Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

24 de abril de 2010

¿Gobiernos merecidos?

Una antigua conseja descalificadora expresa que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, yo no puedo compartir es infamia, aunque estoy convencido del importante papel de la ignorancia en la elección de sujetos inmorales – que no tienen currículo sino prontuario - de quienes estúpidamente se espera gobiernos morales.

El caso más reciente es el de Uruguay donde el pueblo entregó el poder a un sujeto – perteneciente a esa secta de asesinos que mientan “comunismo” - que ordenaba crímenes desde la cárcel, como fue demostrado en el caso del policía José Leandro Villalba, “el funcionario policial, que descubrió a José Mujica, prófugo de la Justicia, tomando copas en un bar y avisó a un comando que detuvo al guerrillero.

Más tarde, Mujica ordenó la muerte del policía, que fue asesinado a balazos por la espalda por un comando tupamaro, el 10 de enero de 1971, dejando los subversivos unos volantes, que decían: “Así pagan los traidores”. La pregunta es: ¿Qué traidores? Si Villalba era policía, y cumplía con su deber de luchar contra quienes asesinaban, robaban y secuestraban en plena democracia”. Mujica fue sentenciado por ese homicidio.

Otro crimen de Mujica, ordenado desde la cárcel, “fue el asesinato del jefe de seguridad del penal de Punta Carretas, Inspector Rodolfo Leoncino, por el hecho de no transar acuerdos con los tupamaros presos en esa cárcel. El encargado de asesinarlo, como bien lo ha reconocido públicamente, fue, entre otros, el ex ministro de Trabajo del gobierno de Tabaré Vásquez, Eduardo Bonomi – designado por Mujica Ministro del Interior - quien disparó cobardemente por la espalda al policía, el 27 de enero de 1972, mientras éste aguardaba un autobús en una parada cercana a su domicilio”. Pero esos casos puntuales son apenas una muestra, pues, como escribe un periodista uruguayo, “la lista de inocentes muertos por la guerrilla es extensa”.

Sin embargo el pueblo uruguayo lo eligió presidente de su nación y los izquierdistas del planeta celebran la conversión de este alacrán sanguinario que llenó de miedo, dolor y luto a la sociedad uruguaya, en oveja de paz y concordia, echando al peligro del olvido que este sujeto participó en 58 secuestros, allanó casas de familias, asaltó farmacias, bancos, fábricas, tiendas y fue encarcelado por 14 años para salir en libertad a hacer política luego de haber apaciguado – según esperan los bocabiertas – su naturaleza criminal.

¿Qué moral puede tener un pueblo sin sentido común, que elige a un sujeto de estas características para guiar los destinos de su nación, cuyo gabinete está integrado por posesos sanguinarios convencidos de que ningún ser humanos que piense diferente a ellos es digno de vivir? ¿Eso no es similar a colocar pederastas a cuidar niños? La justificación para elegir a este inescrupuloso que propició una reacción militar desmedida y también criminal, fue “que pidió perdón al país” reconociendo que se había equivocado al elegir el crimen como vía alterna a la política - ¿y el montón de muertos? - y el pueblo lo perdonó y acogió en su regazo para sacarle los gases.

¿Tiene capacidad ese pueblo para certificar – como Dios – la sinceridad de este liberticida? Sólo Dios tiene la capacidad de escudriñar el corazón del hombre, por lo tanto es el único con facultad para perdonar.

El patético caso Venezuela

Y es que el estamento democrático continental ha establecido que basta que los delitos cometidos por una naturaleza asesina se cubran como actos políticos para que la democracia se espernanque y permita que le socaven la integridad propiciando que los criminales logren por el engaño seductor lo que no pudieron por las armas: Destruir la democracia y eternizar su ideología en el poder.

Ninguna legislación contempla tal lenidad, que se acomete invocando la “reconciliación nacional” – como fue el caso del gobierno de Caldera con Chávez - lo que siempre finaliza con la democracia entregándoles el poder a sus enemigos con la esperanza de que el arrepentimiento del salvaje sea sincero – “Chávez no es así” - y no destruya a patadas el orden republicano, lo que siempre, al final, ocurre, como está ocurriendo con la edificación del Poder Popular en Venezuela para derogar la democracia liberal representada en la Asamblea Nacional, que será sustituida en días por una Asamblea Comunal dependiente de Miraflores, ahora de manera oficial.

