El 13 de enero, Chávez, envalentonado por la inmensa masa monetaria que le producirá la devaluación, y por su control obsceno sobre el CNE, retó nuevamente a la oposición a convocar un referendo revocatorio – “No tengo miedo”, dijo – pero la oposición no ha recogido el guante, pues sus líderes, o sus asesores, piensan que no están dadas las condiciones objetivas - “no existe una contrafigura”, “se carece de un programa de gobierno”, “no hay tiempo”, “es una idiotez”, ¿para el 2013 estarán organizaditos y preparaditos, como no lo han logrado, según confiesan, en 11 años? - para activar este mecanismo constitucional aunque lo que está en juego en este instante es la integridad de la república, y siguen dando prioridad a las elecciones parlamentarias, para las cuales Chávez se prepara con mucho real y poca ética, circuitos electorales paradisíacos y lenguaje escatológico amenazante: “Hay que evitar que estas compotas de pupú tengan mayoría en la Asamblea porque, en ese caso, vendría una guerra”.
Ahora bien, colocándome contra corriente de esa posición en contra de una convocatoria que movilizaría a la nación en manifestación muy superior a la que pueda lograr una elección de unos parlamentarios de dudosa eficacia frente a la inescrupulosidad de Chávez, considero que analizar y discutir con todos los factores socio políticos de la sociedad, la posibilidad de convocar un referendo revocatorio en aras de la recuperación económica y política de la nación, además de reponer el orden republicano y la moral pública demolida por este régimen, sería una sensata posición de avanzada que generaría, además de la lógica revitalización del pueblo frustrado, una convulsión en el chavismo, cuyas contradicciones frente al comunismo confeso de Chávez podría inclinar la balanza mayoritariamente hacia un cambio de régimen que garantice el Estado de derecho.
Motivos hay suficientes
Las causas para que este presidente – electo y reelecto por equivocación popular - sea destituido de su cargo a través de este instrumento democrático, son de dominio público y van desde su manifiesta incompetencia para ejercer las delicadas funciones diplomáticas del Jefe de Estado de una nación de la dimensión de Venezuela, a la que somete al escarnio internacional por su actitud soez y su lenguaje belicista contra países tradicionalmente amigos, exponiendo a la república a “peligro de guerra, ruptura de relaciones diplomáticas, represalias o retorsión”, lo que está tipificado como traición a la patria en el artículo 464 del Código Orgánico de Justicia Militar.
Pasando por su alianza con regímenes fundamentalistas y organizaciones terroristas que amenazan la paz mundial; la entronización de extranjeros en puestos delicados de la administración pública – puertos, aeropuertos, registros, notarías, sistema de cedulación y pasaporte, Fuerza Armada Nacional, servicios de inteligencia, seguridad presidencial, asistencia médica, deportiva y agrícola - lo que atenta contra la seguridad del Estado; - sin obviar ni por un instante su empeño en convertir a la patria de Bolívar en una colona comunista, lo que ha impelido a miles de profesionales de alta densidad a emigrar hacia países democráticos - hasta haber permitido el auge de la delincuencia – incluyendo el atroz ladronismo chaviburgués - que convirtió a Venezuela en uno de los países más peligrosos del mundo, con 19.400 homicidios en 2009, para un total de 120 mil en once años.
Y, además, por mentir al país sobre un supuesto blindaje contra la crisis económica mundial para, luego de prohijar la inflación más alta de América Latina, acometer una devaluación fiscalista, de proporciones catastróficas para el salario de los más humildes - evidencia de su nula capacidad en materia económica, mientras se dedicó durante once años al despilfarro delirante de ingentes recursos económicos indispensables para el desarrollo armónico de la nación y el fortalecimiento de su moneda – inmensa traición en tiempo y dinero - desviados hacia las arcas de gobierno extranjeros, la mayoría corrompidos, represivos y antidemocráticos – como al gorrero izquierdismo internacional - que se han aprovechado de la debilidad nacionalista de este magistrado para drenar hacia sus arcas importantes sumas del tesoro público, que bien pudieron destinarse, entre otras muchas inversiones vitales para la calidad de vida nacional, en el sistema hidro y termoeléctrico, sin obviar sistemas alternativos como el paralizado en Paraguana, que impidiera la insólita crisis energética de un país petrolero, que derivó en racionamiento eléctrico masivo y traumático, para estupefacción del mundo, uno de los más colosales fracasos de esta revolución de resentidos, ladrones, mediocres e incapaces.
Chávez destruyó el aparato agroalimentario
Y, además, es motivo suficiente para apelar al referendo revocatorio el siniestro proyecto de destrucción del granero nacional, en nombre de un supuesto combate al latifundio – con invasiones y expropiaciones de fincas productivas –y ahora importamos productos de la cesta básica que antes exportábamos, para lo que contó con corruptos ávidos de comisiones, creando riqueza y empleos en el extranjero y miseria y desempleo en el campo venezolano.
