Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

31 de enero de 2012

¿MAMÁ QUÉ SERÁ LO QUE QUIERE EL PUEBLO?

Desde hace muchos años, antes de que Chávez fuera ¡¡¡¡Huhá!!!!, y se dedicara a servir los güisquis de Carlos Andrés en el Círculo Militar y a organizar fiestas patronales en Elorza, converso con la llamada “gente del pueblo”, que es la gente humilde, sencilla, sin dobleces, que si te quiere, te quiere con todo, y siente orgullo de quererte, se queda sin comer para que tú comas. Pero si no te quiere te manda muy largo al cipote sin sonrisitas ni cortesías. Si vas a dártelas de taqui ti taqui y de nariz respingada, es mejor que no vayas porque cuando se calienta no le hace caso a nadie ni a razonamientos.

Hace algún tiempo se transmitía por una emisora local un programa y que de opinión conducido por dos jóvenes locutoras de lo más de la jai, y me comentaban en un barrio de San Félix unas amigas mientras saboreábamos un mondongo pata negra: - Esas mujeres hablan como si no pisaran el suelo, profe. ¿Será que no tienen culo? Y solté la carcajada ante la imagen contrastante. Aquí la humanidad desbordada, clara como la luz del día. Allá lo rebuscado y el miriñaque. La afectación y el sifrinismo. De este lado la verdad meridiana con el corazón en la mano y la pata en el suelo.

La vida lo enseñó a sobrevivir. Y lucha simplemente por su modo de tener algo. Es que si te equivocas con la gente más sencilla es mejor que no vuelvas. Te raspa un machete en el piso y si no corres te llevas tu planazo. Para lograr su confianza hay que ser también sincero. Directo. Sin dobleces ni artificios. Franco, como no les gusta a los diplomáticos. Las vainas se dicen de frente y con cuatro letras. Porque si te descubre intereses ocultos, te fundiste.

Por eso aprendió a desconfiar de los políticos busca votos, que se encumbraron metiéndole embustes. Enamorándole las hijas y usándolo para pegar afiches. De allí fue de donde le surgió el resentimiento que capitalizó Hugo Chávez, que para su desgracia también lo defraudó, pero de peor manera, porque a los otros les costó 25 años perder su fe, y a éste en seis ya nadie daba una locha por él. Salvo uno que otro saltimbaqui oportunista. A este pueblo lo que le calienta es la indiferencia. Que le maltraten su dignidad. Que lo cojan pa´loco. No pide mucho. Solamente justicia.

Humilde justicia. Diminuta justicia. Que le entreguen lo que le toca. Que lo suyo se le respete. Que el gobierno entienda que sus necesidades son prioritarias ante cualquier otro evento que requiera inversión del dinero público. Porque le molesta sobre manera que mientras él sufre de mil problemas, el gobierno dilapide en obras suntuosas, en fiestas y en viajes o en armas y guerras asimétricas ilusorias. O en gasoductos espaciales. Y se engrincha y le crujen los dientes cuando sabe de la realamenta que ha regalado el Chávez por el mundo.

Cuando se entera de que se les regalan millones de dólares a pueblos extranjeros para ayudar damnificados, arruga el entrecejo. Porque, hay que ver la legión de damnificados permanentes que tiene Venezuela. Es que Chávez – cegado por el oportunismo de los vivianes de postín - ignora que el pueblo sabe que está tapando su inoperancia con circo y que mientras más circo le ofrezcan, sabe que hay más hambre, desempleo, pobreza y criminalidad en las calles.

¿Qué entiende el pueblo por “justicia social”?

Sin mayores disquisiciones de carácter técnico o académico, el pueblo intuye que tiene derechos, uno de ellos es a vivir con dignidad, por eso está sumamente claro con que el revés de la moneda de la pobreza no es la riqueza, como los demagogos pretender inculcarle basados en sus propias ambiciones, sino trabajo con salario ético, viviendas dignas y servicios públicos eficientes, de calidad y oportunos.

