En la mitología griega, las sirenas habitaban una isla del Mediterráneo y su canto era tan conmovedor que los marinos que lo escuchaban no podían resistirlo y dejaban sus naves chocar contra los arrecifes. Cuando Ulises abandona la morada de la hechicera Circe, que sabe que debe pasar cerca de la isla de las sirenas, esta le aconseja tapar sus oídos y los de sus hombres con cera, y así los héroes escapan al funesto destino de tantos otros marinos, aunque Ulises sació su curiosidad atándose fuertemente al mástil.
Recuerdo esta leyenda dado el inmenso suspiro de esperanza que recorrió la espina dorsal del país ingenuo por el discurso “conciliador”, que reconoció como “adversarios políticos” – “pero no enemigos” - a quienes hasta el día anterior eran lacayos inmundos del imperio, vende patrias y sarnosos a los que había que “triturar” – lo que fue apoyado por el rancio guerrillero Soto Rojas con el culto latinazo: “hip, Carajazos y más carajazos para la oposición, hip” - durante el acto litúrgico en la Asamblea Nacional – convocado para presentar su Memoria y Cuenta - en el que un Chávez trajeado de lana cruda, se dedicó a auto alabarse en una repetición del diálogo de la reina malvada con el espejo: “¿Espejito, espejito, verdad que yo soy mejor que los de la cuarta?”, obviando la Memoria de miles de millones de dólares albañalizados y olvidando la Cuenta de la inflación y el desempleo y el alto costo de la vida y el brutal endeudamiento, en una joda caricaturesca.
Y leo declaraciones de chavistas que catalogan de maravilla espiritual, que devuelve la fe y las esperanzas al país, aquel sirénido canto de casi ocho horas, precedido de golpecitos al hombro al despojado y vejado Eduardo Gómez Sigala, apretón de mano a su reo Richard Blanco y diálogo serenatero con la – hasta ayer - “burguesita” y “pitiyanqui” María Corina Machado, a quien dedicó su deseo por una mujer presidente “dentro de dos o tres períodos” – esperanza del que siembra coco - para desconcierto de la focamenta roja rojita que ya tenía los tridentes en la mano para destriparlos si se portaban mal, según el manual de la Iglesias.
Pero lo que desbordó la fe de los creyentes en la fábula del Mago de Oz, fue aquel Do de pecho con el cual Chávez sorprendió al país anunciando su renuncia a la Ley Habilitante… en unos cuantos meses – pssst, ¡qué demócrata, señor, nos gastamos los venezolanos! Y las focas que no durmieron durante días para lograr la hazaña de dejar sin efecto la voluntad popular, volvieron a sentir que la quaker se le subía al rostro, tal como les pasó con la Ley de Universidades que les llegó de Cuba y, después de ser defendida “con la vida si es preciso”, tuvieron que salir a gritar consignas en su contra, con el rostro congestionado de avena.
Pero, ¡oh, sorpresa!, unas horas apenas después se le salió el otro yo del doctor Merengue: “¡Vayan a lavarse ese paltó, yo no devuelvo nada!”. Gracias a Dios – y certificado por la inefable Cilia Flores – que los diputados de oposición optaron por ponerse “tapones” en los oídos - no “un tapón en las orejas”, doña Cilia – y no pararle al llamado al “diálogo”… de sordos que acostumbra convocar cada vez que tiene el santo volteado – 60% de los venezolanos aseguramos que se va el 2012. Más duro estaba Ben Alí.
“Yo no soy comunista”, no señó
Dividiendo al país entre “revolucionarias y revolucionarios” y no revolucionarias y no revolucionarios” Chávez inició su canto magistral a la convivencia pacífica - obediente y no deliberante, claro - jurando por Maisanta – un santo de la corte malandra - que “aquí no hay ningún proyecto comunista” – “asumo el marxismo. Lo asumo: Y yo cuando asumo, asumo” (Chávez, 15 de enero de 2010) - “El Comunismo prevé la eliminación del Estado y de la propiedad privada. Eso no está previsto aquí”, con lo que siguió enloqueciendo a sus fieras hambrientas de derechos liberales, que ya no sabían a que atenerse al recordar las recientes leyes sancionadas entre gallos y medianoche – incluyendo la suspensión de las sentencias de desalojo para inquilinos morosos - que, precisamente, minimizan y vulneran la constitucionalidad de la propiedad privada - "hay que replantear el concepto de propiedad privada y hacerlo virar hacia el de propiedad social”, (Chávez 10 de mayo de 2009) - y crean el Estado comunal inserto en el Poder Popular, desmontando el Estado republicano. Comunismo puro.
