Una desenfadada reina de belleza afirmó en una de esas entrevistas que les realizan ante el jurado para demostrar que estas jóvenes son algo más que nalgas y siliconas, que Confucio era el “inventor de la confusión”, pero ignorancia aparte la verdad es que observando los pujos ideológicos de partidos de oposición e individualidades políticas que han abandonado las filas del chavismo, para colocarse en alguna corriente socialista inédita, pareciera que Confucio, en su calidad de inventor de la confusión, los guía.
En estos días escuché a un prominente líder regional explicar por televisión que su partido era socialdemócrata y, además, socialista democrático, o sea, socialista al derecho y al revés.
Exactamente como la reina de belleza pero a ritmo de tango, pues socialismo y democracia son términos excluyentes, sin posibilidad de conciliación, pero la idiotez sigue citando a los países escandinavos, a Chile y a Brasil como ejemplo de “socialismo democrático”, cuando son sólidas democracias liberales con gobernantes de cualquier signo, como el cambio que acaba de suceder en Chile.
Pero hay otro más risible, un tal Henry Falcón que renuncia a la secta satánica llamada PSUV – pero aclarando que está con Chávez hasta el oído medio - y se mete al PPT - la manzana se pasea de la mesa al comedor - .porque desea construir un “socialismo participativo”, ¡vaya pa´lauyama! Socialismo es a participación lo que caníbal a vegetariano, porque la economía y la política socialistas son planificadas por el Estado central (en nuestro caso en Cuba) y las directrices bajan para su estricto cumplimiento por focas entrenadas para obedecer, por eso llamar “Federal” al Consejo de gobierno socialista que acaba de sancionar Chávez es una inmensa contradicción.
Pero la idiotez se extiende y vemos a conspicuos sindicalistas opinar haciendo pucheros, que a las empresas de Guayana, quebradas por el sistema socialista en el ejercicio de su función primordial de arruinar lo productivo para generar la sumisión por la subsistencia, “no ha llegado el socialismo”, consecuencia de la ignorancia que confunde socialismo con “capitalismo pa´los obreros”.
Por eso Chávez seguirá y seguirá hasta que una nueva generación sea capaz de ser varón – Uribe dixit - y mandar al fulano socialismo al carajo y ofrecerle al pueblo una alterativa real de desarrollo.
Estos seguidores de “Confucio el confuso” le han hecho un inmenso daño a la política nacional con sus vaguedades ideológicas que les han impedido llamar las cosas por su nombre y definir ante el pueblo el auténtico significado de un hombre como Chávez en el poder, que, entre paréntesis, sí está claro en su posición: Es comunista, es decir, concentra los medios de producción – o sea, el capital - en el Estado, planifica la economía según su real gana, elimina o deprime la propiedad privada y resigna la subsistencia salarial de los ciudadanos en general, al presupuesto del Estado, para la necesaria colectivización – masificación – de la sociedad.
Por lo tanto, todo socialista venezolano de oposición es chavista en algún grado, lo que no comparte es a Chávez. El problema de estos chavistas sin Chávez, deriva de la falsa dicotomía entre sociedad e individuo que presenta el antagonismo socialismo vs liberalismo, y es falsa porque socialismo no construye sociedad sino masa dependiente del Estado, es el liberalismo el que basando su doctrina en la libertad, que es individual, propende la formación de sociedades productivas y autónomas que mantienen al Estado.
El socialismo – todos los socialismos – propugnan la destrucción del capitalismo para, supuestamente, hacer prevalecer los intereses generales sobre los particulares - bien por la fuerza como en Cuba o en la Unión Soviética o por las reformas progresivas de la socialdemocracia, que es una escisión del comunismo, que en la práctica ha resultado en gobiernos mezcla de estatismo con libre mercado: “Tanto mercado y tanto Estado, como haga falta”. Lo que Bobbio, buscando oxigeno, llamaba “socialismo-liberal”. O sea.
Socialismos como arroz
Pero eso no es nuevo ni es una característica venezolana, sino que es inherente al asunto electoral producido por el clientelismo político que se sustenta en el mito “nosotros los pobres” vs “ustedes los ricos”, sin distinguir pobres por viciosos ni ricos por ladrones.