La confusión de los populistas actualmente en el poder fue creer que el pueblo definía justicia social como revolución, cuando en realidad lo que pretendía lograr, al apoyar a este movimiento pre político, era el cumplimiento por parte del estado de sus reivindicaciones sociales, para una existencia digna. El pueblo no quiere dejar de ser políticamente demócrata para ser esclavo de una dictadura comunista, por eso Chávez no se atreve a decir que lo es por la calle del medio. Tampoco quiere dejar de ser venezolano para ser cubano o chino.

Es tan simple lo que quiere el pueblo

Parece que la simplicidad de lo que el pueblo quiere produce en Chávez la sensación de no tener importancia ante la inmensa tarea que le impone ser el Magnón de las Galaxias. Tiene que ser loco un gobernante que bote el dinero de atender las necesidades del pueblo en orgías políticas internacionales y que destruya las posibilidaes de empleo y de crear riuezas en su nación para fortalecer estas vías de desarrollo hacia el progreso en países extranjeros.

En conclusión

Lo que el pueblo – no los parásitos sinvergüenzas que pululan en la charca de la demagogia - quiere es justicia sin adjetivos populistas. Que se le entregue lo que le corresponde por derecho. No quiere lo que otro se gana con su esfuerzo, no quiere robarle nada a nadie ni que le quiten a otros para darle a él ni quiere ser invasor ni ladrón, sino sencillamente seguridad jurídica, social y personal. Igualdad ante la ley (no que ésta se aplique solo a los débiles o a los adversarios), un espacio legítimo para vivir junto a su familia con dignidad – en los barrios las viviendas construidas por la gente superan en comodidad a las soluciones habitacionales del Estado - servicios públicos eficientes, oportunos y de calidad - que sus escuelas tengan buenos maestros y sus hospitales buenos médicos - empleo estable, con salario ético y oportunidad de ascender profesionalmente para lograr su movilidad social – vertical u horizontal - según el mérito y el esfuerzo personal. Nada más. ¿Es tan difícil entenderlo?

Rafael Marrón González
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21 de enero de 2012

YO NO FUI, SEÑOR JUEZ…

Dos frases “yo no fui” retratan de cuerpo entero la moral de Chávez jugando campaña adelantada: 1) - “La oposición apátrida pretende endilgarme las causas de la delincuencia”. 2) - "Ahora le quieren achacar a mi gobierno el problema de la inflación en el país”.

Obviando lo de “oposición apátrida” que denota su condición fascista, la pregunta es, en primer lugar, ¿por qué en los Estados Unidos – templo del capitalismo - la inflación 2011 fue de 3,21% - en Canadá 1,60% - y hubo deflación en Suiza, Holanda y Japón? Y en América Latina, México 3.4%, Colombia 3,7%, Chile 4,4% y Perú 4,7%, países en los cuales se practica el libre mercado, pero en la socialista, estatista y “soberana” Venezuela, la inflación, que es un impuesto perverso que solo afecta a los más pobres, cerró el 2011, oficialmente, con 27,6%.

Un escándalo, pues “inflación” significa pérdida de poder adquisitivo y Chávez, como aquellos que creen que repitiendo un mantra su situación personal mejorará, repite incesantemente que “la inflación está controlada” y lo que hace es represar los ajustes de precio inevitables, que la ciudadanía debe pagar en la realidad o no consigue el producto. Lo cierto es que ese es un discurso para débiles mentales: La delincuencia y la inflación se han exponenciado en estos nefastos trece años de politiquería, abuso y despilfarro, porque Chávez no sirve - recientemente declaró estar aprendiendo a administrar – porque ha aplicado tercamente las peores políticas económicas que pueda tomar gobierno alguno: Ni siquiera Cuba.

