Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

25 de marzo de 2012

SALTO ANGEL

Otra historia sobre el descubridor del Salto Ángel “Ernesto Sánchez La Cruz”

En múltiples ocasiones he pedido a toda autoridad con incidencia en la materia, que se reconozca oficialmente el descubrimiento del llamada Salto Ángel a su verdadero descubridor, el teniente de la marina de guerra Ernesto Sánchez La Cruz, que en 1910 fue el primer explorador que vio el prodigio y lo incluyó en un croquis de la región, así lo atestiguó en 1955 el conde Antonio Cattaneo Quirín, que se desempeñó como Inspector General de las Fronteras Orientales y Meridionales del Estado Bolívar con la Guayana Inglesa y Brasil, cargo que ocupa de 1914 a 1921, llevando a cabo una revisión completa de la línea fronteriza, desalojando colonias extranjeras ilegales instaladas en la Gran Sabana, y participando, posteriormente, con Lucas Fernández-Peña en la fundación de Santa Elena de Uairén, en 1927, y quien afirmó haber visto el mapa de Sánchez La Cruz en la Casa Blohm de Ciudad Bolívar.

Pero el estadounidense Jimmy Ángel tuvo acceso a los noticieros internacionales y su protagonismo prevaleció. Reclamo que una placa con el nombre de Ernesto Sánchez La Cruz se coloque en la cima del Auyan-tepui como muestra de reconocimiento al auténtico descubridor del Salto más alto del mundo.

¿Cómo llegó al Salto?

Según el autor Pedro Paredes, a Sánchez La Cruz se le había encomendado la tarea de determinar los límites del área de Canaima. Recorriendo la zona, Sánchez La Cruz se separa luego de la expedición, con el objeto de buscar diamantes, por lo que logra establecer contacto con los pobladores aborígenes de la etnia Pemón, quienes le alertan de la existencia en la zona de una enorme caída de agua.

Estos indígenas llevan a Sánchez La Cruz hasta el sitio en el que estaba ubicado el salto al que llamaban "Kerepakupai Meru" que en su lengua significa "salto del lugar más profundo". Al regresar dicha expedición a Ciudad Bolívar, Ernesto Sánchez La Cruz hizo entrega de estos importantes registros y de un croquis a un ciudadano de origen alemán, de apellido Kuhn, dueño de la casa Blohm, quien a su vez procedió a guardarlo en una caja fuerte de su propiedad.

Sánchez La Cruz, apenas divulgó su descubrimiento a muy pocas amistades y comunicadores sociales de Ciudad Bolívar, y jamás se preocupó por dar a conocer este histórico hallazgo, hasta que, mucho tiempo después, el señor Cattaneo Quintín, en el año de 1955, le solicitó información acerca de esta zona explorada al alemán Kuhn, el cual le proporcionó el croquis elaborado por Sánchez La Cruz.

Luego de Sánchez La Cruz estuvieron otras expediciones

En 1927, los españoles Félix Cardona Puig y Joan Mundó Freixas organizaron una expedición en busca de oro y de las cabeceras del Caroní. Por referencia de los indígenas de la región, los aventureros se desviaron en la desembocadura del río Carrao, a través del cual llegaron al río Churún para finalmente alcanzar la base del Auyantepuy y divisar el gran salto de agua que más tarde se conocería como Salto Angel.

En el diario "El Universal", Mundó Freixas publica en 1928 una serie de reportajes en los cuales narra cómo avanzaron hacia el salto en cuya base acamparon algún tiempo debido a la falta de abastecimientos. En 1965, Félix Cardona Puig, en una carta dirigida a Guillermo Jose Schael, columnista en ese entonces de "El Universal" afirmó que "en 1927, Juan Mundó, su hijo y yo, exploramos las cuestas del Auyantepui durante más de tres meses, e intentamos subirlo sin éxito..." Como mencionamos más arriba, en 1937 Cardona Puig había sobrevolado el salto junto a Jimmy y se lo había mostrado ya que lo conocía.

