Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

13 de agosto de 2011

¿QUÉ LE PASA A ESTE SEÑOR?

Desde joven me han indignado los buscabullas que ante la contundencia de una respuesta bajan la cabeza y lo dejan a uno con la tibiera. Ahora, de la noche a la mañana, ante la posibilidad de sucumbir de cáncer - del que mata 20 mil personas todos los años en Venezuela, sin más escándalo que el dolor familiar y el sufrimiento del enfermo por la falta de insumos en los hospitales públicos por el desprecio de esta revolución descastada, que no pudo llegar a gobierno después de doce años de pesadilla, violencia y corrupción – “llegó la manguangua, vamos a robá” - Chávez se transforma – mejor dicho se disuelve - en un dechado de virtud monacal que exige el cese del sectarismo, la exclusión y el dogmatismo – puntales bestiales de su discurso pre político, golpista y violador de los derechos constitucionales - y se pregunta – como un Hamlet con sombrero de cogollo y alpargatas con casquillos - ¿ser o no ser de rojos vestidos? – vestimenta oficial destinada a atemorizar y a corromper – “PDVSA es roja, rojita” (impresionante como los ministros se despojaron de sus curtidas camisas rojas. Como borregos).

Pide cambiar el lema criminal que azuzó no pocos delitos contra los derechos humanos en este país, “patria, socialismo o muerte” por el larguísimo insensato “patria, socialismo y vida… viviremos… venceremos”. Y, en el colmo del revisionismo exige a sus estupefactos seguidores por la plata, que convenzan de lo machete de la hegemonía, pero con discursos floridos y poesía, y no venzan a punta de calasnicof como lo venían haciendo hasta en el Rodeo II, de donde se les fugó “un muchacho que, como Jean Valjean, se hizo delincuente por pura necesidad” (Chávez dixit), obviando que este endurecido criminal de 26 años tenía 13 cuando él llegó al poder y que no hizo nada para salvarlo.

Y se pregunta el pueblo venezolano – no chavista y esperanzado – no los de la godarria, por supuesto, que se amoldan, por imperativo genético, al envase que los contiene - “¿qué le pasa a este señor? ¿Será que la quimio cubana estaba infiltrada por el imperio? O es que la cercanía de la muerte le hace dudar por si el infierno existe y es maluco. 60% de los venezolanos estamos hasta la coronilla de este régimen embustero, inepto y corrupto, y a punto de salir en masa a gritarle ¡salte pa´juera!, esperando que el tipo revire para darle su “tate quieto”, y ahora nos sale, de amarillo trajeado, imitando al Indio Figueredo, hablando de paz y amor, como un hippie enratonado. ¿Qué le pasa a este señor? ¿Será que cree que somos pendejos?

No dudo que tengamos idiotas que le crean, pero para una muy buena porción de nosotros esta es una actitud farsante que busca atrapar incautos, porque la historia nos enseña que alacrán no se domestica. Así que mosca pueblo con esta faramalla cubana. Mono es mono así se afeite con prestobarba. Y si quieren una muestra allí está la ley de precios justos, una ridiculez que acabará con lo que queda del sistema productivo y alejará más la posibilidad de inversión y te amarrará al botalón del estado para comer, que es lo que persigue a ultranza, por eso la quiebra de las empresas de Guayana y de toda iniciativa privada. O los reales para el Frente Francisco de Miranda, que si tuviera “frente” supiera a qué se le destina y dijera miii. O la ley de inquilinato que elimina la posibilidad de alquilar ni una pocilga en este país, porque el exceso de protección solo perjudica al protegido. O la insistencia dialéctica de ser “el gobierno para los pobres”, es decir que mientras sea gobierno habrá pobres. Indudablemente que el gancho de izquierda que le metió la vida, tambaleó sus estructuras y certezas. Pero seguro estoy de que si te descuidas te clava otra vez como la mano negra. Así que come mosca que es más liviano que potaje de ocumo chino.

Sigamos la lucha como si fuera el mismo

Suelo andar mi propio camino, no juego dupleta ni me retrato en grupos ni doy consejos, pero en este caso tan vital para nuestra vida republicana sustentada en la democracia liberal, debo hacer una excepción: A los líderes de la oposición oficial les recomiendo dos cosas: 1 – Demuestren que están vivos: Salgan a la calle a hacer causa común con los reclamos populares – como lo hizo Ojeda con el caso de las cárceles - y de los distintos gremios que se enfrentan a este remedo de gobierno, por sus reivindicaciones, como los médicos que además exigen respeto para la salud del pueblo, y protesten con energía contra la entrega de nuestra soberanía a una desnutrida y atrasada magalla extranjera con hambre vieja. Y 2 – Aprovechen que el tipo esta grogui y denle hasta con el tobo – no se tiene compasión con el impío, recuerden su maldad, sus insultos y descalificaciones, su estímulo a la violencia, los crímenes de la plaza Altamira, los despedidos de PDVSA, los presos políticos y la juez Afiuni, sus abusos contra la legalidad, el fardo de 150 mil muertos por acción del hampa, la regaladera en el exterior a sus compinches ideológicos en detrimento del pueblo venezolano Saquen un gallo ya – de los muchos que tenemos - con espuelas bien calzadas y rematen a ese pataruco. La patria se los reconocerá, de lo contrario se los demandará.

Rafael Marrón González

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