Y no podemos hablar de “gobierno malo” porque es tal la concentración de poder y de tal magnitud la sumisión perruna del funcionariado, que toda la culpa de este inmenso desastre recae directamente sobre sus espaldas. Chávez es el responsable directo y sin atenuantes del desborde de la delincuencia y del desastre económico y productivo del país. Si en el sector político que lo apoya, existiera el mínimo sentido de responsabilidad con el destino de la patria, no lo postularía para otra reelección, pero es tanta la codicia y la impunidad para enriquecerse que disfruta – Venezuela es el 6º país más corrupto del mundo - que prefiere sacrificar el futuro de la nación aunque esté consciente de la tremenda lesión que Chávez le ha causado. “Patria” para ellos es la consigna que traduce riqueza fácil a través del saqueo. Y “pueblo”, el rebaño sumiso por la subsistencia gratuita que le garantizará el usufructo de lo mal habido. Uh, ah, Chávez no se va. Aunque Venezuela naufrague. Ellos siempre tendrán Paris.

Y si de delincuencia hablamos…

Chávez en su perorata sin sentido, para engañar incautos, también echa la culpa del auge delictivo al capitalismo, sin detenerse a pensar que en Estados Unidos – su entrañable y odiado imperio – con una población de 313 millones de habitantes – con 40% de los hogares armados - la tasa de homicidios es de 5,2 por cada cien mil habitantes: En la Venezuela socialista y “solidaria” de Chávez, Caracas es la 4ª ciudad más violenta del mundo (97 homicidios por cada cien mil habitantes) - Ciudad Guayana ocupa el puesto 16 (69 homicidios por C/100 mil hab.) y Barquisimeto el 24 - se registra una media “de 53 asesinatos por día – 1.590 mensuales (entre ellos 100 de niños), 19.336 el año 2011: 141.487 asesinatos del 2001 al 2011 (80% por armas de fuego) - para una tasa de 67 homicidios por cada cien mil habitantes” (Observatorio Venezolano de Violencia) - cada 30 minutos mataron un venezolano durante 2011 - en un país con escasos 29 millones habitantes.

La teoría del capitalismo estimulador del crimen se cae cuando observamos que Chile y Perú tienen un solo dígito, el más bajo de una región en la cual Colombia, con una guerra interna, tiene 33 homicidios por cada 100 mil habitantes; Honduras, 82; El Salvador, 66; Guatemala, 41 (estos dos últimos por la salvaje actividad de las pandillas); Brasil, 22 y México, con un enfrentamiento armado contra el narcotráfico, 18.

Honduras y Venezuela son los países con la más alta criminalidad del continente y ambos han sido cuestionados como puentes del narcotráfico – “60% de la cocaína colombiana pasa por el Cartel del Sol y sus filiales de Venezuela” - y aunque Chávez reniegue, en los barrios se sabe que la droga es el principal instigador de la criminalidad que nos agobia, y también se sabe que la droga corre como río por conuco por las calles de Venezuela y con chapeo del bueno. Y también se sabe que el narcotráfico recluta legión de jóvenes para la distribución al detal y que es la lucha por la defensa de los territorios “comerciales” lo que ocasiona esa mortandad que Chávez achaca al capitalismo, cuando es su ridículo socialismo el que ha creado las condiciones para el florecimiento de esa ilicitud que absorbe mano de obra ociosa, provocada por sus expropiaciones arbitrarias y la aniquilación del aparato productivo, para solaz del mago Eljuri y sus cifras oníricas de desempleo.

En conclusión

Estas dos “I” pautan el estruendoso fracaso de Chávez - Inflación – Inseguridad – pero sus arcaicos desvaríos revolucionarios, estructurados sobre los sortarios precios petroleros y el pragmatismo gringo, han conducido al país a una situación de dependencia - con pérdida hasta de la soberanía alimentaria. Por ello los venezolanos tenemos el deber de considerar a Chávez como un peligro para la salud de la República, con el precedente histórico de Fidel para Cuba. Y este si es verdad que no es un asunto de chavistas y no chavistas, sino una preocupación para todos los venezolanos con conciencia de patria. Chávez vete ya.