Como ejemplo de los resultados de este plan antinacional, mientras en el 2003 se importó el 1% de la carne que consumió el pueblo venezolano, llegamos a más del 60% a fines de 2009, colocándonos en una situación vulnerable, contraria al interés nacional y violatoria del artículo 305 de la Constitución que establece que “el Estado promoverá la agricultura sustentable (…) a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población”, por lo que es materia de seguridad nacional recuperar la presidencia de la república para ponerla al servicio de los intereses de la patria.
El caso Guayana
Guayana – que fue uno de sus bastiones electorales - es otro causal para exigir un referendo revocatorio, porque, obedeciendo a su naturaleza malagradecida, Chávez ha emprendido la destrucción sistemática de este importante polo de desarrollo nacional, pórtico del llamado Eje Orinoco - Apure y propuesta alternativa al negocio petrolero, en una lúcida visión de la importancia de diversificar la economía, para lo cual se puso en marcha un gigantesco proyecto de producción de hidroelectricidad para garantizar el suministro eléctrico, como ventaja comparativa junto con el Canal de navegación de barcos de alto calado en el río Orinoco, para que la producción metalúrgica pudiera competir en los mercados internacionales, superando el costo del rezago tecnológico.
Pero desde que Chávez asumió por primera vez la presidencia, la emprendió contra Guayana, desmontando una por una sus instituciones, como la CVG, y socavando la salud financiera de sus empresas del aluminio y ahora de Sidor, llegando al colmo de sacrificar la capacidad productiva de estas industrias para justificar su incapacidad para mantener el sistema eléctrico nacional heredado de la democracia, dentro de un perverso plan de depauperización del movimiento obrero guayanés, para el cual se han prestado los esquiroles del sindicalismo al servicio del régimen; y entronizando un gobernador títere, sin ninguna relación con esta entidad, que obedece ciegamente las órdenes de demolición de toda posibilidad de progreso regional.
Defender a Guayana solamente es posible desde la perspectiva de un nuevo gobierno nacionalista que trabaje por una Venezuela libre y de los venezolanos.
En conclusión
Si la opción constitucional existe y Chávez está en su peor momento en las encuestas – lo que no significa que esté acorralado ni derrotado, sino que es acorralable y derrotable “hasta por una ama de casa con cero comprensión política, como Violeta Chamorro en Nicaragua en 1990”, como bien lo simplifica Heinz Dieterich, que más chavista no puede ser - y es difícil que la compra de votos y la seducción de las masas que le han funcionado en el pasado lo favorezcan ahora, dado el inmenso descontento popular ante la crisis histórica de todos los servicios públicos, el desempleo, la inseguridad y el alto costo de la vida, ¿por qué no pensar en recoger el reto y enfrentarlo a un referendo revocatorio que puede perder, bajo los idénticos parámetros con los cuales la oposición piensa que va a ganar las parlamentarias? Hay demasiado tiempo hasta el 2013 y la estructura de la república cruje. Un revocatorio detendría el derrumbe de la patria. Para la reflexión. Sólo para la reflexión.
Ahora bien, colocándome contra corriente de esa posición en contra de una convocatoria que movilizaría a la nación en manifestación muy superior a la que pueda lograr una elección de unos parlamentarios de dudosa eficacia frente a la inescrupulosidad de Chávez, considero que analizar y discutir con todos los factores socio políticos de la sociedad, la posibilidad de convocar un referendo revocatorio en aras de la recuperación económica y política de la nación, además de reponer el orden republicano y la moral pública demolida por este régimen, sería una sensata posición de avanzada que generaría, además de la lógica revitalización del pueblo frustrado, una convulsión en el chavismo, cuyas contradicciones frente al comunismo confeso de Chávez podría inclinar la balanza mayoritariamente hacia un cambio de régimen que garantice el Estado de derecho.
Motivos hay suficientes
Las causas para que este presidente – electo y reelecto por equivocación popular - sea destituido de su cargo a través de este instrumento democrático, son de dominio público y van desde su manifiesta incompetencia para ejercer las delicadas funciones diplomáticas del Jefe de Estado de una nación de la dimensión de Venezuela, a la que somete al escarnio internacional por su actitud soez y su lenguaje belicista contra países tradicionalmente amigos, exponiendo a la república a “peligro de guerra, ruptura de relaciones diplomáticas, represalias o retorsión”, lo que está tipificado como traición a la patria en el artículo 464 del Código Orgánico de Justicia Militar.
Pasando por su alianza con regímenes fundamentalistas y organizaciones terroristas que amenazan la paz mundial; la entronización de extranjeros en puestos delicados de la administración pública – puertos, aeropuertos, registros, notarías, sistema de cedulación y pasaporte, Fuerza Armada Nacional, servicios de inteligencia, seguridad presidencial, asistencia médica, deportiva y agrícola - lo que atenta contra la seguridad del Estado; - sin obviar ni por un instante su empeño en convertir a la patria de Bolívar en una colona comunista, lo que ha impelido a miles de profesionales de alta densidad a emigrar hacia países democráticos - hasta haber permitido el auge de la delincuencia – incluyendo el atroz ladronismo chaviburgués - que convirtió a Venezuela en uno de los países más peligrosos del mundo, con 19.400 homicidios en 2009, para un total de 120 mil en once años.
