En su viaje a la “casa del papa”, el discípulo de la
secta del pedófilo estafador Sathya
Sai Baba, Nicolás Maduro, que lleva 15 años en el gobierno empobrecedor del
extinto - hizo “una escala en Roma” para recibir un premio de la FAO a su gobierno
“por sus luchas contra la pobreza y el hambre”, por sus exitosas políticas
alimentarias, pues, me imagino que por aquella convocatoria a “cultivar”
pollos, o por los epidémicos cultivos “organopónicos” – el mosquero en Fuerte
Tiuna develó al pueblo su origen intestinal - o por los gallineros verticales,
que debió merecerles el galardón a la originalidad del siglo, o por la llegada al país, en esos días,
según el ministro del ramo, de 760 mil tonelada de alimentos – parece que fue
coba - cosechados en agroindustrias foráneas – en este viaje Maduro compró a
Portugal 100.000 toneladas de alimentos - porque la de aquí está quebrada, que
nos facturan el 80% de lo
que comemos los venezolanos.
También pudo ser por los contenedores de alimentos
podridos de PDVAL, que no me negarán ustedes que fue un espléndido programa
contra la desnutrición de los zamuros. Por
ese insólito premio infiero que la FAO, ciega ante la inflación venezolana que
cerrará el año entre 38 y 44%, la
mayor del mundo, se guió por datos suministrados por el INE, famoso por sus
bajos índices de desempleo – cuenta como salario estable las becas de las
misiones - y su cálculo de la cesta básica en 2.620 Bsf, cuando la realidad la
sitúa en 4.481,00 (CENDAS calcula la canasta básica familiar para el mes de
mayo en 11.131,03 Bsf). Un informe del Centro de Documentación y
Análisis de los Trabajadores indica que para diciembre de 1999, cuando esta
loquetera irresponsable llegó al poder, por la más ruinosa equivocación popular
de la historia, la canasta alimentaria costaba 247,58 Bs. Y hoy cuesta veinte
veces más aunque lo
disimule la farsa del “bolívar fuerte” – pregunten su cotización en la frontera
colombiana para comprobar lo “fuerte” que es.
Pero la FAO ve todo verde... dólar lo que incide en ignorar
que Venezuela presenta el peor desempeño económico de toda la región. Es que estos organi$mo$
internacionales son una tralla para rendir tributos a las chequeras fariseas de
izquierda. Supongo que a Cuba le tienen su galardón también. Y a Nicaragua. Y a
Bolivia. Definitivamente, es certero este viejo adagio que considera
indispensable la presencia de alcahuetas para garantizar la existencia de
hetairas: “sin cabrones no hay putas”. Con el debido irrespeto por las
autoridades de la FAO, cuyo, ahora, cuestionado premio tiene su antecedente en
la Universidad de Hamburgo y en el Papa Benedicto XV que concedieron a la
bestia criminal de Juan Vicente Gómez, la una un doctorado Honoris Causa, y el
otro la Orden Piana, destinada a piadosos destacados.
Porque basta revisar la prensa por Internet para conocer
a ciencia cierta que ese premio es una farsa mediática que robustece el
discurso embustero para las instancias internacionales que ignoran el nuevo
elemento que modifica el paisaje urbano nacional: las interminables filas
“patrióticas” – las que también evidencian el grado de desempleo - para
adquirir productos de primera necesidad desaparecidos por arte de ineficacia
gubernamental, lo que desmiente la supuesta disminución de la pobreza que ataca
despiadadamente a, por lo menos, dieciséis millones de venezolanos, de los
cuales 2.5 millones se acuestan sin comer – Venezuela sigue ocupando el segundo
lugar en el índice de miseria después de Irán - la auténtica amenaza al
gobiernillo de Maduro y no los aviones virtuales de combate producidos por las
ansias de volver de José Rangel.
Recuerda Maduro que premio FAO con hambre no dura. Y no
es una crítica “sifrina de la oligarquía” como sostienes, sino una verdad
catedrálica que pronto dejará escuchar sus ensordecedoras campanadas por toda
la geografía nacional, derribando los muros del chavismo como los de Jericó. La
soberbia revolucionaria obvia que sin real no hay uh, ah.
Lo cierto es que…
A pesar del vergonzoso premio de la FAO, la pobreza en
auge decretó que 2013 es el año de bajarle la santa maría a la bodega chavista:
se acabó la fiesta y la gozadera de la nomenklatura. El destino inexorable la
alcanzó huérfana, desnuda y balbuceante. Y matándose a dentelladas entre sí por
los despojos, mientras les echan los pendejos a los lobos.
Llegó la hora de pagar el fiado que permitió el boato
continental y no hay dólares ni quien preste por afinidad para aplacar la ira
popular que se siente crecer frete a los anaqueles vacíos. Los chinos vienen
por lo suyo como van por el negocio del Canal en Nicaragua.
Por eso la tristeza es el nuevo look del repleto chavismo
de la godarria, que con la bandera de la “justicia” social y sobre los hombros
roncos de la pobreza, se puso en fortunas descomunales que no encuentran en
bóveda alguna acomodo - salvo en los inviables paisitos tercermundistas, sin
capacidad para suministrar las opulencias que tales fortunas ameritan, como
Corea del Norte, Bielorrusia, ¿Cuba?, sí, oh - sin levantar sospechas de
peculado, corrupción, tráfico ilícito, legitimación de capitales y cuanta
posibilidad de robar se haya inventado en este período histérico, caracterizado
por la práctica de los siete – porque no hay cincuenta - pecados capitales,
dejando tras de sí para la investigación del estupor un irredento valle de
barrios miserables, niñez abandonada, delincuencia desbordada, quiebra de los servicios públicos,
infraestructura demolida, oscuridad, sed y miedo y salarios de hambre para los
educadores, trabajadores de la salud, policías y bomberos, que tendrá entre sus
símbolos más preciados, para enarbolarlo el día del juicio necesario, como
expresión inmarcesible del inmenso oportunismo de la internacional de los
chulos “raspalaolla”, el gran premio de la FAO. Sale pa´llá.
Rafael Marrón González
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