Con la actitud del pueblo uruguayo o argentino, con ese par de rufianes que han sido siempre los Kirchner, o paraguayo, con el sinvergüenza de Lugo, o el nicaragüense – que eligió a un sádico y “ladrón” según la oposición de su país – o el deplorable caso de El Salvador que prefirió al candidato de una feroz organización criminal como el FMLN que sembró el terror en esa empobrecida nación con el apoyo de Fidel Castro.

El pueblo venezolano elevó – contra toda advertencia - a la dignidad presidencial a un enemigo furibundo de las instituciones del Estado democrático – las que suprime por el paralelismo gubernamental – porque buscaba desesperadamente un vengador de agravios, quien desde su llegada al poder informó claramente al país de sus intenciones totalitarias – “hasta el 2021” y ahora hasta el 2030 - que posteriormente fueron amparadas bajo la ideología castrocomunista, pero la sociedad de intereses creados se negó a escuchar el mensaje claro y fuerte que emitía contra los derechos ciudadanos, como la libertad de prensa (constreñida por métodos de apariencia legal); la propiedad privada – que para existir debe subordinarse a la revolución – el empresariado, los sindicatos, todo bajo el eufemismo de un Estado de legalidad ad hoc subordinado a la voluntad del caudillo que conforma hordas de débiles mentales uniformados para acallar toda expresión que choque con su proclama igualitarista demagógica, que esconde su obsesión enfermiza por el disfrute orgiástico del poder sustentado en la masa seducida por la venganza impune, la repartición de limosnas infamantes y su íntima asociación con la tenebrosa banda de los Castro que han sumido a Cuba en 51 años de ignominia.

Venezuela debe rescatar su dignidad

Pero a pesar de estar a la vista del mundo que este un gobierno inepto y corrupto – “un caudillismo rural militar con una manguera de petróleo”, según Felipe González - que ha degradado la productividad del país en un 47 % durante sus once años de disparates oficializados – “el mapa genético del gusano es idéntico al mío y el de la mosca al de ustedes” - colocándolo por debajo de países mucho más pobres como Argelia, Uganda y Kenia – que la economía venezolana es la única que retrocede en el subcontinente y su deuda es considerada como la más riesgosa del mundo y que ha sido absolutamente ineficaz en la solución y prevención de los graves problemas nacionales, entre ellos la brutal inseguridad, la precariedad de los servicios públicos, la inflación más alta del continente y una de las mayores del mundo, escasez de muchos productos básicos, aunado al desempleo – seis millones de venezolanos están desempleados o subempleados, lo que ha aumentado la pobreza exponencialmente - producido por el miedo de los inversionistas nacionales y extranjeros, todavía Chávez sigue contando con un elevado porcentaje de popularidad que solamente puede explicarse desde la perspectiva de un pueblo sin horizontes que se niega a enfrentar el porvenir y necesita al insultante “padrecito Stalin” para sobrevivir en la indignidad.

En conclusión

Si en Colombia no llega a la presidencia un estadista con el coraje de Álvaro Uribe, para defender la democracia y el Estado de derechos, los criminales y narcos de las FARC ya estarían disponiendo del Estado colombiano, con el aplauso del pueblo deglutidor de miserias.

Por esa misma causa la historia reconocerá el temple de los hondureños que sacaron a trompadas a quien quiso violar su constitución para enjalmar el país al castrocomunismo internacional, viudo inconsolable de la dantesca Unión Soviética, que solamente puede destruir, pues esa canalla está impedida genéticamente para construir y allí están las ruinas que ha dejado por donde ha tenido la desgracia de transitar.