Como las promesas socialistas son bien bonititas pa´los pobres, aunque falsas – porque es imposible repartir una riqueza que no se produce y, además, la igualdad por decreto solamente puede ser por debajo - y el liberalismo sólo ofrece trabajo y más trabajo hasta que la muerte nos separe y la igualdad es ante la ley y cada quien surge de acuerdo a sus capacidades, es machete para conseguir votos mentir con el socialismo como compendio de “justicia social” que es traducida por el pueblo como “conceder privilegios por la simple existencia”: Nací, por lo tanto me tienen que dar lo mismo que el otro ha adquirido con su esfuerzo. Y así se exime al individuo de toda responsabilidad con su destino personal.
¡Qué vaina tan bella! La verdad es que la “justicia social” no es otra cosa que filantropía o caridad estatal. Conducta ejemplar en el área privada, individual, pero nefasta en lo público y perversa en lo político.
Los regímenes de fórmula socialista, todos autoritarios y estatistas y ninguno, ni por asomo, porque no puede serlo, democrático, son variados, entre ellos destacan el comunismo (supuesto paraíso social marxista “a cada cual según sus necesidades”, que jamás se ha concretado por la estupidez criminal de la dictadura “del proletariado” (socialismo real) que, como sostenía el confuso Proudhom: es una contradicción que propugna esclavizar al individuo para hacer “libre” a la masa), la socialdemocracia (colectivización de la sociedad a fuego lento donde aterrizan todos los comunistas espantados de la realidad confundiéndose en un solo patuque con adecos y copeyanos que también se metieron), y…
El nazi-chavismo
Tanto en el nacional-socialismo (nazismo) como en el chavismo, la célula social fundamental no es el Estado, sino el "Pueblo", pero configurado según criterios raciales: En el caso de Hitler, la superioridad de la raza aria; con Chávez, de los indios y negros.
Es la raza, por lo tanto, la que genera las claves de acceso, por su poder comunicacional interno, que producen los fuertes lazos afectivos entre el Pueblo y su líder masivo. Por eso se llama al líder del proceso nazi Führer, es decir, el conductor, en el caso del chavismo, “Micomandante” traduce Führer.
Producto de la naturaleza de esta relación entre el líder único y su Pueblo (quien no lo siga o disienta o critique es no - pueblo), tanto en el nazismo como en el chavismo, el hecho de que ejerza también constitucionalmente la Presidencia de la República es secundario, pues es ese Pueblo el que le insufla el poder suficiente para dirigir el Estado de forma omnímoda y ese poder no reconoce límite alguno, pues se ejerce para servir al "Pueblo". Por lo tanto el Estado, para el nazismo y para el chavismo, es sólo un simple aparato jurídico que sirve al Pueblo (Poder Popular), a través del uso ilimitado del poder político que ejerce el Führer o Micomandante.
Por eso, en el nazismo, como en el chavismo, lo central es entonces la comunidad (comuna) o Pueblo seducido, organizado y estructurado sobre criterios raciales, controlado por violentas bandas armadas “camisas pardas” o “franelas rojas” mientras se transforma el ejército en aparato de represión interna (milicias urbanas y campesinas).
En cuanto al individuo, éste está subordinado al Pueblo, sólo tiene derechos en la medida que es parte de él y participa para asegurar la satisfacción de los intereses de la comunidad, no tiene derechos por y para él. “Tú no eres nada, tu Pueblo lo es todo”.
El chavismo, entonces, es una fusión entre el nazismo como Poder sustentado en “su” Pueblo y el comunismo en cuanto capitalismo de Estado. En ambos, en la praxis, el fundamento es el ejército y no la ideología.
En conclusión
Como decía el chavista Joselo en un sketch: O eres molusco o eres marisco. No hay más opciones. ¿Crees que: El derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad son fundamentales de la persona humana, el individuo es la célula fundamental de la sociedad, la persona no debe tener amo, ni público ni privado, toda persona debe recibir una recompensa acorde con el esfuerzo realizado, la libertad es un bien supremo por encima de la igualdad, debemos entendernos con quienes piensan diferente y no exterminarlos, cada quien debe surgir de acuerdo a sus capacidades, toda persona es responsable de las consecuencias de sus actos, los países progresan por el trabajo de sus pueblos? Entonces, amigo, eres liberal, déjate de zarandajas y vente pa´cá. A edificar el progreso colectivo por el desarrollo individual, a través del trabajo, el estudio y la responsabilidad.
