Pasar de ser un modesto empleado de una trasnacional a potentado Rico Mac Pato en lo que espabila un cura loco, emite un insoportable olor a caucho quemado que es imposible que no haya afectado las narices de los ejecutivos de Sidor y de la plantilla de seguridad de la empresa y del Seniat y de las alcabalas - por las que pasaba una gandola con una guía de carga para Ferresidor en Caracas y llegaba felizmente a Cúcuta: Gandolas transparentes – lo que señala que la cadena de complicidad – hacia arriba y hacia abajo, interna y externa – es inmensa, Lo que sucedería en un gobierno y sociedad decentes, es que si un tipo “surge de la nada”, en el sentido mágico, se proceda a investigarlo.

Quien supo y no actuó es cómplice

La denuncia formal ante la DIM la realizaron unos trabajadores de Sidor, el 8 de junio de 2011, evidencia de su actuación por orden superior, porque así son – aunque anterior a esta formalidad hubo unos tímidos y pundonorosos intentos de develar el saqueo de esta banda delictiva con ramificaciones en toda la sociedad.

La realidad es que desde hace años se viene alertando al gobierno, desde diferentes tribunas de la opinión pública, sobre el fastuoso modo de vida este imberbe – limpio de solemnidad de origen y destino – implicado, en noviembre de 2010, en la desaparición de 12 gandolas cargadas de cabillas que debían ser entregadas a los consejos comunales. Todo el chavismo regional – sobre todo su dirigencia, y exceptuando, por supuesto, al pobre pueblo esperanzado – es cómplice, de este escandaloso robo al pueblo venezolano. Hideputa habemus, Sancho.

Lamentablemente, la verdad detrás de la denuncia de los revolucionarios es que una fracción chavista, enemiga de Rangel Gómez – que se desespera por las cuotas de poder y las parcelas de enriquecimiento – está pescando en río revuelto con la esperanza puesta en que Chávez vuelque sus ojos hacia ellos y los bañe con el manto de la impunidad.

En conclusión

Coincidencialmente, mientras ocurre este desastre de violencia, corrupción y muerte en Guayana – y apagones nacionales y restricción del servicio eléctrico - Chávez se está operando de no sé qué en Cuba, excusa para no asumir su barranco. Como siempre. El propio mono sabio: No sabe, no fue ni estaba aquí. Para eso tiene “chinitos de Recadi” como Luís Velásquez – y desechables como Elías Jaua - para que paguen el pato.
Rafael Marrón González
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11 de junio de 2011

¿QUÉ SIGNIFICA “NO HABRÁ CACERÍA DE BRUJAS”?

Antonio Ledezma es un funcionario público profesional, exitoso, ha sido diputado, gobernador del Distrito Federal, Acalde del Municipio Libertador y ahora Alcalde Mayor, aunque con sus funciones disminuidas por la vocación dictatorial de Chávez, que suele pasarse por sus caprichos legislaciones y tradiciones aunque la tierra se hunda, pero ni aun así ha podido derrotar la calidad gerencial de Ledezma, quien lo ha abofeteado – y a su pueril e ineficiente equipo de gobierno – con la voluntad de servicio y amplitud de miras.

Ledezma aspira la candidatura presidencial, y si alguien tiene condiciones – sin desmerecer a ninguno, aunque coincido con Ramos Allup con que no queremos un “candidato fofo, elusivo, endeble – al que le hayan comido los testículos los ratones, añado - sino un candidato recio que lo rete (a Chávez), que lo encare, que lo confronte abiertamente, que denuncie las barbaridades de este gobierno y proponga soluciones verdaderas” – es este adeco de formación que no vaciló en montar tienda aparte en lo que empezaron las lluvias que trajeron estos barriales ineficientes y corrompidos.

En una entrevista – entre otras reflexiones – Ledezma aseguró que “aquí no habrá cacería de brujas”, y en ese punto quisiera extenderme: ¿Qué significa en la voz de un avezado político como Antonio Ledesma esa afirmación? ¿Qué habrá impunidad para ladrones, traficantes y traidores o que no se perseguirá a nadie por el solo hecho de ser chavista, como hace Chávez con todo quien no lo sea? Pregunto, porque una cosa es trabajar por la paz y la reconciliación nacional, alteradas por esta estridente destrucción de la identidad nacional y del orden republicano para cubanizar al país, dividiendo a los venezolanos entre patriotas – nosotros – y piticubanos, y otra continuar con la estúpida práctica de perdonar crímenes – como hicieron los adecos con los asesinos del gobierno de Pérez Jiménez - que ha permitido que los errores se repitan incesantemente en esta América Latina que ni es América – sino Colombia - ni es latina – sino ibérica.