Esto nos indica que América Latina – con algunas excepciones – sufre de una grave deficiencia de moral pública que la arrastra hacia su perdición si las fuerzas democráticas continentales no se unen en un solo bloque para combatir la ignorancia y propiciar el progreso colectivo por el desarrollo de sus individuos.
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20 de abril de 2010

La dama de dedos petulantes y el caballero oloroso a ignorante plenitud Me exigen que:

Cuando me indigne por la púber que el hambre prostituye
O por el niño que muere en el ajuste de cuentas
O por el alarido de la madre a la que la barbarie le sacó un hijo
O por la sangre del justo que resbala
sobre la calle tapizada de sangre de justos
O por el salario titilante del padre
de una familia de lata y cartón piedra
O por la anciana indigente
que agoniza en el pasillo mugriento
de un hospital moribundo
No maldiga al corrupto
No escupa al burócrata insensible
Ni mande a la mierda a quienes gobiernan
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17 de abril de 2010

19 de Abril: Pórtico de la Independencia

Se cumplen 200 años del movimiento político que significó el primer golpe de Estado contra una autoridad constituida en el territorio venezolano, que - como reacción contra la invasión de Napoleón a España - exigía el retorno de Fernando VII al trono.

Una prueba irrefutable la presenta la letra original de la canción escrita por Andrés Bello, entre el 19 y el 30 de abril, a la cual Lino Gallardo, por la prisa del momento, le colocó la música de una canción de cuna muy popular en la época, y que Guzmán Blanco impuso como Himno Nacional, eliminando las estrofas y versos comprometedores - “Pensaba en su trono que el ardid ganó/ darnos duras leyes el usurpador (Napoleón). Previó sus cautelas nuestro corazón/ y a su inicuo fraude opuso el valor” (…) “¿Qué aguardáis patriotas/ hijos de Colón? Marchad tras nosotros/ y viva la unión! (…) Unida con lazos/ que el cielo formó/ La América toda/ existe en Nación/ Temedla tiranos/ que el Orbe adoró/ Ya jura ser libre/ ya os ve con horror” - y cambiando los autores, que habían tenido relación con la corona, por Vicente Salias y Juan José Landaeta, aunque no los nombra en el decreto.

Otra evidencia histórica es que el 4 de Mayo de 1810, día viernes, la Gaceta de Caracas en su Nº 96 publicó un acuerdo de la Suprema Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, en el cual se instituye la cucarda que los Revolucionarios deberían llevar a la altura del brazo izquierdo: “... Se ha fijado e interpretado la cucarda que se ha permitido llevar a los habitantes de Venezuela en la forma siguiente: Los colores rojo y amarillo significan la Bandera Española que nos es común, y el negro nuestra alianza con la Inglaterra, timbreados (sic) estos con el retrato, o las iniciales del Augusto nombre de Fernando VII, a cuya libertad se han dirigido los esfuerzos combinados de ambas naciones y los votos generales de la América”.

Así que, repito, la insurrección del 19 de Abril de 1810 fue una reacción contra Napoleón y su invasión a España que en ese momento libraba su propia guerra de Independencia.

Si los militares – que fueron decisivos en el desconocimiento a la autoridades - funcionarios y pobladores españoles hubieran sospechado que los caraqueños pretendían separarse de España jamás hubieran apoyado el golpe de estado contra Emparan, de hecho el representante del clero en esa sesión del 19 de abril, Manuel Vicente de Maya, se negó, siendo diputado al Congreso de 1811, a apoyar la declaración de Independencia.

Ellos estaban, como toda la Península, contra la invasión de los franceses y defendían los derechos de Fernando VII, por ello apenas seis días después de decretada la Independencia, el 5 de julio de 1811, se sublevan guarniciones, se alzan los isleños en Caracas y Valencia y Monteverde sale de Coro a sofocar la insurrección generando una atroz guerra civil, pues esos primeros años hasta 1815 cuando España envió tropas a Venezuela, la guerra fue entre venezolanos realistas y venezolanos patriotas.

Antecedentes

El 14 de Julio de 1808, a las once de la noche, llegó a La Guaira el bergantín de guerra francés ¨Serpent¨, y su capitán, Paul de Lamanon, subió a Caracas el 15 en la mañana, y al mediodía se entrevistó con el Capitán General interino, Juan de Casas a quien hizo entrega del documento del Consejo de Indias en el que se le anuncia el ascenso de José I al trono de España y de las Indias, y le ordenaba reconocerlo como tal.