Rafal Marrón González


Escuche “Venezolanidad” de 6 a 7am por Internet: skandalo.com.ve (106.9 FM)
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18 de enero de 2012

LA SECTA SINIESTRA

Y Asmadineyá – como lo llama un amigo – buscó apoyo desesperado en las grandes potencias del mundo oscuro para su proyecto de reducción de uranio con fines tan pacíficos como destruir a Israel: Ecuador – cuya moneda de curso legal es el dólar – Nicaragua – el país más pobre de América – Cuba – que lo que da es dolor - y Venezuela – que ya no da pa´más, la pobre. Ná guará. Recuerdo una escena de “El Último emperador”, en la cual Puyi invoca el reconocimiento de Manchuria por Costa Rica como disuasivo al imperio japonés que lo invadía. Produce vergüenza – propia – el ridículo que se comete en nombre de nuestra nación.

Chávez y sus aliados – salvo Fidel que sí está claro en su odio hacia Estados Unidos y quiere la destrucción de ese pueblo – recordemos que pidió a Jrushchov que lanzara una bomba atómica sobre Nueva York - aunque las llamas de rebote se lleven al suyo – no tienen la menor idea de quién es este fanático fundamentalista enloquecido, que recibe instrucciones del fantasma del Imán Oculto para destruir Occidente – América Latina es occidental aunque la ignorancia que campea en los predios chavista no lo sepa - e imponer el Islam a sangre y fuego. Eso significa “La espada del Islam”.

El colmo es que Chávez en su crasa ignorancia declara que “con Irán construirá el socialismo”, cuando Ahmadineyad es el premier conservador de un régimen teocrático, enemigo del materialismo que identifica al socialismo o comunismo y por mucho juego diplomático que exude, para su íntima concepción de la humanidad Chávez y su séquito - y todo quien no sea musulmán – “son tan despreciables como el camello que ha comido excremento”, según reza el manual redactado por el fenecido Imán Jomeini.

Esta joya del ex imperio persa – en cuyo gobierno los cristianos valen la mitad de un musulmán - fue el instructor de los Basiji Mostazafan, organización integrada por niños de hasta 12 años a los que se les embute "la gloria del martirio". Dotados de una llave de plástico colgada al cuello, que les asegura su entrada en el paraíso, los niños fueron utilizados para limpiar los campos minados cuando la guerra con Irak, puesto que los burros, ovejas y perros al sentir las explosiones se asustaban y huían.

En cambio los niños ideologizados - y alborozaos por la idea de comer completo ese día en el Más Allá - se ofrecían jubilosamente para morir horrorosamente destrozados por las minas. Las madres que acudían al campo a recoger los cadáveres se quejaron porque los cuerpos quedaban desmembrados y dispersos y el piadoso Majmud ordenó que los vendaran apretadamente antes de entrar a los campos minados, para que así pudieran rescatarse enteros. Hoy este señor de las tinieblas mantiene un ejército de millón y medio de niños dispuestos a volar en pedazos en defensa de su régimen.

Y lo que Chávez también ignora es que este déspota, enemigo de las mujeres – a las que lapida: “Hay que golpear a las mujeres tan sólo por la sospecha de que no se comporten bien” - y de los homosexuales – los cuelga del gancho de una grúa, chavista - que ha jurado el exterminio de Israel y para ello prepara un arsenal nuclear, se apellida en realidad Sabourjians, que proviene tradicionalmente de Aradan, lugar de nacimiento de Majmud, y deriva de los tejedores de Sabour, nombre del chal judío tejido en Persia, y cuando la familia emigró a Teherán, en la década de los ´50 cuando Majmud tenía 4 años, escogió el apellido persa “Ahmadineyad” que significa “de la casta de Mahoma”. Ni pendejos. Así que su prédica de odio contra los judíos es, en realidad, el viejo grito distractivo “al ladrón, al ladrón”, para alejar de sí cualquier sospecha de impureza racial – cual el austríaco Hitler - en una sociedad chiita radical como la iraní.

