Definitivamente Chávez es el purgante necesario para un país cuya dirigencia, supuestamente democrática es incapaz de percibir en toda su magnitud la tragedia política que vive la nación en su totalidad y piensa todavía que se puede cordializar, dialogar o interactuar civilizadamente con una entidad totalitaria que los desprecia y somete al escarnio público en cadena nacional y los meterá a la cárcel en cuanto tenga la menor oportunidad.
Las gráficas de los gobernadores de oposición con sus risitas “perdóname esa vale”, postrándose ante Chávez en la instalación del Consejo Federal de Gobierno que los anula, dieron asco. Esa deplorable actitud frente a un hombre que les ha hecho imposible cumplir con el mandato que les encomendó la soberanía popular, confiscándoles recursos y competencias, en flagrante violación constitucional, lo que coloca a sus regiones en estado de indefensión, nos remite a la condición psicológica que afecta a las víctimas de secuestros prolongados que se identifican con sus secuestradores, desactivando sus instintos de lucha por la supervivencia, conocido como “Síndrome de Estocolmo”.
Luego de aquella escena incalificable de quienes tienen el deber moral de emitir en todo contexto una imagen cónsona con el pensamiento opositor a este régimen totalitario, en la que vimos a César Pérez Vivas, la víctima más ultrajada de Chávez y los chavistas en franca carcajada como si compartiera alegres anécdotas con un amigo entrañable, y la actitud ruborosa de Capriles Radonski y las risas fraternales de Morel Rodríguez y Pablo Pérez, salieron a declarar – como para desdibujar la realidad - lo que a todas luces no tuvieron las bolas de decirle a Chávez en su cara, que reaccionó llamándolos mendigos y payasos, embusteros y políticos de pacotilla, a quienes “se da la mano y cargan un puñal”, lo que evidencia la ingenuidad de pensar que Chávez, en algún momento, pueda estar dispuesto a compartir el poder.
“Diálogo” para su psiquis significa aceptación sin chistar de sus postulados o como se llamen sus desvaríos comunistas. Así que la sola presencia de los gobernadores de oposición es una falta de decoro personal, agravada por la actitud de muchachos – sustantivo popular que define la aduldolescencia o adolescencia tardía – que señala que no han entendido nada y que son de aquellos ingenuos que creen que alacrán suspira o que a verdugo se le puede segregar piedad. Demostrado está que esa actitud exacerba la maldad.
Una conducta colectiva
Pero esa conducta de los gobernadores es un síndrome que está recorriendo la espina dorsal de nuestra supuesta oposición. Por acto de la magia propia de los cobardes se ha puesto de moda en las últimas horas una ola de paz y concordia con Chávez y el chavismo.
La oposición oficial mutada en mano de obra, que busca puestos en la Asamblea Nacional como obreros en los portones de las desoladas fábricas de Guayana, ha decidido rendirse sin combatir para que Chávez no cambie de opinión y les deje llegar airosos a las elecciones de septiembre, que serán pospuestas por el TSJ invocando incumplimiento del artículo 66 de la Constitución por parte de la Mesa de la Unidad.
Según conspicuos voceros, políticos y empresariales, y que el pueblo está cansado de la polarización y quiere cantos de amor y noticias positivas, es decir mentiras, boleros y parcelas en el cielo. Con esa actitud entreguista se ha permitido – cuando no propiciado - la eliminación de trincheras públicas de oposición férrea en aras de una supuesta reconciliación que Chávez está obstinado de negar, por lo que jamás ocurrirá. Pero son sordos. Juran que deseos preñan.
Todo acto de moderación cuando la libertad peligra, es cobardía. Chávez se los va a pegar. Y todo aquello que se esmeran en cuidar, evitando la respuesta viril a los abusos de poder de Chávez y del chavismo, será perdido cuando su momento llegue. Sin apelación. Como la finca de Diego Arria. En arrebatón vulgar de choro de poca monta.
Esta es una lucha de hombres serios, que ni pidan ni den cuartel. De robles que deben ser arrancados de cuajo por la violencia si se quiere reducirlos. Pero parece que es la hora de los juncos que se doblan con el viento hasta que pase la tormenta, pero tristemente cuando la calma llega, los juncos jamás vuelven a enderezarse. Quien se acostumbra a doblegarse, doblado vivirá.