Al retirarse los emisarios, el gobernador Casas se puso patéticamente a llorar. Pero ya en Caracas circulaba la noticia vía rumor, porque el gobernador de Cumaná, Juan Manuel de Cagigal, había enviado a Casas unos ejemplares del Times de Londres, y el gobernador los hizo traducir confidencialmente con Andrés Bello, que era para el momento secretario de la Capitanía General.

El militar español Diego Jalón, de la guarnición de Caracas, y el criollo José Félix Ribas tuvieron un altercado con uno de los militares franceses, y formaron una manifestación que recorrió las calles de Caracas al grito de ¡Viva Fernando VII! ¡Muera Napoleón y los franceses! Pero un criollo, Manuel de Matos Montserrate, capitán retirado y hacendado, se salió del sumiso grito reivindicatorio, y elevando la voz por encima de la algarabía arengó a sus coterráneos: "¡...Ha llegado el momento en que los americanos gocemos de nuestra libertad. Es necesario que salgamos de todos los españoles y solo quedemos los criollos...!".

Por esta acción fue detenido, el 27 de Julio, y conducido a las bóvedas de La Guaira. Fue el primer patriota público de la emancipación venezolana, lo que debe ser reconocido de manera oficial.

¿Por qué se destituye a Emparan?

En mayo de 1808 las autoridades napoleónicas de España designan a Vicente Emparan como capitán General de Venezuela, país en el que ya había actuado como gobernador de la Provincia de Cumaná hasta 1804, pero antes de embarcarse se reúne con la Junta Central Suprema, que defiende los derechos de sucesión de la corona y abjura de su afrancesamiento y ésta lo designa también para ejercer el cargo de Capitán General de Venezuela, pero en su nombre, para reemplazar a Juan de Casas que era interino por la muerte de Guevara Vasconcelos.

Los caraqueños se enteran del afrancesamiento de Emparan, por intermedio del marqués de Casa León, que recién llegaba de España. de donde trajo la carta que el Consejo de Regencia envió a todas las provincias de ultramar, fechada el 14 de Febrero de 1810 y que constituye una declaración de Independencia: ¨...Desde este momento, Españoles Americanos, os veis elevados a la dignidad de hombres libres, no sois ya los mismos que antes encorvados bajo un yugo mucho más duro mientras más distante del centro del poder; mirados con indiferencia, vejados por la codicia y destruidos por la ignorancia...¨.

Las sospechas contra Emparan se acrecientan con las dilaciones de éste para decidirse a crear la Junta que defendería en Tierra Firme los derechos del sucesor de la corona.

El 19 de abril, los conjurados obligan a Emparan – a quien los oficiales de guarnición se niegan a obedecer - a renunciar a su cargo y a someterse a la prisión preventiva mientras esperaba su retorno a España.

La frase final del Acta del 19 de Abril, ratifica que el movimiento no era independentista o separatista, sino de repudio a Napoleón: “En el mismo día, por disposición de lo que se manda en el Acuerdo que antecede, se hizo publicación de este en los parajes más públicos de esta ciudad con general aplauso y aclamación de todo el Pueblo diciendo viva nuestro Rey Fernando Séptimo…”.

Sin embargo…

El momento fue aprovechado por líderes como José Félix Ribas – que se autoproclamó representante de los pardos - que rindió homenaje por las calles de Caracas a los mártires del Grito de Quito, ajusticiados el 10 de agosto de 1809, por lo que fue definitivamente el clarín que aceleró las acciones que desembocarían en el Congreso Constituyente de 1811 que creó la República soberana que debe seguir siendo la Venezuela de la actualidad.

Los patriotas de aquella hora rindieron homenaje al 19 de Abril incluyendo la fecha en el primer escudo de armas de la naciente república, cuyo diseño central representaba un sol en cuyo núcleo destellaba el número 19 en clara alusión a esta fecha patria y desde ese lejano entonces, en los sucesivos diseños de nuestro escudo se consagra el 19 de Abril como la fecha inicial de nuestra independencia, porque, aunque fue más bien su pórtico, nucleó a las distintas provincias – salvo Maracaibo y Angostura - Coro no era provincia para la época – en la asunción del concepto de patria como unidad territorial sujeta de derechos y generadora de identidad, palabra que había sido ya usada – infructuosamente - con ese mismo sentido, en los años 1744 y 1749 en la lucha de las distintas provincias contra la codicia de la Compañía Guipuzcoana.