Indigna membresía

La fuerza intimidante de los hombres de poder – bestias en realidad – tiene un atractivo singular para ciertas personalidades defectuosas en busca de autor, y Chávez, creyéndose uno de ellos – seguro estoy de que Stalin y Hitler serían receptores graciosos de la espada de Bolívar - y ansiando pueblos como los suyos, se fue integrando a esta secta monstruosa de adefesios morales, que – gracias a Dios – se han ido disolviendo en la historia dejando tras de sí una estela pútrida de corrupción y crímenes horrendos.

Por ello su solidaridad automática con Majmud el atómico - risible por su ínfimo significado – díganme lo del pordiosero Orteguita que muerde la mano que lo alimenta - para las fuerzas aéreas y navales conjuntas más poderosas de la tierra – no son solo los gringos - sitas en la entrada de Ormuz, que ya le tomaron las medidas al Majmud como se las tomaron a Osama. ¿Será que este grupito de bocones olvidó las imágenes de Saddam – que prometió “la madre de las batallas” - colgando del pescuezo o del estrafalario Gadafi – apoyado por la virulencia de Chávez - vejado hasta el asco y ajusticiado con crueldad? De la boca para afuera todo es posible, mientras no se note el temblor del cuerpo.

En síntesis

La visita de Majmud ha logrado que los gringos – demócratas y republicanos – Arabia Saudita, Israel y la Comunidad Europea voltearan a mirar a Chávez – ahora sí - con el seño fruncido: Y el asunto no es de invasión sino de extensión de las sanciones a Irán - al borde de una escalada militar tipo Libia - que lo dejarán sin el chivo y sin el mecate.

Ahora es que va a saber Chávez la estupidez que ha cometido – la renovación de la lista de los 7 del patíbulo y la expulsión de la cónsul espía es un avisito - pues, los gringos son lentos pero al final cobran y Chávez les debe toda su existencia a su sumisión real a los empresarios petroleros yanquis. Lo demás es cuento para seducir idiotas. Sale pa´llá.

Rafael Marrón González
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8 de enero de 2012

¡LOCOS AL VOLANTE!

Cuatro certezas de la incertidumbre no existen:

La felicidad – “solo momentos prolongados de alegría”, Savater dixit -

La suerte – ni mala ni buena, esta última es la consecuencia positiva de la persistencia, la preparación y la voluntad –

Lo gratuito – alguien paga por ello y en el caso de las limosnas que los populistas suelen dar al pueblo, las paga el pueblo mismo con la destrucción de los servicios públicos y su conversión al parasitismo social y

Los accidentes: Los accidentes no existen. La palabra “accidente” como evento casual producido por el azar, es un invento de la humanidad para aliviar la culpa.

Si un borracho, a exceso de velocidad, ignora una señal de tránsito y se estrella contra otro vehículo ocasionando muerte y destrucción, al sujeto se le enjabona la culpa diluyendo su responsabilidad en el azar, y así ocurre con el padre amoroso que mete a los hijos en el carro y se lanza en una vertiginosa carrera hacia la nada y los destroza, quema vivos o mutila horriblemente, pero la lástima pía titula que “fue un accidente” para que el irresponsable se libre de cargos de conciencia, si es que no queda suicidado en el siniestro.

La muerte de Rafael Vidal – asesinado en un siniestro vial por un loco del volante que “echaba piques” por la ciudad – obligó a la justicia venezolana a calificar como “homicidio intencional con dolo eventual” estos crímenes horrendos que enlutan a la familia venezolana - como también acaba de hacerlo con el chofer que provocó la muerte de 13 personas y heridas a otras tantas, la víspera de Año Nuevo en Caracas, y según encuesta de El Universal, 39% considera que “no tuvo intención de matar”, claro que no la tuvo pero la justicia debe investigar si hizo todo lo necesario para matar.

