Cuando denuncio al ladrón y al canalla sólo al canalla y al ladrón señalo

Cuando llamo ladrón al ladrón y canalla al canalla, sólo al ladrón y al canalla aludo. Ladrones y canallas suelen cobijarse bajo la pudibundez moral, la insulsa descalificación y las leyes dictadas ex profeso para acallar la voz tronante que los desnuda como canallas y ladrones. Nada me produce más satisfacción que contemplar los cadáveres insepultos de ladrones y canallas, aullando sus pútridas carnes las huellas de mi látigo, deambular ululantes en los muladares buscando un rincón para cavar sus tumbas con la sordidez de su moral deshilachada. ¡Silencio ladrones y canallas que, aunque los tiempos parecen favorecer a canallas y ladrones, este espacio es un reducto de la decencia y de la integridad!

29 de junio de 2014

“NOBLE Y LEAL CIUDAD”


Era martes aquel día 22 de mayo de 1764 cuando el  teniente coronel Joaquín Sabas Moreno de Mendoza, arribó con 249 pobladores, más los soldados de la guarnición, con animales y enseres, a estrenar la nueva ciudad que con el nombre de Nueva Guayana de la Angostura del Orinoco había comenzado a edificar, por instrucciones del rey Carlos III, en febrero de 1764, a “189 kilómetros río arriba, a la margen sur del Orinoco, en el sitio donde este se estrecha hasta unos 800 metros”, luego de recorrer las 34 leguas que lo separaban de la antigua Ciudad del Santísimo Sacramento y Santo Tomé de Guayana. 

Razón por la cual la nueva ciudad obvió su acta de fundación, pues, a pesar de haber cambiado de nombre, se trató de la sexta mudanza de la originaria Santo Tomé de Guayana fundada por Antonio de Berrío y que ha sido la ciudad peregrina de Venezuela, pues huyendo de los ataques de los piratas ingleses y holandeses y de los feroces indios caribes, que solían atacar lanzando su pavoroso grito de guerra: ¨¡Ana karina rote amaukón papororo itoto mantó!¨(sólo nosotros somos gente y todos los demás nuestros esclavos), tuvo que mudarse en seis oportunidades, entre 1595 y 1764, existiendo, precaria y amenazada.

Bajo los nombres de Santo Tomé de Guayana – sita originalmente probablemente en el actual Palúa y con dos mudanzas hasta su asiento a orillas del río Usupamo, donde se le construyen dos castillos fortificados para su defensa – y Santo Tomé del Santísimo Sacramento de Guayana – reducido a Ciudad del Sacramento de Guayana – en la actual Matanzas, que es destruida por los caribes, para volver de nuevo a orillas del Usupamo de donde parte para constituirse en ofrenda al Libertador como  Ciudad Bolívar a partir del 24 de junio de 1846, en consideración a que en su tierra el Libertador lanzó la Segunda declaración de independencia, en correspondencia dirigida al insolente agente de negocios estadounidense Juan Bautista Irvine, el 7 de octubre de 1818: “No permitiré se ultraje ni desprecie al gobierno y los derechos de Venezuela, defendiéndolos contra España ha desaparecido una gran parte de nuestra población y el resto que queda ansía por merecer igual suerte. Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero si todo el mundo la ofende”, declaración que, en el año 1930, el gobierno del estado Bolívar colocó en una lápida en el Panteón Nacional.

En Angostura nació Carabobo

Bolívar se encuentra por primera vez con el Orinoco el 3 de Abril de 1817, en el puerto de Santa María de la Cruz, más arriba de Soledad, y el día 4 a golpe de cinco de la mañana lo atravesó, con su secretario José Gabriel Pérez, en una precaria curiara de tres puestos, que le capturaron los realistas después de haber desembarcado en el Jobito, en Angostura, donde lo recibe el general Manuel Piar.

Bolívar conocía el Guaire de su infancia en Caracas y en Madrid apreció el afecto de los españoles por el Manzanares, así como en París la romántica fascinación de los franceses por el Sena y de los romanos por el Tíber. Pero cuán grande es el Orinoco, se diría y comprendió toda la certeza de su insistencia al intuir que la posesión de Guayana y las posibilidades reales de la guerra estaban en la liberación del Orinoco. Por esta inmensa vía fluvial se facilitaría la llegada de hombres y recursos a Angostura.

Por eso le escribirá a Leandro Palacios el 16 de Mayo de 1817: “... Ahora, más que nunca, debemos confiar en la fortuna, ya que empezamos la restauración de Venezuela por donde debemos: por el Orinoco y por los Llanos”. Y es que después de la ninguneada batalla de Cabrián, una de las inmortales gestas de la Independencia, Guayana se abrió en infinitas posibilidades para los patriotas, además de los barcos y dinero en efectivo, capturados al enemigo el tributo se concretó en “14.513 reses, 301 mulas, 851 caballos, 1.787 yeguas, 202 pacas de algodón, y algunos otros efectos de menor valor, fuera de muchos frutos menores”. Con 25 de las mulas se completó el pagó de los 2.200 pesos que costó la imprenta para imprimir “El Correo del Orinoco”.

En Angostura, como sede política de la República en armas, el 5 de Noviembre de 1817, Bolívar establece el Consejo Provisional de Estado, que sería su órgano asesor y cumpliría funciones de gobierno mientras se convocaba el Congreso de Angostura, el 22 de Octubre de 1818, que se instalaría el 15 de Febrero de 1819. Angostura  permite la Campaña de los Llanos, y agotados sus recursos inmediatos sirve de garante para el crédito internacional, y así, el 27 de Febrero de 1818 Brión parte de Angostura en viaje de inspección por las posesiones europeas en el Caribe, a fin de conseguir recursos monetarios hipotecando la producción de las Misiones hasta por 600.000 pesos. Venta a futuro la llamaríamos hoy.

Pero lo principal fue la inmensa sensación de estar en la patria que sintieron las familias patriotas fugitivas, cuando con los ojos arrasados por el aroma de la propia tierra, desembarcaron en Punta Cabrián y de allí se trasladaron al seguro cobijo de Angostura, apellidos amenazados de muerte por los realistas como Sucre, Palacios, Tovar, Aristeguieta, Soublette, Oriach, Alcalá, Bermúdez, Arguindegui, Briceño, Pulido, Méndez y muchos otros.

A mediados de 1818 llegaron Juana Bolívar y su hija Benigna Palacios, hermana y sobrina del Libertador, procedentes de Curazao. En Angostura se comienza a reconstruir la Patria aventada a los cuatro puntos cardinales por la Guerra a Muerte y se gesta la organización militar que llevará a Bolívar al glorioso campo de Boyacá, que libera la Nueva Granada. Y el viernes 17 de Diciembre de 1819, frente al Orinoco engalanado, el Soberano Congreso de Venezuela, decreta la Ley Fundamental de Colombia: “Las Repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada quedan desde este día reunidas en una sola bajo el título glorioso de República de Colombia. Y al anochecer del 24 de diciembre de 1819, Angostura ve partir por última vez a Bolívar a cumplir con el sueño de libertad que verá su luz en Carabobo, gracias a la prodigalidad de esta tierra libertaria que arribó a sus 250 años aferrada a su imbatible espíritu de lucha.

 Rafael Marrón González



0 comentarios: