He sido, hasta este momento, un
incansable defensor de la integridad de Ciudad Guayana y en muchas ocasiones me
he enfrentado a las pretensiones secesionistas, sobre todo del lado de San
Félix, que, paradójicamente, es quien más se beneficia de esta forzada unidad
socio económica, sin
posibilidades reales de integración, sin embargo ha llegado la hora de
reconsiderar esta posición:
En
primer lugar, Ciudad Guayana es una conurbación integrada por dos realidades
diametralmente opuestas – no es el caso de la conurbación Miranda - Caracas –
Valencia- Maracay – mientras Puerto Ordaz es una realidad industrial, con
amplias zonas industriales bien dotadas de macro servicios y vías de acceso,
con varios puertos de embarque a
lo largo del canal de navegación, que requiere una visión macro de sus
deficiencias y posibilidades, San Félix es una ciudad dormitorio, cuya vida
económica se reduce al plano comercial al detal, sin mayores pretensiones.
Por
ello fácilmente puede ser administrada por cualquier político sin mayores
luces, como ocurre en la actualidad, cuyo mayor logro es haber asfaltado
algunas calles olvidadas por la estupidez, pero que para los pobladores del
sector merece el premio de la reelección. Pero Puerto Ordaz es un asunto de
elevadas miras.
Produce
indignación observar el progresivo deterioro de la vialidad en nuestras zonas
industriales – la calle Pardillo, de la zona industrial Matanzas, es
emblemática – por carecer la ciudad de una autoridad responsable, y por otro
lado es imperativo trabajar con ahínco para promover el desarrollo económico de
Puerto Ordaz, y para ello necesitamos una gerencia municipal encabezada por un
ejecutivo que se dedique, en conjunción con las fuerzas productivas de la
ciudad, a restituir el parque industrial, abandonado por la dependencia
infantil de las empresas básicas, que, como pesada ancla, arrastran nuestra economía
hacia el abismo.
Y, además, es del lado de Puerto Ordaz
donde se abren las posibilidades ciertas de crecimiento poblacional, que debe
responder a estrictos programas de regulación urbana, para detener el caos
urbanístico que la necesidad precarizada y el populismo electorero han
ocasionado en la ciudad.
Municipo Caroní, municipio Orinoco
Así que llegó el momento de definir
políticamente la realidad que nos reta como ciudadanos racionales y conscientes
de nuestras responsabilidades con esta ciudad que tanto bienestar prodigó a
tantos. San Félix, por ser un pueblo tributario al río Orinoco, debe honrar esa
pertenencia erigiéndose como Municipio autónomo Orinoco. Y Puerto Ordaz debe
constituirse como Municipio autónomo Caroní, unidas ambas realidades
sociopolíticas por el río que las separa de manera natural.
Le
tocará a Puerto Ordaz reconstruirse, y para comenzar, esa nulidad gangrenosa
que detenta el nombre de la otrora eficiente CVG, tiene que ser la sede de la
nueva alcaldía, desapareciendo esa instancia, que tanto lustre dio a Guayana y
a todo el sur oriente del país, pero que hoy es una entelequia burocrática
anodina, que alberga un funcionariado sin objetivos ni competencias, para
servir nuevamente como núcleo inteligente del desarrollo de Puerto Ordaz, su
creación primigenia, pivotada en la planificación estratégica del eje Orinoco –
Apure, y centro neurálgico del crecimiento industrial de los derivados siderúrgicos
producidos por Sidor y las empresas del aluminio, hoy reducidas a focos de
contaminación y propagación de enfermedades respiratorias, neurológicas y de la
piel, ante la mirada autista del flamante “arcarde” de San
Félix.
Puerto
Ordaz necesita repensarse
Seguro
estoy de que esta posición será saludada con beneplácito por un gran número de
pobladores de San Félix, que hasta una organización pro división mantienen
desde hace muchos años, y, por supuesto, del lado de Puerto Ordaz no son pocas
las voces que me han invitado a incorporarme a esta responsable posición que,
no debe ser vista como secesionista, sino, por el contrario, eminentemente
justa con una ciudad que carece de una administración metodológica que, con el
concurso entusiasta, no lo dudo, de los viejos pioneros de la Corporación
Venezolana de Guayana, que conocen al detalle cada milímetro de su historia,
pueda reconstruir su antigua capacidad productiva.
Por
ello invito a quienes apoyan esta propuesta a integrarnos en un movimiento que
se ocupe, lo más pronto posible, en llenar los extremos necesarios para llevar
a la Asamblea Legislativa del estado Bolívar, los recaudos necesarios para
generar esta nueva división político territorial que contribuirá notablemente
al engrandecimiento de ambos municipios autónomos.
Lo que
dice la ley
El
artículo 10 de la Ley orgánica del poder público municipal contempla que para
que el Consejo Legislativo pueda crear un Municipio deben concurrir las
siguientes condiciones, todas aplicables a Puerto Ordaz:
“1.
Una población asentada establemente en un territorio determinado, con vínculos
de vecindad permanente.
2.
Un centro poblado no menor a la media poblacional de los municipios
preexistentes en el estado, excluidos los dos de mayor población. Este requisito
deberá ser certificado por el Servicio Nacional de Estadística.
3.
Capacidad para generar recursos propios suficientes para atender los gastos de
gobierno y administración general, y proveer la prestación de los servicios
mínimos obligatorios. A los efectos del cumplimiento de este requisito, deberá
constar en acta la opinión favorable del órgano rector nacional en la materia
de presupuesto público. Igualmente, deberá constar la opinión del Consejo de
Planificación y Coordinación de Políticas Públicas. En dicha opinión motivada,
se determinarán los efectos socioeconómicos en el o los municipios que resulten
segregados.
Cumplidas
estas condiciones, el Consejo Legislativo una vez aprobada la ley de creación
del nuevo Municipio, someterá el instrumento legal a un referéndum aprobatorio,
donde participarán todos los habitantes del Municipio afectado”. Puerto Ordaz
merece su libertad. Municipio Caroní Ya.
Rafael
Marrón González
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