La sociedad se alarma por los 19 mil muertos del hampa, pero guarda pudibundo silencio frente a la atroz cifra de víctimas de los siniestros viales, con su secuela de lisiados y deformados y huérfanos en esa carnicería insensata provocada por enfermos mentales que confunden la máquina estúpida que conducen con un apéndice de su personalidad y se creen poderosos. Los medios de comunicación tienen el deber moral de dejar de calificar como “accidentes” estos homicidios – con suicidio en muchos casos – y con toda la crudeza del caso, llamar las cosas por su nombre, y dejar también la bolsería de escribir que el loco “perdió el control del vehículo” cuando lo que nunca tuvo fue control sobre si. Y las autoridades tienen, por razones de salud pública – los siniestros viales y el hampa están abriendo una brecha generacional entre los 18 y 35 años, las edades más productivas del hombre – y comenzar a realizar pruebas psicotécnicas para otorgar o renovar licencias para conducir tal como se exige para el porte de armas de fuego, menos peligrosas que los vehículos, comenzando por los hostiles conductores del transporte público.

Aplicando la normativa de tránsito vigente – con estrictos controles de velocidad - con toda la fuerza inexorable de la ley sin estar pensando en “costos políticos” - lo que ha degradado la autoridad – y logrando que la prensa califique como homicidas/suicidas a estos locos, se pueden salvar muchas vidas inocentes, incluyendo las de los propios locos del volante que no escarmientan en cabeza ajena, por lo que hay que usarlos como escarmiento de cabeza ajena.

Pero hay otro tipo de locos al volante

La proliferación de locos al volante de los países de América Latina ha sido el motivo de las crisis, políticas y económicas, recurrentes en esos tierreros conceptuales de baja autoestima, en los cuales no existen planes de desarrollo a largo plazo ni continuidad administrativa ni programas sociales basados en el desarrollo del individuo, ni ciudadanía productiva - que merezca ciertamente ser atendida por su responsabilidad - ni solidez empresarial – el contratistariado atado al botalón del presupuesto oficial es su sustituto – ni la educación es fuente de creatividad e independencia – las universidades gradúan buscadores de empleo que no saben ni llenar las planillas de solicitud, pues sus pueblos penden como racimos del iluminado de turno que les hace creer que por ser supuestamente dueños de las riquezas naturales de la nación, pueden vivir sin trabajar ni estudiar, en absoluto estado de irresponsabilidad, reproduciéndose como acures y dejando el fruto de su desorden adosado al gobierno, a Dios o a la suerte.

El petropopulismo venezolano – nueva forma de “loco al volante” - ha generado una nueva tendencia de mayor virulencia y capacidad destructora: El derecho a violar las convenciones sociales, irrespetando las normas y leyes que hacen posible a los seres humanos convivir en un estadio en el cual el más fuerte es el imperio de la ley y no un acromegálico de frente hundida, con una franela colorá, una pistola y una moto.

La causa del auge delictivo en el país es la impunidad por decreto de la barbarie en función de autoridad – “Delitificar”: Solucionar problemas sociales a través del delito - como la oferta de dinero fácil es la estrategia política para preservar el poder, con lo que se mantiene en situación minusválida a esa población sustentada en promesas – que no se deben cumplir, pues se expone a perder la sumisión – con dádivas dosificadas para alimentar el efecto carismático que sustenta la nomenclatura oficial – mediocre pero con talento para medrar – que es la auténtica beneficiaria del usufructo del poder sin cargar sobre sí el peso histórico del liderazgo por el mérito del conocimiento. A este tipo de locos al volante hay que ponerles fin, por lo menos en Venezuela, el 7 de Octubre de 2012.

Rafael Marrón González
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