Dos actitudes, una conducta
El gobernador de Lara, Henry Falcón, asistió al evento circense, pero mantuvo una actitud de severa dignidad. No se acercó a Chávez ni trató de aprovechar el momento para limar asperezas o hacerse perdonar decisiones políticas. Y menos para reírle los chistes. Sus palabras al salir fueron lapidarias: “Lamento que algunos cayeran en la trampa de la risa y el encanto”.
En el otro extremo, Enrique Salas Feo se retiró del acto como protesta por la falta de respeto de Chávez que los hizo esperar siete horas y la prohibición de que los gobernadores tomaran la palabra y definió:
“El Consejo Federal de Gobierno tal como se ha planteado es totalmente anticonstitucional. La conformación de las zonas promotoras de desarrollo planteadas por el Gobierno es para enviar los recursos a una zona designada a dedo por el Presidente de la República y será administrada por un vicepresidente en lugar de hacerlo directamente con los gobernadores y alcaldes y de ahí la inconstitucionalidad. El de Chávez es el primer gobierno en el país que no envía el Situado Constitucional completo a las regiones. Tenemos que hacernos respetar. Quiero alertar al pueblo venezolano porque el gobierno ha armado un parapeto que no va a favor de los gobernadores y alcaldes que eligió el pueblo venezolano y esto lo que va a traer es la eliminación de una cantidad de recursos importantes para el país”. Claro, conciso y raspado. Mis respetos para ambos.
La lucha es política, pero no alcahueta
He dicho, aquí en Guayana, hasta el hastío, que la lucha es política y es con el pueblo, pero parece que no me supe explicar y se ha entendido que eso significa aliarse con factores chavistas para emitir una equilibrada imagen… alcahueta.
No vale, la lucha es abajo, minado las bases al chavismo del pueblo esperanzado, no sentándose a dialogar con un fanático pervertido por el cargo o los reales, cuya inescrupulosidad lo lleva a cohonestar la degradación del gentilicio ofendido por cuanta lacra internacional coincida con el Manifiesto Comunista, así sea para saquear; ni hacer programas radiales compartidos, en emisoras chavistas adquiridas con reales de origen dudoso, otorgando patente intelectual a resentidos descerebrados, para dárselas de tolerantes con serpientes venenosas, y extendiéndoles carta democrática y de honestidad a estos fascistas que solamente saben responder con la descalificación y el crimen.
Eso es un acto de connivencia con el enemigo que ha jurado destruir nuestro sistema de vida. Quien pautó las reglas fue Chávez, no yo. Y lo dijo claro: “Ellos son el enemigo”. No habló ni habla de adversarios políticos, sino de enemigos. Y, como rúbrica, arma miles de débiles mentales estimulados con el lema asesino patria socialista “o muerte” - “y cuando digo muerte, es muerte” (Lina Ron). Y por ese discurso bárbaro, la oposición ideológica tiene mártires, presos, exiliados, excluidos y expoliados y personas amenazadas como Rocío San Miguel.
Entonces, ¿si Chávez es quien desprecia el diálogo y nos excluye, por qué debemos nosotros ser los implorantes? Al enemigo ni agua. Como férreo opositor al comunismo – que, insisto, es una secta de asesinos - al que Chávez arrastra a la nación con la connivencia de esta cáfila de cobardes y ladrones del pasado, siento profunda pena por la orfandad de mi país.
Los traidores encontraron su hora feliz justificada por el supuesto cansancio de la sociedad que y que quiere música y chistes de salón. Mentirosos. Cobardes. Siguen entregando la República. Ni ayer ni hoy han tenido los redaños para defenderla a pesar de haber medrado toda su vida de sus arcas. Gente sin dignidad no tiene cabida en esta lucha. Chávez seguirá ganando elecciones y derrotando a esta dirigencia confundida que todavía – once años mediante – no ha logrado descifrar lo que en realidad significa “chavismo” ni el alcance brutal de la conjunción Fidel con Chávez, dos entidades totalitarias obsesionadas por el poder, pivotada en la ignorancia, la codicia y el resentimiento social.
Venezuela resurgirá de sus cenizas cuando la dignidad renazca. Me declaro en luto activo por mi patria. Cito al entrañable Andrés Eloy Blanco, enmendándolo: “Voy hacia mi propio nivel. Estoy tranquilo. Desbaratando encajes regresaré hasta el hilo. La renuncia es el viaje de regreso del sueño”. Hasta que me pase este asco insoportable que anidó en mis huesos. Se ruega no molestar. Hasta el 2030.