¿Cuántas veces Chávez ha negado ser comunista, para seguir imperturbable sus prácticas liberticidas? La campaña anticomunista que despertó la aversión del 80% de la población venezolana hacia ese sistema de criminales y ladrones, lo obligó a recoger las velas una vez más. ¿Habrá algún idiota que le crea? No hay que aflojar en el alerta. Camarón que se duerme se lo comen el Día de las Secretarias.
“Lo mió es el respeto por el sector privado”
“El sector privado nacional que trabaja y que quiera trabajar, y que necesite algún apoyo del Gobierno, aquí está esta mano para que trabajemos juntos y levantemos la producción nacional, de la pequeña, mediana y gran empresa” – asustado por la escasez que vendrá se le olvidó el despojo de tierras al sur del Lago ¿para entregarlas a un millonario platanero ruso? y las expropiaciones de propiedades urbanas para ahorrarse el gasto en las acometidas de servicios en la construcción de viviendas – una chupetica de cianuro, después de haber lanzado al ludibrio público al empresariado digno – 60% del aparato productivo nacional ha sido destruido por el miedo a que financiara a la oposición - colocándolo a merced de los enanos morales que lo acompañan en sus tropelías contra el Estado de derechos. ¿Habrá un empresario que le crea?
El campeón de levantamiento de diálogos
Los regimenistas – ases de la adulancia - amanecieron denunciando que la oposición rechazaba el llamado al diálogo – interpretado por ellos como reconciliación - y uno en particular señaló que la oposición sigue el camino de la guerra - se creyeron la existencia de opositores moderados – toda moderación frente al despotismo es un acto de traición - cuando los que andan de escopeta armada son ellos y sus legiones de fanáticos estandarizados en Cuba.
La pregunta que debe hacerse todo ciudadano consciente es ¿por qué vamos a creer que un hombre que existe por y para la violencia y el odio, es sincero en esa invitación a la conciliación? ¿No será pa´morderme? A cuántos operativos dialécticos ha convocado Chávez en estos doce años.
¿Recuerdan su transfiguración de abril de 2002, luego que el pueblo indignado lo sacara de Miraflores a llorar a La Orchila aferrado al tobillo de un cura? ¿Cuántas toneladas de diálogo prometió para luego dar una soberbia patada militar a los ingenuos que le creyeron? Para empezar hay que conocer qué es lo que una psiquis como la de Chávez entiende por diálogo o conciliación: ¿Que aceptemos aborregadamente que el carnet del PSUV sea la nueva Cédula de Identidad, para que toda la nación en santa paz – de los sepulcros – grite lobotomizada: Uh ah Chávez no se va?
Y “esos muertos no son míos”
“Cuál es el código ético (¿?) que le puede permitir a alguien achacarme a mí la culpa de 150 mil muertos, que alguien se pare y lo diga”. Que un todoterreno como Chávez – acostumbrado a asumir los privilegios del poder total – demuestre tamaña cobardía frente a las consecuencias de las pésimas políticas en materia de seguridad, el abandono de las policías, fiscalías y tribunales – con la impunidad como resultado - y el incesante llamado a la lucha de clases que estimuló la violencia en el resentimiento social, no tiene otra explicación que el pavor de perder el favor popular por su violación al principio constitucional que lo obliga a responder por el derecho a la vida y a la integridad personal.
Y, además, vergüenza debía darle el desborde del hampa a este gobierno militarizado – repleto de generales en jefe – gracias a Dios no se le ha ocurrido a ninguna de esas islitas del Caribe realizar una invasión armada, ya seríamos colonia de Bonaire. Cuatro de cada diez hogares venezolanos han sido enlutados por el hampa durante el turno de vigilancia de Chávez. Y escurre el bulto como la embarazada del viento.
En conclusión
Sin obviar que la naturaleza del alacrán es inmutable, ese discurso no es más que un canto de sirenas sin el atractivo de la leyenda. Sigamos los demócratas en la lucha de calle con el Espíritu del 23 de Enero – los diputados a amarrarse los pantalones para dar la pelea sin concesiones - haciendo política, como he sostenido siempre, escuchando y capitalizando las angustias y sufrimientos del pueblo, e insistiendo, por si hay duda todavía, en que el responsable de su dolor tiene nombre y apellido: Hugo Chávez.