Argentina y Chile han demostrado que perdonar crímenes es nefasto para la paz y la reconciliación nacional. Por ello arriaron la bandera del perdón y enjuiciaron y enjuician a todos los criminales y ladrones como Videla y Pinochet. Esta nación, para enrumbarse por el camino del progreso, la paz y la reconciliación nacional, debe pasar por una seria investigación sobre las actuaciones de este equipo gobernante - aunque sabemos que el tal “equipo” es la santa voluntad de un solo hombre, la responsabilidad es individual, allá los que no lo sepan - sobre el manejo de las finanzas públicas y su despilfarro en compras de solidaridades internacionales y financiamiento de candidaturas cómplices, la destrucción de PDVSA y de las empresas de Guayana, la adquisición exagerada, por corrupción, de alimentos perecederos o vencidos – el caso Pudreval es la punta del iceberg - la inducción a la quiebra del aparato productivo nacional para privilegiar al empresariado capitalista extranjero, las confiscaciones disfrazadas de expropiaciones, la intromisión de gobiernos extranjeros en los asuntos nacionales – uno de los cargos contra Carlos Andrés Pérez fue que se descubrió que su secretaria privada era colombiana, imagínense lo de Chávez con los cubanos – entre muchas averiguaciones sobre familias e individualidades asquerosamente afortunadas de la noche a la mañana y la utilización del sistema judicial para penalizar la disidencia o la oposición.

Y, aparte pero como materia de Estado los casos de narcotráfico y relaciones con las FARC, ETA y otras organizaciones terroristas internacionales, lo cual hay que investigar exhaustivamente por el bien general de la nación y la pulcritud de su imagen internacional.

Hay que develar al ladrón

“Fuerza, fuerza” dijo Chávez al ministro de la Presidencia, Antonio Palocci, a su llegada al Palacio Presidencial en Brasilia, que está acusado de haber incrementado su patrimonio – al mejor estilo kirchneriano - 20 veces, durante los últimos 4 años. Como un “lapsus diplomático” lo consideró la prensa, sin embargo tengo mis reservas: Está tan acostumbrado a dejar pasar denuncias de corrupción a cambio de fidelidad incondicional, que “se le salió” lo que acostumbra aconsejar a sus acólitos acusados por la oposición.

Pues, como en Brasil con este corrupto, un nuevo gobierno debe comenzar por un operativo de rastreo de cuentas bancarias nacionales e internacionales – legitimación de capitales es el delito – con la finalidad de llevar a tribunales a presentar recaudos sobre el origen de sus fortunas y castigar con todo el peso de la ley a quienes se han enriquecido con el dinero de todos los venezolanos.

Aquí se ha hecho costumbre el sistema contralor del gato, le echan tierra a la podredumbre del que pasó para que el que venga le eche tierrita a la del que está. En una obscena sucesión de impunidad que permite que conspicuos ladrones del erario continúen tan campantes aspirando nuevos cargos de la administración pública. Y que se muera un señor, hijo de humildes labriegos con males de fortuna, cuyo salario fue siempre el de funcionario público – que jamás fue mucho que digamos - y al morir deje una herencia en dólares imperiales que envida Bill Gates.

Y en similitud hay herederos que ostentan el privilegio de ser ricos de cuna, pues su padre fue ladrón como lo fue también el abuelo. Y es tal la pérdida de la moral pública, derivada de la impunidad con la corrupción oficial, que a nadie importa la evidencia del enriquecimiento ilícito y se escriben luengos panegíricos laudatorios sobre la honestidad del difunto señor ladrón.

La reconciliación pasa por la justicia

Los tiempos son ideales para dar comienzo al rescate de la moral pública por la imposición social de la honestidad. En este tierrero conceptual en el que Chávez ha convertido a Venezuela, ser ladrón es una vaina exquisita y el resultado de la honestidad es anatomizado, así me lo confirmó una persona refiriéndose a cierto ex gobernador en difícil situación económica: - Si Fulano está limpio es un güevón. Y pasa la gente honesta su vida trabajando para vivir modestamente cómodo, y debe sufrir la afrenta de ser comparado, hasta por su familia, con el enriquecimiento de imbéciles sub humanos cuya inescrupulosidad los colocó en la administración pública y se dedicaron a robar.

Porque el sudor opaca el brillo inmanente del trabajo honesto destacando la ostentación del lujo procaz del ladrón. Y la cosa ha llegado al colmo brutal de la obtención de la medalla al mérito al trabajo mediante el pago de cierta suma a la mafia encargada de listar a los merecedores, lo que ha denigrado ese reconocimiento. Y es esa perversión a la que llevan los sucesivos “aquí no habrá cacería de brujas”, pues debe haberla. Hay que abrir la necesaria temporada de caza de ladrones, que deben recibir el desprecio público como pena accesoria.

Porque esa aplicación de la justicia es la que enaltecerá el trabajo digno, motivo de orgullo y reconocimiento, para que quienes suelen deslumbrarse con el oropel de lo mal habido, entiendan, hasta en carne viva, que la única vía para la riqueza es el trabajo, el estudio y la responsabilidad. Y es a través de esa fase necesaria, en la que impere la ley, como llegaremos a la auténtica reconciliación nacional, no con perdones alcahuetas ni olvidos del pasado.

En conclusión

Son muchas las decisiones fuertes que debe tomar un nuevo gobierno – si la lucidez se impone sobre la estupidez – pero la más severa debe ser la concerniente a la moral pública y por lo tanto “todo funcionario público, a quien se le convenciere en juicio sumario de haber malversado o tomado para sí de los fondos públicos…” será penado con la sanción que la ley estipule.

