Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

4 de junio de 2011

¿Qué presidencia será esa?

Que Chávez se va el 2012 está escrito por la voz mayoritaria del pueblo. Sin embargo, y sin querer ser pesimista sino que en guerra avisada no entran moscas, cuando observo a los precandidatos de la oposición oficial disputándose la candidatura presidencial, como si estuviéramos en la normalidad de una transición democrática, me pregunto ¿a qué presidencia se referirán?

Porque lo que vemos los opositores de a pie es un Estado con toda su institucionalidad formal desmontada, sustituida por un voluntarismo personalista militarizado, tejido por una urdimbre de complicidades ideológicas, de cuotas de poder, de violencia y de corrupción, con la Constitución reducida a cita social, los demás poderes públicos comprometidos con la destrucción del sistema republicano, pero tenga usted la seguridad de que sí funcionará la separación de poderes para una nueva presidencia.

La producción petrolera futura ya vendida y cobrada, PDVSA endeudada en $35MM, una deuda pública de colosales proporciones - 35% del PIB, $114.7 millardos para 2011 - la Fuerza Armada exhausta y un importante fracción del pueblo delirante por las dádivas irresponsables del Estado, que no presagia nada bueno para una presidencia de oposición a este desastre gubernamental protagonizado por Chávez y solo por Chávez, que además ostenta la jefatura suprema de un aparato paramilitar – que así lo define - dispuesto a agujerear a balazos al Morocoyma – y hasta la Divina Pastora - que se le atraviese, tal su dimensión criminal pivotada en la más asquerosa impunidad, sin meter los cien mil milicianos cubanos que infaman “el sagrado suelo de la patria”.

Recuerdo el caso del presidente argentino Fernando de la Rua que también creyó que podía enfrentar la estructura viciosa del peronismo con unas simples órdenes de desocupación y unos cuantos ajustes económicos. A los dos años y diez días se vio obligado a renunciar a las puertas de una guerra civil, tan grave era el escenario que para cubrir la vacante se necesitaron tres presidentes, dos de los cuales duraron nueve días entre ambos. Y al final volvió el peronismo por lo suyo y allí está disolviendo a Argentina en la miseria.

La tarea no es jojoto en dulce

No existe una sola instancia de poder en Venezuela que no esté minuciosamente penetrada por esta infección comunista, que en trece años ha tenido suficiente tiempo para eliminar de la administración pública todo vestigio de eficiencia e independencia.

Por ello es tan importante que gobernaciones y alcaldías que han sido depuradas sigan en manos de la oposición – además de ganar las que se puedan – así como los diputados electos tienen que mantenerse en la Asamblea, porque serán instancias determinantes para el éxito del nuevo gobierno.

Sabido es – alacrán no se domestica – que Chávez en la oposición intentará, por todos los medios y dólares a su alcance, desestabilizar al nuevo gobierno para propiciar su debacle en medio de la ruina de la nación, lo que le importa muy poco, pues su único objetivo en la vida es preservar el poder.

El escenario es desolador

Lo cierto es que, ante este escenario, el consenso debería privar como lucidez y coherencia, tomando en cuenta que hay muchos candidatos que pueden esperar tiempos más cómodos, porque estos requieren de un hombre inteligente y civilizado, pero con la reciedumbre de unos testículos bien puestos, que aproveche de inmediato la poderosa fuerza de ese caudal de votos para devolver a los militares a sus cuarteles, restituir la vigencia de la Constitución y el Estado de derechos y ejercer el imperio de la ley para reducir a los violentos y juzgar a los corruptos y traidores sin que le tiemble el pulso.

En conclusión

Quisiera creer que los aspirantes a la candidatura para el 2012, están conscientes de la realidad que debe afrontar el próximo presidente en esta traumática transición y en consecuencia estar dispuestos a firmar un pacto de gobernabilidad, con un programa común, para esta nueva gesta de independencia por la dignidad de la patria mancillada. Lo contrario es suicida.
Rafael Marrón González

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