En estos días escuché a un prominente líder regional explicar por televisión que su partido era socialdemócrata y, además, socialista democrático, o sea, socialista al derecho y al revés.
Exactamente como la reina de belleza pero a ritmo de tango, pues socialismo y democracia son términos excluyentes, sin posibilidad de conciliación, pero la idiotez sigue citando a los países escandinavos, a Chile y a Brasil como ejemplo de “socialismo democrático”, cuando son sólidas democracias liberales con gobernantes de cualquier signo, como el cambio que acaba de suceder en Chile.
Pero hay otro más risible, un tal Henry Falcón que renuncia a la secta satánica llamada PSUV – pero aclarando que está con Chávez hasta el oído medio - y se mete al PPT - la manzana se pasea de la mesa al comedor - .porque desea construir un “socialismo participativo”, ¡vaya pa´lauyama! Socialismo es a participación lo que caníbal a vegetariano, porque la economía y la política socialistas son planificadas por el Estado central (en nuestro caso en Cuba) y las directrices bajan para su estricto cumplimiento por focas entrenadas para obedecer, por eso llamar “Federal” al Consejo de gobierno socialista que acaba de sancionar Chávez es una inmensa contradicción.
Pero la idiotez se extiende y vemos a conspicuos sindicalistas opinar haciendo pucheros, que a las empresas de Guayana, quebradas por el sistema socialista en el ejercicio de su función primordial de arruinar lo productivo para generar la sumisión por la subsistencia, “no ha llegado el socialismo”, consecuencia de la ignorancia que confunde socialismo con “capitalismo pa´los obreros”.
Por eso Chávez seguirá y seguirá hasta que una nueva generación sea capaz de ser varón – Uribe dixit - y mandar al fulano socialismo al carajo y ofrecerle al pueblo una alterativa real de desarrollo.
Estos seguidores de “Confucio el confuso” le han hecho un inmenso daño a la política nacional con sus vaguedades ideológicas que les han impedido llamar las cosas por su nombre y definir ante el pueblo el auténtico significado de un hombre como Chávez en el poder, que, entre paréntesis, sí está claro en su posición: Es comunista, es decir, concentra los medios de producción – o sea, el capital - en el Estado, planifica la economía según su real gana, elimina o deprime la propiedad privada y resigna la subsistencia salarial de los ciudadanos en general, al presupuesto del Estado, para la necesaria colectivización – masificación – de la sociedad.
Por lo tanto, todo socialista venezolano de oposición es chavista en algún grado, lo que no comparte es a Chávez. El problema de estos chavistas sin Chávez, deriva de la falsa dicotomía entre sociedad e individuo que presenta el antagonismo socialismo vs liberalismo, y es falsa porque socialismo no construye sociedad sino masa dependiente del Estado, es el liberalismo el que basando su doctrina en la libertad, que es individual, propende la formación de sociedades productivas y autónomas que mantienen al Estado.
El socialismo – todos los socialismos – propugnan la destrucción del capitalismo para, supuestamente, hacer prevalecer los intereses generales sobre los particulares - bien por la fuerza como en Cuba o en la Unión Soviética o por las reformas progresivas de la socialdemocracia, que es una escisión del comunismo, que en la práctica ha resultado en gobiernos mezcla de estatismo con libre mercado: “Tanto mercado y tanto Estado, como haga falta”. Lo que Bobbio, buscando oxigeno, llamaba “socialismo-liberal”. O sea.
Socialismos como arroz
Pero eso no es nuevo ni es una característica venezolana, sino que es inherente al asunto electoral producido por el clientelismo político que se sustenta en el mito “nosotros los pobres” vs “ustedes los ricos”, sin distinguir pobres por viciosos ni ricos por ladrones.
