Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

3 de abril de 2015

13 DE ENERO DE 1830 NACIMIENTO DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA



El odio que el insepulto de la montaña se encargó profusamente de predicar contra José Antonio Páez, a pesar que en su proceso de “refundación de la república” siguió su ejemplo político, no tiene justificación histórica y denota la inmensa ignorancia que este padecía en materia tan delicada para la nacionalidad.

Cual un José Tadeo Monagas redivivo, el extinto la emprendió contra el héroe inmortal de Carabobo, cuya lanza mantuvo izada la república en los Llanos mientras en el resto del país era una desesperada ilusión. Mancillar el nombre de José Antonio Páez desde la primera magistratura nacional, justificado con la supuesta traición a Bolívar que significó la separación de Colombia, es una lesión a nuestra historia porque el verdadero secesionista fue Bolívar, el problema se origina porque Bolívar quería que la separación fuera realizada, legalmente, por el Congreso Admirable de 1830, y Venezuela se separó de facto, pero la secesión colombiana era para ese momento histórico una realidad incontrovertible por la aspiración legítima de sus pueblos.

Una república militar tan extensa como lo era Colombia solamente era posible con un poderoso ejército cuyo mantenimiento era imposible para la nación.

Al respecto Páez puntualiza en su Autobiografía: “En resumen diré que la separación de Venezuela, Nueva Granada y Ecuador, era una necesidad física inevitable; que los pueblos la hicieron; que ningún caudillo podría haberla inspirado y menos conseguido; que a mí me tocó encontrarme con mando en Venezuela cuando aconteció; y que hacerme responsable de ella, sobre injusto por la mala voluntad que se me atribuye, no lo es menos por el honor que inmerecidamente se me confiere, considerándome autor exclusivo de una idea que emanó de todos los grandes talentos de la época”. Y por otro lado, Bolívar decretó prácticamente la separación de Venezuela cuando colmó de honores a Páez en 1827 apoyando de manera tácita su desobediencia al Congreso que había ordenado su comparecencia en Bogotá.

De allí surgió la ruptura con Santander que en respuesta convocó la llamada Convención de Ocaña que derivó en la dictadura de Bolívar. Todo un desastre político por validar a Páez. Pero además, en una carta que envía a Tomás C. Mosquera el 15 de Noviembre de 1828, Bolívar confiesa: “Yo no sé si debo culparme por haber aceptado el mando que estoy ejerciendo; más tengo el consuelo de que propuse a la Gran Convención mi entera separación del mando y dividieran al país conforme a sus antiguas divisiones. Todo eso consta a su hermano Joaquín, que fue uno de los que se opuso a mis propuestas…¨.           

El 13 de enero resurge Venezuela como nación única e indivisible

El  13 de enero de 1830, Páez en su carácter de Jefe Superior Civil y Militar de Venezuela convoca a elecciones mediante Decreto que en su considerando expresa: ¡Pueblo de Venezuela! Habéis manifestado que queréis separaros del gobierno de Bogotá y no depender más de la autoridad de S.E. el Libertador general Simón Bolívar. Os habéis pronunciado al mismo tiempo para que se establezca en Venezuela un gobierno soberano, popular, representativo, alternativo, electivo y responsable; y ha sido tal la decisión de vuestros votos, tal la unanimidad con que los habéis emitido, que faltaría a mis deberes para con la patria, si no aceptase el honroso encargo que me habéis hecho de sostenerlos y de hacerlos efectivos, reuniendo el Congreso que ha de sancionar la Constitución de Venezuela”.

¡Ya tenemos patria!

El 1º de agosto de 1830, desde Valencia Páez difunde su alocución al país: “Venezolanos. ¿Qué buscábamos? ¿Una patria? La tenemos ya. He aquí, pues, el grande premio de nuestras fatigas, que vivirán la edad del mundo, si dóciles al grito de la conciencia pública nos prosternamos ante ella. (...) ¡Venezolanos! no más actas: no más pronunciamientos: no más que obediencia al soberano Congreso. Busquemos en el sistema republicano, popular, representativo, alternativo y responsable que hemos establecido, esa felicidad por que anhelamos 20 años ha. Una Legislatura después de otra irá cerrando nuestras heridas, arreglando nuestros intereses, metodizando las cosas, y colmarán nuestros deseos. (...) Yo no quiero servir, ni dejaré de servir en el puesto que se me señale; nada deseo sino observar fielmente lo que el Congreso acordare. Si éste dejare de existir tampoco existiría vuestro compatriota”.

Un gobernante de mentalidad moderna para una Venezuela en formación

Una de las facetas más extraordinarias de Páez es el cabal conocimiento de sus limitaciones. No se cree el que lo sabe todo, como tanto mediocre que nos ha gobernado, y se rodea de las mejores mentes. Sigue de esa manera una de las máximas de Bolívar: “El modo de gobernar bien es el de emplear hombres honrados aunque sean enemigos”. Y aquí la palabra honrado abarca todo el espectro de la honestidad, inteligencia, probidad, capacidad, dignidad, austeridad, sencillez, aptitud y actitud. Por ello se llamó a su gobierno “deliberativo”, porque permitía la participación de los mejores y de los expertos en la toma de decisiones.

13 de Enero de 1830: fecha para la coherencia histórica

El 13 de enero de 1830 la República de Venezuela, nacida el 5 de julio de 1811, recupera su soberanía y los venezolanos volvimos para siempre a nuestra orgullosa nacionalidad, pues con Bolívar éramos colombianos. Por eso, sin menoscabo para la gloria eterna de Bolívar, lealtad común del pueblo venezolano, es José Antonio Páez el fundador de la moderna República de Venezuela y el restaurador de la nacionalidad, quiéranlo o no así los chavistas y su frustrado complejo de Adán derivado de la ignorancia.

Rafael Marrón González



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