Jimmy le propuso a Puig aterrizar en la cima del Auyantepuy pero a Puig no le agradó la idea. Meses más tarde Jimmy aterrizaría en esa cima. Existe evidencia de que en los tiempos de la explotación del "balatá" o caucho en la zona, algunos expedicionarios venezolanos estuvieron en el lugar aunque estos hechos no se encuentran del todo documentados. Entre estos venezolanos se mencionan a José Berti, a Simón Moreno, a un general de apellido Salas, a Cayetano García y otros.

Un hijo de Ernesto Sánchez La Cruz nos cuenta la historia

"Siendo el único hijo varón que aún vive, de Ernesto Sánchez La Cruz con la Sra. Laura B. de Sánchez, aseguro que Ernesto Sánchez La Cruz fue el primer hombre blanco que caminando inmerso en la selva venezolana, descubrió el Churun-Merú. Ernesto Sánchez La Cruz nació en Jajó, estado Trujillo, en el año de 1883, hijo de Fernanda La Cruz González y el Capitán de Navío Pedro José Sánchez Wilson.

Gracias a los manuscritos que me dejo mi padre, poseo una amplia y concreta referencia de su descubrimiento, a demás de un legado hermoso de toda su vida familiar, discidencias políticas, su vida en la Armada y prisión militar, exploraciones y aventuras en la selva de Guayana Estado Bolívar, su libertad condicional y regreso a la selva, su enfermedad y recuperación en los llanos venezolanos y sus vivencias en la capital hasta su muerte.

Por circunstancias políticas y motivos de salud, debido a la caída del Gobierno de Juan Vicente Gómez, regresa a Caracas con mi madre y su familia para instalarse en casa de su hermana y su tía, con quienes se desarrolló nuestra niñez y adolescencia. Debido a la fatalidad, falta de recursos y el temor por la situación política que se vivía en aquellos tiempos, los conocedores de su verdad no pudieron ayudarle a dilucidar la controversia generada por su descubrimiento.

En las décadas subsiguientes, nuevos acontecimientos políticos han ensombrecido a quienes han tratado de resurgir esta verdad inobjetable. La historia a través de textos, revistas, diarios y artículos se ha encargado de mostrar al mundo la interesante verdad sobre el descubridor del hoy llamado Salto Ángel, en honor a James Crawford Angel "Jimmy Angel", su redescubridor. Paradójicamente, publicaciones hechas en el exterior, reconocen al ex marino venezolano como el primer hombre blanco en quien recayó el honor de ese magno descubrimiento.

Ernesto Sánchez La Cruz, no sólo descubrió la catarata más alta del mundo, sino que hizo otros descubrimientos. Se internó en la selva para explotar caucho (balatá), sarrapia y oro, a demás de servir como guía explorador a diferentes expediciones. Para el momento en que divisa la "Pluma de agua que caía desde el cielo, la cual sobrecogía el alma" (como él la definió en sus relatos), realizo un croquis detallado del Salto, haciendo entrega de éste y notificando el hallazgo, al Gerente de la Casa Blohm de Ciudad Bolívar para finales del año 1910.

Este gerente a su vez, notificó a la autoridad respectiva (director de Fronteras de la época), quien se trasladó un año después a la Casa Blohm a ver el croquis y conocer el Salto. Por publicaciones escritas en diferentes medios, así como referencias de mis hermanos y algunos de sus nietos de Maracay, incluyendo episodios que nos narró y describió mi padre, él logró llegar al pie del salto por tierra, luego de una larga travesía con los indígenas del lugar. Parte de esta historia, se encuentra en manuscritos, de los cuales extraje los aspectos más interesantes de sus exploraciones y descubrimientos".

