La dama de dedos petulantes y el caballero oloroso a ignorante plenitud Me exigen que:
Cuando me indigne por la púber que el hambre prostituye
O por el niño que muere en el ajuste de cuentas
O por el alarido de la madre a la que la barbarie le sacó un hijo
O por la sangre del justo que resbala
sobre la calle tapizada de sangre de justos
O por el salario titilante del padre
de una familia de lata y cartón piedra
O por la anciana indigente
que agoniza en el pasillo mugriento
de un hospital moribundo
No maldiga al corrupto
No escupa al burócrata insensible
Ni mande a la mierda a quienes gobiernan
20 de abril de 2010
en
5:00 p. m.
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