Y, además, por mentir al país sobre un supuesto blindaje contra la crisis económica mundial para, luego de prohijar la inflación más alta de América Latina, acometer una devaluación fiscalista, de proporciones catastróficas para el salario de los más humildes - evidencia de su nula capacidad en materia económica, mientras se dedicó durante once años al despilfarro delirante de ingentes recursos económicos indispensables para el desarrollo armónico de la nación y el fortalecimiento de su moneda – inmensa traición en tiempo y dinero - desviados hacia las arcas de gobierno extranjeros, la mayoría corrompidos, represivos y antidemocráticos – como al gorrero izquierdismo internacional - que se han aprovechado de la debilidad nacionalista de este magistrado para drenar hacia sus arcas importantes sumas del tesoro público, que bien pudieron destinarse, entre otras muchas inversiones vitales para la calidad de vida nacional, en el sistema hidro y termoeléctrico, sin obviar sistemas alternativos como el paralizado en Paraguana, que impidiera la insólita crisis energética de un país petrolero, que derivó en racionamiento eléctrico masivo y traumático, para estupefacción del mundo, uno de los más colosales fracasos de esta revolución de resentidos, ladrones, mediocres e incapaces.
Chávez destruyó el aparato agroalimentario
Y, además, es motivo suficiente para apelar al referendo revocatorio el siniestro proyecto de destrucción del granero nacional, en nombre de un supuesto combate al latifundio – con invasiones y expropiaciones de fincas productivas –y ahora importamos productos de la cesta básica que antes exportábamos, para lo que contó con corruptos ávidos de comisiones, creando riqueza y empleos en el extranjero y miseria y desempleo en el campo venezolano.
Como ejemplo de los resultados de este plan antinacional, mientras en el 2003 se importó el 1% de la carne que consumió el pueblo venezolano, llegamos a más del 60% a fines de 2009, colocándonos en una situación vulnerable, contraria al interés nacional y violatoria del artículo 305 de la Constitución que establece que “el Estado promoverá la agricultura sustentable (…) a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población”, por lo que es materia de seguridad nacional recuperar la presidencia de la república para ponerla al servicio de los intereses de la patria.
El caso Guayana
Guayana – que fue uno de sus bastiones electorales - es otro causal para exigir un referendo revocatorio, porque, obedeciendo a su naturaleza malagradecida, Chávez ha emprendido la destrucción sistemática de este importante polo de desarrollo nacional, pórtico del llamado Eje Orinoco - Apure y propuesta alternativa al negocio petrolero, en una lúcida visión de la importancia de diversificar la economía, para lo cual se puso en marcha un gigantesco proyecto de producción de hidroelectricidad para garantizar el suministro eléctrico, como ventaja comparativa junto con el Canal de navegación de barcos de alto calado en el río Orinoco, para que la producción metalúrgica pudiera competir en los mercados internacionales, superando el costo del rezago tecnológico.
Pero desde que Chávez asumió por primera vez la presidencia, la emprendió contra Guayana, desmontando una por una sus instituciones, como la CVG, y socavando la salud financiera de sus empresas del aluminio y ahora de Sidor, llegando al colmo de sacrificar la capacidad productiva de estas industrias para justificar su incapacidad para mantener el sistema eléctrico nacional heredado de la democracia, dentro de un perverso plan de depauperización del movimiento obrero guayanés, para el cual se han prestado los esquiroles del sindicalismo al servicio del régimen; y entronizando un gobernador títere, sin ninguna relación con esta entidad, que obedece ciegamente las órdenes de demolición de toda posibilidad de progreso regional.
Defender a Guayana solamente es posible desde la perspectiva de un nuevo gobierno nacionalista que trabaje por una Venezuela libre y de los venezolanos.
En conclusión
Si la opción constitucional existe y Chávez está en su peor momento en las encuestas – lo que no significa que esté acorralado ni derrotado, sino que es acorralable y derrotable “hasta por una ama de casa con cero comprensión política, como Violeta Chamorro en Nicaragua en 1990”, como bien lo simplifica Heinz Dieterich, que más chavista no puede ser - y es difícil que la compra de votos y la seducción de las masas que le han funcionado en el pasado lo favorezcan ahora, dado el inmenso descontento popular ante la crisis histórica de todos los servicios públicos, el desempleo, la inseguridad y el alto costo de la vida, ¿por qué no pensar en recoger el reto y enfrentarlo a un referendo revocatorio que puede perder, bajo los idénticos parámetros con los cuales la oposición piensa que va a ganar las parlamentarias? Hay demasiado tiempo hasta el 2013 y la estructura de la república cruje. Un revocatorio detendría el derrumbe de la patria. Para la reflexión. Sólo para la reflexión.
0 comentarios:
Publicar un comentario