Rafael Marrón González
Recuerdo esta leyenda dado el inmenso suspiro de esperanza que recorrió la espina dorsal del país ingenuo por el discurso “conciliador”, que reconoció como “adversarios políticos” – “pero no enemigos” - a quienes hasta el día anterior eran lacayos inmundos del imperio, vende patrias y sarnosos a los que había que “triturar” – lo que fue apoyado por el rancio guerrillero Soto Rojas con el culto latinazo: “hip, Carajazos y más carajazos para la oposición, hip” - durante el acto litúrgico en la Asamblea Nacional – convocado para presentar su Memoria y Cuenta - en el que un Chávez trajeado de lana cruda, se dedicó a auto alabarse en una repetición del diálogo de la reina malvada con el espejo: “¿Espejito, espejito, verdad que yo soy mejor que los de la cuarta?”, obviando la Memoria de miles de millones de dólares albañalizados y olvidando la Cuenta de la inflación y el desempleo y el alto costo de la vida y el brutal endeudamiento, en una joda caricaturesca.
Y leo declaraciones de chavistas que catalogan de maravilla espiritual, que devuelve la fe y las esperanzas al país, aquel sirénido canto de casi ocho horas, precedido de golpecitos al hombro al despojado y vejado Eduardo Gómez Sigala, apretón de mano a su reo Richard Blanco y diálogo serenatero con la – hasta ayer - “burguesita” y “pitiyanqui” María Corina Machado, a quien dedicó su deseo por una mujer presidente “dentro de dos o tres períodos” – esperanza del que siembra coco - para desconcierto de la focamenta roja rojita que ya tenía los tridentes en la mano para destriparlos si se portaban mal, según el manual de la Iglesias.
Pero lo que desbordó la fe de los creyentes en la fábula del Mago de Oz, fue aquel Do de pecho con el cual Chávez sorprendió al país anunciando su renuncia a la Ley Habilitante… en unos cuantos meses – pssst, ¡qué demócrata, señor, nos gastamos los venezolanos! Y las focas que no durmieron durante días para lograr la hazaña de dejar sin efecto la voluntad popular, volvieron a sentir que la quaker se le subía al rostro, tal como les pasó con la Ley de Universidades que les llegó de Cuba y, después de ser defendida “con la vida si es preciso”, tuvieron que salir a gritar consignas en su contra, con el rostro congestionado de avena.
Pero, ¡oh, sorpresa!, unas horas apenas después se le salió el otro yo del doctor Merengue: “¡Vayan a lavarse ese paltó, yo no devuelvo nada!”. Gracias a Dios – y certificado por la inefable Cilia Flores – que los diputados de oposición optaron por ponerse “tapones” en los oídos - no “un tapón en las orejas”, doña Cilia – y no pararle al llamado al “diálogo”… de sordos que acostumbra convocar cada vez que tiene el santo volteado – 60% de los venezolanos aseguramos que se va el 2012. Más duro estaba Ben Alí.
“Yo no soy comunista”, no señó
Dividiendo al país entre “revolucionarias y revolucionarios” y no revolucionarias y no revolucionarios” Chávez inició su canto magistral a la convivencia pacífica - obediente y no deliberante, claro - jurando por Maisanta – un santo de la corte malandra - que “aquí no hay ningún proyecto comunista” – “asumo el marxismo. Lo asumo: Y yo cuando asumo, asumo” (Chávez, 15 de enero de 2010) - “El Comunismo prevé la eliminación del Estado y de la propiedad privada. Eso no está previsto aquí”, con lo que siguió enloqueciendo a sus fieras hambrientas de derechos liberales, que ya no sabían a que atenerse al recordar las recientes leyes sancionadas entre gallos y medianoche – incluyendo la suspensión de las sentencias de desalojo para inquilinos morosos - que, precisamente, minimizan y vulneran la constitucionalidad de la propiedad privada - "hay que replantear el concepto de propiedad privada y hacerlo virar hacia el de propiedad social”, (Chávez 10 de mayo de 2009) - y crean el Estado comunal inserto en el Poder Popular, desmontando el Estado republicano. Comunismo puro.
