Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

12 de marzo de 2011

¿Por qué Liberalismo Siglo XXI? (III)

El liberalismo, en todo el mundo occidental de economías exitosas, debe fortalecer la pugna por la libertad y la responsabilidad individuales y el consiguiente desmantelamiento del colectivismo en todas sus vertientes, partiendo de la premisa de la contradicción de la ética, la democracia y el derecho con el socialismo y sus adjetivaciones hipócritas, definido como ausencia o limitación de la propiedad privada, masificación ideológica y planificación estatal de la vida social y económica de la nación. Hoy en día – aunque no se perciba a simple vista – la humanidad marcha hacia un mundo cada vez más liberal, impulsado por la profusión de redes sociales cibernéticas, lo que permite una globalización de facto de elementos culturales, económicos y políticos imbricados con la libertad. Y esto deja la práctica socialista reducida a unas cuantas realidades atrasadas y bestializadas por un poder que solamente es posible por la fuerza de las armas. La atracción del discurso filantrópico del socialismo/ comunismo se desvanece en la cruel realidad de su práctica. Venezuela es un ejemplo.

Igualdad de oportunidades en el L-SXXI

Aunque compartimos con el liberalismo clásico la igualdad solamente ante la ley, tal como la enunciara Bolívar para Colombia, y sin salirnos de la lógica de esa premisa, el Liberalismo S-XXI incluye la “equidad” - como igualdad de oportunidades - en su planteamiento político, como el equilibrio de compensación – a través de la educación - que permite a los nacidos en desventaja social y económica poder competir en igualdad de condiciones.

El libre mercado en el L-SXXI

El liberalismo ha comprobado en el mundo desarrollado las ventajas del libre mercado, pero es imperativo que el Estado regule las relaciones económicas para la protección de los más débiles, aunado a un sindicalismo de avanzada, que proteja tanto a los trabajadores como a la empresa como fuente de trabajo contribuyendo a su expansión y crecimiento, propendiendo a la cogestión accionaria.

La pobreza en el L-SXXI

La pobreza debe ser analizada en su estructura interna para poder ser combatida, partiendo, con sinceridad, de reconocer que hay que controlar la natalidad – como lo hace voluntariamente la clase media - que no todo quien vive en un barrio es pobre y que la pobreza no es un asunto de ingresos económicos – un “cuidador” callejero de vehículos, gana entre 300 y 500 BsF diarios y no deja de ser un indigente. He sostenido en otros artículos que la pobreza esta dividida en: 1 - Pobres porque no quieren dejar de ser pobres – seres infectados de ignorancia que dilapidan fortunas en vicios y necedades, con estos no hay nada que hacer sino minimizar su población culturizando su descendencia. 2 - Pobres porque no pueden salir de la pobreza por sus propios medios, que deben ser objeto de intervención del Estado, sin paternalismo, para ayudarlos a superar sus limitaciones, pero con la división necesaria entre recuperables e irrecuperables: Entre los recuperables tenemos niños en estado de abandono o de riesgo, madres de hogares infuncionales, indígenas, y entre los irrecuperables, a quienes hay que atender porque no pueden aprender a pescar, están los indigentes, enfermos desvalidos, ancianos abandonados. Y 3 - pobres en tránsito, que son formidables herramientas de superación a través del trabajo, el estudio y la responsabilidad, y que pueden perderse en la pobreza atávica, resignada, tradicionalista, sino se les estimula el deseo de superación. Es a ellos a quienes hay que dirigir el énfasis educativo, de calidad, con programas de detección temprana de sus aptitudes y sembrando en ellos la conciencia necesaria para eliminar la incultura pobrecitista. Es con individuos de conciencia inteligente como se vence la dependencia y el atraso que sustenta el discurso comunista de depredadores de la libertad como Chávez, basado en la conservación de las masas en la ignorancia para la preservación del poder. Sigue…

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