Las gráficas de los gobernadores de oposición con sus risitas “perdóname esa vale”, postrándose ante Chávez en la instalación del Consejo Federal de Gobierno que los anula, dieron asco. Esa deplorable actitud frente a un hombre que les ha hecho imposible cumplir con el mandato que les encomendó la soberanía popular, confiscándoles recursos y competencias, en flagrante violación constitucional, lo que coloca a sus regiones en estado de indefensión, nos remite a la condición psicológica que afecta a las víctimas de secuestros prolongados que se identifican con sus secuestradores, desactivando sus instintos de lucha por la supervivencia, conocido como “Síndrome de Estocolmo”.
Luego de aquella escena incalificable de quienes tienen el deber moral de emitir en todo contexto una imagen cónsona con el pensamiento opositor a este régimen totalitario, en la que vimos a César Pérez Vivas, la víctima más ultrajada de Chávez y los chavistas en franca carcajada como si compartiera alegres anécdotas con un amigo entrañable, y la actitud ruborosa de Capriles Radonski y las risas fraternales de Morel Rodríguez y Pablo Pérez, salieron a declarar – como para desdibujar la realidad - lo que a todas luces no tuvieron las bolas de decirle a Chávez en su cara, que reaccionó llamándolos mendigos y payasos, embusteros y políticos de pacotilla, a quienes “se da la mano y cargan un puñal”, lo que evidencia la ingenuidad de pensar que Chávez, en algún momento, pueda estar dispuesto a compartir el poder.
“Diálogo” para su psiquis significa aceptación sin chistar de sus postulados o como se llamen sus desvaríos comunistas. Así que la sola presencia de los gobernadores de oposición es una falta de decoro personal, agravada por la actitud de muchachos – sustantivo popular que define la aduldolescencia o adolescencia tardía – que señala que no han entendido nada y que son de aquellos ingenuos que creen que alacrán suspira o que a verdugo se le puede segregar piedad. Demostrado está que esa actitud exacerba la maldad.
Una conducta colectiva
Pero esa conducta de los gobernadores es un síndrome que está recorriendo la espina dorsal de nuestra supuesta oposición. Por acto de la magia propia de los cobardes se ha puesto de moda en las últimas horas una ola de paz y concordia con Chávez y el chavismo.
La oposición oficial mutada en mano de obra, que busca puestos en la Asamblea Nacional como obreros en los portones de las desoladas fábricas de Guayana, ha decidido rendirse sin combatir para que Chávez no cambie de opinión y les deje llegar airosos a las elecciones de septiembre, que serán pospuestas por el TSJ invocando incumplimiento del artículo 66 de la Constitución por parte de la Mesa de la Unidad.
Según conspicuos voceros, políticos y empresariales, y que el pueblo está cansado de la polarización y quiere cantos de amor y noticias positivas, es decir mentiras, boleros y parcelas en el cielo. Con esa actitud entreguista se ha permitido – cuando no propiciado - la eliminación de trincheras públicas de oposición férrea en aras de una supuesta reconciliación que Chávez está obstinado de negar, por lo que jamás ocurrirá. Pero son sordos. Juran que deseos preñan.
Todo acto de moderación cuando la libertad peligra, es cobardía. Chávez se los va a pegar. Y todo aquello que se esmeran en cuidar, evitando la respuesta viril a los abusos de poder de Chávez y del chavismo, será perdido cuando su momento llegue. Sin apelación. Como la finca de Diego Arria. En arrebatón vulgar de choro de poca monta.
Esta es una lucha de hombres serios, que ni pidan ni den cuartel. De robles que deben ser arrancados de cuajo por la violencia si se quiere reducirlos. Pero parece que es la hora de los juncos que se doblan con el viento hasta que pase la tormenta, pero tristemente cuando la calma llega, los juncos jamás vuelven a enderezarse. Quien se acostumbra a doblegarse, doblado vivirá.
Dos actitudes, una conducta
El gobernador de Lara, Henry Falcón, asistió al evento circense, pero mantuvo una actitud de severa dignidad. No se acercó a Chávez ni trató de aprovechar el momento para limar asperezas o hacerse perdonar decisiones políticas. Y menos para reírle los chistes. Sus palabras al salir fueron lapidarias: “Lamento que algunos cayeran en la trampa de la risa y el encanto”.
