Según El Nuevo Herald, Aponte apunta con el dedo a todo con y sin
cabello en Washington, hacia donde viajó desde Costa Rica – donde estaba
protegido por otros dos que se la tienen jurada a Chávez: Acosta “eructo”
Carlez y “Ciudad Judicial” Alvaray; en avión de la DEA, sin visa pero con datos
precisos - ¿miedo al silencio tipo Aguilarte – que, por cierto, ¿sería
danilisado? – que parece implican en el desmadre narco – “testigo perfecto para
investigaciones sobre los capos del narcotráfico en Venezuela”- a payasos y
maromeros - de pumpá y charreteras pero de moral fufurufa - de este chavismo de sus
tormentos, que, luego de elevarlo a las alturas de poder hacer lo que le
viniera en ganas – “pa´éso soy 4F” - lo
dejó caer de platanazo por una simple credencial “pasa alcabala” que le firmó
al capo Mackled, otro que tuvieron que darle con el tobo para que se callara,
allá en Colombia, donde aseguró tener en nómina a más un tripa floja chavista -
de esos que veo por ahí con camionetotas y güisqui mayor de edad - con lo que
le entregó el mango del sartén al cachaco Santos, el gran triunfador de la
Cumbre de Cartagena, en la cual se cuadro con los que tienen la razón y lo
demuestran a diario.
Lo cierto es que este “proceso” parece más
una cañería de aguas negras que otra cosa, por donde usted lo pinche lo que
sale es bosta: Si no es corrupción es despilfarro, ineficiencia, desidia y
abandono, que es lo mismo –
¿por dónde andará la gran misión vivienda sin cabillas y sin cemento? - y si lo
pela el chingo lo agarra el sin nariz del desastre eléctrico, los derrames y
derrapes de PDVSA – que ya parece hemofílica - la quiebra de las
empresas de Guayana y de todas las que ha tocado la envidia - ¡exprópìese! -
que carcome las entrañas de Chávez; la robusta inflación - que no rebaja ni con
la dieta de Jakubowicz – la saludable escasez - que ya forma parte del paisaje
urbano junto a las largas colas para obtener la felicidad de una bombonita
socialista de gas
doméstico, misma que la democracia perversa llevaba a cada hogar con un simple
pedirla – con lo del agua no me meto porque, aunque se dice por allí que la que
se consume en el Centro es “odora, sípida,
colora” y zoológica, no se puede denunciar porque sin informe de laboratorio
chavista que lo certifique vas preso; y el hampa que ha tomado el control de
ciudades, pueblos y caseríos con la arrogancia de hijo de chavista fundillúo,
pero más drogado.
Pero eso sí, con el discurso de
ensoñación, por ahora desde el balcón del pueblo, que debería terminar, dada su
condición de promesa eterna, con
el verso de Manuel Rodríguez Cárdenas: “… esas cositas güeñas que yo he pintao/
son puras invenciones pa´conversá”.
A Chávez se le volteó Bael
Y es que Chávez, por andar de refistolero inventando misas
ecuménicas y revolviendo liturgia cristiana con revolcadera pagana – paga pa´ná
– perdió el chivo y el mecate y, para ñapa de Mercal, se le atravesó - como
viga en ojo – a los halcones de Washington: Ya Fidel le había advertido que se
cuidara mucho de que los gringos lo relacionaran con el narcotráfico, pues él
tuvo que fusilar a unos cuantos para calmarlos porque si no se lo echan al
bigote, y aquí no hay pena de muerte pero sí caminos verdes que llevan al
propio corazón del imperio, que existe y es maluco como asevera Rafael Poleo,
que también se la tiene jurada… y adeco cobra.
El caso Aponte – que ahora denuncia al
sistema judicial venezolano que ayudó a dos manos a prostituir - no es de risa:
¿Será la acusación, prueba en mano, más contundente que han obtenido los
gringos de la posible conversión de Venezuela en un narcoestado con la
intención de colocar en las calles estadounidenses toneladas de cocaína para
destruir las bases de su sociedad y, de paso, meterles muchos millones a la
revolución comunista para apoderarse de América Latina, usando marionetas como
Correa y Evo y sinvergüenzas como Ortega bajo las órdenes directas de Fidel,
“el proxeneta del Caribe mar”? El recuerdo del caso Noriega pone la piel de
gallina a cualquiera.
En conclusión
La descalificación de la élite
chavista – “desestabilización del imperio”… “manipulación acostumbrada”…
“Aponte es de la oposición” - y el respaldo automático a los señalados por el
acuseta, indican la gravedad del asunto. En la entrevista que concediera
el Aponte a SoiTV revela una formación intelectual de precaria a nula, una
mente estructurada para obedecer acríticamente – beneficiándose en el camino –
sin mayores reservas éticas – “temo ser medido con la misma vara con la que una
vez juzgué a los demás” - lo que explica que considere ahora “delitos” las
acciones ejecutadas bajo el sofisma de “órdenes superiores” – “… no nos
caigamos a dudas en Venezuela no se da puntada sino la aprueba el presidente” -
cuando la Constitución eliminó ese privilegio y establece la responsabilidad
individual.
Pero lo importante a destacar no es la
inmundicia revelada por el Aponte, “el auto implicado” – que toda
la gente decente en este país conocía o sospechaba – sino que nuestra nación
atraviesa hoy una crisis institucional, moral y política de características
disolventes: Un presidente moribundo que quiere morir “con las botas puestas”
dejando tras de sí el diluvio. Un partido de gobierno integrado por no
deliberantes que se desmoñan por el dudoso honor de ser señalados por Fidel
como sucesor del enfermo, lo que evidencia indignidad patriótica y personal.
La cada vez más ruidosa acusación
internacional de ser el país un puente amistoso para el tráfico de sustancias
estupefacientes, que por derivación ha incentivado el consumo interno con las
consecuencias criminales que sufrimos a diario los ciudadanos. Un gobierno sin
autoridad moral cuya única preocupación es conservar el poder para no ir preso
en masa, que ha estimulado la pérdida de la moral pública y el descontrol en la
observancia de la ley y la norma. Definitivamente el Aponte ha jalado la cadena.
Rafael Marrón González
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