Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

21 de abril de 2012

APUNTA APONTE… FO



Según El Nuevo Herald, Aponte apunta con el dedo a todo con y sin cabello en Washington, hacia donde viajó desde Costa Rica – donde estaba protegido por otros dos que se la tienen jurada a Chávez: Acosta “eructo” Carlez y “Ciudad Judicial” Alvaray; en avión de la DEA, sin visa pero con datos precisos - ¿miedo al silencio tipo Aguilarte – que, por cierto, ¿sería danilisado? – que parece implican en el desmadre narco – “testigo perfecto para investigaciones sobre los capos del narcotráfico en Venezuela”- a payasos y maromeros - de pumpá y charreteras pero de moral fufurufa - de este chavismo de sus tormentos, que, luego de elevarlo a las alturas de poder hacer lo que le viniera en ganas – “pa´éso soy 4F” -  lo dejó caer de platanazo por una simple credencial “pasa alcabala” que le firmó al capo Mackled, otro que tuvieron que darle con el tobo para que se callara, allá en Colombia, donde aseguró tener en nómina a más un tripa floja chavista - de esos que veo por ahí con camionetotas y güisqui mayor de edad - con lo que le entregó el mango del sartén al cachaco Santos, el gran triunfador de la Cumbre de Cartagena, en la cual se cuadro con los que tienen la razón y lo demuestran a diario.

Lo cierto es que este “proceso” parece más una cañería de aguas negras que otra cosa, por donde usted lo pinche lo que sale es bosta: Si no es corrupción es despilfarro, ineficiencia, desidia y abandono,  que es lo mismo – ¿por dónde andará la gran misión vivienda sin cabillas y sin cemento? - y si lo pela el chingo lo agarra el sin nariz del desastre eléctrico, los derrames y derrapes de PDVSA – que ya parece hemofílica -  la quiebra de las empresas de Guayana y de todas las que ha tocado la envidia - ¡exprópìese! - que carcome las entrañas de Chávez; la robusta inflación - que no rebaja ni con la dieta de Jakubowicz – la saludable escasez - que ya forma parte del paisaje urbano junto a las largas colas para obtener la felicidad de una bombonita socialista de  gas doméstico, misma que la democracia perversa llevaba a cada hogar con un simple pedirla – con lo del agua no me meto porque, aunque se dice por allí que la que se consume  en el Centro es “odora, sípida, colora” y zoológica, no se puede denunciar porque sin informe de laboratorio chavista que lo certifique vas preso; y el hampa que ha tomado el control de ciudades, pueblos y caseríos con la arrogancia de hijo de chavista fundillúo, pero más drogado.

Pero  eso sí, con el discurso de ensoñación, por ahora desde el balcón del pueblo, que debería terminar, dada su condición de promesa eterna,  con el verso de Manuel Rodríguez Cárdenas: “… esas cositas güeñas que yo he pintao/ son puras invenciones pa´conversá”.

A Chávez se le volteó Bael

Y es que Chávez, por andar de refistolero inventando misas ecuménicas y revolviendo liturgia cristiana con revolcadera pagana – paga pa´ná – perdió el chivo y el mecate y, para ñapa de Mercal, se le atravesó - como viga en ojo – a los halcones de Washington: Ya Fidel le había advertido que se cuidara mucho de que los gringos lo relacionaran con el narcotráfico, pues él tuvo que fusilar a unos cuantos para calmarlos porque si no se lo echan al bigote, y aquí no hay pena de muerte pero sí caminos verdes que llevan al propio corazón del imperio, que existe y es maluco como asevera Rafael Poleo, que también se la tiene jurada… y adeco cobra.

El caso Aponte – que ahora denuncia al sistema judicial venezolano que ayudó a dos manos a prostituir - no es de risa: ¿Será la acusación, prueba en mano, más contundente que han obtenido los gringos de la posible conversión de Venezuela en un narcoestado con la intención de colocar en las calles estadounidenses toneladas de cocaína para destruir las bases de su sociedad y, de paso, meterles muchos millones a la revolución comunista para apoderarse de América Latina, usando marionetas como Correa y Evo y sinvergüenzas como Ortega bajo las órdenes directas de Fidel, “el proxeneta del Caribe mar”? El recuerdo del caso Noriega pone la piel de gallina a cualquiera.    

En conclusión

La descalificación de la élite chavista – “desestabilización del imperio”… “manipulación acostumbrada”… “Aponte es de la oposición” - y el respaldo automático a los señalados por el acuseta, indican la gravedad del asunto.  En la entrevista que concediera el Aponte a SoiTV revela una formación intelectual de precaria a nula, una mente estructurada para obedecer acríticamente – beneficiándose en el camino – sin mayores reservas éticas – “temo ser medido con la misma vara con la que una vez juzgué a los demás” - lo que explica que considere ahora “delitos” las acciones ejecutadas bajo el sofisma de “órdenes superiores” – “… no nos caigamos a dudas en Venezuela no se da puntada sino la aprueba el presidente” - cuando la Constitución eliminó ese privilegio y establece la responsabilidad individual.

Pero lo importante a destacar no es la inmundicia revelada por el Aponte, “el auto implicado” – que toda la gente decente en este país conocía o sospechaba – sino que nuestra nación atraviesa hoy una crisis institucional, moral y política de características disolventes: Un presidente moribundo que quiere morir “con las botas puestas” dejando tras de sí el diluvio. Un partido de gobierno integrado por no deliberantes que se desmoñan por el dudoso honor de ser señalados por Fidel como sucesor del enfermo, lo que evidencia indignidad patriótica y personal.

La cada vez más ruidosa acusación internacional de ser el país un puente amistoso para el tráfico de sustancias estupefacientes, que por derivación ha incentivado el consumo interno con las consecuencias criminales que sufrimos a diario los ciudadanos. Un gobierno sin autoridad moral cuya única preocupación es conservar el poder para no ir preso en masa, que ha estimulado la pérdida de la moral pública y el descontrol en la observancia de la ley y la norma. Definitivamente el Aponte ha jalado la cadena.      

Rafael Marrón González

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