En el otro extremo, Enrique Salas Feo se retiró del acto como protesta por la falta de respeto de Chávez que los hizo esperar siete horas y la prohibición de que los gobernadores tomaran la palabra y definió:
“El Consejo Federal de Gobierno tal como se ha planteado es totalmente anticonstitucional. La conformación de las zonas promotoras de desarrollo planteadas por el Gobierno es para enviar los recursos a una zona designada a dedo por el Presidente de la República y será administrada por un vicepresidente en lugar de hacerlo directamente con los gobernadores y alcaldes y de ahí la inconstitucionalidad. El de Chávez es el primer gobierno en el país que no envía el Situado Constitucional completo a las regiones. Tenemos que hacernos respetar. Quiero alertar al pueblo venezolano porque el gobierno ha armado un parapeto que no va a favor de los gobernadores y alcaldes que eligió el pueblo venezolano y esto lo que va a traer es la eliminación de una cantidad de recursos importantes para el país”. Claro, conciso y raspado. Mis respetos para ambos.
La lucha es política, pero no alcahueta
He dicho, aquí en Guayana, hasta el hastío, que la lucha es política y es con el pueblo, pero parece que no me supe explicar y se ha entendido que eso significa aliarse con factores chavistas para emitir una equilibrada imagen… alcahueta.
No vale, la lucha es abajo, minado las bases al chavismo del pueblo esperanzado, no sentándose a dialogar con un fanático pervertido por el cargo o los reales, cuya inescrupulosidad lo lleva a cohonestar la degradación del gentilicio ofendido por cuanta lacra internacional coincida con el Manifiesto Comunista, así sea para saquear; ni hacer programas radiales compartidos, en emisoras chavistas adquiridas con reales de origen dudoso, otorgando patente intelectual a resentidos descerebrados, para dárselas de tolerantes con serpientes venenosas, y extendiéndoles carta democrática y de honestidad a estos fascistas que solamente saben responder con la descalificación y el crimen.
Eso es un acto de connivencia con el enemigo que ha jurado destruir nuestro sistema de vida. Quien pautó las reglas fue Chávez, no yo. Y lo dijo claro: “Ellos son el enemigo”. No habló ni habla de adversarios políticos, sino de enemigos. Y, como rúbrica, arma miles de débiles mentales estimulados con el lema asesino patria socialista “o muerte” - “y cuando digo muerte, es muerte” (Lina Ron). Y por ese discurso bárbaro, la oposición ideológica tiene mártires, presos, exiliados, excluidos y expoliados y personas amenazadas como Rocío San Miguel.
Entonces, ¿si Chávez es quien desprecia el diálogo y nos excluye, por qué debemos nosotros ser los implorantes? Al enemigo ni agua. Como férreo opositor al comunismo – que, insisto, es una secta de asesinos - al que Chávez arrastra a la nación con la connivencia de esta cáfila de cobardes y ladrones del pasado, siento profunda pena por la orfandad de mi país.
Los traidores encontraron su hora feliz justificada por el supuesto cansancio de la sociedad que y que quiere música y chistes de salón. Mentirosos. Cobardes. Siguen entregando la República. Ni ayer ni hoy han tenido los redaños para defenderla a pesar de haber medrado toda su vida de sus arcas. Gente sin dignidad no tiene cabida en esta lucha. Chávez seguirá ganando elecciones y derrotando a esta dirigencia confundida que todavía – once años mediante – no ha logrado descifrar lo que en realidad significa “chavismo” ni el alcance brutal de la conjunción Fidel con Chávez, dos entidades totalitarias obsesionadas por el poder, pivotada en la ignorancia, la codicia y el resentimiento social.
Venezuela resurgirá de sus cenizas cuando la dignidad renazca. Me declaro en luto activo por mi patria. Cito al entrañable Andrés Eloy Blanco, enmendándolo: “Voy hacia mi propio nivel. Estoy tranquilo. Desbaratando encajes regresaré hasta el hilo. La renuncia es el viaje de regreso del sueño”. Hasta que me pase este asco insoportable que anidó en mis huesos. Se ruega no molestar. Hasta el 2030.
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