La historia de Jimmy Angel

Se inicia cuando un filibustero de apellido Mc Graken le ofreció 5.000 dólares a Jimmy para que lo llevara en su avioneta a cierta meseta en la Gran Sabana venezolana, indicada en un misterioso mapa, que pudo ser el desaparecido de Sánchez La Cruz, donde cerca de un río recogió un tesoro de 35 kilos de oro. El propio Ángel asegura que años después se encontró con Mc Graken que le preguntó si se había hecho rico con la información que él le había suministrado, avivando la codicia del despistado aviador que entre 1930 y 1935 realizó 3 ó 4 expediciones aéreas buscando el lugar donde había aterrizado años atrás y en el último de esto vuelos divisó el salto que estimó entonces en unos 500 metros, pero absorto en la búsqueda de su "río de oro", no le concedió mayor importancia, pero se lo refirió a su amigo el ingeniero venezolano Gustavo Heni quien le aupó a darlo a conocer en su país, y por lo tanto en el mundo, bautizándolo con su apellido.

El 9 de octubre de 1937, Gustavo Heni, Gustavo Delgado, Marie Ángel, y Jimmy deciden visitar el Auyan-tepui pero la avioneta modelo Flamingo, bautizada "Río Caroní", y con las siglas "NC-9487", quedó atrapada en el lodo de la meseta, y los integrantes de la expedición tuvieron que regresar a pie, pero portando las fotografías documentales que probaban la existencia del prodigio de la naturaleza que fue confirmado como el más alto del mundo en el mes de mayo del año 1949 por la National Geographic Society. El avión fue rescatado en febrero de 1970, por las Fuerzas Aéreas Venezolanas, y una vez restaurado y construida una réplica para el Museo Nacional de la Aviación, fue instalado, en 1974, en un parque en el Aeropuerto de Ciudad Bolívar.

Es Kerepacu-pai Meru...

Esta magnífica caída libre de agua de 979 metros de altura (aunque, el médico Wilmer Pérez y el físico Luis Aulestrá, que establecieron un récord mundial al subir y bajar a rappel el Salto, insisten en que tiene 1.003 metros de altura) que del Auyantepui se desprende para colocarse como el primer salto del mundo, situado entre los 63º 26´49" de longitud Greenwich y los 5º 40´53" de latitud norte, lleva como verdadero nombre indígena Kerepaku-pai Meru, según lo aseguran autoridades científicas como Félix Cardona Puig, Gustavo Maggi Calcaño, Antonio Luis Cárdenas y el sabio Alfredo Jahn, además de Roberto A. Marrero y Aldemaro Romero Díaz, quienes, luego de minuciosos análisis geográficos han comprobado que el río Churún forma una cascada menor "a unos 9 ó 10 kilómetros al suroeste del Salto Ángel", y que el río que forma el Salto es el Kerepacúpai, y por lo tanto el salto debe llamarse Kerepacú-pai Merú. Realmente el Churun Merú existe pero es un salto que está ubicado al final del "Cañón del Diablo" y es uno de los 20 saltos más altos del mundo con unos 400 mts.

"Y allá sobre aquel fondo de cirros, se afirmaba la capital de las formas: una increíble catedral gótica, de una milla de alto, con sus dos torres, su nave su ábside y sus arbotantes, montada sobre un peñón cónico hecho de una materia extraña, con sombrías irisaciones de hulla. Los campanarios eran barridos por nieblas espesas que se atorbellinaban al ser rotas por los filos del granito. En las proporciones de esas formas rematadas por vertiginosas terrazas, flanqueadas con tuberías de órgano, había algo tan fuera de lo real -morada de dioses, tronos y graderíos destinados a la celebración de algún Juicio Final- que el ánimo, pasmado, no buscaba la menor interpretación de aquella desconcertante arquitectura telúrica, aceptando sin razonar su belleza vertical e inexorable. El sol, ahora, ponía reflejos de mercurio sobre el imposible templo más colgado del cielo que encajado en la tierra". Así describió la magnifica forma del Salto más salto del mundo, el escritor cubano, de origen francés, Alejo Carpentier, en su obra Los Pasos Perdidos.

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