El 19 de mayo de 1810, la Junta Gubernativa de Caracas dirige a las autoridades constituidas de todos los pueblos de Venezuela, su definición de “patria”: “… la patria no es el rey, el gobierno, o la constitución. Estos no son más que el modo en que aquello existe. La Patria es la congregación de hombres que viven bajo un mismo gobierno, sujetos a las mismas leyes y siguiendo los mismos usos y costumbres. El espacio de tierra en que nacemos, las riquezas que poseemos en él, no son precisamente la misma patria, sino el medio de subsistir cómoda y pacíficamente en esa congregación que la constituye”.

Lo rubrica Bolívar

Bolívar en la proclama que dirige al ejército el 19 de abril de 1820, exclama: “Soldados: Diez años de libertad se solemnizan en este día (…) Soldados: El 19 de abril nació Colombia”.
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10 de abril de 2010

Reconstruir Haití

Las ruinas de Vargas continúan amontonadas por allí y la diáspora varguense no ha podido regresar porque no hay lugar a donde volver, sin embargo: “La República Bolivariana de Venezuela comunicó formalmente a la ONU que proyecta realizar aportes a la República de Haití por 2.420 millones de dólares en el lapso 2010- 2016”.

Frente a esta munificencia personal del caudillo de Venezuela, con los reales del pueblo, la Unión Europea (27 países) donó 1.970 millones de dólares, Estados Unidos, 2.050 millones, el Banco Mundial prometió $479 millones. Brasil $172 millones. Y China millón y medio de dólares.

Pero la arruinada Venezuela sin luz, sin agua y sin empleo se da el lujo extravagante de superar el aporte de los países más ricos de la tierra, así como dona combustible para los ricos dueños de los edificios de alquiler de los barrios pobres de los Estados Unidos y para el transporte público de Londres - una de las ciudades más ricas del planeta - y promete financiar el proyecto de limpieza del río Hudson, mientras las viscosas aguas del Guaire apestan mucho más.

Pero así es la conducta de todo nuevo rico por azar, oscuridad en la casa y plantas eléctricas para Cuba y Nicaragua. Barrio adentro colapsado pero hospital de lujo en Uruguay. Con esos dos mil millones de dólares – que no dudo necesita el pobre pueblo haitiano – se pudieran construir dos millones de viviendas para el pobre pueblo venezolano.

Y no es que no me duela la tragedia de una republica inviable como Haití, cuyo mejor destino sería ser estado asociado de alguna potencia generosa, pues hablar de “reconstruir” en esa secular desolación, es una falta de sindéresis con ese depauperado país que, sin duda nos acongoja por su siempre.

Pero, señores y señoras, a pesar de nuestra piedad por la tragedia haitiana, la Venezuela de la actualidad tiene extensos “haitíes” por todos sus rincones. Basta recorrer cualquier barrio de cualquier ciudad de cualquier estado, para presenciar en carne viva la tragedia haitiana.

Niños comiendo basura. Gente viviendo bajo los arcos de los puentes. Delincuencia desatada imponiendo la pena de muerte. Rancherías de supervivencia, más precarias que las haitianas, por todas partes, hacinando millones de seres humanos en invasiones, sin los más elementales servicios públicos, cual víctimas de un terremoto. Como en Haití.

Farol de la calle activo

Ese farol de la calle que, como expresara Oscar Arias, “supera en generosidad a los Estados Unidos”, sin que le tiemble la responsabilidad nacional ha incorporado en masa, a través del disparate político llamado ALBA, a los habitantes de Nicaragua, Cuba, Bolivia, entre otros, al disfrute privilegiado de las exangües arcas del tesoro público de los venezolanos indiferentes al despilfarro de un gobierno que condena al país a un futuro haitiano, sin la solidaridad munífica de Venezuela con Haití.