Y, además, dada la situación de las finanzas públicas es imperativo revertir a la nación los fondos robados, cualquiera sea su monto, y aquellos depositados en bancos extranjeros en países como Cuba, Nicaragua, Bielorrusia, Libia, Irán, Bolivia, Ecuador, islas caribeñas y en los Estados Unidos. Esa suma puede determinarse restando a lo percibido por venta de petróleo y por la recaudación impositiva, todo lo gastado por este gobierno, y los sorprenderá el faltante.

Buscar ese dinero amerita una eficaz “cacería de brujas”. Si quien gane la presidencia no aprovecha esa oportunidad para develar al pueblo, con pruebas y los juicios correspondientes, la verdad sobre este gobierno, será un cómplice más de la destrucción de la nación, pues volverán, por lo tanto hay que hacer todo lo que esté al alcance de la ley para impedir que vuelvan. A “cazar brujas” se ha dicho, que es temporada.

Rafael Marrón González

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4 de junio de 2011

¿Qué presidencia será esa?

Que Chávez se va el 2012 está escrito por la voz mayoritaria del pueblo. Sin embargo, y sin querer ser pesimista sino que en guerra avisada no entran moscas, cuando observo a los precandidatos de la oposición oficial disputándose la candidatura presidencial, como si estuviéramos en la normalidad de una transición democrática, me pregunto ¿a qué presidencia se referirán?

Porque lo que vemos los opositores de a pie es un Estado con toda su institucionalidad formal desmontada, sustituida por un voluntarismo personalista militarizado, tejido por una urdimbre de complicidades ideológicas, de cuotas de poder, de violencia y de corrupción, con la Constitución reducida a cita social, los demás poderes públicos comprometidos con la destrucción del sistema republicano, pero tenga usted la seguridad de que sí funcionará la separación de poderes para una nueva presidencia.

La producción petrolera futura ya vendida y cobrada, PDVSA endeudada en $35MM, una deuda pública de colosales proporciones - 35% del PIB, $114.7 millardos para 2011 - la Fuerza Armada exhausta y un importante fracción del pueblo delirante por las dádivas irresponsables del Estado, que no presagia nada bueno para una presidencia de oposición a este desastre gubernamental protagonizado por Chávez y solo por Chávez, que además ostenta la jefatura suprema de un aparato paramilitar – que así lo define - dispuesto a agujerear a balazos al Morocoyma – y hasta la Divina Pastora - que se le atraviese, tal su dimensión criminal pivotada en la más asquerosa impunidad, sin meter los cien mil milicianos cubanos que infaman “el sagrado suelo de la patria”.

Recuerdo el caso del presidente argentino Fernando de la Rua que también creyó que podía enfrentar la estructura viciosa del peronismo con unas simples órdenes de desocupación y unos cuantos ajustes económicos. A los dos años y diez días se vio obligado a renunciar a las puertas de una guerra civil, tan grave era el escenario que para cubrir la vacante se necesitaron tres presidentes, dos de los cuales duraron nueve días entre ambos. Y al final volvió el peronismo por lo suyo y allí está disolviendo a Argentina en la miseria.

La tarea no es jojoto en dulce

No existe una sola instancia de poder en Venezuela que no esté minuciosamente penetrada por esta infección comunista, que en trece años ha tenido suficiente tiempo para eliminar de la administración pública todo vestigio de eficiencia e independencia.

Por ello es tan importante que gobernaciones y alcaldías que han sido depuradas sigan en manos de la oposición – además de ganar las que se puedan – así como los diputados electos tienen que mantenerse en la Asamblea, porque serán instancias determinantes para el éxito del nuevo gobierno.

Sabido es – alacrán no se domestica – que Chávez en la oposición intentará, por todos los medios y dólares a su alcance, desestabilizar al nuevo gobierno para propiciar su debacle en medio de la ruina de la nación, lo que le importa muy poco, pues su único objetivo en la vida es preservar el poder.

El escenario es desolador

Lo cierto es que, ante este escenario, el consenso debería privar como lucidez y coherencia, tomando en cuenta que hay muchos candidatos que pueden esperar tiempos más cómodos, porque estos requieren de un hombre inteligente y civilizado, pero con la reciedumbre de unos testículos bien puestos, que aproveche de inmediato la poderosa fuerza de ese caudal de votos para devolver a los militares a sus cuarteles, restituir la vigencia de la Constitución y el Estado de derechos y ejercer el imperio de la ley para reducir a los violentos y juzgar a los corruptos y traidores sin que le tiemble el pulso.

En conclusión

Quisiera creer que los aspirantes a la candidatura para el 2012, están conscientes de la realidad que debe afrontar el próximo presidente en esta traumática transición y en consecuencia estar dispuestos a firmar un pacto de gobernabilidad, con un programa común, para esta nueva gesta de independencia por la dignidad de la patria mancillada. Lo contrario es suicida.
Rafael Marrón González
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