¿Cuántas veces Chávez ha negado ser comunista, para seguir imperturbable sus prácticas liberticidas? La campaña anticomunista que despertó la aversión del 80% de la población venezolana hacia ese sistema de criminales y ladrones, lo obligó a recoger las velas una vez más. ¿Habrá algún idiota que le crea? No hay que aflojar en el alerta. Camarón que se duerme se lo comen el Día de las Secretarias.
“Lo mió es el respeto por el sector privado”
“El sector privado nacional que trabaja y que quiera trabajar, y que necesite algún apoyo del Gobierno, aquí está esta mano para que trabajemos juntos y levantemos la producción nacional, de la pequeña, mediana y gran empresa” – asustado por la escasez que vendrá se le olvidó el despojo de tierras al sur del Lago ¿para entregarlas a un millonario platanero ruso? y las expropiaciones de propiedades urbanas para ahorrarse el gasto en las acometidas de servicios en la construcción de viviendas – una chupetica de cianuro, después de haber lanzado al ludibrio público al empresariado digno – 60% del aparato productivo nacional ha sido destruido por el miedo a que financiara a la oposición - colocándolo a merced de los enanos morales que lo acompañan en sus tropelías contra el Estado de derechos. ¿Habrá un empresario que le crea?
El campeón de levantamiento de diálogos
Los regimenistas – ases de la adulancia - amanecieron denunciando que la oposición rechazaba el llamado al diálogo – interpretado por ellos como reconciliación - y uno en particular señaló que la oposición sigue el camino de la guerra - se creyeron la existencia de opositores moderados – toda moderación frente al despotismo es un acto de traición - cuando los que andan de escopeta armada son ellos y sus legiones de fanáticos estandarizados en Cuba.
La pregunta que debe hacerse todo ciudadano consciente es ¿por qué vamos a creer que un hombre que existe por y para la violencia y el odio, es sincero en esa invitación a la conciliación? ¿No será pa´morderme? A cuántos operativos dialécticos ha convocado Chávez en estos doce años.
¿Recuerdan su transfiguración de abril de 2002, luego que el pueblo indignado lo sacara de Miraflores a llorar a La Orchila aferrado al tobillo de un cura? ¿Cuántas toneladas de diálogo prometió para luego dar una soberbia patada militar a los ingenuos que le creyeron? Para empezar hay que conocer qué es lo que una psiquis como la de Chávez entiende por diálogo o conciliación: ¿Que aceptemos aborregadamente que el carnet del PSUV sea la nueva Cédula de Identidad, para que toda la nación en santa paz – de los sepulcros – grite lobotomizada: Uh ah Chávez no se va?
Y “esos muertos no son míos”
“Cuál es el código ético (¿?) que le puede permitir a alguien achacarme a mí la culpa de 150 mil muertos, que alguien se pare y lo diga”. Que un todoterreno como Chávez – acostumbrado a asumir los privilegios del poder total – demuestre tamaña cobardía frente a las consecuencias de las pésimas políticas en materia de seguridad, el abandono de las policías, fiscalías y tribunales – con la impunidad como resultado - y el incesante llamado a la lucha de clases que estimuló la violencia en el resentimiento social, no tiene otra explicación que el pavor de perder el favor popular por su violación al principio constitucional que lo obliga a responder por el derecho a la vida y a la integridad personal.
Y, además, vergüenza debía darle el desborde del hampa a este gobierno militarizado – repleto de generales en jefe – gracias a Dios no se le ha ocurrido a ninguna de esas islitas del Caribe realizar una invasión armada, ya seríamos colonia de Bonaire. Cuatro de cada diez hogares venezolanos han sido enlutados por el hampa durante el turno de vigilancia de Chávez. Y escurre el bulto como la embarazada del viento.
En conclusión
Sin obviar que la naturaleza del alacrán es inmutable, ese discurso no es más que un canto de sirenas sin el atractivo de la leyenda. Sigamos los demócratas en la lucha de calle con el Espíritu del 23 de Enero – los diputados a amarrarse los pantalones para dar la pelea sin concesiones - haciendo política, como he sostenido siempre, escuchando y capitalizando las angustias y sufrimientos del pueblo, e insistiendo, por si hay duda todavía, en que el responsable de su dolor tiene nombre y apellido: Hugo Chávez.
Rafael Marrón González
0 comentarios:
Publicar un comentario