“La regaladera”, como la bautizó el pueblo, que Chávez insiste en confundir con solidaridad, ha causado irreversible daño a la economía nacional, aunada a la destrucción del aparato productivo nacional - para privilegiar a empresarios capitalistas extranjeros, como los brasileños y argentinos – y a la desaforada compra de armas, en lo que Chávez ha gastado – que se sepa - 10 mil millones de dólares, y sigue comprando compulsivamente – Putin, el vendedor ruso que vino a cobrar la deuda atrasada, se llevó un pedido de $5.000M - hipotecando al país porque no hay dinero para pagar esa desmesura, ¿qué entregará a cambio si ya la Faja no alcanza? ¿Cuántos MW de electricidad se comprarían con ese dispendio? - y habla de producir energía atómica y de ingresar a una nueva carrera espacial, lo que concitó la burla de los gringos, pues no ha podido resolver el problema eléctrico y pretende viajar al espacio.

¿Qué será del satélite chino? Así que Chávez ha sido una bendición del cielo, no solo para los fracasados gobiernos socialistas del planeta, sino para el sistema capitalista internacional que hasta por rebote se beneficia de la telaraña ideológica de un hombre sin mayores luces elevado a la dimensión reservada a los estadistas, por la equivocación popular recurrente, que no cesará en sus errores hasta que se derrote la ignorancia como fuente inagotable de ascenso político para cuanto espontáneo se lance pa´presidente.

Es una actitud nacional

Sin embargo debo aclarar que esa forma de actuar de Chávez – manirrota, pantallera, irresponsable – es una actitud porcentual venezolana, pues demuestra el gentilicio mayor pesar por el sufrimiento extranjero que por el del patio.

Nos acostumbramos a recorrer ida y vuelta un corredor de privilegios, apáticos al tremendo dolor invisibilizado que nos circunda. Sólo quien ha tenido la osadía de acercarse a la realidad hasta quemarse con ella, es capaz de indignarse con esta forma de generosidad de exportación.

No existe dolor ajeno que no cuente con nuestra solidaridad automática. Basta ver las campañas de recolección de fondos para cualquier conmovedora causa foránea como recaudan dinero a montón, pero si la causa es nacional, aunque sea tan estremecedora como la de afuera, da vergüenza lo que se obtiene.

Pero, también se observa en la intimidad familiar: Conocí un mecenas popular que mantenía con su escaso salario un equipo ciclista, y por esa acción recibía pingüe reconocimiento mediático que le inflaban el orgullo. Un día visité su casa para entrevistarlo, lo que encontré fue una pobreza escalofriante: La esposa, apenas cubierta con harapos y descalza - parecía un afiche de la FAO contra el hambre - y los hijos, cuatro o cinco, desnudos o semi desnudos pero todos sucios, demostraban con sus escleróticas saltonas la inmensa desnutrición que padecían. Sobre eso escribí. El dinero de su responsabilidad familiar era dilapidado en obtener la fama.

Exactamente igual que la actitud presidenial de la actualidad. El flamante embajador ante la ONU se regodea con la generosidad sin parangón de su gobierno con Haití – “18 millones de dólares para cubrir operaciones diarias” - mientras seis millones de venezolanos sobreviven entre el desempleo y la buhonería de corre y corre. Es decir, casi el 50% de la fuerza laboral del país. Y el INE certifica que en 14 de las 24 regiones del país, la pobreza extrema ha aumentado.

Es tan disímil la prodigalidad de este gobierno, que mientras concede, por ejemplo, 900 millones de dólares a los ecuatorianos para cultivar cacao, a los venezolanos nos monta una arepera que cierra domingos y feriados para compensar la quiebra de las empresas de Guayana.