Como las promesas socialistas son bien bonititas pa´los pobres, aunque falsas – porque es imposible repartir una riqueza que no se produce y, además, la igualdad por decreto solamente puede ser por debajo - y el liberalismo sólo ofrece trabajo y más trabajo hasta que la muerte nos separe y la igualdad es ante la ley y cada quien surge de acuerdo a sus capacidades, es machete para conseguir votos mentir con el socialismo como compendio de “justicia social” que es traducida por el pueblo como “conceder privilegios por la simple existencia”: Nací, por lo tanto me tienen que dar lo mismo que el otro ha adquirido con su esfuerzo. Y así se exime al individuo de toda responsabilidad con su destino personal.
¡Qué vaina tan bella! La verdad es que la “justicia social” no es otra cosa que filantropía o caridad estatal. Conducta ejemplar en el área privada, individual, pero nefasta en lo público y perversa en lo político.
Los regímenes de fórmula socialista, todos autoritarios y estatistas y ninguno, ni por asomo, porque no puede serlo, democrático, son variados, entre ellos destacan el comunismo (supuesto paraíso social marxista “a cada cual según sus necesidades”, que jamás se ha concretado por la estupidez criminal de la dictadura “del proletariado” (socialismo real) que, como sostenía el confuso Proudhom: es una contradicción que propugna esclavizar al individuo para hacer “libre” a la masa), la socialdemocracia (colectivización de la sociedad a fuego lento donde aterrizan todos los comunistas espantados de la realidad confundiéndose en un solo patuque con adecos y copeyanos que también se metieron), y…
El nazi-chavismo
Tanto en el nacional-socialismo (nazismo) como en el chavismo, la célula social fundamental no es el Estado, sino el "Pueblo", pero configurado según criterios raciales: En el caso de Hitler, la superioridad de la raza aria; con Chávez, de los indios y negros.
Es la raza, por lo tanto, la que genera las claves de acceso, por su poder comunicacional interno, que producen los fuertes lazos afectivos entre el Pueblo y su líder masivo. Por eso se llama al líder del proceso nazi Führer, es decir, el conductor, en el caso del chavismo, “Micomandante” traduce Führer.
Producto de la naturaleza de esta relación entre el líder único y su Pueblo (quien no lo siga o disienta o critique es no - pueblo), tanto en el nazismo como en el chavismo, el hecho de que ejerza también constitucionalmente la Presidencia de la República es secundario, pues es ese Pueblo el que le insufla el poder suficiente para dirigir el Estado de forma omnímoda y ese poder no reconoce límite alguno, pues se ejerce para servir al "Pueblo". Por lo tanto el Estado, para el nazismo y para el chavismo, es sólo un simple aparato jurídico que sirve al Pueblo (Poder Popular), a través del uso ilimitado del poder político que ejerce el Führer o Micomandante.
Por eso, en el nazismo, como en el chavismo, lo central es entonces la comunidad (comuna) o Pueblo seducido, organizado y estructurado sobre criterios raciales, controlado por violentas bandas armadas “camisas pardas” o “franelas rojas” mientras se transforma el ejército en aparato de represión interna (milicias urbanas y campesinas).
En cuanto al individuo, éste está subordinado al Pueblo, sólo tiene derechos en la medida que es parte de él y participa para asegurar la satisfacción de los intereses de la comunidad, no tiene derechos por y para él. “Tú no eres nada, tu Pueblo lo es todo”.
El chavismo, entonces, es una fusión entre el nazismo como Poder sustentado en “su” Pueblo y el comunismo en cuanto capitalismo de Estado. En ambos, en la praxis, el fundamento es el ejército y no la ideología.
En conclusión
Como decía el chavista Joselo en un sketch: O eres molusco o eres marisco. No hay más opciones. ¿Crees que: El derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad son fundamentales de la persona humana, el individuo es la célula fundamental de la sociedad, la persona no debe tener amo, ni público ni privado, toda persona debe recibir una recompensa acorde con el esfuerzo realizado, la libertad es un bien supremo por encima de la igualdad, debemos entendernos con quienes piensan diferente y no exterminarlos, cada quien debe surgir de acuerdo a sus capacidades, toda persona es responsable de las consecuencias de sus actos, los países progresan por el trabajo de sus pueblos? Entonces, amigo, eres liberal, déjate de zarandajas y vente pa´cá. A edificar el progreso colectivo por el desarrollo individual, a través del trabajo, el estudio y la responsabilidad.
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