Ama a tu próximo como a ti mismo

Por alguna de esas extrañas complicaciones mentales del hombre moderno, se confundió el sentido primigenio de “próximo” – escrito con la “x” equivalente a “j” – y la palabra “prójimo” pasó, de “cercano a ti”, a significar “compromiso con los otros hombres”, que traduce con gente lejana y mejor si extranjera, de por allá… de Palestina, por ejemplo, cuyo drama conmovió a tal grado a los chavistas de la gran godarria, que hasta andaban de trapo en el pescuezo como Arafat, obviando que nuestro pueblo sufre también destierro secular en su propia tierra que le niega el pan, pero carece – en su brava carestía – hasta de símbolo alguno para el lucimiento mediático de chavistas faramalleros, que contrastan sus obscenos lujos contra las franelita colorás con errores ortográficos que porta el pueblo esperanzado que mendiga justicia.

De allí que la cita bíblica “Ama a tu próximo como a ti mismo” en sentido lato significa que - por solidaridad humana - como seas capaz de amarte debes amar a tus seres más cercanos – incluyendo a tus conciudadanos - y si los seres humanos cumpliéramos a cabalidad con ese mandato cristiano – así como con aquel que invita a no hacer lo que desagrada que nos hagan – no tendríamos ninguna necesidad de andar delegando la responsabilidad familiar al Estado - de donde deriva el nefasto paternalismo parasitario - ni metiéndonos en las vidas ajenas como el imperialismo chavista, que chapotea en miserias extraterritoriales teniendo charcas suficientes, fronteras adentro, para chapotear.

En conclusión

Venezuela necesita la inversión de absolutamente todos sus recursos para dar de comer a sus propios hambrientos, cuya desnudez tirita en ranchos insalubres, padeciendo el retorno de enfermedades endémicas y a merced de la ignorancia que sustenta tiranías por la supervivencia.

Por eso es hora de exigir en serio a este gobierno insensato y antinacional, cuyo paso por el poder marca en la escala de Ritcher cifra superior al terremoto haitiano, por la devastación causada, que cese el derramamiento de dólares venezolanos sobre naciones y organizaciones extranjeras y asuma y cumpla su responsabilidad con las necesidades de la patria, que es la gente.
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3 de abril de 2010

¡¡ Hay vida antes de la muerte !!!

Sí, leyeron bien, no es una perogrullada, ¡¡¡hay vida antes de la muerte!!!, pero hay tanta gente confundida buscando desesperadamente la vida ¡después! de la muerte – cosa que esperamos sea cierto aunque yo preferiría seguir aquí donde conozco - que se olvida completamente de vivir su vida y se llena de prohibiciones, complejos y tabúes que les impide disfrutar a plenitud esos momentos fugaces – algunos más o menos prolongados – de alegría que en nuestra hipérbole semiótica llamamos felicidad, como bien acota Fernando Savater.

Y es que, en esa extraña actitud ante el esplendor de posibilidades que traduce estar vivo – complicadas por el sofisma rico-pobre - nos hemos convertido en exégetas de la muerte – contradicción fundamental de quienes preconizan la inmortalidad del alma - llegando al colmo de gastar cifras escandalosas en entierros de cadáveres de familiares que jamás pudieron disfrutar en vida ni una mínima porción de ese derroche.

Urnas con acabado de piano y curvas lujuriosas, con playstation, teléfono celular, bar y aire acondicionado para albergar el saldo de una vida de privaciones, que será inhumado en un hoyo que se cotiza en Wall Street, porque él o ella “se lo merece”, sin embargo, que agradecido hubiera partido ese difunto si ese dineral se le hubiera ofrecido en vida para darse una vueltecita por Europa, que ya de su cadáver se encargará salubridad, por imperativos de la realidad.


Así que es necesario, muy necesario, que comencemos a pensar seriamente en que hay vida antes de la muerte y actuemos debidamente según esa certeza.

Podríamos comenzar por amarnos un poco a nosotros mismos, sin caer en el narcisismo, por supuesto, para frenar la banalización de la vida que tantas desgracias ha traído a la familia, imponiéndonos como disciplina derrotar nuestra ignorancia en materias tan sensibles como el arte de vivir, de compartir y de amar sin condición.

Sí lográramos ese propósito nos sorprendería encontrar lo que llamamos justicia, en un mandamiento sencillo, como su vida misma, del carpintero de Galilea: “Ama a tu próximo como a ti mismo”, pues nadie que no se ame adecuadamente puede amar al otro por cercano que sea.
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